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Abril 2019
Existen métodos para poder determinar la resistencia del concreto; uno de estos es el de
la madurez que fue desarrollada a principio de los años 50. En esta técnica se observa la
relación directamente proporcional entre la cantidad de hidratos generados debido a la
temperatura y la resistividad. Actualmente, se puede realizar dicho control mediante
muestras de cilindros de concreto bajo condiciones controladas como temperatura,
humedad, curado y compactación aplicando una fuerza con la máquina de ensayo.
Durante los años 50, un concreto con esfuerzos de compresión de 34.3 MPa era
considerado como un concreto de alta resistencia, sin embargo, hoy en día este sería
considerado normal. El incremento de su resistencia siempre ha sido gradual. El
constante avance en los incrementos en resistencia del concreto en los últimos años ha
ubicado a diferentes adiciones y aditivos con resultados muy interesantes, aportando
más luces sobre el área de la construcción. El estudio del concreto de alta resistencia
comenzó a partir de la década de los 70s con la aparición de los aditivos y adiciones de
humo sílice o micro sílice. En el mundo han sido muchas las construcciones con estos
materiales enfocándose principalmente en Estados Unidos, Europa Occidental y Sureste
asiático.
El concreto de alta resistencia tiene muchos usos en la actualidad. Con este se pueden
construir edificios altos reduciendo la sección de las columnas, aumentando el total de
espacio disponible. También se utilizan para estructuras de puente de mucha luz,
mejorando su durabilidad. Además, este puede cumplir con necesidades específicas,
como la durabilidad, módulo de elasticidad, y la resistencia a la flexión. Este concreto
puede entrar en servicio a una edad mucho menor a comparación con el concreto
convencional. Sin embargo, su producción requiere más estudio, así como también un
mejor control de calidad. Por ejemplo, en el Sureste asiático como Tokio en la
construcción de los edificios multifamiliares que albergan a más de 20 000 mil personas
se emplearon concretos de altas resistencias. Asimismo, en la construcción de la torre
Taipéi en Taiwán se emplearon concretos de 117,6 MPa y para conseguirlo se utilizó
escoria, micro sílice y humo de sílice. (Carpio, 2007).