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DEBATE PRESIDENCIAL- ESCRITURA UNIVERSITARIA II

Grupo 2:

 Sofía Echeverri
 Juanita Ramírez Mancera
 Camilo Esteban Pérez
 Juan José Moreno

POSICIÓN EN CONTRA DE LA BIOÉTICA

Las restricciones bioéticas aplicadas en la normativa de la experimentación animal son generalizadas


y llevadas a experimentos simples o pequeños que no están relacionados con sufrimiento o
maltrato, las cuales serían investigaciones ubicadas dentro del marco de lo éticamente correcto.

Tesis:

Las restricciones bioéticas que limitan la experimentación con otras especies animales en una
investigación científica retrasan el desarrollo científico dentro de la sociedad.

Argumentos

A pesar de las diferencias notables entre los humanos y los animales, estos comparten rasgos
similares en cuanto a genética, pues según América Valenzuela los seres humanos y los roedores
comparten hasta el 95% de sus genes, y también fisiológicamente, puesto que algunos animales y
humanos desarrollan enfermedades iguales, son susceptibles a algunas bacterias y virus semejantes;
y su respuesta frente a estos estímulos es casi similar. En la práctica científica florecen problemáticas
y restricciones respecto a la experimentación con animales, y según Juan Lerma, secretario de FENS,
es falso que existan modelos alternativos para todo tipo de estudios, pues los modelos
computacionales, cultivos celulares y otros procedimientos in vitro aún son ineficaces, ya que no
pueden modelar las complejas interacciones moleculares, celulares y bioquímicas que posee el
cuerpo, por lo tanto, los científicos usan a animales como última opción para estudiar el
comportamiento del animal frente a un producto, testear medicamentos para determinar su
seguridad en humanos, o para evaluar la respuesta inmunológica frente a vacunas, el desarrollo
regenerativo, la reproducción y llevar a cabo estudios acerca del cáncer, alzhéimer o epilepsia;
tópicos imposibles de evaluar eficazmente mediante otros medios. Es así que, los animales son un
factor fundamental para ampliar el conocimiento científico actual, mejorar algunas prácticas y
procedimientos, y tratar enfermedades, gracias al funcionamiento fisiológico y biológico de sus
organismos, el cual es análogo al de los seres humanos.

A lo largo de los siglos y la historia, la ciencia ha jugado un papel importante en el proceso de


evolución de la sociedad y en el desarrollo del ser humano. La medicina a su vez ha contribuido en
aportes para el mejoramiento de la salud y calidad humana, los cuales son imperceptibles hoy en
día, debido a que son cotidianos. Por ejemplo, estudios de virología realizados en ratones ayudaron
a desarrollar vacunas para la poliomeritis, fiebre amarilla y rabia, y a diseñar nuevos tratamientos
oncológicos para algunos cánceres. Y en otros animales, ayudaron a lograr las vacunas contra la
viruela, polio, sarampión e identificar el VIH para desarrollar terapias antorretrovirales. Muchas de
estas vacunas actualmente son obligatorias para toda la población. Otros descubrimientos
importantes para la vida de las personas han sido la hormona de la insulina, descubierta en perros
en los años 20, lo cual permitió la disminución de mortalidad a causa de la diabetes; los tratamientos
contra el SIDA mediante la evaluación del SIDA felino de los gatos, y, el virus del papiloma humano
hallado en perros y conejos, hecho determino la creación la vacuna para impedir el cáncer de cuello
uterino (Flores, 2016). Por otro lado, estudios en otros animales han planteado los protocolos
actuales para enfermedades, como los trasplantes de órganos, transfusiones de sangre,
quimioterapia y antibióticos, que, de no ser analizados en animales, habría miles de personas
muertas por errores en dichos procedimientos. Por ejemplo, Fernando Cervera en la revista plaza de
Valencia aseveró que, en un mundo sin experimentación animal, la mortalidad infantil podría ser 20
veces superior, y la esperanza de vida media rondaría los 55 años. Teniendo en cuenta todo lo
anterior planteado, es notable que la experimentación animal probablemente ha sido el mayor
motor de la revolución científica-médica, la cual ha mejorado la salud de las personas y su calidad de
vida, permitiendo de este modo una vida más longeva para las nuevas generaciones.

Algunos investigadores han señalado que el número de animales usados en


experimentación es “relativamente pequeño” en comparación a la cantidad de animales
sacrificados anualmente. Por ejemplo, en EE.UU. el número de animales usados en estudios
científicos es de unos 26 millones al año, mientras que en el mismo país la gente consume
anualmente más de nueve millones de pollos y 150 millones de vacas, cerdos y ovejas.
Además, los animales en investigación solo se emplean cuando no existen alternativas. Según
Mediavilla (2014), en la experimentación animal se deben cumplir el principio de las 3 R: Reemplazo,
reducción y refinamiento. El reemplazo consiste en sus tituir, siempre que sea posible, a los
animales por modelos informáticos o cultivos celulares para probar el efecto de fármacos o
posibles tóxicos. La reducción trata de reducir el número de animales empleados. Y el
refinamiento consiste en buscar métodos para minimizar el sufrimiento de los animales. Por
ejemplo, se utilizan analgésicos o se les ponen incluso juguetes para que estén mejor.
Además, Mediavilla afirma que todas estas medidas ni siquiera se plantean en casos como el
de las granjas avícolas, en las que los animales están en situaciones mucho peores.

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