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No hay profesión tan noble y exigente

Ni tan plausible como la de ser docente,

Pero a la muerte nada de eso la marea

Ella se lleva a todos por dejar tanta tarea.

Seguramente la calaca a la escuela no asistió

y no sabe de toda la diversión que se perdió,

Pobrecita flaca a ella nadie le quiso enseñar

Por eso sin estrella en la frente a su tumba ha de regresar.

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