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HISTORIA NAVAL
REVISTA
DE
HISTORIA NAVAL
CoNsmo RECTOR:
Vicepresidente
y Director: Rafael Estrada Giménez, coronel de Intendencia.
Redacción, Difusión y
Distribución: Isabel Hernández Sanz, Ana Berenguer Berenguer, Isabel Suárez
Zaccagnini.
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Del libro Regimiento de Navegación, de Pedro de Medina. Sevilla, 1563.
y logotipo de la Comisión Española de Historia Marítima.
SUMARIO
Págs.
NOTA EDITORIAL . 5
Noticias Generales111
Recensiones121
COLABORAN EN ESTE NÚMERO
Fernando RIAÑOLOZANO
Director del Instituto de Historia y Cultura Naval
10 DE HISTORIANAVAL Núm.
REVISTA 74
CONMEMORACIÓN DE JA BATALLA DE TRAFALGAR (2001-2005)
«Por fortuna cabe hacerlo sin dificultades mayores, con servicio a la vez a
la objetividad científica y a la dignidad pretérita de España, en la medida en
que la trayectoria de 1763 a 1824 hay que verla en absoluta dependencia de la
gigantesca y convulsiva marejada que vivió por esas fechas el mundo entero.
No para efectuar así una “transferencia de culpas” que no tiene sentido para el
historiador comprensivo, sino por exigencias del compromiso explicativo. Y
con tanta mayor razón cuanto más pretendamos acercarnos —como debemos
hacerlo— a procurar explicaciones de síntesis fidedignas y destinadas al
entendimiento general».
12 DE HISTORIANAVAL Núm.
REVISTA 74
TRAFALGAR EN EL RECUERDO
(Conmemoración del primer centenario)
In memóriam
«Han transcurrido cien años desde que España vio hundirse en Trafalgar su
poderío marítimo. Los héroes de la Armada española con sus gloriosos hechos
perduran en las memorias de las generaciones, y en medio del dolor que
produce el recuerdo de aquel desastre, sirve de consuelo ver que no han sido
olvidadas sus hazañas y sus sacrificios.»
Con estas frases ciertamente retóricas, a tono con la época, pero no menos
carentes de autenticidad, abría la revista Vida Marítima su artículo «Trafal
gar 1805-1905», correspondiente al mes de noviembre de ese último año, y
pasaba después a un breve análisis de cómo se había conmemorado el cente
nario en los distintos foros institucionales, y qué reacción había suscitado
dicha conmemoración en los numerosos medios de opinión, tanto periodísti
cos como profesionales, de aquellas fechas, por lo que basándose en ello se
redacta este artículo, cuando los actos conmemorativos del segundo centena
rio de la batalla están ya en trance de iniciarse.
De la conmemoración en los distintos estamentos navales se sabe que el
día 21 de octubre se celebró una misa en el Panteón de Marinos Ilustres de
San Femando, en sufragio de quienes sucumbieron en la batalla. Al término
de la ceremonia, oficiantes, clero castrense y coro de la capilla, seguidos de
las comisiones de todos los Cuerpos de la Armada, presididas por el coman
dante general del arsenal de La Carraca, se trasladaron al mausoleo que
contiene los restos del heroico marino Gravina, y allí se rezó un responso.
El mismo día la ciudad de San Fernando, por conducto de su alcalde, envió
un telegrama al almirante de la Armada en el que se expresaba que identifica
da con la Marina de guerra se asocia a ella para conmemorar la gloriosa derro
ta de Trafalgar, en donde el vencido probó su heroísmo y amor a la patria,
telegrama que fue contestado, en nombre de la Armada, por el almirante
Beránger con otro, uniendo sus votos a los de la heroica ciudad de San
Femando en conmemoración del combate de Trafalgar, «donde la Marina
supo sacrificar sus vidas con gloria en holocausto de la patria».
De la conmemoración en los restantes departamentos navales —Ferrol y
Cartagena— hay pocas noticias, pero sí de la misa celebrada en Motrico,
ciudad natal de Churruca, en sufragio del héroe y de cuantos con él perecieron
en el desafortunado combate, pronunciando una exaltada homilía un capellán
superviviente a la gesta.
ciones de cuadros de Sans y Ruiz de Luna, así como modelos de los navíos
que tomaron parte en la batalla. Y en días anteriores, con motivo de los prepa
rativos que se hacían en Inglaterra para la glorificación de Nelson en el primer
centenario de su muerte, se expresaba de este modo en un editorial:
16 DE HISTORIANAVAL Núm.
REVISTA 74
TRAFALGAR EN EL RECUERDO
Introducción
José Lasso de la Vega escribía a mediados del siglo pasado, con motivo de
la presentación del cuadro de Antonio Brugada La batalla de Trafalgar:
(11) Combate de San Vicente. El navío Pelayo acude en auxilio del navío Santísima Tnni
dad (14 de febrero de 1797), óleo sobre lienzo 286 x 488 cm. Museo Naval, GONZÁLEZ DE CA
LES, Fernando: Op. cir., n.° 2.39, y La batalla de Trafalgar, óleo sobre lienzo 150 x 300 cm. Patri
momo Nacional. En ambos no se pone nombre ni se individualiza a sus protagonistas, los buques
yios hombres anónimos que luchan en defensa del honor de la Real Armada y de la patria.
(12) Cuatro óleos del mismo autor recogen el hecho: los números BHCO 543, 547, 550
y 551 del Catálogo del National Maritime Museum de Londres. En ellos se representa en el
centro de la composición a Nelson herido de muerte en la cubierta de su buque insignia, rodea
do de sus hombres, recogiendo la fiereza del combate al realzar la figura del héroe.
(13) Óleo sobre lienzo de 164,5 x 267 cm. Museo Naval de Madrid. GONZÁLEZ DE CANA
LES, Fernando: Op. cit., n.° 2.70. En el centro de la escena Méndez Núñez, herido, es sostenido
en el puente de la fragata por sus subordinados, en medio de la destrucción, el humo y fuego de
los cañonazos, en apasionada representación de admiración y respeto al héroe.
Desde este punto de vista, nada hay más cierto que el hecho de que algunos
pintores españoles del siglo XIX dedicaran su arte a la tristemente célebre,
aunque gloriosa batalla, hecho de armas que tuvo una influencia decisiva en la
Real Armada y los hechos históricos que se derivaron a la pérdida del poderío
naval español. En aquella acción naval en que la Armada careció de voz propia,
siendo desentendida en el consejo, pero aliada fiel a los compromisos y someti
da a la voluntad extranjera sólo le quedó el derecho a morir con honor.
Hasta la segunda mitad del siglo xix la pintura española relacionada con la
mar ha sido escasa y en absoluto es comparable con la realizada en otros
países, ni en épocas anteriores, ni durante aquel siglo ni siguientes. España,
tierra de genios de la pintura, donde ésta es el arte por excelencia, y cuya
historia discurrió por todos los mares y océanos del orbe, a bordo de todo tipo
de embarcaciones y cuyo destino se forjó muchas veces en la mar o a través
de ella, y aún hoy lo sigue siendo, ya que la mar es él elemento vital para la
vida española, parece confirmar el tópico «de que España ha vivido de espal
das a la mar», lo que no es totalmente cierto, ya que. siempre hubo una
conciencia de la importancia marítima, pero la llamada al rumor de las olas no
ha sido escuchada por la gran parte del pueblo, quizá debido al gran peso
específico de Castilla, forjadora de la nación, en medio de la meseta y muy
alejada de una mar donde ni se escucha, ni se huele, ni se siente en el corazón,
en resumen, no se conoce.
La dedicación de los pintores españoles a la mar vino propiciada más por
una moda que por una genuina vocación marinera; y resulta paradójico que,
cuando España ya había dejado de ser una potencia marítima, y de su imperio
no le quedaban más que los restos, se inicie el cultivo de esta pintura. ¡Quizá
melancolía, añoranza, recuerdos, afán de estar a los aires del momento, el
mimetismo de las proezas inglesas! Aún hoy en día, el número de marinistas
es ínfimo dentro de la pléyade de los pintores existentes en España.
(14) LASSODE LA VEGA, José: «Marina. Bellas Artes». Crónica Naval, n.° 4, p. 212.
Durante el primer tercio del siglo XIX reinan todavía los cánones del
siglo anterior y los neoclásicos, sin que se produzca ninguna aportación
notable. Y es a partir de la segunda mitad del siglo cuando la tendencia
realista se empieza a notar, si bien continúan en vigor las concepciones
románticas —el sentido panorámico, connatural con la pintura marítima—,
adquieren carta de naturaleza la pintura de historia y la costumbrista, que
influirán decisivamente en la marinista, a la vez que la mar aparece en el
repertorio iconográfico, concentrándose más en la anécdota que en el hecho
histórico (15).
Desde Brugada a mediados de siglo hasta Justo Ruiz Luna (1865-1926) a
finales, pasando por otros como Monleón y Cortellini, abundantes marinistas
recogieron el hecho histórico de Trafalgar en distintas composiciones, donde
dejaron la impronta de su arte. La exquisitez artística de algunas de dichas
obras llega a lo sublime, y son dignas de figurar en la pléyade de las obras
más importantes sobre tema bélico y casi únicas en la pintura de batallas
navales. Los cuatro marinistas más insignes de la pintura española de historia
marítima —Brugada, Monleón, Cortellini y Ruiz Luna—, en mi opinión, han
dejado la impronta de su arte y genio artístico, en un hecho que, aunque
lamentable para las armas españolas, es altamente glorioso para la Real Arma
da del siglo XIX y, no sería mucho pretender, que por lo menos un cuadro
sobre este hecho figurara en el Museo del Prado, no sólo por su innegable alto
valor artístico, sino por recoger un ejemplo de lealtad y abnegación del pueblo
español, del mismo modo que los que se exponen en la Rotonda de Entrada
(ala norte) referentes a otros hechos de las armas de nuestra historia (16). Es
lamentable la escasez, por no decir casi nula representación, de escenas de
combates navales en la pinacoteca, ni siquiera una muestra de la batalla de
Lepanto, de la que tan excelentes obras existen olvidadas a lo largo y ancho
de España (17).
La batalla
(15) La exposición celebrada en Madrid a finales del año 2000 lo confirma, en su propio
título: A la playa. El mar como tema de modernidad en la pintura española, 1870-1936.
Madrid, 14 de noviembre de 2000-21 de enero de 2001. Fundación Cultural MAPFRE.
(16) Recuperación de la isla de San Cristóbal (n.° 654), de Félix Castelló; El socorro de
Génova por el segundo marqués de Santa Cruz (n.° 7126), de Antonio de Pereda; Recuperación
de San Juan de Puerto Rico (n.° 653), de Eugenio de Caxés o Cajes; Defensa de Cádiz contra
los ingleses (n.° 656), de Francisco de Zurbarán, y Recuperación de Bahía del Brasil (n.° 885),
de fray Juan Bautista Maíno.
(17) Una tabla anónima holandesa (37 x 58 cm) sobre un combate naval, y alguna escena
más marinera parecen poca representación para un país que ha escrito su historia en la mar. Sobre
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REVISTA
APROXiMACIÓN ICONOGRÁFICA A JA BATALLA DE TRAFALGAR
Iconografía de la batalla
Combate de Trafalgar. Óleo sobre lienzo, 93,5 x 201 cm, Rafael Monleón y Torres (1843-1900).
Museo Naval, Madrid. Sig. 4245.
otros mil detalles de la crueldad del combate. Una tercera, anónima, copia de
la anterior, en la Capitanía de la Zona Marftima del Cantábrico. Y, por último,
otra que se puede contemplar en la Escuela de Guerra Naval con el título
Combate de Trafalgar Rendición del navío francés Bucentaure (21 de octubre
de 1805), de mano de Félix Banis (siglo xix), donde se recoge el momento en
que la bandera británica es izada en el buque insignia francés. Es copia de una
litografía existente en la Biblioteca Nacional.
Otro grupo formado por cuatro dibujos iluminados de Juan Bryand y
Galiano, bajo el epígrafe de Episodios Marítimos, pertenecientes al patrimo
nio del Museo Naval, con los siguientes títulos:
Batalla de Trafalgar. Antonio de Brugada Vila (1804-1863). Óleo sobre lienzo, 150 x 300 cm.
Palacio Real.
Otro grupo de seis acuarelas del testigo presencial José Tomás de Córdoba,
pertenecientes ,a la colección de don Manuel Gómez Moreno, bajo el epígrafe
«Batalla de Trafalgar», con los siguientes títulos:
La batalla naval de Trafalgar.Justo Ruiz de Luna (1865-1926). Óleo sobre lienzo, 230 x 700 cm.
Ayuntamiento de Cádiz.
que se exhibe en el Palacio del Senado con el título Episodio de/a batalla de
Trafalgar. En ella se recogen las consecuencias de la batalla, en las víctimas,
oficiales y marinería, del navío Neptuno, que en la noche siguiente al combate
se estrelló contra las rocas del castillo de Santa Catalina en el Puerto de Santa
María, como consecuencia de la tempestad sobrevenida después de sostener
sangrienta y desesperada lucha en ayuda de los navíos Trinidad y Bucentauro.
Los náufragos, en distintas actitudes y expresiones, entre muertos, restos de
arboladuras y otros efectos, escriben su propio combate. La segunda, con el
título deLabatalla naval de Trafalgar, de Justo Ruiz Luna (1865-1926), que
se expone en el Ayuntamiento de Cádiz, evoca la fiereza de la pelea y el heroís
mo. de sus protagonistas, y lo hace en dos planos: en el primero, en escorzo,
parte de un navío desarbolado, rotos sus mástiles, silencioso, muerto, sin
tripulación que combata, muestra los cadáveres sobre cubierta y, en el último,
se divisan las líneas de navíos en sus disposiciones tácticas, que combaten
entre columnas de humo de gran valor evocador.
Y, por último, seis estampas realizadas en distintas técnicas.
Centro:
Enrique Mac Donneli. Joaquín María Fernán- Antonio Pareja. Anónimo español, siglo XIX.
dez Cruzado (1781-1856). Oleo sobre lienzo, Oleo sobre lienzo, 84,5 x 63,4 cm. Museo
64 x 48,3 cm. Museo Naval, Madrid. Sig. 680. Naval, Madrid. Sig. 198.
Vanguardia:
(F)Intrépide. Infernet.
(E)San Justo. Capitán de navío Miguel Gastón de Iriarte.
(F)Indomptabie. Hubert.
(E) Santa Ana. Capitán de navío José Gardoqui, general Ignacio M. de
Alava.
(F) Fon gueux. Baudoin.
(E) Monarca. Capitán de navío Teodoro de Argumosa.
(F) Plutón. Cosmao.
Escuadra de Observación:
Navío Bahama:
Navío Montañés:
Retratos de buques
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REVISTA
APROXIMACIÓN ICONOGRÁFICA A L4 BATALLA DE TRAFALGAR
Alegorías -
Bibliografía
Introducción
(1) Entre las obra clásicas podemos citar la monografía de CASTROY BRAvo, Federico de:
Las naos españolas en la Carrera de Indias. Armadas y flotas en la segunda mitad del siglo
xvi. Editorial Voluntad, Madrid, 1927; FERNÁNDEZDURO, Cesáreo: La Armada española desde
la unión de los Reinos de Castilla y Aragón. Museo Naval, Madrid, 1972. Entre los estudios
recientes que han tratado la cuestión podemos destacar las obras de CERVERAPERY, José: La
estrategia naval del Imperio. Editorial San Martín, Madrid, 1982; Don Alvaro de Bazán. El
gran marino de España. Enipresa Nacional Bazán, Madrid, 1988, así como CEREZOMARTÍNEZ,
Ricardo: Las Armadas de Felipe II. Editorial San Martín, Madrid, 1988.
(2) GONzÁLEZ,Julio: «Origen de la Marina Real de Castilla», Revista de Archivos, Biblio
tecas y Museos, Madrid, 1948, t. LIV, pp. 229-253.
(3) PÉREZ-EMBID,Florentino: «Navegación y comercio en el puerto de Sevilla en la Baja
Media», Anuario de Estudios Americanos. Sevilla, 1968, vol. XXV, p. 51.
Edad
go la creación del primer gran imperio de la Edad Moderna. Por ello, a princi
pios del siglo xvi se sintió la urgente necesidad de crear un modelo naval
acorde con la nueva situación política (4).
(4) A este respecto véase la esclarecedora visión que ofrece CERVERAPERY, 1.: La estrate
gia naval del Imperio, p. 43.
(5) CERVERAPERY, J.: Don Alvaro de Bazán..., p. 217.
(6) MIRA CABALLOS,Esteban: La Armada Guardacostas de Andalucía y la defensa de la
Carrera de Indias (1521-1550). Muñoz Moya Editor, Sevilla, 1998. pp. 17-21.
(7) MIRA CABALLOS,Esteban: «La Armada del Reino de Granada (1492-1550): apuntes
para su historia», en Revista de Historia Naval, núm. 68. Madrid, 2000, p. 43.
(8) Carta de Alvaro de Bazán al Rey, Valladolid 5 de julio de 1550. Archivo General de
Simancas (en adelante, AGS), Consejo y Juntas de Hacienda 20-10.
40 REVISTA Niim. 74
DE HISTORIANAVAL
EL SISTEMA NAVAL ESPAÑOL EN EL SIGLO XV1: LAS ARMA DAS DEL IMPERIO
(9) Relación de los capítulos del asiento que don Álvaro de Bazán ofrece para la navega
ción de las Indias y de las adiciones y apuntamientos que a cada uno de ellos se hace, s/f. AGS,
Consejo y Juntas de Hacienda 20-28.
(10) Carta del embajador Luis Sarmiento a Su Majestad, 12 de enero de 1540. AGS, Esta
do 372, N. 82. -
(it) véase CERVERAPERY, J.: Don Álvaro de Bazán...,p. 218.
(12) Por ejemplo, de las 10 galeras capitaneadas por Alvaro de Bazán, el Viejo, en 1535,
siete eran de propiedad regia, mientras que, de las tres restantes, dos eran de don Alvaro y la
tercera de un capitán general anterior ilamado Berenguel de Olmos. Ibidem, pp. 218-219.
(13) MIRACABALLOS, E.: «La Armada del Reino de Granada...», p. 39.
so. La finalidad de esta contribución no era otra que reducir el riesgo del
transporte marítimo contra «peligros no cubiertos» por los seguros marítimos
ordinarios (14). La Corona tenía, pues, serias razones para revitalizar este
viejo impuesto medieval castellano, para evitar así el fuerte lastre económico
que habría supuesto áargar con los costes de la navegación atlántica. De
hecho, a lo largo del siglo XVI no faltaron propuestas para crear un sistema de
flotas reales; sin embargo, todas ellas fueron rechazadas por las autoridades,
que tenían razonadas sospechas para dudar de su viabilidad táctica y económi
ca (15).
Recientemente se ha insistido en que esta modalidad de la avería, de
«disminución de riesgos», apareció en 1521 como fórmula para sostener los
navíos armados de la Armada Guardacostas de Andalucía y los buques que
acompañaban a las flotillas que partían para las Indias (16). Sin embargo,
es evidente que este mismo tipo de avería existía con anterioridad. Así, por
ejemplo, en 1492 se dispuso que la Armada de Vizcaya se financiase «por
averías sobre las mercaderías que se cargan por los dichos mares así para
traer a esos dichos nuestros reinos como para llevar fuera de ellos y sobre
el flete de las naves que los lleva y trae lo cual por Nos visto tuvímoslo por
bien...» (17). En 1507 también se financió una armada guardacostas, al
mando de Juan de la Cosa, que vigilaba las costas andaluzas a costa de «la
imposición del dos por ciento que se echó sobre el oro que viniese de
Indias...» (18). Aunque en este último caso no se especificaba que se tratase
de la avería, no cabe duda de que, tanto por sus características como por los
objetivos de su recaudación, nuevamente se trataba de la misma imposición.
Pues bien, merced a este gravamen de las averías se financiaron las tres
armadas atlánticas del quinientos, es decir, la Guardacostas de Andalucía, la
de Vizcaya y la del Caribe.
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REvISTA
EL SISTEMA NAVAL ESPAÑOL ENEL SIGLO XVI: LAS ARMADAS DEL IMPERIO
(24) Consulta del Consejo de Indias, 14 de diciembre de 1554. AGI, Indiferente Gene
ral 737, N. 107.
(25) Real Cédula a los oficiales de la Casa de la Contratación, 19 de diciembre de 1554.
AGI, Indiferente General 737, N. 109B. Carta del contador de la Casa de la Contratación a Su
Majestad, Sevilla, 16 de enero de 1555. AGI, Indiferente General 737, N. 111.
(26) Real Cédula a los oficiales de la Casa de la Contratación, Madrid, 26 de febrero
de 1536. AGI, Indiferente General 1962, leg. 4, f. 45v-46.
- (27) Información hecha por Juan Gutiérrez Tello, juez de averías, sobre la armada de
Alvaro de Bazán, 1564. AGI, Justicia 1160, N. 10.
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REVISTA 74
EL SISTEMA NAVAL ESPAÑOL EN EL SIGLO XVI: LAS ARMADAS DEL iMPERIO
(28) PÉREzDE TUDELA, Juan: «La Armada de Vizcaya. Acerca de una razón de fuerza y
otros argumentos en el acuerdo de Tordesillas», en El Tratado de Tordesillas y su proyección.
Valladolid, 1973, t. 1, pp. 42 y SS.
(29) SzÁSzDI LEóN-BORJA, 1.: «El origen de la Armada de Vizcaya...», pp. 547-551.
(30) Ibidem, p. 551.
(31) Ibidem, pp. 552-553.
costas, mientras que las autoridades vizcaínas debían además velar por el
mantenimiento de una buena red de confidentes (32).
El control naval de la costa noroeste era sin duda fundamental, por ser
un lugar de tránsito de las armadas corsarias francesas e inglesas, camino
de las costas de Andalucía occidental, donde se solían concentrar a la espe
ra de los navíos de Indias. Por ello, el cometido de la Armada de Vizcaya se
consideró siempre muy relevante en el control del corsarismo en el oeste
peninsular (33). No obstante, los franceses sabían de las actividades que se
llevaban a cabo en las costas cantábricas, por lo que en ocasiones empren
dían acciones contra estos puertos. Precisamente, en 1550 se certificaron
varios ataques en los puertos del Cantábrico perpetrados por corsarios fran
ceses, «aunque dicen que entre ellos hay gente de cuatro naciones» (34).
A mediados de siglo, cuando más arreciaban los ataques franceses, se
proporcionaron a esta armada los medios adecuados, hasta el punto de que
se pudo permitir actuar por separado en dos escuadras. Efectivamente, ha
cia 1550 se dispuso que la Armada de Vizcaya actuase dividida en dos; una, a
cargo de don Luis de Carvajal, se encargaría de proteger la ruta «de Finisterre
a Inglaterra y a Flandes», y la otra, a cargo de Alvaro de Bazán, debería ampa
rar la costa desde «Finisterre a Andalucía» (35).
Los navíos utilizados fueron, obviamente, los típicamente atlánticos; es
decir, carabelas, naos y, más esporádicamente, galeazas y galeones. Su finan
ciación se procuró a través del impuesto de la avería por lo que, como tantas
otras, esta armada no puede ser considerada real.
Dicha armada surgió como tal en 1521 por la concentración paulatina de
corsarios en torno al cabo de San Vicente en busca de los buques que partían
(32) En una consulta del Consejo, fechada en 1540, se pedía escribir al factor real de
Burgos, Cristóbal de Haro, para que informara de las personas que tenían parientes o factorés
en los puertos de «Bretaña, Normandía y Picardía», a fin de que pudieran informar de las arma-
das que se aprestaban en dichos puertos. Consulta del Consejo de Indias, h. 1540. AGI, Indife
rente General 737, N. 45. Una década después, en 1550, el Rey felicitó al capitán general de la
provincia de Guipúzcoa y al corregidor de Vizcaya por las certeras y puntuales noticias que los
confidentes españoles habían obtenido en torno a 17 veleros que habían partido de Francia con
la intención de ir a las costas de Andalucía para esperar el regreso de los navíos de la Carrera de
Indias. MmA CABALLOS, E.: La Armada Guardacostas de Andalucía..., p. 18.
(33) Conocemos numerosos enfrentamientos entre las naves de la Armada de Vizcaya y
las armadas corsarias que no vamos a enumerar aquí. Al respecto véanse FERNÁNDEZDURO. C.:
op. cit., tomos 1 y II. CERVERA PERY, J.: La estrategia naval del Imperio, pp. 97-98. CEREZO
MARTÍNEZ, R.: op. cd., pp. 192-195.
(34) Cartas del marqués de Cortes y de Miguel de Lerma sobre los daños ocasionados por
franceses e ingleses, 1550. AGS, Guerra y Marina 1321, N. 5. Claro está que, independiente
mente del puerto de partida, en estos buques corsarios solían ir tripulantes de muy dipar nacio
nalidad. Así, por ejemplo, en la escuadra del pirata Diego de Ingenios había en la tercera déca
da del siglo xvi hombres de muy distintas procedencias, concretamente franceses, ingleses,
alemanes, portugueses, genoveses, griegos y hasta vizcaínos. Ver Orre, Enrique: «La Rochelle
et 1’ Espagne. L’expedition de Diego Ingenios a l’Ile des Perles en 1528», en Revue d’Histoire
Economique et Socia/e. París, 1959, vol. XXXVII, núm. 1, p. 50.
(35) Real Cédula a Diego Hurtado de Mendoza, h. 1550. AGS, Guerra y Marina 1321.
N. 368.
46 DE HISTORIANAVAL Núm.
REVISTA 74
EL SISTEMA NA VAL ESPAÑOL EN EL SIGLO XVI: LAS ARMADAS DEL IMPERIO
(36) BENzONI, Girolamo: Historia del Nuevo Mundo. Alianza Editorial, Madrid, 1989,
p. 166.
(37) Real Cédula al capitán Diego López de las Roelas, Valladolid, 10 de septiembre de
1548. AGI, Indiferente General 1964, leg. 11, f. 69v-69.
(38) CABALLEROJuÁREz,J. A.: El régimen jurídico de las armadas..., pp. 39-40.
50 DE HISTORIANAVAL Núm.
REVISTA 74
EL SISTEMA NAVAL ESPAÑOL EN EL SIGLO XVI. LAS ARMADAS DEL IMPERIO
da mitad del siglo XVI, a pesar de las reiteradas voces que se hacían oír en
favor de su mantenimiento (55).
«La principal causa por que nos hemos movido a hacer esta armada ha sido
por la seguridad de la flota que al presente está aparejada, para ir a España y
de la que se espera que al presente viene de camino de España habéis de llevar
cuidado y atención de asegurar el dicho viaje por donde han de ir y venir las
dichas naos y flotas...» (60),
(55) Desde 1550 hubo intentos por crear una armada guardacostas del Levante con
carácter permanente. El más sólido fue el formulado en 1595, en el que se establecieron las
bases de una armada estable, formada por cuatro galeras financiadas por la Generalidad de
Valencia. La muerte de Felipe II frustró este nuevo proyecto, cuyas gestiones se retomaron a
partir de 1601. Entre 1618 y 1620 encontramos cuatro galeras de armada, aunque con un
nombre distinto —Armada de Denia— y con un objetivo también muy diferente: el corso en
las áreas berberiscas. REQUENA AMORAGA, Francisco: La defensa de las costas valencianas en
la época de los Austrias. Instituto de Cultura Juan Gil-Albert. Valencia, 1997, pp. 273-288.
(56) Con creciente frecuencia los corsarios se decidían a cruzar el océano, confiados en arre
batarles las mercancías a unos navíos españoles sobrecargados y mal armados. No en vano, en la
década de los cuarenta la Real Audiencia de Santo Domingo informaba de que ni siquiera en tiem
pos de paz entre España y Francia dejarían de venir los corsarios a estas islas, «porque las presas
son muy grandes y sin riesgo ni resistencia ninguna...». Carta de la Audiencia de Santo Domingo a
Su Majestad, Santo Domingo, 4 de julio de 1541. AGI, Santo Domingo49, R. 12, N. 83.
(57) No debemos perder de vista la peligrosidad del área caribeña, donde, según calculó
HOffman, se perdieron un 40 por 100 del total de los navíos desaparecidos en la Carrera de
Indias entre 1535 y 1547. HOFFMAN, Paul: «El desarrollo de las defensas del Caribe. Siglo xvi y
principios del xvii>’,en influencia de España en el Caribe, la Florida y la Luisiana, 1500-1800.
Madrid, 1983, p. 19.
(58) A este respecto puede verse nuestro trabajo monográfico «El sistema naval con
América en tiempos de Carlos Y: la Armada del Caribe», en El emperador Carlos V y su tiem
po. Cátedra General Castaños, Sevilla, 2000, pp. 557-573.
(59) TORRESRAMÍREZ, Bibiano: «La defensa naval de las IndiaS durante el siglo XVI», en
América y la España del siglo xvi. CSIC, Madrid,1983, p. 115.
(60) MifiACA.RAuos,E.: El sistemanaval con América en tiempos de Carlos V..., pp. 571-573.
(61) Concretamente, en 1556 se dispuso que se aprestase una armada en Sevilla «que
anduviese en la guarda de las costas de la Española». La Armada se mantuvo en servicio
finalmente desde el 1 de junio de 1557 hasta el 20 de junio de 1559, y estuvo capitaneada por
don Juan Tello de Guzmán. Ibidem, pp. 563-564.
(62) Sobre este impuesto puede verse la clásica obra de CÉSPEDES DEL CASTILLO, Guiller
mo: «La avería en el comercio de Indias», en Anuario de Estudios Americanos. Sevilla, 1945,
t. II.
(63) Según se afirma en 1544. el cobro de la avería causaba un gran daño a la ciudad de
Santo Domingo, «porque los navíos que vienen de paso no osan entrar en esta ciudad». Juicio
de resistencia tomado a las justicias de la isla Española, 1543-1544; declaración de Rodrigo de
Marchena, el Viejo, a la pregunta número 15 del interrogatorio. AGI, Justicia 62.
(64) En 1575 se proyectó una armada caribeña formada por galeras y dividida en dos
escuadras, una con base en Cartagena de Indias, y la otra en algún puerto antillano. Entre 1578
y 1582 encontramos algunas esporádicas escuadrillas de galeras que nos muestran que el plan
se llegó a poner en práctica total o parcialmente. Sin embargo, es evidente que este proyecto
fracasó, primero porque la galera no era el navío más idóneo para la navegación en aguas del
Atlántico, y segundo porque el mantenimiento de estos navíos resultaba mucho más costoso
que el de la clásica carabela. Ver SANZ LonrNzo, E.: op cit., t. II, p. 354.
(65) Sobre estas Armadas pueden verse los clásicos trabajos de TORRES RAMÍREZ,Bibia
no: La Armada de Barlovento. Escuela de Estudios Hispanoamericanos, Sevilla, 1981, y PÉREZ
MALLAINA, Pablo Emilio, y ToR.RE.s RAMÍREZ, Bibiano: La Armada del Mar del Sur. Escuela de
Estudios Hispanoamericanos, Sevilla, 1987.
(66) CEREZOMARTÍNEZ: Las Armadas de Felipe II..., p. 181.
(67) Ibidem, pp. 182-183.
54 DE HISTORIANAVAL Núm. 74
ESTRUCTURA Y ORGANIZACIÓN
DE LA PRODUCCIÓNEN LOS
ARSENALES DE LA MARINA
ESPAÑOLA DEL SIGUi XVIII
Juan TORREJÓN CHAVES
Doctor en Historia Moderna
(3) Este Cuerpo facultativo y militar fue establecido el 10 de octubre de 1770 por la Real
Ordenanza que refrendó Julián de Arriaga, a la sazón secretario de Estado y del Despacho
Universal de Marina e Indias. En el preámbulo de la misma se detallaron los cometidos propios
de la corporación: «Por quanto conviniendo a mi Real servicio crear un Cuerpo de Ingenieros
de Marina, agregado al Cuerpo General de Marina, a cuyo cargo se construyan, carenen, reco
rran, cuiden los vageles, se fabriquen los edificios y practiquen las demás operaciones corres
pondientes a este cuerpo facultativo y militar en mis puertos, arsenales, montes, a bordo de mis
navíos y escuadras de guerra, a que destinará en qualquier parte de mis dominios. Y siendo
también de la mayor importancia se componga de sugetos ábiles en la theoría y práctica de esta
profesión, he resuelto su establecimiento...» Archivo General de Simancas, Marina, leg. 79.
(4) Esta labor la desarrollaba el ingeniero destinado en la siena de Segura en la estación
en que no era precisa su permanencia en los montes.
(5) De los mismos se obtenían, además de pinos, robles, encinas, fresnos y álamos.
(6) El texto que sigue se fundamenta en los documentos del Archivo General de la Mari
na, Arsenales, legs. 1803, 2589, 3753, 3739, 3798, 3802, 3805.
(7) La supeditación de los operarios a sus capataces y cabos era cuidada escrupulosamen
te, celando el ingeniero comandante para que cada individuo respetara a sus jefes más cercanos
y los obedeciera con puntualidad.
(8) Entre los operarios, los «obreros» comprendían una clase específica, por debajo de la
de los oficiales.
(9) Los cuarteles de la maestranza servían de alojamiento a una parte de la misma dentro
de este arsenal, aunque la mayor parte de los trabajadores vivían con sus familias en las villas
de la Real Isla de León y Puerto Real, muy distantes de La Carraca. Esto originaba que,
Obradores permanentes
navíos del porte de 74 cañones y una fragata del de 34, con un coste en mano
de obra de 109.320 reales de vellón, correspondiendo 41.100 para los moto
nes de cada navío y 27.120 para los de la fragata. Adoptándose el nuevo méto
do propuesto, por este mismo concepto saldría la motonería de un navío por
17.573 reales de vellón y la de una fragata por 11.714 reales de la misma
moneda. El mismo Betancourt solicitó que se aumentase en 30 individuos el
personal del taller, para poder producir cada año los motones necesarios para
nueve navíos y seis fragatas de los portes indicados.
(13) Los obras de arboladuras, cabrestantes, ajustes de baos, crucetas, etc., por ser proli
jas, requerían operarios hechos, que eran los de las clases de jornales mayores, ya que los arse
nales no podían exponerse a la pérdida de una pieza costosa por falta de conocimiento en el que
la trabajaba.
(14) En las dos últimas décadas del siglo xviii los apuros económicos (derivados del
permanente déficit presupuestario) fueron constantes en el Departamento de Cádiz, y se agudi
zaron a finales de siglo conforme se ahondó la crisis de la Hacienda.
64 DE HISTORIANAVAL Núm.
REVISTA 74
ESTRUCTURA Y ORGANIZACiÓN DE LA PRODUCCIÓN EN LOS ARSENALES...
La jornada laboral
(17) Cuando los presidiarios se ocupaban en los oficios del arsenal y lo hacían con utili
dad, recibían un tercio o un medio del jornal que hubieran merecido en el caso de ser libres.
Este gasto se costeaba del ahorro producido por razón de ausencias, enfermedades y descuentos
de los miembros de la maestranza.
66 DE HISTORIANAVAL Núm.
REVISTA 74
ESTRUCTURA Y ORGANIZACIÓN DE LA PRODUCCIÓN EN LOS ARSENALES...
(18) Nuestro actual horario de verano se encuentra adelantado dos horas con respecto a la
hora solar.
(19) Los abastecimientos provenientes del exterior alcanzaron, en ocasiones, muy altas
cotas. Por ejemplo, en julio de 1773, y dada la bonanza entonces existente en las relaciones con
los británicos, se efectuó un contrato con la reputada Compañía y Propietarios de las Fundicio
nes y Obras de la Ciudad de Carron en el Reino de Escocia, para que surtiese de cañones de
hierro a 72 reales de vellón por quintal. Llegaron a España 4.498 piezas, de las que se aceptaron
finalmente 3.132 después de que los marinos españoles efectuasen las reglamentarias pruebas
de recepción.
1
5 6
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JUAN TORREJÓN CHAVES
— abrazaderas de codaste
— agujas de codaste
— aldabillas
— anclas
— anillas
— arandelas
— argollas
— barretones
— bisagras
— cadenas
cáncamos
— capuchinos
— carros de botes
— casquillos para los frentes
clavazón y estoperoles (20)
— cucharas de sacar fango
— cuchillas para hender madera
— chapas para cuadernales
— chavetas
70 DE HISTORIANAVAL Núm.
REVISTA 74
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JUAN TORREJÓN CHAVES
72 DE HISTORIANAVAL Núm.
REVISTA 74
ESTRUCTURA Y ORGANIZACIÓN DE LA PRODUCCiÓN EN LOS ARSENALES...
(21) El flete desde Deva hasta La Carraca fue soportado por la Armada y ajustado a
cuatro reales y dos maravedíes de vellón el quintal de 100 libras castellanas, precio que era muy
moderado con respecto a los que generalmente pagaban los particulares y el Banco Nacional de
San Carlos por los hierros que remitían a Cádiz.
74 DE HISTORIANAVAL Núm.
REVISTA 74
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ESTRUCTURA Y ORGANIZACiÓN DE LA PRODUCCIÓN EN LOS ARSENALES...
CUADRO II
TOTAL DE IMPORTEALMES
CÁDIZ FERROL CARTAGENA MAHÓN
OPERARIOS (EN REALES DE VELLÓN)
CUADRO III
CUADRO IV
Carpinteros de ribera
y calafates (1) 1.416 1.301 1.240 211 4.168
Fábricas de jarcia
y lonas 561 900 2.496
1.035
Obradores 1.030 1.248 (2) 1.700 187 4.165
TOTALES 3.007 3.449 3.975 398 10.829
FUENTE: Estado General de la Real Armada. Año de 1793. Madrid, Imprenta Real,
Elaboración propia.
CUADRO y
CUADRO VI
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28071 Madrid.
Teléfono: (91) 379 50 50. Fax: (91) 379 59 45.
LA CONQUISTADE LAS MALVINAS
POR BOUGAINVILLE
Y SU ROCAMBOLESCOBAUTIZO
DEL ECUADOR
Juan B. OLAECHEA LABAYEN
Cuerpo Facultativo de Archiveros y Bibliotecarios
alcanzó por todos los países europeos el poema épico de Camens, publica
do en 1572. España, volcada al mar y organizadora de numerosas empresas
descubridoras es el país fuera de Portugal en el que la celebrada obra alcan
zó mayor y más rápida difusión, pues, aparte de la facilidad del lector espa
ñol para la comprensión de la lengua hermana, en el mismo siglo XVI se
hicieron de ella tres traducciones: dos vieron la luz en 1580, ocho años
después de la publicación del original portugués, en sendas ediciones en
Salamanca y Alcalá, y la tercera se publicó en Madrid en 1591. En años
sucesivos Os Lusíadas fue traducido a las lenguas más importantes de
Europa, de suerte que la hazaña de Vasco de Gama se hizo accesible a todo
el mundo y subsidiariamente encendió el pálpito evocador del paso del
Ecuador.
Un monje aventurero
Las galas poéticas y alusiones mitológicas no están tan presentes en el
relato de la celebración del paso del Ecuador del abad Pernetty. En ésta, la
imaginación no reside en la expresión, sino en la acción misma, la cual se
desenvuelve en forma de pantomima, más propia de una saturnal que de una
ceremonia sacra en la que, en cierto modo, se inspira. Una observación desta
cable en este episodio es la aquiescencia de la noble personalidad del jefe de
la expedición, el célebre navegante y encumbrado militar Louis-Antoine de
Bougainville, que se aviene a desempeñar un papel caricaturesco impulsado
seguramente por la intención de contribuir a romper el tedio de la larga nave
gación en su ruta para tomar posesión de las islas Malvinas —en realidad,
para conquistarlas— en 1763.
La descripción de la ceremonia corresponde a un capítulo de un libro anti
guo en dos tomos, escrito por el monje dom Pernetty, abad de Burgel, miem
bro de la Academia Real de Prusia y bibliotecario del rey de esta nación
germánica. Dicho abad fue uno de los pasajeros de esta expedición, cuyo peri
pio duró dos años y que estaba compuesta por la fragata L’Aigle, de 20 caño
nes y con 100 hombres a bordo entre la dotación y los pasajeros, y la corbeta
Le Sphinx, de ocho cañones y 40 tripulantes. Ambas naves habían sido cons
truidas en el puerto bretón de Saint-Malo (2).
El relato —escrito en un francés todavía denominado françois, menos
evolucionado que el español de la época en lo que se refiere a la proximidad
con el lenguaje actual— presenta en la intención confesada del autor una
vertiente histórica de interés general en aquellos años que corrían en pleno
(1) CAMÓENS, Luis de: Los Lusíadas (trad. de Lamberto Gil). Biblioteca Clásica, Madrid,
1887. El pasaje reproducido corresponde al canto V, octavas 13 y 14. La alusión a Calisto,
según las notas de la edición, se refiere a la moza que Júpiter dejó preñada de Arcas. Juno, celo
so, la convirtió en osa, y Arcas, como cazador y sin saber que era su madre, la mató. Una y otro
se convirtieron en constelaciones, pero castigadas por Juno a no bañarse nunca en el mar, a
diferencia del Sol y otras estrellas.
(2) PERNETTY,Dom: Histoire d’un voyage aux ls/es Malouines, fait en 1763 et 1764; avec
des observations sur le détroit de Mage/lan, et sur les Pata gons. Nouvelle édition, 2 t. Paris,
1770, t. 1, pp. 107-124.
86 DE HISTORIANAVAL Núm. 74
REVISTA
LA CONQUiSTA DE LAS MALVINAS POR BOUGAINVILLE Y SU ROCA MBOLESCO...
otra alternativa que retrasar lo más posible la pérdida de la rica colonia, senti
miento que no amenguó su áscenso a coronel ese mismo año, conmutado
luego por el de capitán de navío, que le permitió luego el ascenso a almirante.
(3) Una obra básica acerca de esta guerra se debe a WADDINGTON, R.: La Guerre des Sept
Ans, 4 t. París, 1896-1908. Sobre el compromiso y participación española en el conflicto, véase
PALACIO ATARD, Vicente: El Tercer Pacto de Familia, Madrid, 1946.
cana. Pero todo eso llegó tras la aventura de las Malvinas y después de la
vuelta al mundo que dio el navegante francés (diciembre de 1766-marzo de
1769), fructífera travesía que en buena parte se costeó, como se dirá más
abajo, con dinero español; pero su desarrollo queda fuera del alcance de
este trabajo (4).
(4) Véase MARTÍN-ALLANIC, J. E.: Bougainviile navigateur et les découverts de SOn temp,
2 t. P.U.F., París, 1964. El dato del rescate económico español de las Malvinas, que sirvió para
financiar la expedición francesa de la vuelta al mundo, está tomado del artículo biográfico de
nuestro personaje, publicado por U. Prevost y Roman d’Amat en Dictionnaire de Biographie
Française. París, 1954, t. VI, pp. 1287-8.
(5) LAGUARDA FRÍAS,Rolando: Nave española descubre las Islas Malvinas en 1520.
Edición del propio autor, Montevideo, 1933.
(6) GIL MUNILLA, Octavio: Malvinas. El conflicto anglo-español de 1770. Para un enfo
que global, MUÑOZ AZPIRI, José Luis: Historia general de las Malvinas. Buenos Aires, 1966.
PANDO VILLARROYA, J. L.: Islas Malvinas. Ed. Pando, Madrid, 1982.
(7) Véase el artículo «Bautismo del mar» en la Enciclopedia General del Mar, vol. 1,
cois. 1196-7. El nombre muy repetido de M. de Bougainville se ofrece por sus siglas M. de B.
En la nota 11 se explica la naturaleza de la «cala».
(8) En francés, faubert, cuyo significado explica en nota el autor como una especie de
escobón compuesto de hilos de estopa tomados de viejas jarcias. Representa más o menos una
gruesa y larga cola de caballo.
90 DE HISTORIANAVAL Núm.
REVISTA 74
LA CONQUISTA DE LAS MALVINAS POR BOUGAINVILLE Y SU ROCAMBOLESCO...
“Bravo caballero:
(9) El Bonhomme fecha su carta en el año 7763 del comienzo de su reinado equinoccial, y
en un párrafo inferior se presenta a sí mismo como un anciano de esa misma edad. Ello parece
querer indicar que se le asimila al Demiurgo de Platón, que hubiera estado presente en el
comienzo de la historia, cuyo año aproximado solían calcular algunos historiadores sumando la
edad de los sucesivos profetas bíblicos en una interpretación literal de los datos ofrecidos por la
Sagrada Escritura.
(11) La repulsa por peligroso del antiguo uso de la inmersión, implícita en esta ceremo
nia, viene a ser un anticipo o inicio del rechazo de la cala en su forma antigua. En 1667, cuatro
años después de estos autos, Carlos XI de Suecia prohibió en su Código marítimo zambullir a
persona alguna, pero a cambio los neófitos debían entregar a la marinería, según el rescate
tradicional, un pote de vino. A los pasajeros, porel contrario, los eximía de entregar gratifica
ción alguna. La Compañía Holandesa de las Indias Orientales extendió a sus buques esta dispo
sición del código sueco, lo cual tiene una explicación más lógica, pues ellos empleaban la
llamada «cala mayor», que consistía en hacer pasar al ladrón, al blasfemo o al que incitaba a la
revuelta, de un borde a otro por debajo de la quilla. El abad Pernetty explica en una larga nota
en las páginas 117 y 118 cómo se solían efectuar las diversas formas de la cala.
(12) «Ah, si tú fueras, hermano mío, amamantado a los pechos de mi madre! Al encon
trarte en la calle te besaría». Cantar de los Cantares, cap. 8, y. 1 (cita tomada de la versión bíbli
ca de Ediciones Paulinas).
94 NAVAL Núm.
DE HISTORIAREVISTA 74
LA CONQUISTA DE LAS MALVINAS POR BOUGAINVILLE Y SU ROCA MBOLESCO...
corta edad, a los que ellas no podían abandonar, darían gritos por el miedo que
les infundirían las figuras grotescas de la gente del cortejo del Presidente de la
Línea.
»Algunos pasajeros fueron después bautizados y embadurnados de rojo y
negro, pero no se les puso sobre la bañera porque, habiendo comenzado a
arrojar algunos baldes de agua sobre los bautizados, éstos en revancha los
echaron sobre los marineros. Los que habían sido empapados, quisieron
empapar a los otros. El desorden aumentó y todos los qué se encontraban en el
alcázar quedaron tan mojados como si se les hubiese arrojado al mar. Así
acaba ordinariamente esta farsa y se es muy feliz cuando se la esquiva con
dinero o con algunos baldes de agua».
Bibliografía
que expresa el título. Sus dos densos volúmenes no se detienen sólo en obser
vaciones náuticas, geográficas o antropológicas, sino que también muestran
interés por las ciencias de la naturaleza.
LA RONCIÉRE,Ch. de y CLERC RAMPAL, G.: Histoire de la Marine fran
çaise. París 1934. Una visión general de la Marina francesa que destaca el
papel desempeñado en ella por Bougainville.
TORRE REVELLO,José: Bibliografía de las Islas Malvinas. Obras, mapas y
documentos. Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos
Aires, Buenos Aires, 1953. Exhaustiva recopilación de 271 páginas de toda
clase de documentos relativos al tema a cargo del conocido y autorizado histo
riador argentino.
98 - REVISTA
DE HISTORIANAVAL Núm. 74
EL HUNDIMIENTO DEL KOMSOMOL
El permanecer parado o evolucionando a la espera en torno al mercante
mientras la dotación de presa efectuaba el registro de su carga, habría supues
to correr grave nesgo de ser torpedeado por los submarinos gubernamentales:
El reconocimiento, por muy ligero que hubiera sido, habría llevado su tiempo,
al tener que abrir las bodegas, inspeccionar las mismas, abrir las cajas, etc., y
tras ello izar el bote con la comprometida pluma del crucero.
El almirante de la Flota nacional, cuya misión en ese momento era colabo
rar con los italianos, no podía abandonar la operación el mismo día en que se
iniciaba, dándola de lado, y tratar después de escoltar el mercante hasta el
puerto más próximo, Palma de Mallorca.
Al término de la operación el almirante comenta en sus memorias:
«La presencia del Canarias durante cinco días consecutivos, en una zona
limitada a 50 ó 60 millas de las bases de aviación del Mar Menor y de la base
de Cartagena, donde se encuentran cuatro o cinco submarinos rojos, era a
todas luces una equivocación que sólo encontraba disculpa en la falta de incia
tiva del enemigo; sin embargo, en esta época no se conocía aún la capacidad
de aquellos submarinos, y un accidente grave al Canarias era evidentemente de
una importancia extraordinaria».
Más adelante (página 926, vol. II) hace constar cómo la lejanía de los puer
tos nacionales más próximos a la zona —Melilla o Palma de Mallorca—,
distantes más de 180 millas, impedía la conducción a éstos de las presas, en
este caso el Komsoniol, y, en general, de cualquiera que hubiese tenido lugar.
Prosigue el almirante:
Esperamos que con estas aclaraciones queden zanjadas las dudas del escri
tor don José Luis Infiesta. No hay más que lo expuesto. Todas las versiones de
otros autores no están basadas en datos fehacientes. El cuaderno de bitácora
del crucero Canarias —hoy conservado en el archivo de El Viso del
Marqués— no aclara nada, se limita a consignar los hechos pero no las razo
nes de los mismos, como es su función; sólo el parte de campaña del almiran
te de la Flota nacional rendido al Generalísimo —conservado también en el
citado archivo— explica lo que acabamos de relatar.
____ aEstán
la venta los ÍNDICES de
REVISTA
los cincuenta primeros números
DE de la REVISTA DE HISTORIA
HISTORIA NAVAL NAVAL, cuyo contenido es el que
sigue:
INDICESDELOSCINCUENTA
PRIMEROSNÚMEROS • Introducción (estudio histórico
y estadístico).
• Currículos de autores.
• Indices de los números 1 al 50.
1 •
•
Artículos clasificados por
orden alfabéticos.
Indice de materias.
• Indice de la sección La histo
ria vivida.
• Indice de la sección Docu
¡sien tos.
AÑO XIV ie,o
Exa
• Indice de la sección La Histó
ZNSITXTflX) HTORA Y QIIXVRA NAVAL
ria Marítima en el mundo.
• Indice de la sección Recen
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___________________________ j siones.
Indice •de ilustraciones.
Museo Naval
Juan de Mena, 1, 28071 MADRID. Fax: 91 379 50 56. Venta directa.
Manuel MARTÍNEZCERRO
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DOCUMENTO
Señor:
Le agradezco muchísimo a S. E. su cariñosa carta fechada ayer, y le asegu
ro que los sentimientos de honor y humanidad que presiden los corazones de
los oficiales a los cuales tengo el honor de enfrentarme en armas, tienden
mucho a aliviar mi alma de los horrores inevitables del estado de guera.
No me olvidaré de participar al contralmirante sir Horacio Nelson y al
capitán de navío Fremantie, el interés que 5. E. muestra por su curación.
Tengo el honor de ser, con mi más alta estima y consideración de 5. E., el
más humilde y obediente servidor.
St. Vincent
Su Excelencia
Don Josef de Mazarredo
La batallade Trafalgar:síntesisbibliográfica(II)
En español:
AGUIRRE PRADO, Luis: Churruca. Publicaciones Españolas. Madrid, 1961.
24 cm, 32 pp., lám.
CaNTE LACAVE, Augusto: En los días de Trafalgar. Diputación Provincial de
Cádiz. Ed. Escelicer, S. L. Cádiz, 1955. 24,5 cm, 280 pp,, lám.,
NAVAS, Antonio: «Churruca, un almirante de España; vivió para la Humani
dad, murió por la patria». Revista General de Marina. Editorial Naval.
Biblioteca de Camarote. Madrid, 1962. 20 cm, 180 pp., lám.
SALVÁ, Jaime: «Alcalá Galiano». Revista General de Marina. Editorial Naval.
Biblioteca de Camarote, Madrid, 194-, 20 cm, 154 pp., fot.
En inglés:
BREEMER, Jan S.: The burden of Trafalgar: Decisive ba:ttleand naval Strategic
expectation on the Eve of 1W. Naval War College. Newport, 1993. 22 cm,
45 pp.
HARBRON, John D.: Trafalgar and the Spanish Navy. Naval Institute Press,
Annapolis, MD., 1988. 27,5 cm, 178 pp.
En inglés:
BRIDGE, Cyprian: Sea power and other studies. Smith, Edder and Co.,
Londres, 1910. Signatura 881. (Contenido: Poder naval... Estrategia naval
y táctica en Trafalgar. Comunicaciones de la flota.)
CORBErr, Julián S.: England in the seven years wa A study in co,nbined stra
tegy. 2 tomos. Longmans Green and Co. Londres, 1918. Signatura 111.
(Contenido: Historia Naval. Inglaterra. Trafalgar.)
—The campaign of Trafalgar. 2 tomos. Longmans. Londres, 1919. Signa
tura 113. (Contenido: Historia naval. Trafalgar. Inglaterra.)
108 DE HIsT0IIIA
REVISTA
NAVAL Niim. 74
LA HISTORIA MARÍTIMA EN EL MUNDO
HAMILTON WILLIAMS, M. A.: Britain ‘s naval power. MacMillan and Co., Ld.
Londres, 1906. Signatura 1053. (Contenido: Historia de la Marina británi
ca hasta Trafalgar.)
HOUSEHOLD, H. W.: Our Guardian Fleets in 1805. MacMillan. Londres, 1909.
Signatura 897. (Contenido: Trafalgar. Nelson.)
LAUGHTON, J. K.: Defeat of the Spanish armada. Navy Records Society.
Londres, 1895. Signatura 434. (Contenido: La derrota de la Armada espa
ñola en Trafalgar.)
En francés:
En italiano:
Petición de intercambio
Institución
Dirección postal
País
Teléfono
Fax
Dirección de intercambio:
Durante los días del 1 al 6 del pasado mes de julio se celebró en Barcelona,
España, la XIX Conferencia General y la XX Asamblea General del Consejo
Internacional de Museos (ICOM), bajo el título general «Gestionando el
cambio: el museo frente a los retos económicos y sociales». Las sesiones
tuvieron lugar en el Palacio de Congresos de Barcelona, Avda. María Cristina,
sin., en Monyuich. En esta zona se ubicaron las diferentes subsedes de la
Conferencia.
«El tema es relevante: los museos tienen que hacer frente actualmente a los
retos económicos y sociales. ¿Cómo tienen que cumplir su misión, respon
diendo a las expectativas de la sociedad y adaptándose a nuevas maneras de
conocimiento?», dice Jacques Perot, presidente del ICOM. Por su parte,
Rafael Feria, presidente de ICOM CE, añade: «La conferencia será una inmejo
rable oportunidad para conocer, comparar y discutir sobre los diferentes mode
los de gestión y dependencia orgánica vigentes en la actualidad en la mayoría de
los países, su pervivencia, etc. De igual manera, la reunión de Barcelona nos
servirá de marco adecuado para el intercambio de ideas y experiencias en rela
ción con los proyectos de actuación y cooperación ya en marcha».
La iniciativa de proponer la ciudad de Barcelona como sede de la Conferen
cia General del ICOM partió del comité español en 1995. En la organización
de la Conferencia trabajaron juntos una serie de organismos de las administra
ciones públicas: Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, Generalidad de
Cataluña, Diputación de Barcelona y Ayuntamiento de Barcelona.
El programa general del ICOM 2001 Barcelona presentaba las ponencias
centradas en el tema marco de la Conferencia, reuniones de los comités inter
nacionales y otros organismos del ICOM, además de las sesiones paralelas
interdisciplinarias, pero también en esta ocasión se hizo de este encuentro un
foro donde la sociedad interesada por los museos pudo participar en debates e
intercambiar conocimientos con museólogos de todo el mundo.
Esquemáticamente, el programa presentaba estos tres apartados generales:
Los días 1 al 6 del pasado mes de julio tuvo lugar, por primera vez en
Madrid, el Congreso Internacional de Historia de la Cartografía, el XJX, con
el tema marco «La Cartografía de España e Iberoamérica».
El Congreso estuvo promovido por Imago Mundi, una sociedad científica
sin ánimo de lucro, fundada en 1964 y ubicada en la Map Library, en la
British Library, que edita la prestigiosa revista anual Imago Mundi the Inter
national Journal for the History of Cartography. Esta sociedad está regida
por un comité de directores de diversos países que designan la sede de los
congresos, previa petición de los países miembros. Los congresos reúnen a
todos los interesados en la historia de la cartografía y temas afines relaciona
dos con ella, como historia del arte, historia de la ciencia o historia de la lite
ratura, y se organizan cada dos años. Los primeros congresos tuvieron lugar
en la ciudad de Londres en 1964 y 1967; las siguientes sedes fueron: Bruse
las, Edimburgo, Varsovia, Greenwich, Washington, Berlín, Pisa, Dublín,
Ottawa, París, Amsterdam, Uppsala-Estocolmo, Chicago, Viena, Lisboa y
Atenas, en 1999.
Los organismos que organizaron el Congreso de Madrid son: el Ministerio
de Defensa, la Biblioteca Nacional y la Universidad Complutense. La presi
dencia de honor la ostentó S.A.R. el Príncipe de Asturias.
Las sesiones de trabajo tuvieron lugar en las dependencias de la Biblioteca
Nacional de España y en el Monasterio de El Escorial. La sesión inaugural, el
día 1 de julio, fue presidida por el rector de la Universidad, que dio una confe
rencia, en calidad de catedrático de Geograifa, en el anfiteatro Ramón y Cajal
de la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense. El Congreso se
desarrolló en inglés, francés y español, con traducción simultánea entre el
inglés y el español.
Consideramos que ésta fue una magnífica oportunidad para que España
mostrase a la comunidad internacional los valiosos fondos cartográficos que
custodia y asimismo el esfuerzo ingente realizado en su instalación e informa
tización para ponerlos al servicio de los investigadores y estudiosos.
Para más información, dirigirse a:
Entre los cursos que organizó la Fundación «Cánovas del Castillo», con la
colaboración San Pablo-CEU y el patrocinio de varias fundaciones, institu
ciones y empresas, entre los días 16 y 20 del pasado mes de julio, agrupados
bajo la denominación XVI Cursos de Verano «Guadalajara 2001», se desa
rrolló el titulado «Alejandro Mon y la España de los moderados», dirigido
por el profesor Juan Velarde Fuentes, rector de la Universidad Marqués de
Santillana y catedrático emérito de la Universidad Complutense de Madrid.
Nos parece interesante destacar para nuestros lectores que, entre las catorce
conferencias propuestas por destacados académicos, profesores, catedráticos,
y hasta por el mismo vicepresidente segundo del Gobierno, se incluyó la titu
lada «La reconstrucción de la Marina», que fue desarrollada por el general
Auditor del Cuerpo Jurídico Militar José Cervera Pery, ex director de nuestra
REVISTA.
Internet: http.//www.uimp.es
CONVOCATORIAS
Susan Hanf
The Hermon Dunlap Smith Center, 60 West Walton Street.
Chicago, 11,60610-3380.
Teléfono: (01) 312-255-3659. Fax: (01) 312-255-3502.
Correo electrónico: smithctr@newberry.org
Entre los días 12 y 15 del mes de noviembre de 2001 se celebrarán las VII
Jornadas de Historia Militar que, bajo el título general «De la Paz de París a
Trafalgar, 1763-1805. Génesis de la España contemporánea», organiza la
Comisión Española de Historia Militar (CEHISMI), que preside el almirante
Balbás, dentro del marco de los actos conmemorativos de la batalla de Trafal
gar, cuyo bicentenario se cumple el 21 de octubre del año 2005.
El avance del programa que tenemos a mano contempla los siguientes
temas, que se desarrollarán uno cada día en sesiones vespertinas de cincuenta
minutos de duración:
J.A. O.
Advertencias
• Evítese el empleo de abreviaturas, cuando sea posible. Las siglas y los acrónimos, siempre con
mayúsculas, deberán escribirse en claro la primera vez que se empleen. Las siglas muy conocidas se
escribirán sin puntos y en su traducción española (ONU, CIR, ATS, EE.UU., Marina de los EE.UU.,
etc.). Algunos nombres convertidos por el uso en palabras comunes se escribirán en redonda
(Banesto, Astano, etc.).
• Se aconseja el empleo de minúsculas para los empleos, cargos, títulos (capitán, gobernador, conde)
y con la inicial mayúscula para los organismos relevantes.
• Se subrayarán (letra cursiva) los nombres de buques, libros, revistas y palabras y expresiones en
idiomas diferentes del español.
Las notas de pie de página se reservarán exclusivamente para datos y referencias relacionados
directamente con el texto. Se redactarán de forma sintética y se presentarán en hoja aparte con
numeración correlativa.
• Las citas de libros y revistas se harán así:
• APELLIDOS, nombre: Título deI libro. Editorial, sede de ésta, año, número de las páginas a que se
refiere la cita.
• APELLIOOS, nombre: «Título del artículo» el Nombre de la revisra, número de serie, sede y año en
números romanos. Número del volumen de la revista, en números arábigos, número de la revista,
números de las páginas a qoe se refiere la nota.
• La lista bibliográfica deberá presentarse en orden alfabético; en caso de citar varias obras del
mismo autor, se seguirá el orden cronológico de aparición, sustituyendo para la segunda y siguien
tes el nombre del autor por una raya. Cuando la obra sea anónima, se alfabetizará por la primera
palabra del título que no sea artículo. Como es habitual, se darán en listas independientes las obras
impresas y las manuscritas.
• Las citas documentales se harán en el orden siguiente:
Archivo, biblioteca o Institución.
Sección o fondo.
Signatura.
Tipología documental.
Lugar y fecha.