APORTES DE PIA Nº 4

Documento de Cátedra

Acciones y reacciones en el marco de las relaciones argentino-

británicas por el conflicto sobre las Islas Malvinas, Georgias
del Sur y Sándwich del Sur desde mayo de 2003 hasta
septiembre de 2011

Paula Demarchi

Diciembre 2011

Universidad Nacional de Rosario

Facultad de Ciencia Política y
Relaciones Internacionales
Política Internacional Argentina
Acciones y reacciones en el marco de las relaciones argentino-británicas- Paula Demarchi

Acciones y reacciones en el marco de las relaciones argentino-

británicas por el conflicto sobre las Islas Malvinas, Georgias
del Sur y Sándwich del Sur desde mayo de 2003 hasta
septiembre de 2011

Paula Demarchi

Introducción Más allá de la relevancia que se le ha

Este cuaderno de cátedra tiene por
propósito actualizar la información de los
textos consignados como obligatorios en la
materia Política Internacional Argentina,
respecto a las decisiones y a sus réplicas
entre Argentina y Gran Bretaña en torno al
tema Malvinas, entre mayo de 2003 y
septiembre de 2011.
La Política Exterior Argentina tiene como
cuestión de Estado el hecho irrenunciable de
que las Islas Malvinas, Georgias del Sur y
Sándwich del Sur pertenecen a la República
Argentina; este objetivo se encuentra
plasmado en la Constitución Nacional
reformada en el año 1994 (1) (Bologna,
2006).
atribuido a esta temática, no fue posible
alcanzar un consenso entre los diferentes
sectores políticos y sociales respecto a los
objetivos y estrategias para sostener una
política de Estado, quedando ésta
supeditada a la decisión de cada gobierno en
particular. De este modo, los cambios de
política en torno al tema fueron la
característica de la diplomacia que se llevó a
cabo en un caso fuertemente enraizado en el
espíritu del hombre argentino (Miranda,
2007).
Distinta es la situación del Reino Unido, el
cual ha mantenido su posición en torno a la
cuestión de las Islas Malvinas, prácticamente
inalterada desde el año 1982. En esta
dirección, el Foreing Office sostiene:

Este asunto ha sido considerado como
prioritario por todos los gobiernos
argentinos, sin distinción alguna de partidos
e ideologías, siendo tal su importancia que
rápidamente los gobernantes se apresuran a
anunciar que el conflicto de las Malvinas
será uno de los ejes centrales de su política
exterior (Romero, 2010).
“The British Government's position is that
there will be no negotiations over
sovereignty unless and until that is the wish
of the Islanders themselves. We remain
committed to the right of the Falkland
Islanders to determine their own future. The
islands will be British for as long as their
inhabitants wish to remain so” (2).

*Licenciada en Relaciones Internacionales (Universidad Nacional de Rosario). Doctoranda en Relaciones

Internacionales (Universidad Nacional de Rosario). Adscripta a la cátedra Política Internacional Argentina del 5to
año de la Carrera Licenciatura en Relaciones Internacionales de la Universidad Nacional de Rosario, desde agosto del
año 2010.

La autora agradece a la Dra. Graciela Zubelzú, Profesora Adjunta de Política Internacional Argentina, quien
supervisó el presente trabajo.
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 Acciones y reacciones en el marco de las relaciones argentino-británicas- Paula Demarchi
En cierto sentido este panorama
constituye el contexto político que enmarca
las relaciones bilaterales argentino-
británicas. Las diferentes medidas
espasmódicas, pendulantes y cada vez más
“duras”, aplicadas por el gobierno
argentino a lo largo del período bajo estudio
frente a la irrevocable postura inglesa, han
generado profundas diferencias y fuertes
tensiones, que continúan postergando la
posibilidad de alcanzar alguna solución al
conflicto por las Islas Malvinas.
La política hacia Malvinas entre mayo de
2003 y septiembre de 2011
Administración Kirchner (2003-2007)
El tema de la soberanía por las Islas
Malvinas ocupó un lugar central en la
propuesta electoral de Néstor Kirchner (3).
En esta dirección, se manifestó la necesidad
de volver a multilateralizar la cuestión y a
consolidar las políticas de alianzas. Estos
lineamientos fueron confirmados en su
discurso de asunción, en el que mencionó la
necesidad de reclamar la soberanía tanto en
el ámbito bilateral, como lo hizo en la XXIII
Reunión de la Comisión de Pesca del
Atlántico Sur en el año 2003, como en el de
los foros internacionales, puntualmente en
el Comité de Descolonización de Naciones
Unidas, en la Organización de Estados
Americanos (OEA) y en el MERCOSUR
(Simonoff, 2010).
Se podría afirmar que desde el comienzo
de esta administración hubo momentos de
tensión que marcaron la relación entre
Argentina y Gran Bretaña. Cabe aclarar que
mientras la diplomacia nacional le adjudicó
un alto perfil al conflicto por las Islas
Malvinas, Georgias del Sur, Sándwich del
Sur y los espacios marítimos circundantes,
desde Londres el tema recibió escasa
atención
Uno de los primeros cruces entre el
Palacio San Martín y el Foreing Office tuvo
que ver con los vuelos chárter a las
Malvinas. En noviembre de 2003 la empresa
aérea LAN Chile, la cual realiza actualmente
los únicos vuelos regulares (4) (uno por
semana, haciendo escala una vez por mes
en Río Gallegos) desde el continente hacia
las islas, solicitó al gobierno argentino
establecer vuelos chárter entre Punta
Arenas (Chile) y Puerto Argentino
(Malvinas). La intención de la compañía
aérea chilena era que se autorizaran vuelos
no regulares de forma permanente y no sólo
durante las temporadas estivales (de
noviembre a marzo), tal como había
permitido la República Argentina sobre la
base de su consideración caso por caso.
Desde la Cancillería argentina se rechazó
esta petición y se propuso el
establecimiento de vuelos regulares y
chárter entre nuestro país y el archipiélago,
a través de una aerolínea de bandera
nacional. Esta medida generó reacciones
contrarias tanto en el Reino Unido como en
las Malvinas. El Secretario de Estado
británico para Asuntos Exteriores Bill
Rammel, hizo referencia en un informe al
Parlamento de su país, al impacto negativo
que tiene para los isleños y para la industria
turística la decisión del gobierno de Néstor
Kirchner de no autorizar vuelos extras de la
empresa LAN Chile (5). Asimismo sostuvo
que su gobierno no negociará con
Argentina la soberanía de las islas y remarcó
que toda modificación respecto al régimen
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de vuelos entre la zona continental y la
insular requiere de la aprobación de los
isleños (Bologna, 2006). Desde este
momento quedaron suspendidos los vuelos
chárter (6).
Muy poco tiempo después las diferencias
comenzaron a profundizarse,
fundamentalmente, cuando a través de un
comunicado oficial el Reino Unido confirmó
a la Argentina que algunas naves de ese país
entraron en 1982 al Atlántico Sur con
armamento nuclear. No obstante ello, el
Ministerio de Defensa inglés aclaró que
dichas armas no habían sido enviadas para
ser utilizadas durante el conflicto (7).
Por su parte el presidente Kirchner instó al
gobierno británico a que pidieran disculpas
al pueblo argentino y manifestó su
preocupación por la posible contaminación
radioactiva de las aguas. Los voceros del
Foreign Office respondieron con firmeza
que no había nada por qué disculparse.
Asimismo remarcaron que la Argentina, en
aquel entonces, no había firmado aún el
Tratado para la Proscripción de Armas
Nucleares en América Latina y el Caribe de
1969 (Tlatelolco). En tal sentido, Gran
Bretaña se había comprometido desde
diciembre de 1969 a no "usar" o
"amenazar con usar" armas nucleares
contra los países firmantes del tratado. Pero
la Argentina demoró varias décadas en
sumarse al grupo; éste fue ratificado el 24
de marzo de 1993.
De este modo, la Cancillería inglesa
sostuvo que como la Argentina no era parte
de Tlatelolco en esa época, no existían ni
siquiera motivos técnicos para disculparse.
Además remarcaron que no extraviaron
armas nucleares en las aguas del Atlántico
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Sur, por lo que no habría peligro de
existencia de radiactividad en esa zona.
En marzo de 2004, las acciones del
rompehielos de la Armada Argentina
Almirante Irízar provocaron nuevos roces.
Esta embarcación había penetrado en aguas
jurisdiccionales argentinas incluyendo la
zona de prohibición de pesca y el área al
oeste de la misma acordada con el Reino
Unido en 1989 y 1990 (8). Este accionar
motivó la inmediata reacción británica
solicitando explicaciones; Londres
consideraba que el buque navegaba en la
zona económica exclusiva, circundante a las
Islas Malvinas.
El gobierno de Kirchner demoró más de
un mes en responder a la protesta de Gran
Bretaña y cuando lo hizo fue mediante una
nota señalando que el Irízar se encontraba
realizando tareas vinculadas a la seguridad
de la navegación y a la identificación de
embarcaciones pesqueras. Según fuentes
del Palacio San Martín, como consecuencia
de la ausencia de calamares en esa
temporada, resultaba necesario extremar
los recaudos para la conservación ictícola y
de esta forma controlar la pesca ilegal. Al
mismo tiempo, la respuesta nacional incluía,
como cada documento referido a las Islas
Malvinas, el reclamo por la soberanía de los
territorios en disputa (Bologna, 2006).
Otro tema que ha alterado la relación
entre Argentina y Gran Bretaña fue la
incorporación de las islas como territorio de
ultramar en el texto de la Constitución de la
Unión Europea. Esta situación desembocó
en un conflicto político interno, en el que a
los reclamos del gobierno argentino ante el
Reino Unido y la Unión Europea, se le
sumaron los cuestionamientos de la
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oposición por las demoras en la reacción
oficial de nuestro país, entre los que se llegó
incluso a debatir una posible interpelación al
canciller Rafael Bielsa, la cual fue detenida
por el justicialismo.
Para algunos especialistas como Agustín
Romero (2007), la incorporación de las
Malvinas como territorio de ultramar de la
Unión Europea representó un cambio de
estrategia que intentaba plasmar Londres:
Las Islas Malvinas pasarían a tener la misma
categoría que los territorios de Aruba,
Antillas Holandesas, Polinesia Francesa,
Islas Caimán y Santa Elena, con la diferencia
de que de todos ellos sólo las Malvinas
subsisten hoy como sujeto a disputa de
soberanía con otro Estado nacional.
Además a excepción del archipiélago del
Atlántico Sur, dichos territorios no integran
el Comité de Descolonización de Naciones
Unidas. En este sentido, el próximo paso de
Gran Bretaña, según Romero, sería
desplazar a las Malvinas de este Comité. En
caso de que se aprobara la Constitución de
la Unión Europea, las islas dejarían de ser un
tema bilateral entre Buenos Aires y Londres
y la disputa sería entre Argentina y la Unión
Europea (9).
La tercera reunión realizada en el Comité
Especial de Descolonización de las Naciones
Unidas, el 15 de junio de 2005, estuvo
marcada por un fuerte enfrentamiento
verbal entre Rafael Bielsa y dos
representantes del Consejo Legislativo de
las Islas Malvinas que calificaron al gobierno
argentino de “matón” y lo compararon con
el gobierno de Galtieri.
Para el equipo de diplomáticos
argentinos, entre los que se encontraba el
ex embajador Lucio García del Solar, el
endurecimiento de la posición de los kelpers
se debía a la necesidad de mostrarse más
firmes de cara a las elecciones legislativas
que tuvieron lugar en las Islas Malvinas el 17
de noviembre de ese año.
En su discurso, el canciller Bielsa denunció
que Gran Bretaña realizaba actos
unilaterales que se oponían al espíritu de
cooperación entre ambas naciones,
específicamente en torno a las actividades
de prospección sísmica de hidrocarburos, la
adjudicación de licencias para la exploración
y explotación de minerales, la venta de
licencias de pesca en la zona disputada,
acciones de policía de pesca en el Atlántico
Sur, la renuencia británica a avanzar en las
medidas de confianza en al ámbito militar y
la continuada presencia de la base militar en
las Islas Malvinas con capacidad operativa
más allá del área disputada (Bologna, s/f)
También cuestionó la inclusión de los
archipiélagos australes en la Constitución
Europea y sostuvo que los festejos
británicos por el aniversario de la rendición
argentina en las islas, provocaban "dolor y
mal gusto"(10).
Por su parte, los isleños insistieron en la
defensa de su derecho a la
autodeterminación y criticaron duramente
la suspensión de los vuelos chárter de la
empresa LAN Chile, que desde fines de
2003 dejó de ser autorizada a volar sobre el
territorio argentino en respuesta a la
negativa de los habitantes de Malvinas a
permitir que una aerolínea de bandera
argentina vuele al archipiélago.
Lejos estuvo el Foreing Office de
contradecir a John Birmingham, miembro
del Consejo Legislativo de las islas, pero
procuró aclarar que la traducción de la
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palabra empleada por él en la sesión,
"bullying", no pretendía significar
"matón", una de sus acepciones, sino
"prepotente".
Finalmente, fue aprobada una resolución,
propuesta por la delegación de Chile, en la
que se solicitaba a los gobiernos de
Argentina y de Gran Bretaña a que
encontraran una solución pacífica a la
controversia de soberanía por las Islas
Malvinas. Dicha resolución recibió el
respaldo de Brasil como Secretaría pro
tempore del Grupo de Río, de Paraguay que
actuaba en la presidencia del MERCOSUR,
además de Uruguay, Ecuador, Perú,
Guatemala y Cuba.
En noviembre del 2005 asumió como
responsable del Ministerio de Relaciones
Exteriores, Comercio Internacional y Culto,
Jorge Taiana, en reemplazo de Rafael Bielsa,
elegido como diputado nacional. Con su
retiro finalizó la llamada “política de la
paciencia infinita”(11).
A mediados del año 2006 se produjo un
giro en la política argentina hacia Malvinas,
caracterizado por una mayor dureza. En
este sentido el gobierno de Kirchner decidió
poner fin a la Declaración Conjunta sobre
“Cooperación sobre Actividades Costa
Afuera en el Atlántico Sudoccidental”(12),
suscripta por Argentina y el Reino Unido el
27 de septiembre de 1995, amparada bajo
el “paraguas de soberanía” que rigió las
relaciones diplomáticas desde el año 1990.
La decisión fue tomada por el gobierno
argentino (13), el cual pretendía restar
legitimidad a una situación que, de acuerdo
con la explicación oficial, se daba desde el
mismo momento en que se acordó trabajar
coordinadamente en la materia: la entrega
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de manera unilateral, por parte de Gran
Bretaña de licencias de exploración
petrolífera y gasífera en el área de conflicto.
En palabras de Taiana:
“La decisión argentina pone fin a un
instrumento con el cual el Reino Unido
pretendió justificar su ilegítimo y reiterado
accionar unilateral explorando áreas de la
plataforma continental argentina con el
propósito de explotar recursos que
pertenecen a los argentinos” (14).
Asimismo, Cancillería remarcó que desde
la firma de la Declaración de 1995, el Reino
Unido y Argentina no coincidieron nunca
respecto al área en que cada país podía
operar, de ahí que los ingleses otorgaran
permisos sin consulta previa con el
argumento de que merced a dicha
declaración, contaban con el aval argentino
para hacerlo. Con el cese del acuerdo, este
argumento perdió valor; no obstante ello,
en el caso de que hubieran nuevas
autorizaciones, Argentina decidió aplicar
como medida los reclamos formales al
gobierno británico, a la empresa y al país de
origen de esa compañía.
Una vez conocida la decisión del gobierno
de Kirchner de denunciar el acuerdo de
cooperación en materia de exploración y
explotación de hidrocarburos en el Atlántico
Sur, Gran Bretaña buscó diferenciarse de la
estrategia argentina con un anuncio de alta
repercusión: la aprobación del viaje a las
Islas Malvinas de cientos de familiares de los
soldados argentinos caídos en la guerra para
realizar la mayor ceremonia conmemorativa
en el cementerio de Darwin (15). El Foreing
Office anunció que se deseaba tener una
relación constructiva con nuestro país.
Desde la mirada inglesa el
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endurecimiento de la política nacional hacia
Malvinas, estaba asociado al interés
proselitista del kirchnerismo en vísperas de
un año electoral en la Argentina. Sin
embargo no se dejó de reconocer que
coincidió con la decisión de los kelpers de
extender las licencias de pesca por
veinticinco años. Frente a esta cuestión
Cancillería denunció que se trataba de una
disposición ilícita y unilateral,
fundamentalmente porque los espacios
marítimos se encontraban sujetos a una
controversia de soberanía.
Finalizando el año 2006, hubo un nuevo
reclamo oficial de la administración de
Néstor Kirchner a la Unión Europea para
que reconociera la existencia de la disputa
de soberanía sobre las islas, además de
solicitar que toda referencia a dichos
territorios por parte de las instituciones
europeas reconociera la controversia
mediante el uso de la doble denominación
Malvinas/Falklands.
Por otro lado, la negativa de la Argentina
respecto a la participación en los actos de
conmemoración que el Reino Unido
pensaba realizar al cumplirse veinticinco
años de la guerra de 1982, representa un
ejemplo más de la política de “firmeza”.
Desde el Palacio San Martín se señaló que
Gran Bretaña en realidad había planteado
una celebración de su victoria, es decir, de la
rendición de las fuerzas argentinas en las
islas; por ello rechazaron tal participación.
Entre los últimos acontecimientos
relevantes durante la gestión de Kirchner, en
el marco de la relación bilateral argentino-
británica, se encuentran la ley para
sancionar a las empresas pesqueras que
compran licencias en las islas, la disposición
que rechaza el trabajo en suelo argentino de
las compañías petroleras que operen o lo
hayan hecho en las Malvinas en el pasado y
el pedido de Londres, presentado ante la
Convención sobre el Derecho del Mar de las
Naciones Unidas, para extender su potestad
sobre la plataforma continental del límite
exterior del archipiélago, de 200 a 350
millas hacia el Este. En respuesta a esta
pretensión, la diplomacia argentina señaló
que cualquier petición que presentara Gran
Bretaña sería inmediatamente refutada por
nuestro país, que siempre incluirá en su
plataforma continental a las Islas Malvinas.
De lo mencionado anteriormente se
desprende que el endurecimiento de la
política argentina hacia el Reino Unido por
la cuestión Malvinas, apoyado sobre un
paquete de medidas promovidas desde la
Casa Rosada, tuvo como propósito principal
el de forzar a Gran Bretaña a discutir sobre la
soberanía de las islas. En la visión crítica de
Palermo, esta estrategia supeditó el
cumplimiento de objetivos relevantes y
alcanzables al tema de la soberanía. Ceder
en esta cuestión, no implicaría una renuncia
formal a derechos, sino reconocer como
sostiene el autor, que no nos asiste toda la
razón en el dicha disputa (Palermo, 2007).
Esta actitud incluso podría reforzar la
confianza de los isleños para crear un
espíritu de cooperación y de este modo
avanzar en la resolución del conflicto.
Administración Fernández (2007-
septiembre de 2011)
En su discurso de toma de posesión como
Presidenta de la Nación, Cristina Fernández
de Kirchner señaló:
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Acciones y reacciones en el marco de las relaciones argentino-británicas- Paula Demarchi
“Quiero también reafirmar una vez más,
nuestro reclamo irrenunciable e indeclinable a la
soberanía sobre nuestras Islas Malvinas y
llamamos al país ocupante, que en todos los
foros internacionales luce como adelantado y
respetuoso, que hay una situación de enclave
colonial aquí denunciada ante Naciones Unidas
y que es hora de volver a cumplir el mandato de
esas mismas Naciones Unidas de las que todos
formamos parte” (16).
La política hacia Malvinas durante esta
gestión no ha sufrido cambios, aunque cabe
remarcar dos cuestiones centrales: una
negativa que tiene que ver con la mayor
autonomía de los kelpers a partir de la nueva
constitución (17), sumado al fracaso
argentino en Naciones Unidas para limitar
su autodeterminación; la otra positiva,
relacionada a las condiciones que
emergieron de las presentaciones realizadas
en la Convención de los Derechos del Mar
por los límites de la plataforma continental
argentina (Simonoff, 2010).
Asimismo es importante señalar la
decisión que el actual gobierno tomó
respecto a la designación del embajador
argentino ante la Legación diplomática en
Londres. Al jubilarse Federico Mirré en el
año 2008, quien venía desempeñando esas
funciones, se propuso el nombramiento de
José Nun. Sin embargo ésta fue
abandonada en clara señal de protesta hacia
el gobierno de David Cameron,
fundamentalmente, por el avance en la
exploración petrolífera en el mar que
circunda a las Islas Malvinas (18).
Respecto al tema de los hidrocarburos, el
Palacio San Martín presentó una nota de
protesta ante Londres por la concesión de
licencias para la exploración y explotación
de yacimientos de petróleo. El comunicado
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de Cancillería señaló puntualmente que la
queja por las acciones unilaterales británicas
respondía a la firme y constante política del
gobierno nacional contraria a dicho
accionar; política que entre otras medidas,
llevó a la Argentina a dar por terminada, el
27 de marzo de 2007, la Declaración
Conjunta de Cooperación sobre Actividades
Costa Afuera en el Atlántico Sudoccidental,
mencionada en párrafos anteriores.
En su mensaje del 1 de marzo de 2008,
además de ratificar el carácter
“permanente” de nuestro reclamo, la
Presidenta Cristina Fernández solicitó
autorización al gobierno de Brown para que
familiares de los caídos en la guerra
pudieran viajar en avión al archipiélago y
rendir un homenaje a las víctimas. En tal
sentido, pidió un acto humanitario que:
“permita a los deudos, a los familiares de
los que murieron y están enterrados en
Malvinas, poder ir en avión. Es lo único que
estamos pidiéndoles todos los argentinos al
Reino Unido, que permita el vuelo en avión
para la inauguración del monumento que
ellos mismos, con ayuda privada han
construido en recuerdo a sus deudos”(19).
La aceptación británica quedó supeditada
en un primer momento a la modificación
por parte de la Argentina de su posición
respecto de los vuelos continentales a las
islas. Sin embargo, el 3 de octubre de 2009,
partió el primer grupo de familiares hacia el
cementerio de Darwin; el segundo lo hizo
una semana después.
La suspensión del viaje a Londres de
Cristina Kirchner el 31 de marzo de 2008, en
el que tenía por objeto iniciar
conversaciones bilaterales con Londres en el
marco del Foro de Líderes Progresistas,
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provocó un nuevo revés hacia la cuestión
Malvinas.
Un año más tarde, la gestión Fernández
presentó ante las Naciones Unidas un
pedido para extender su plataforma
continental submarina desde las 200 millas
náuticas hasta las 350. En la solicitud se
incluyó a las aguas que rodean las Islas
Malvinas y el territorio antártico que es
reclamado por nuestro país.
En el marco de la XIX Cumbre
Iberoamericana, celebrada en diciembre de
2009, el gobierno argentino reclamó ante
España y Portugal por la inclusión de las islas
como territorio británico en el Tratado de
Lisboa, el cual había entrado en vigencia en
noviembre de ese año. En ese discurso,
Cristina Fernández manifestó su esperanza
de que Portugal y España, convencieran a
Gran Bretaña de buscar el diálogo y la
solución al conflicto por las Malvinas.
El 2 de febrero de 2010, el gobierno
argentino presentó una nueva nota de
protesta al Reino Unido, rechazando su
pretensión de autorizar actividades de
exploración hidrocarburífera en las áreas
circundantes a las Islas Malvinas mediante la
plataforma Ocean Guardian (20). La
Cancillería reclamó también ante los países
en cuyos territorios tienen su domicilio las
empresas que contribuyeron al traslado de
esa plataforma y las que recibieron
concesiones para los trabajos exploratorios.
En sintonía con estas medidas de
endurecimiento, el 16 de febrero de 2010,
fue firmado por el Poder Ejecutivo Nacional,
el decreto N°256/10, a través de cual se
estableció que todo buque que transite
entre puertos argentinos y las islas del
Atlántico Sur o atraviese aguas
jurisdiccionales debería solicitar
autorización a nuestro país. Esta medida,
considerada como un bloqueo por el Reino
Unido, fue tomada en respuesta al inicio de
las perforaciones petrolíferas en el
archipiélago. Dichos trabajos comenzaron
pocas horas antes de que se diera a conocer
el rechazo que expresaron los 33 países de la
región reunidos en la Cumbre de Río en
Cancún, a la decisión británica de avanzar
sobre los recursos naturales de las islas. Esa
postura fue sostenida incluso por las
naciones caribeñas, algunas de ellas ex
colonias de Gran Bretaña y actuales
integrantes del bloque económico de la
Commonwealth. Esta situación derivó en la
presentación de una nota de protesta, por
parte del Palacio San Martín, en la que se
manifestaba que las operaciones petroleras
británicas violaban leyes y tratados
internacionales, además de resoluciones de
la ONU en las que se solicitaba que ninguna
de las partes emprendiera acciones
unilaterales que agravaran la situación.
Con relación a este tema, cabe mencionar
a la Ley 26.659 (21) sancionada el 16 de
marzo de 2011 y publicada el 13 de abril de
este año, a través de la cual se fijan las
condiciones para la exploración y
explotación de hidrocarburos en la
plataforma continental argentina y se
prevén sanciones de entre cinco y veinte
años de inhabilitación a los infractores. En su
artículo segundo establece:
“Se prohíbe a toda persona física o
jurídica, nacional o extranjera, que realice o
se encuentre autorizada a realizar
actividades en la República Argentina y sus
accionistas a: 1. Desarrollar actividades
hidrocarburíferas en la Plataforma
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Acciones y reacciones en el marco de las relaciones argentino-británicas- Paula Demarchi
Continental Argentina sin haber obtenido la
habilitación pertinente emitida por
autoridad competente argentina; 2. Tener
participación directa o indirecta en personas
jurídicas, nacionales o extranjeras, que
desarrollen actividades hidrocarburíferas en
la Plataforma Continental Argentina sin
haber obtenido la habilitación pertinente
emitida por autoridad competente
argentina, o que presten servicios para
dichos desarrollos; 3. Contratar y/o efectuar
actividades hidrocarburíferas,
transacciones, actos de comercio,
operaciones económicas, financieras,
logísticas, técnicas, actividades de
consultoría y/o asesoría, ya sea a título
oneroso o gratuito, con personas físicas o
jurídicas, nacionales o extranjeras, para que
desarrollen actividades hidrocarburíferas en
la Plataforma Continental Argentina sin
haber obtenido la habilitación pertinente
emitida por autoridad competente
argentina”.
Al cumplirse el 29° aniversario del inicio
de la Guerra de Malvinas, la Presidenta
Fernández, además de instar a Inglaterra a
que reanudara las negociaciones con la
Argentina por la soberanía de las Islas
Malvinas, solicitó que se replicara a nivel
nacional la ley aprobada en la Legislatura
santacruceña a través de la cual se definió la
denominación de “Héroes de Malvinas”
para todos los veteranos y soldados de la
guerra. También pidió que a través del
Ministerio de Educación de la Nación se
designe en todas las escuelas argentinas, un
aula con el nombre de un combatiente de
Malvinas y que la Cancillería incorpore en
las visitas oficiales que se realicen al país, un
recorrido por el Cenotafio en honor a los
caídos, ubicado en la Plaza San Martín (22).
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En la 66° Asamblea General de Naciones
Unidas, la Presidenta Cristina Fernández,
frente a los dichos del Primer Ministro
británico David Cameron (23), señaló:
“nos vamos a ver obligados comenzar a
revisar los entendimientos provisorios aún
vigentes”(24).
Con estas palabras se refería
puntualmente a las comunicaciones aéreas
entre Malvinas y Punta Arenas.
Para concluir este apartado, cabría
remarcar que si bien hubo una continuidad
con la gestión anterior respecto a la
utilización de estrategias más “duras” hacia
el Reino Unido por la cuestión de las
Malvinas, la administración Fernández
profundizó dichas estrategias, llegando al
punto de no designar embajador para la
legación diplomática argentina en Londres,
hasta el momento en el que se escribió éstas
páginas.
Reflexiones finales
La relación bilateral entre la República
Argentina y el Reino Unido de Gran Bretaña
ha estado marcada, a lo largo del período
abordado en el presente trabajo, por
diferentes acciones que han dificultado el
alcance de un acuerdo respecto al conflicto
por las Islas Malvinas. Lo cierto es que la
política argentina hacia esta cuestión, se ha
ido endureciendo gradualmente, en
contraste con la política de los noventa y
con la inmutable postura británica.
Uno de los pocos temas en los cuales
hubo coincidencias entre ambas cancillerías,
fue en el humanitario. En este sentido, la
concreción del viaje de familiares de los
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 Acciones y reacciones en el marco de las relaciones argentino-británicas- Paula Demarchi
soldados caídos en la guerra, se convirtió en
uno de los hechos más importantes en la
etapa bajo estudio.
Lo cierto es que mientras la diplomacia
británica ha mantenido prácticamente una
misma línea desde la guerra de 1982, la
política exterior argentina pasó de la
negativa de Alfonsín a reestablecer
relaciones diplomáticas, a la política de
seducción de los kelpers de Menem y a la
dureza de los Kirchner.
En una línea crítica, puede destacarse el
enfoque de Palermo, quien sostiene que el
espíritu de confrontación que marca a la
actual política nacional hacia Malvinas ha
cobrado la forma de activismo ritual y
querellante, caracterizada a su vez por la
desactualización de los instrumentos y de
los recursos que hay que poner en juego
para alcanzar un resultado positivo y
sustentable. De modo tal que si por un lado,
la política exterior parece (y está)
“malvinizada”, por otro, en rigor no hay
una política de Estado para la cuestión
Malvinas. Esto es así porque de la causa
Malvinas no puede desprenderse ninguna
política exterior para Malvinas, como no sea
esta ritual y querellante “malvinización”
(Palermo, 2007:354).
La estrategia de endurecimiento aplicada
tanto por la gestión de Kirchner como por la
de Fernández sólo sirvió para reforzar la
desconfianza de los habitantes de las islas,
malgastándose un tiempo muy valioso, en
lugar de aprovechar las potencialidades del
Atlántico Sur en pro del mejor interés
argentino. Como sostiene Palermo, la
creencia de que por este camino avanzamos
en el tema de la soberanía resulta una
quimera y una forma nociva de establecer
prioridades (Palermo, 2007).
El recorrido señalado anteriormente
respecto a la relación bilateral argentino-
británica entre mayo de 2003 y septiembre
de 2011, pone en evidencia la necesidad de
definir un modelo de política exterior hacia
Malvinas que además de trascender al
partido gobernante y ser consensuada entre
los diferentes sectores relacionados con los
intereses permanentes nacionales en el
Atlántico Sur (Gobierno, Cancillería, Poder
Legislativo, cámaras empresariales,
unidades académicas, economías
regionales, intelectuales, sociedad civil), se
concentre, y en esto coincidimos con
Palermo, en la concreción de otros objetivos
relevantes y alcanzables que no se remiten
únicamente a la “recuperación de la
soberanía de las islas”.
Desde nuestro punto de vista, resulta
necesario reflexionar a cerca de las ventajas
de la política de endurecimiento aplicada
tanto hacia los isleños como hacia Gran
Bretaña; concretamente si este giro hacia
dicha política implicará algunos logros en los
años subsiguientes.
Notas
1 En la primera disposición transitoria,
incorporada con la reforma constitucional
de 1994 se establece: “La Nación Argentina
ratifica su legítima e imprescriptible
soberanía sobre las Islas Malvinas, Georgias
del Sur y Sándwich del Sur y los espacios
marítimos e insulares correspondientes, por
ser parte integrante del territorio nacional.
La recuperación de dichos territorios y el
ejercicio pleno de la soberanía, respetando
el modo de vida de sus habitantes y
conforme a los principios del Derecho
Aportes de PIA Nº 4
10
Acciones y reacciones en el marco de las relaciones argentino-británicas- Paula Demarchi
Internacional constituyen un objetivo
permanente e irrenunciable del pueblo
argentino”.
2 Disponible en el sitio http://
w w w. f c o . g o v. u k / e n / a b o u t - t h e -
fco/country-profiles/south-
america/argentina/?profile=al. Consulta:
24 de marzo de 2011.
3 El ex gobernador de Santa Cruz
asumió como presidente de la Nación el 25
de mayo de 2003. En su discurso de
asunción Kirchner señaló: "Venimos desde
el sur de la Patria, de la tierra de la cultura
malvinera y de los hielos continentales y
sostendremos inclaudicablemente nuestro
reclamo de soberanía sobre las Islas
Malvinas". Con esta frase adelantó la
dirección que tomaría la gestión respecto al
reclamo de soberanía de las Islas Malvinas.
El discurso completo del ex presidente de la
Nación Néstor Kirchner, se encuentra
d i s p o n i b l e e n e l s i t i o
http://www.presidencia.gov.ar/componen
t/search/?searchword=discursos+n%C3%
A9stor&ordering=oldest&searchphrase=all
4 Este régimen de vuelo fue
implementado a partir de una Declaración
Conjunta del 14 de julio de 1999 firmada
por el ex Presidente argentino Carlos
Menem y el ex Primer Ministro británico
Tony Blair, bajo fórmula de salvaguarda de
soberanía.
5 Cabe remarcar que el turismo
representaba el segundo sector de ingresos
de los kelpers, luego de los permisos de
pesca.
6 En el año 1999, Chile suspendió los
vuelos entre Punta Arenas y las Islas
Aportes de PIA Nº 4
Malvinas. Esta decisión fue tomada por el
gobierno de Frei como consecuencia de la
detención de Agusto Pinochet en Londres.
El 16 de octubre de ese año, luego del
regreso de Pinochet a Chile, los vuelos
fueron reestablecidos.
7 La Nación, Buenos Aires, 17 de
febrero de 2010.
8 Entre 1989 y 1990 se reanudaron las
relaciones consulares y diplomáticas entre
ambas naciones a partir de los Acuerdos de
Madrid I y II.
9 La Opinión, Rafaela, 10 de junio de
2007.
10 La Nación, Buenos Aires, 16 de junio
de 2005.
11 En relación a esta estrategia, el ex
canciller Bielsa sostenía “Queremos que el
diálogo con el Reino Unido nos conduzca a
dar otros pasos prácticos e innovadores que
contribuyan al restablecimiento de las
negociaciones para alcanzar una solución
justa, pacífica y duradera de la Cuestión
Malvinas. Seguiremos actuando con la
racionalidad que ha caracterizado nuestras
acciones y también con la misma firmeza.
Cuando las convicciones son firmes la
urgencia no es el mejor consejero, sí en
cambio la paciencia infinita”. Véase, “La
política de paciencia infinita”, La Nación,
Buenos Aires, 2 de abril de 2005.
12 Este nombre formal evitó que se
mencionara el tema de los hidrocarburos en
el título del documento. Sin embargo,
frecuentemente es mencionada como
“Declaración Conjunta argentino-británica
sobre la cooperación en materia de
exploración y explotación de hidrocarburos
11
 Acciones y reacciones en el marco de las relaciones argentino-británicas- Paula Demarchi
en el Atlántico Sur”, ya que éste es el
verdadero objeto de dicha declaración.
13 La cancelación del acuerdo anglo-
argentino sobre hidrocarburos se llevó a
cabo mediante un decreto presidencial. Es
importante señalar el fuerte apoyo del arco
opositor hacia dicha medida.
14 La Nación, Buenos Aires, 27 de
marzo de 2007.
15 Sin embargo, el viaje fue cancelado
por decisión de los habitantes de las Islas
Malvinas.
16 Discurso de Asunción de la
Presidenta Cristina Fernández el 10 de
diciembre de 2007. Disponible en el sitio
http://www.presidencia.gov.ar/discursos/
2997. Consulta: 21 de abril de 2011.
17 En noviembre de 2008, la Reina
Isabel II de Inglaterra firmó la Nueva
Constitución para los habitantes de las Islas
Malvinas que entró en vigor el 1 de enero de
2009. Este documento sustituyó a la versión
del año 1985, la cual a su vez, había sido
modificada en 1997.
18 La Embajada argentina ante el Reino
Unido está, desde la jubilación de Mirré, al
mando del encargado de negocios ad
interim, Osvaldo Mársico. Este funcionario
es quien conducirá formalmente las
relaciones con Londres hasta la finalización
del primer mandato de Cristina Fernández.
19 Discurso de la Presidenta Cristina
Fernández ante la Asamblea Legislativa el 1
de marzo de 2008. Disponible en el sitio
http://www.presidencia.gov.ar/discursos/
2997. Consulta: 20 de agosto de 2011
20 Dicha nota de protesta ha circulado
como documento oficial de Naciones
Unidas y de la OEA.
21 La Ley completa puede consultarse
e n e l s i t i o
http://www.eldial.com/nuevo/lite-tcc-
detalle.asp?id=9709&base=99&id_publica
r=&fecha_publicar=14/07/2011&indice=
22 La Nación, Buenos Aires, 3 de abril
de 2011.
23 El Primer Ministro inglés, David
Cameron, en declaraciones a la prensa
reiteró la negativa británica a negociar la
soberanía de las Islas Malvinas. En este
sentido, señaló: “Mientras las Falklands
quieran seguir siendo territorio soberano
británico, deben seguir siendo territorio
soberano británico. Punto final de la
historia”. Para un mayor desarrollo de este
tema véase Bologna, Bruno, “Aislar a las
Islas Malvinas”, Diario La Capital,
24/6/2011.
24 Este es un fragmento del extenso
discurso que la mandataria argentina
pronunció ante la Asamblea General de
Naciones Unidas, el 21 de septiembre de
2011.
Referencias bibliográficas
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Ministerio de Relaciones Exteriores,
Comercio Internacional y Culto,
http://www.mrecic.gov.ar
Presidencia de la Nación,
www.presidencia.gov.ar
13