En conformidad al convenio de Ginebra y la protección debida a las personas
civiles en tiempos de guerra (Convenio IV) se hace mención específicamente a
que aquellas personas que no participen de las hostilidades que no son de carácter internacional, sino que surgen dentro del territorio, deben ser tratadas con humanidad sin distinción de raza, color, religión, sexo etc. Incluyendo a las personas que quedan por fuera de combate a causa de heridas o enfermedades y que pertenecen a las fuerzas armadas. Así mismo, se prohíbe todo atentado contra la vida y la integridad personal, la toma de rehenes, los atentados contra la dignidad personal, las condenas dictaminadas sin previo juicio y ante un tribunal legítimamente constituido. Dentro de este tratado también se estipula que los enfermos y heridos deben ser recogidos y asistidos por organismos imparciales tales como el comité internacional de la cruz roja, ofreciendo sus servicios a la parte del conflicto. Las partes del conflicto deben buscar la forma de poner en vigor total o parcialmente alza disposiciones que dictamina en convenio de Ginebra. Las personas protegidas, tales como los extranjeros que se encuentren en el territorio de alguna de las partes del conflicto y que deseen salir de este puede hacerlo si no representa un perjuicio para los intereses nacionales del estado, y debe cumplirse lo más rápidamente posible, contando con la autorización y los recursos para hacerlo. Las salidas autorizadas deben efectuarse en condiciones de seguridad, higiene, salubridad y alimentación y deben ser ejecutadas por las potencias interesadas, nadie podrá ser transferido a una potencia que no sea parte en el convenio. Toda persona que se encuentre dentro de los territorios ocupados puede valerse del derecho a salir del territorio y solicitar de manera formal el traslado a las zonas que se encuentran dentro del convenio, así mismo al efectuarse los traslados y evacuaciones, las personas deben ser acogidas en instalaciones adecuadas y que no se separen a los miembros de una misma familia si es el caso en que se requiera el traslado de todo un grupo. Los preceptos normativos referidos al trato debido de los internados estipulan que debe existir humanidad en su trato, y la potencia a cargo debe suministrarle al internado agua potable, y alimentación de calidad, con la finalidad de que se mantengan bien de salud. De igual forma, se le debe suministrar alojamiento, ropa y asistencia médica. Aquellos internados que estén enfermos, heridos o inválidos, así como las parturientas, no serán trasladados mientras su estado de salud corra peligro a causa del viaje, a no ser que lo requiera imperativamente su seguridad. Luego de que desaparezcan los motivos de internamiento de las personas, deben ser puesta en libertad por la potencia detenedora, haciendo lo posible por concertar, durante las hostilidades, acuerdos con miras a la liberación, la repatriación, el regreso al lugar de domicilio o de hospitalización en país neutral de ciertas categorías de internados y, en particular, niños, mujeres encintas y madres lactantes o con hijos de corta edad, heridos y enfermos o internados que hayan estado mucho tiempo en cautiverio. Las partes implicadas dentro del convenio deben determinar las sanciones adecuadas para las personas que hayan cometido una infracción grave en conformidad con lo que estipula el convenio, tales como homicidio intencional, la tortura o los tratos inhumanos, incluidos los experimentos biológicos, el hecho de causar deliberadamente grandes sufrimientos o de atentar gravemente contra la integridad física o la salud, la deportación o el traslado ilegal, la detención ilegal, el hecho de forzar a una persona protegida a servir en las fuerzas armadas de la Potencia enemiga, o el hecho de privarla de su derecho a ser juzgada legítima e imparcialmente según las prescripciones del presente Convenio, la toma de rehenes, la destrucción y la apropiación de bienes no justificadas por necesidades militares y realizadas a gran escala de modo ilícito y arbitrario.