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Feminismo: Un despertar de todas y todos hacia la humanización.

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Análisis Textual

Docente David Fernando Marín Hincapié

Noviembre de 2020
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Feminismo: Un despertar de todas y todos hacia la humanización.

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Todos deberíamos ser feministas es un singular discurso de la escritora nigeriana

Chimamanda Ngozi Adichie, invitada al Simposio Anual celebrado en África, quien, con

un estilo claro y una pizca de humor, brinda una definición de lo que significa ser feminista

en el siglo XXI y donde se revela contra el machismo. A través de datos objetivos y

anécdotas de su vida, cita comportamientos sexistas cotidianos; reitera que el feminismo es

un problema “específico” de derechos humanos, con connotaciones negativas; que los

chicos y las chicas son biológicamente distintos, pero que la socialización exagera dichas

diferencias; que el feminismo es su bandera y aprovecha para declararse como una

“feminista feliz”.

Palabras claves: Feminismo, feminista, igualdad de género, humanización.

Inicialmente, el feminismo se contempla como un movimiento filosófico, pero es

generar toda una revolución de ideas donde se entremezcla, de manera tan heterogénea

como contradictoria y desafiante: opiniones políticas, culturales, económicas, éticas y

sociales, de quienes defienden y reivindican el protagonismo de las mujeres, sus derechos,

sus oportunidades, su empoderamiento, su liderazgo y su toma consciente de decisiones,

bajo el emblema de la igualdad y el cambio, por un mundo más justo y más humano.

Adichie (2012) se proclama como una “feminista feliz”, esto es reconocer a cada hombre y
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a cada mujer, como un ser humano que cree en la igualdad social, política y económica de

los sexos.

Por consiguiente, para cuestionar el no ser feminista y, por qué no, el ser feminista –

por ejemplo, hay que reconocer, primero, que el feminismo es tan antiguo como la propia

humanidad y, por consiguiente, un desafío a la comprensión de este sacro y complejo

movimiento desde la perspectiva educativa; segundo, que cualquier excusa con tintes

machistas, requiere la reconstrucción de un referente en torno al espíritu del sentimiento a

humanizar; y tercero, que todo proceso de dignificación reclama una retrospectiva

permanente, a fin de unificar criterios universales y así, enfocar este dilema que hoy no sólo

motiva, sino que enamora, pues se trata de un tema tan controvertido. Tres voces, que

palidecen –o pueden engendrar– tres coyunturas, que es preciso redefinir en toda

Constitución: Libertad, igualdad y respeto, para no generar más desigualdades.

Finalmente, el feminismo no es cuestión de sexos, es una cuestión de actitud. Es un

reto culturalmente significativo porque el verdadero yo se pone en juego cada día ante un

escenario donde la igualdad de género funciona hoy como oda a la injusticia. La mujer es y

será el pilar y motor de la vida en el planeta y guste o no, ellas son “tan humanas como

dignas de reconocimiento”, como lo asegura Adichie (2012). Queda claro que no han sido,

ni son, valoradas como lo merecen y sólo desean reivindicar esa igualdad tan tergiversada.

Posición personal: Debo aprender a respetar y humanizar la corresponsabilidad en

el hogar para exigir el mismo trato, tener iguales derechos y reclamar ser libres. Entonces

me surge el gran interrogante, ¿será que hay libertad donde no hay igualdad?
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Bibliografía: Adichie, C. N. (n.d.). Todos deberíamos ser feministas [PDF].

Nigeria.

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