En nuestro país, el artículo 45 de la Constitución de la República, en el
capítulo 2 de la Sección II, titulada como “Derechos, deberes y garantías”, hace referencia al acceso a la vivienda como un derecho de todo ciudadano. “Todo habitante de la República tiene derecho a gozar de vivienda decorosa. La ley propenderá a asegurar la vivienda higiénica y económica, facilitando su adquisición (…)”. Esto significa que es el Estado quien deberá velar por la estabilidad material de cada familia, siendo esta una de las premisas de la base de nuestra sociedad. Siguiendo esta línea normativa, la ley 13.728, nombrada “Plan Nacional de Viviendas”, despliega una serie de artículos marcando el acceso a la vivienda como un derecho social de todo habitante. Dentro de los principios de dicha ley, encontramos que el artículo 1 hace un perfecto resumen del la postura y participación que deberá tomar el Estado a partir de esta norma: “Toda familia, cualesquiera sean sus recursos económicos, debe poder acceder a una vivienda adecuada que cumpla el nivel mínimo habitacional definido en esta ley. Es función del Estado crear las condiciones que permitan el cumplimiento efectivo de ese derecho.”