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¡Prepárate para la playa!

Con la llegada del verano y la subida de las temperaturas todos nos volvemos un poco locos.
No preocupan las curvas que sobresalen del bañador, de pronto recordamos que había que
arreglar el aire acondicionado y otros tantos buscamos los mejores métodos para mantener
alejados a los incordiosos mosquitos. Y, sobre todo, en verano no puede faltar una buena dosis
de playa. Todos queremos tostarnos un poco, darnos un baño y disfrutar de la brisa marina
que… ¿A quién quiero engañar? ¡Ir a la playa puede ser espantoso!

1º La decisión

“¿Vamos a la playa este fin de semana?” Surge como una pregunta inocente de tu pareja o de
algún amigo. Sin embargo, esconde todo un universo de malicia. Si viene de un amigo ¿Por qué
da la casualidad de que ha cuidado su línea mucho mejor que tú? No quieres que vuestra
sombrilla parezca un anuncio de adelgazante… en el que nosotros somos la foto del antes.

Además “fin de semana” y “playa” son enemigos naturales, es como querer disfrutar de la
soledad de la acrópolis griega el cinco de Agosto, lo más probable es que sufras una insolación
mirando la nuca de otro turista antes de llegar a ver el Partenón.

Consejo: Huye de los fines de semana, las playas están mucho más bonitas los miércoles (de
Febrero).

2º El trayecto

Contra todo criterio racional, hemos decidido ir a la playa en verano un fin de semana y el
cuarenta por ciento de la población peninsular ha tenido la misma brillante idea, a la misma
hora y exactamente al mismo punto de los 7.905 kilómetros de costa de que disponía para
elegir. El otro sesenta por ciento de la población ha llegado antes que yo.

Los accesos a las playas fueron diseñados para disfrutar del paisaje y las dos horas de caravana
se pueden hacer muy llevaderas… contando dunas. Además, es un trayecto que se puede
disfrutar el doble al volver una hora después desde el lugar en el que aparcas el coche.

Consejo: Busca un buen hotel cerca de la playa con parking y aire acondicionado.

3º La ejecución

Una vez hemos llegado a la playa, solo queda encontrar un buen sitio donde disfrutar de
nuestro merecido descanso. Nosotros nos decantamos por acercarnos al mar, a pie de ola.
Clavamos nuestra sombrilla como una bandera en la Luna, con decisión, un pequeño paso para
el hombre… la sensación de triunfo duró unos cuarenta maravillosos minutos, las mareas en
Andalucía pueden tener una diferencia de más de treinta metros, lo que quiere decir que una
siesta puede acabar en una improvisada sesión de submarinismo involuntario. Recogimos
nuestras cosas y luchamos por un hueco en una amplia zona segura, entre una familia y un
grupo de quinceañeros. Ahora sabemos el porqué de la amplitud.

Consejo: Si la arena está compacta, el agua volverá a tomar posesión de ella.

4º La estancia

A veces puede ocurrir que entre las sombrillas vecinas se establezca una suerte de competición
de decibelios. El desarrollo tecnológico que permite maravillas como los satélites también ha
ayudado a que un diminuto altavoz a batería pueda generar tanta potencia como un
subwoofer de discoteca… durante horas, muchas horas. Por otro lado, el fascinante fenómeno
de la evolución humana dota a las cuerdas vocales de una madre de la capacidad asombrosa
de llamar a un hijo que se encuentra a 200 metros sin necesidad de levantarse de la silla
plegable. ¿No es fascinante? La lucha entre biología y tecnología, el hombre y la máquina… Nos
fuimos al agua.

Consejo: Observa bien a tus vecinos antes de decidir dónde vas a pasar la tarde. (Nueve de
cada diez otorrinos los recomiendan).

5º La retirada

Por alguna razón no pudimos dormir la siesta, así que tras un par de chapuzones decidimos
volver a casa temprano. Una hora después llegamos al coche y al parecer el resto de los
asistentes estaban también realizando la misma operación. A juzgar por la caravana los únicos
que se quedaron en la playa eran los chicos del Spotify y la señora soprano.

Consejo: Quédate hasta tarde llegarás a casa a la misma hora pero más descansado.

Tras limpiar la arena del coche, de la ropa y del pasillo - ¿Cómo es posible que quede arena en
la playa? - hemos decidido que el fin de semana que viene iremos a la piscina ¿Qué puede salir
mal?

Gustavo Lorca

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