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ECOFISIOLOGIA DEL STRESS

EN LAS PLANTAS
Á. Soriano (1)

INTRODUCCION gencia celular y el balance citocininas-áci-


do abscísico. Algunos aspectos de la foto­
El concepto de stress adquiere distin­ síntesis y del crecimiento radical tienen
to grado de amplitud según los autores y especial significado para la resistencia a la
el contexto en que es aplicado. Para los fi­ sequía.
nes de identificar caracteres fisiogenéticos La evaluación de la resistencia a la se­
vinculados a la acción del stress sobre el quía requiere una buena cuantificación
rendimiento de los cultivos se puede con­ del stress. En este sentido, la marcha del
siderar que todo stress se manifiesta como potencial agua de la planta constituye
una deformación de procesos biofísicos, uno de los mejores indicadores. Varios
bioquímicos y fisiológicos, que aparta a la procesos o mecanismos que se alteran ba­
planta de su comportamiento potencial. jo los efectos del stress son utilizados para
Las plantas manifiestan su resistencia al evaluar la resistencia* Entre ellos se en­
stress eludiéndolo o soportándolo con dis­ cuentran: el potencial agua y el contenido
tinto grado de daño. relativo de agua, la exposición foliar, la
El stress hídrico constituye un buen actividad, de la fotosíntesis, la estabilidad
ejemplo del stress en general. La forma en de la clorofila, el contenido de prolina y
que se genera el stress hídrico y las res­ de glicinábetaína, la germinación bajo
puestas que provoca constituye los aspec­ condiciones de stress y la conductancia
tos fundamentales del fenómeno. No se foliar.
cuentá con una teoría general, pero varios
autores han tratado de identificar efectos (1) Cátedra de Fisiologia Vegetal. Facultad de
primarios del stress y de analizar el meta­ Agronomía. UBA. Av. San Martín 4453
bolismo del fósforo, los cambios de tur­ 1417 - Buenos Aires

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2 A. Soriano

La magnitud del rendimiento de un stress, cualquiera sea el sistema que viva


cultivo depende de las características del en ellos.
cultivo, de los factores del ambiente y de Barrett, Van Dyne y Odum (1976)
las técnicas agrícolas puestas en práctica. en cambio, consideran el stress como una
Cada genotipo posee un determinado perturbación (stresor) aplicada al sistema,
potencial de producción, ya sea en térmi­ a) que es ajena al sistema, ó b) que es pro­
no de materia seca final o de producto co- pia del sistema pero aplicada en un nivel
sechable. Para que dicho potencial se ma­ excesivo. En este caso el stress es caracte­
nifieste es preciso que el intercambio de rizado, no por sus efectos (disminución
materia y energía y los procesos de creci­ de la producción) sino por su origen o por
miento y desarrollo de la planta se cum­ su intensidad.
plan en un ambiente con determinadas Levitt (1972) define como stress bio­
condiciones, que generalmente represen­ lógico a todo factor del ambiente capaz
tamos en términos de valores o rangos de de inducir una tensión o deformación po­
ciertos factores: agua, temperatura, nitró­ tencialmente dañina en los organismos vi­
geno, intensidad luminosa, duración del vos.
día, etc. El propósito en el caso presente es
En los casos en que algunos de estos delimitar una noción de stress operativa­
factores se presentan como claramente mente útil para los fines de identificación
limitantes para la expresión del potencial de caracteres fisio-genéticos vinculados a
de rendimiento, ello configura una restric­ la acción del stress sobre el rendimiento
ción ecológica para la especie o cultivo en de los cultivos. En este sentido, puede
cuestión. aplicarse el concepto antes expresado, se­
A consecuencia de la restricción eco­ gún el cual el stress se manifiesta como
lógica, el medio aparece ejerciendo sobre una deformación de procesos que aparta
la planta o cultivo una tensión o stress. £1 a la planta de su comportamiento po­
efecto de esa tensión o stress consiste en tencial.
apartar en mayor o menor medida a los Sobre esta base, puede resultar ilus­
procesos biofísicos, bioquímicos y fisio­ trativo esquematizar algunas de las situa­
lógicos de las rutas y los ritmos que con­ ciones posibles. En la Figura 1 se han es­
ducirían a la planta a una respuesta má­ cogido cuatro genotipos, Ga , Gb , Gc , y
xima u óptima en cuanto a producto co- Gd que podrían pertenecer a una misma
sechable. especie o representar especies distintas,
El concepto de stress adquiere distin­ para ejemplificar cuatro situaciones dife­
to grado de amplitud según los autores y rentes. El genotipo Ga , sensible a una de­
el contexto en que es explicado. Grime ficiencia del factor F, responde a ella con
(1977) denomina stress a toda condición una deformación creciente cuanto mayor
que restringe la producción, por ejemplo, es la deficiencia. En tal caso, a mayor de­
deficiencia de luz, de agua, de nutrientes, formación, mayor es la reducción del ren­
o acción de temperaturas extraóptimas. dimiento. Gg por su parte, es un genotipo
En este caso, el patrón de referencia es la capaz de producir rendimiento mayor que
productividad de los sistemas más produc­ el máximo de Ga , pero se comporta como
tivos y, de este modo, el autor considera más sensible que éste, de modo que, a
que los ambientes árticos o alpinos, los igual deficiencia de F, su rendimiento se
desérticos y los que poseen suelos defi­ aparta aún más- que el de Ga de su propio
cientes en nutrientes esenciales provocan potencial. En el caso de Gc la deficiencia

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Ecofisiología del stress 3

SENSIBLE AL STRESS

Gb

Gd SE ADAPTA AL STRESS

Fig. 1: Comportamiento de cuatro genotipos Ga, Gb, Ge y Gd frente al stress.

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4 A. Soriano

de F no es operante, pues debido a alguna es la de plantas que soportan el stress y


característica particular, la planta evita sobreviven con consecuencias más o me­
dicha deficiencia; no aparece pues defor­ nos notables.
mación alguna y no hay mayor cambio de
comportamiento con respecto al potencial. EL STRESS HIDRICO
En el caso de Ge la deficiencia de F no es
operante, pues debido a alguna caracterís­ Entre los factores de stress que fre­
tica particular, la planta evita dicha defi­ cuentemente provocan reducción del ren­
ciencia; no aparece pues deformación al­ dimiento de los cultivos se encuentra la
guna y no hay mayor cambio de compor­ sequía o déficit hídrico. En este sentido
tamiento con respecto al potencial. En es­ abundan en la literatura datos experimen­
te caso podría arguirse que la deficiencia tales, tecnológicos y económicos (Fischer
de F no constituye un factor de stress. Lo y Hagan, 1965; Slatyer, 1969; Begg y Tur-
que ofcurre es que, cuando se trata de fac­ ner, 1976; Yevjevich, Hall y Salas, 1978).
tores tales como: déficit hídrico, tempe­ El resto de esta revisión se concentra­
raturas extremas, condiciones extremas rá pues en los aspectos referentes al stress
de radiación, exceso o déficit de ciertos hídrico, como ejemplo válido de los que
elementos minerales, etc., que tienen sucede con el stress en general.
efectos muy notables sobre un gran nú­ La forma en que se genera el stress
mero de organismos, se los considera per hídrico y las respuestas que provoca en
se como factores de stress. Por último en las plantas constituyen los aspectos fun­
el genotipo Gd se produce una deforma­ damentales del fenómeno que nos ocupa.
ción ante la deficiencia de F, pero el Un déficit hídrico en los tejidos de
organismo la autorepara más o menos in­ las plantas puede producirse con muy va­
mediatamente, o la deformación pasa a riadas combinaciones de: la disponibili­
formar parte de un proceso más complejo dad de agua en el suelo, la demanda de va­
que desemboca en una adaptación al stress. por de la atmósfera y las condiciones es­
Este último proceso es el denominado tructurales y funcionales de la planta mis­
temple o rusticación (el “hardening” de ma. Los tres grupos de factores actúan de
los autores anglo-sajones). Por cualquiera un modo integrado. Es preciso tener en
de estas vías, el rendimiento de Gd resul­ cuenta que las resistencias de la planta
ta menos reducido, con respecto a su pro­ controlan el flujo de agua y por lo tanto
pio potencial, que en otros organismos, a la relación entre absorción y transpiración,
igualdad de condiciones. interviniendo así en el génesis, manteni­
Los cuatro ejemplos utilizados confi­ miento y declinación del déficit.
guran situaciones diferentes en cuanto a A igualdad de oferta de agua en el
la resistencia al Stress. Levitt (1. c.) utiliza suelo el flujo transpiratoiio varía, regulado
el término resistencia para referirse a toda por la resistencia estomática, cuando la
forma en que una planta puede salir airo­ demanda de vapor lo determina (Denmead
sa de la prueba que significa el stress. Al y Shaw, 1962).
igual que otros autores, distingue dentro Brouwer (1961) demostró que el flu­
de la idea de resistencia, dos alternativas. jo transpiratorio en plantas de arveja y de
En efecto, una planta puede ser resisten­ poroto variaba sensiblemente cuando se
te porque elude o evita el stress, gracias a modificaba la temperatura de las raíces.
estructuras o mecanismos que le permiten La disponibilidad de agua y la demanda
mantenerse ajena a él. La otra posibilidad de vapor permanecían esencialmente

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Ecofisiologfa del stress 5

constantes y lo que controlaba en ese ca­ de turgencia como fuerza impulsora del
so el estado del agua en la planta o sea su alargamiento celular, el papel de dispara­
potencial agua era la resistencia de las dor de los cambios y ajustes provocados
membranas de las células al pasaje del por el stress. Sus árgumentos son, algunos
agua, en los tejidos de la raíz. Esa resis­ de carácter directo, y otros indirectos.
tencia o su inversa, la conductancia, varía Entre los directos de mayor peso que le
bajo el efecto de diversos factores, entre hacen señalar a la disminución de turgen­
los que está la temperatura. cia como efecto primario, se hallan los de­
Una vez que el déficit hídrico ha he­ rivados de experimentos en los que se
cho real impacto en alguna parte de la comprobó que los efectos de la disminu­
planta comienzan a producirse las defor­ ción del potencial agua sobre el creci­
maciones que serán soportadas por ella se­ miento y algunos procesos metabólicos
gún su grado de tolerancia. Ese grado va­ eran reducidos o eliminados, si el grado
ría no sólo con el genotipo sino también de turgencia era mantenido, suministran­
con la intensidad y duración del stress y do al tejido soluto fácilmente absorbible
con la oportunidad en que se produce, (Ordin et. al., 1956; Ordin, 1960). Por
dentro de las etapas ontogénicas del orga­ otra parte, diversos autores han compro­
nismo en cuestión. bado en varias especies (sorgo, girasol,
Interesa sobremanera identificar la Chlorella emersonii) el fenómeno de os-
naturaleza de esas deformaciones, sobre morregulación o ajuste osmótico que la
todo de las que ocurren inmediatamente, pérdida de turgencia parece poner en
ya que en períodos más largos se produce, marcha. Mediante la osmorregulación el
en general, un efecto en cascada que am­ potencial osmótico disminuye, ya sea por
plifica el fenómeno hasta abarcar prácti­ la síntesis de sustancias solubles (azúcares,
camente todos los procesos fisiológicos. prolina) o por acumulación de ciertos io­
nes, favoreciéndose así el influjo de agua
y el aumento de la turgencia (Tumer Begg
Efectos del stress hídrico y Lorraine Tonnet, 1978; Greenway y Se­
tter, 1979).
Durante las últimas décadas ha creci­ Según la interpretación de Hsiao, la
do considerablemente el volumen de in­ amplificación del fenómeno de pérdida de
formación acerca de los efectos más direc­ turgencia, y por ende de expansión celu­
tos del déficit hídrico. Existen sobre el te­ lar, producido aún por un pequeño déficit
ma excelentes revisiones y obras de con­ hídrico, proseguiría con la reducción del
junto (Slavik, 1965; Kozlowski, 1968- incremento de área foliar y con la acumu­
1976; Levitt, 1. c.; Hsiao, 1973). El hecho lación en las fuentes de los fotoasimilados,
es que no se cuenta con una teoría general| por reducción de la actividad de los desti­
de este fenómeno, pero sobre la base de la nos (Hsiao y Acevedo, 1974).
información disponible se han ido mani­ Las posibilidades de que el déficit hí­
festando algunos intentos de síntesis. A drico actúe a través de la reducción de la
fines de la década del 50, Gates y Bonner actividad del agua, de cambios en la con­
(1959) y Kursanov (citado por May y Mil- centración de macromoléculas y de sus re­
thorpe, 1962) atribuyeron al metabolis­ laciones especiales o de la deshidratación
mo del fósforo un papel central, en la per­ de macromoléculas, son minimizadas por
turbación provocada por el déficit hídrico. Hsiao. Sin embargo, el mismo autor hace
Hsiao, más recientemente, ha reinvin- hincapié en la aptitud demostrada por Ni-
dicado en cierto modo, para el potencial tella y maíz para ajustar rápidamente la

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extensibilidad de la pared celular en res­ branas al agua y otros compuestos (Lee-


puesta al stress, fenómeno que juzga ex- Stadelmann y Stadelmann, 1976).
trechamente dependiente de hechos meta- La amplificación de las deformacio­
bólicos que ablandan la pared. nes más directas provocadas por el stress
Itai y Benzioni (1976) exponen su conduce a alteraciones de los procesos fi­
discrepancia con la hipótesis de Hsiao ale­ siológicos tales como la fotosíntesis, la
gando que la reducción de la turgencia circulación, la morfogénesis, el crecimien­
como respuesta inicial al stress hídrico no to, etc.
se produce con otros tipos de stress (sali­ El rendimiento de un cultivo es fun­
no, térmico, toxicidad) los que, por otra ción de la magnitud que alcanza la foto­
parte, provocan una reconocida serie de síntesis y ésta a su vez, depende del ritmo
respuestas comunes con el stress hídrico. del intercambio de C02 y del área foliar.
En este sentido consideran que las altera­ Tanto el intercambio neto de C02 como
ciones hormonales, comunes a las diversas el área foliar pueden, resultar disminuidos
situaciones de stress, pueden ser señaladas por acción del stress hídrico. Se suele dis­
como efecto primario. La hipótesis de es­ tinguir entre los efectos estomáticos y los
tos autores sugiere que la respuesta adap- no-estomáticos del stress sobre la fotosín­
tativa de las plantas al stress hídrico con­ tesis.
La conductancia a la difusión del
sistiría en un programa regulado por un C02 varía en forma aproximadamente li­
balance de las citocininas y el ácido abs- neal con el ancho del poro del estoma
císico (ABA). (Burrows y Milthorpe, 1976). El grado de
Tal como se ha dicho, la información apertura estomática deriva del estado de
existente acerca de los cambios en los sis­ turgencia de las células oclusivas, el que a
temas subcelulares que se suceden a raíz su vez depende del potencial agua de la
de un stress hídrico, es actualmente bas­ hoja.
tante abundante. Entre esos cambios es El grado de sensibilidad de la res­
posible mencionar: modificaciones en la puesta estomática a las condiciones hídri-
actividad de enzimas ligadas a. la trama li- cas de la planta constituye un carácter
poproteica o a la fracción soluble de los que regula la relación entre consumo de
extractos (Vieira de Silva, 1970; Todd, agua y ganancia de peso seco por la planta.
1972); alteraciones en los procesos que Se trata de un carácter que varía dentro
tienen lugar en los cloroplástidos y mito- de un apreciable rango. Algunos autores
condrias (Stocker, 1960; Brix, 1962; Nir consideran que, dentro del complejo me­
y Poljakoff-Mayber, 1967; Pinto y Flo­ canismo que gobierna la apertura y el cie­
wers, 1970); cambios en la estructura del rre de los estomas ha habido diversas solu­
ADN (Chen et al., 1968); desaparición de ciones adaptativas, en distintas especies y
poliribosonas y su reemplazo por dímeros ecotipos, cuya comprensión contribuirá a
o monómeros (Henckel, 1967; Hsiao, la interpretación de sus efectos sobre la
1970); incremento del contenido de proli­ productividad (Hall et al, 1976).
na (Stewart et al., 1966, Wynn Jones y En las plantas de metabolismo C4, en
Storey, 1978); disminución de la actividad las que la conductancia interna de la hoja
de citocininas endógenas y de glicinabeta- es muy alta, el ritmo de fotosíntesis se ha­
ína, (Itai y Benzioni, 1. c.); aumento del lla directamente relacionado con el grado
contenido de ABA (Mittelheuser y Van de apertura, es decir, la conductancia de
Steveninck, 1969; Mizrahi et al.., 1972); los estomas (Ludlow y Wilson, 1975); en
cambios en la permeabilidad de las mem­ cambio, en alfalfa, planta C3 en que la

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conductancia interna de la hoja se halla reducir el consumo de agua mediante dis­


entre 0,03 y 0,20 cm s*1, es ésta la que minución del área foliar y la de mantener
gobierna el ritmo de fotosíntesis en con­ un determinado ritmo de asimilación del
diciones de alta irradiancia (Hodgkinson, carbono constituye una importante y
1974). En lo que se refiere al umbral de compleja forma de resistencia a la sequía.
respuesta de los estomas al potencial agua, Las características del sistema subte­
las plantas con el síndrome C4 no parecen rráneo de las plantas han sido tradicional­
tener diferencias con las plantas C3 (Lud- mente asociadas a su comportamiento en
low, 1976). Dentro del grupo mismo de relación con el agua. El crecimiento de las
las plantas C4, el sorgo tiene un umbral raíces de lino ubicadas a distintas profun­
de respuesta más bajo que el maíz, es de­ didades se comportó en cada caso como
cir, sus estomas comienzan a cerrarse con dependiente del potencial agua del suelo
potenciales agua más bajos (Tumer, 1974). en cada sitio correspondiente (Newman,
En experimentos realizados en nues­ 1966), es decir, independiente de los valo­
tro laboratorio, en los que plantas de maíz res de potencial agua en otros puntos de
fueron sometidas a dos intensidades de se­ la planta. En caso de desecamiento inten­
quía, y en los que se midieron, además so del perfil, ha sido postulado que las re­
del potencial agua de la hoja, la fotosínte­ sistencias al flujo de agua que aparecen en
sis y la conductancia foliar (Hall et al, la base de las raíces, en la parte superior
1978), tanto la conductancia como la fija­ del suelo o del sustrato, podrían reducir
ción de 14 C02 de las plantas sometidas a dicho flujo y mantener una mejor dispo­
déficit hídrico se apartaron de los valores nibilidad para los ápices, que continúan
del testigo, cuando el potencial agua de la creciendo (Soriano, 1970).
hoja disminuyó. Aún cuando los poten­ El sistema subterráneo en su conjun­
ciales agua de las hojas en los períodos de to, ya sea de la planta o del cultivo, tiene
máximo stress no difirieron entre trata­ una directa influencia en la absorción del
mientos, la conductancia foliar y la fija­ agua a través de su geometría y de sus
ción de 14 C02 fueron menos afectadas propiedades hidráulicas. En el caso, por
por la segunda intensidad de sequía; la ejemplo, del trigo cultivar Pelissier (Hurd,
explicación podría residir en una adapta­ 1974), se comprobó que su excelente
ción del comportamiento de los estomas. comportamiento en situaciones de sequía
Además de la conductancia estomáti­ estaba asociado a su sistema radical más
ca, otros componentes y factores relacio­ extenso que el de otros cultivares, y con
nados con la fotosíntesis son modificados mayor capacidad de crecimiento bajó
por el stress hídrico. Varios autores han condiciones de stress. En este sentido re­
comprobado una disminución del conte­ sultan de interés las comprobaciones efec­
nido de clorofila de la hoja por efecto de tuadas por Passioura (1976) acerca de las
la sequía (Sánchez et al., 1978), y tam­ ventajas que representa para la produc­
bién diferencias en la conductancia inter­ ción de grano, en el trigo, cuando la plan­
na del mesofilo (Boyer, 1970). ta depende totalmente de una cantidad de
El tamaño del área foliar de la planta agua almacenada en el suelo, poseer un
y el cultivo, del cual depende en parte el sistema radical que utilice el agua lenta­
rendimiento es resultante, al mismo tiem­ mente durante las primeras semanas, de
po, del crecimiento y de la senescencia, modo de contar con una buena cantidad
ambos procesos son modificados por el durante el período de antesis.- El autor
stress hídrico a través de diferentes meca­ pudo .lograr este tipo de economía dejan­
nismos. El balance entre la capacidad para do a la planta una sola raíz, en lugar de 5

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ó 6. Resultados similares podrían obte­ como el mejor índice con que contamos
nerse con un genotipo que tuviera alta re­ para medir el estado momentáneo del
sistencia radical. agua en la planta y en los tejidos (Richter,
Algunas de las ideas apriorísticas aso­ 1976) y por lo tanto del stress alcanzado.
ciadas a la relación entre las raíces y la La cuantificación del stress es un re­
economía del agua no parecen haber reci­ quisito indispensable en cualquier trata­
bido apoyo experimental. En el caso, por miento experimental, pero en cuanto a la
ejemplo, de la reconocida diferencia en caracterización de diferentes genotipos
resistencia a la sequía entre el maíz y el frente al stress, 1q que interesa es medir
sorgo, las mediciones comparadas, bajo de alguna manera su resistencia a la sequía.
las mismas condiciones, mostraron que no Para evaluar la resistencia a la sequía,
había diferencias, ni en densidad, ni en Levitt 0- c-) aconseja en primer término
profundidad alcanzada, entre las dos es­ diagnosticar en qué medida el stress es
pecies (Vega, citado por Hsiao et al., evitado, ya que los mecanismos de absor­
1976). Por otra parte, en el caso de plan­ ción o de limitación de la transpiración
tas de trigo, la poda de una parte de las que contribuyen a ello se han de reflejar
raíces no aumentó la susceptibilidad a la en la marcha del potencial agua de la
sequía (Newman, 1974) quizás por razo­ planta.
nes relacionadas con el fenómeno descrip- En cuanto a la capacidad para tolerar
to por Passioura (v.s.). deformaciones provocadas por el stress en
los tejidos, y más íntimamente en el pro-
Evaluación del stress y de la resistencia toplasma, si se la evalúa en función de la
a la sequía supervivencia, una forma de hacerlo es de­
terminar, de acuerdo al método descripto
Hace exactamente 10 años, el Prof. por Iljin (1927) el stress capaz de provo­
Stlatyer, en una reunión sobre “Aspectos car la muerte del 5056 de las células del te­
fisiológicos del rendimiento”, urgió a los jido puesto a prueba. Varios autores han
investigadores a usar condiciones de stress utilizado, siguiendo la misma idea, alt%
definidás y reproducibles, registrándolas temperatura y baja humedad para poner a
con datos cuantitativos. Esta recomenda­ prueba la resistencia al stress en diversas
ción conserva su validez. En estos diez especies (Kilen y Andrew, 1969).
años el instrumental para mediciones de Todos los procesos y mecanismos
rutina se ha difundido considerablemente que se alteran de una u otra forma bajo
y es posible, en la actualidad, caracterizar los efectos del stress pueden ser, en prin­
diversos parámetros ligados al stress sin cipio, utilizados para caracterizar y eva­
mayores dificultades. luar la resistencia. Pero desde el punto de
Si bien subsisten diferencias entre los vista de la relación Rendimiento/Resis­
autores en cuanto a la importancia relati­ tencia a la sequía, el interés se centra en
va del potencial agua y del potencial os­ la correlación entre la magnitud de las de­
mótico para caracterizar el estado hídrico formaciones o cambios y el nivel de rendi­
de las células (Walter y Wiebe, 1966) y a miento, comparado con el potencial. En
ellos se ha sumado la opinión según la este sentido han sido desarrollados y
cual “los valores de potencial agua no se­ puestos a prueba una serie de métodos,
rían cruciales para el comportamiento de entre los que se encuentran los basados en
la planta” (Hsiao, 1973), un gran volu­ caracteres ya mencionados, tales como el
men de datos señala al potencial agua potencial agua y el contenido relativo de

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agua. Dedio (197S) los utilizó para la se­ water deficits. Adv. in Agr. 28: 161-
lección en trigo, con buenos resultados. 217.
Otros caracteres que en la actualidad3) Brix, H. 1962. The effects of water
son utilizados para este fin son: la activi­ stress on the rates of photosynthesis
dad de la fotosíntesis, la estabilidad de la and respiration in tomato plants and
clorofila, el contenido de prolina y de gli- loblolly pine seedlings. Physiol. Plant.
cinabetaína, la germinación bajo condi­ 15: 10-20.
ciones de stress y la resistencia estomática.
4) Brower, R. 1961. Water transport
En trabajos recientes con Brassica through the plant. Iaarb. Inst, voor
campestris y B. napus, Richards (1978) Biolog. en Schelkunding Onderzoek
utilizó algunos de estos caracteres para van Landbouwgew., Wageningen Me-
comparar el comportamiento de diferen­ deling 150 11-24.
5) Burrows, F. J. and F. L. Milthorpe
tes cultivares, en respuesta al stress hídri-
co. La estabilidad de la clorofila, la acu­ 1976. Stomatal conductance in the
mulación de proUna y el porcentaje de control of gas exchange, in Kozlowa-
germinación en una solución de -17,5 ba­ ki, T. T. (ed). Water deficits and plant
res mostraron buena relación con un índi­ growth Vol. IV 103-153.
ce de rendimiento desarrollado para cada 6) Chen, D.; S. Savid y E. Katohalski
cultivar, en el caso de B. napus y en me­ 1968. The role of water stress in the
nor medida en el de B. campestris. Los inactivation of messenger RNA of
cultivares analizados no mostraron varia­ germinating wheat embryos Proc. Nat.
bilidad en cuanto a resistencia estomática Acad. Sci. U. S. 61: 1378-1383.
ni tolerancia al calor. 7) Dedio, W. 1975. Water relations in
Se concluye de todo lo dicho que los wheat leaves as screening tests for
avances en el conocimiento de aspectos drought resistance. Ca. J. Plant. Sci.
fundamentales de la resistencia al stress 55: 369-378.
hídrico y de su relación con los procesos 8) Denmead, O. T. and R. E. Shaw 1962.
que intervienen en la génesis del rendi­ Availability of soil water to plants as
miento han de hacer cada vez más racio­ affected by soil moisture content and
nal y menos arduo el trabajo de identifi­ meteorological conditions. Agr. J. 54:
cación de los genotipos más productivos 385-390.
bajo condiciones de stress (Yevjevich, Hall9) Fischer, R. A. y R. M. Hagan 1965.
Plant water relations, irrigation ma­
y Salas, 1. c.), pero por otra parte, el esta­
do actual del tema y los elementos con nagement and crop yield. Experim.
que se cuenta permiten aguardar frutos Agric. 1: 161-177.
considerables en relación con los proble­10) Gates, C. T. and J. Bonner 1959. The
mas presentes. response of young tomato plant to a
brief period of water hortage. IV.
Effects of water stress on the ribonu­
cleic acid metabolism of tomato lea­
BffiLIOGRAFIA CITADA ves. Plant. Phys. 24: 49-55.
11) Greenway, H. y T. L. Setter 1979.
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13) Hall, A. E., E-D. Shulze and O. L. cknungsiahigkeit des lebendes Proto­
Lange 1976. Currents perpectivs of plasmas der vegetativen Ppflanzenze-
steadystate stomatal responses to en­ llen. Iahrb. Wiss. Bot. 66: 947-964.
vironment, in Lange 0. L., L. Kappen, 23) Itai, C. y A. Benzioni 1976. Water
E-D. Schulze, Water and Plant Life stress and hormonal response in Lange
169-188, Springer - Verlag, Berlin. O. E., L. Kappen, E-D. Schulze. Water
14) Hall, A. J., J. H. Lemcoff, M. S. Car- and Plant Life 225-242. Springer-
celler, N. Trápani y A. Soriano 1978. Verlag, Berlin.
Influencia de la sequía sobre algunos 24) Kilen, T. C. and R. H. Andrew 1969.
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