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¿Cuál es el papel de la acción y excepción en el derecho procesal en general?

La acción y la excepción son dos derechos subjetivos procesales que, si bien se


complementan en la dialéctica del proceso, tienen un contenido y un sentido claramente
distintos. La acción y la excepción derivan de un derecho genérico que tiene toda persona
para acceder a los tribunales, con el fin de plantear una pretensión o defenderse de ella, a
través de un proceso justo y razonable, en el que se respeten los derechos que
corresponden a las partes.

La acción es la base de las demandas que inician los procesos judiciales, por ejemplo
cuando una persona física o jurídica quiere que un juez solucione un conflicto, tiene que
iniciar el proceso judicial y para ello debe interponer una demanda, En ejercicio de la
acción, la parte actora o la parte acusadora plantean su pretensión, petición o
reclamación.

En un sentido amplio, por excepción se entiende el derecho subjetivo procesal que tiene


el demandado para contradecir u oponerse a la acción o a la pretensión hechas valer por
la parte actora. En este sentido, la excepción se identifica con el derecho de defensa en
juicio. Dentro de este significado también se designa a la excepción como derecho de
contradicción.
En ejercicio de la excepción o derecho de defensa en juicio, la parte demandada o la
parte acusada oponen cuestiones (excepciones) contrarias al ejercicio de la acción o a la
pretensión de la contraparte.

Eventualmente, la parte demandada puede ejercer la acción y formular una pretensión,


cuando reconviene o contrademanda a la parte actora.  Pero en este caso específico, la
parte demandada asume también el papel de parte actora por lo que se refiere a la
reconvención; e igualmente, la parte actora original se convierte en demandada en la
reconvención.

¿En qué consiste el proceso jurisdiccional?


Es el conjunto de actos que a través de diversas fases y dentro de un lapso específico,
llevan a cabo las partes entre los que ha surgido una controversia, las demás personas
interesadas y el juzgador, a fin de que un órgano con facultades jurisdiccionales aplique
las normas jurídicas necesarias para resolver dicha controversia, mediante una decisión
revestida de fuerza y permanencia, normalmente denominada sentencia dictada por un
juzgador. La resolución de la controversia
No puede depender de una sola actuación, sino de una serie de actos y hechos que han
de desplegar los sujetos que actúan en el proceso, dado que las leyes procesales prevén
diversos aspectos a cumplir antes de que el proceso se d por terminado. Al proceso se le
denomina jurisdiccional
Toda vez que el Estado ha otorgado a ciertos órganos la facultad para resolver los
conflictos que los particulares sometan a su consideración.

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