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La Etica busca descubrir, clarificar y comprender las relaciones que se establecen entre el actuar
humano, los valores y las
Desde que el hombre se agrupa en sociedades tuvo la necesidad de desarrollar una serie de reglas
que le permitieran
regular su conducta frente a los otros miembros de la comunidad. De manera que la moral es una
constante de la vida
humana. Los hombres no pueden vivir sin normas y valores. Es por esto que se ha caracterizado al
hombre como un
"animal ético". Sólo el hombre puede dirigirse hacia el futuro. Sólo él puede formarse una idea de
un estado de cosas más
deseable y poner luego los medios necesarios para llevarlo a la realidad. El hombre puede
protestar, ir al paro,
manifestarse o sublevarse, con una visión de un estado de cosas que 'debiera ser'. Los demás
animales sólo pueden
morder, arañar, golpear o huir <siempre en un eterno presente>. Si se prescinde de este aspecto
de la experiencia humana
que es lo moral, se tendrá una imagen que es bastante incompleta o fragmentaria del hombre y su
cultura.
La Etica nos ilustra acerca del porqué de la conducta moral. Los problemas que la Etica estudia son
aquellos que se
suscitan todos los días, en la vida cotidiana, en la vida escolar, en la actividad profesional, etc.
Problemas como: ¿qué
comportamiento es bueno y cuál malo?, ¿se es libre para realizar tal o cual acción?, ¿quién nos
obliga a realizar esta
A añadi directamente: la actividad humana, en tanto actividad regida por principios ajenos a la
determinación y necesidad
que existe en el resto de los seres que pueblan la tierra. Principios que hemos de
denominar valores morales. Qué es la Moral:
La moral es un conjunto de normas, valores y creencias existentes y
aceptadas en una sociedad que sirven de modelo de conducta y valoración
para establecer lo que está bien o está mal.
Como materia de estudio, se centra en el análisis a distintos niveles (filosófico
y cultural, entre otros) de conceptos como el bien y el mal relativos a la
conducta del ser humano dentro de una sociedad.
Moral es también un estado de ánimo de una persona o un grupo de
personas. Habitualmente se usa con un significado positivo de ánimo o
confianza en las capacidades para conseguir un objetivo, aunque también
puede tener un sentido negativo, por ejemplo, moral baja.
Como adjetivo, moral significa que algo es perteneciente o relativo a lo que se
considera como bueno a nivel social. De un modo coloquial y genérico, moral
indica que algo es correcto, aceptable o bueno en relación a la conducta de
la persona. Lo opuesto es lo inmoral.
También indica que algo no responde al orden jurídico, sino que pertenece a
un concepto más amplio relacionado con los valores propios del ser humano
dentro de la sociedad como, por ejemplo, obligación y responsabilidad moral.
El DEBER ETICO
Una obligación' o deber es la situación en la cual una persona tiene que dar, hacer, o no hacer
algo según la moral que posee. Obligación moral se define como la presión que ejerce la
razón sobre la voluntad, enfrente de un valor. Obligación jurídica: En Derecho, una obligación
es un vínculo jurídico por virtud del cual una persona llamada deudor, queda unida a otra
llamada acreedor, para que de una prestación que puede ser dar algo, realizar una acción o
mantener una abstención. Obligación o compromiso moral hacia alguien. La observancia de
los principios éticos es un deber de todo psicólogo.
El sentido de las leyes o normas morales
Las normas morales son las concepciones que los individuos tienen
para distinguir el bien del mal con respecto a los valores éticos. Los
valores éticos engloban las normas morales, ya que constituyen el
marco teórico de la forma de actuar de los individuos.
No estar escritas.
Derivar de los valores éticos como la justicia, la libertad y el
respeto.
Regular la conducta del individuo en sociedad al crear
remordimientos de consciencia.
Ser autónomas, al no tener una sanción formal o efectiva.
Nacer de costumbres y hábitos de una sociedad.
Constituir parte del derecho natural de todo individuo.
Algunos ejemplos de valores morales considerados universales son:
No mentir
No engañar
Respetar al prójimo
Ser amable
Dar prioridad a niños, embarazadas y adultos mayores en
situaciones de emergencia.
Normas morales y jurídicas
Los valores morales determinan las conductas en una sociedad. Estos
hábitos imponen formas de actuar debido a la presión social y el peso
de la consciencia si se actúa de forma contraria como, por ejemplo,
robar. Estas normas morales se traducen, debido a la imposición
social, en normas jurídicas.
Pocas cosas son tan comunes, repetidas y generalizadas como la calificación moral que
aplicamos a los demás. Por otro lado, lo habitual es que cuando se ocupa de la ética la
filosofía intente que los juicios morales sean (o parezcan) opiniones razonables. Sin
embargo el solo hecho de que –en filosofía– descompongamos la unidad que forman el
sujeto y su acción en una “persona” (o consciencia moral) y su correspondiente
“conducta”, prueba que este edificante propósito que se supone dirigido a comprender la
acción, de entrada vincula el juicio moral con los prejuicios.
para recordar que nada hay de distinto entre la acción y quien la ejecuta. La disociación
que aplican los filósofos contiene un supuesto dualista –y que conste que yo no tengo
nada en contra del dualismo– usado para que el juez pueda moralizar a su antojo.
Y, desde luego, este supuesto es también un prejuicio. Por ejemplo, sirve para juzgar así:
“Yo creo que eres una buena persona, pero si sigues por este camino, te pierdes…” pero
también para sostener de forma tajante y sin tapujos que un individuo es un hijo de puta
aunque sus actos no lo demuestren.
Podría parecer que pensar en términos de pautas morales es parte irrenunciable del juzgar
y signo imborrable de la humana inclinación a pensar y actuar humanamente; y, en
definitiva, que la moralidad es una prueba más de lo mucho que reducimos lo que es o lo
que ocurre a las condiciones de nuestros esenciales antropomorfismos, que nuestra
“humanidad” se muestra sobre todo en la arbitrariedad de nuestros juicios morales. ¿Pero
son estos los únicos juicios sesgados o parciales? Honestamente, creo que no. El único
momento en que juzgamos con objetividad es cuando media un contexto técnico. En ese
caso nuestro juicio se atiene al objeto (o a la letra de la norma, como se enseña en las
escuelas de judicatura), lo que solo se consigue tras mucho esfuerzo de
“despersonalización” –como suele decirse. Cuando la técnica diseña el dominio de la
deliberación el juicio queda absolutamente desentrañado, como si fuera de otro; y tras un
proceso que se parece lisa y llanamente a la abstinencia crítica, suele acabar muy próximo
a la anomia y muy lejos de la ética filosófica. Así ocurre a veces con las sanciones de
algunos jueces que, de tan “despersonalizadas”, resultan casi anómicas.
¿Pero cómo? ¿Puede uno convertirse en una máquina de tal modo que las propias
opiniones sean como las instrucciones de un manual de uso de un artefacto cualquiera?
(Devenir máquina es el sueño de los psicópatas…)
No. Pese a los esfuerzos de los científicos y los técnicos que se disfrazan de científicos,
no somos máquinas y no nos satisfacen los juicios precisos sino, en todo caso, que algún
deseo se colme. Por lo tanto, la imparcialidad es wishful thinking y una ilusión
trascendental. No solo porque el deseo forma parte del pensamiento sino además porque
al juzgar, sobre todo en materia de moralidad, interviene siempre la voluntad en forma
de un no querer ser imparcial. Ser tolerante, o ecuánime, o equitativo, etc. suele ser
universalmente tenido como una virtud aunque lo más probable es que quien presume de
tolerancia, no sea sino uno que vive enredado y hecho un lío con sus prejuicios. Su
idiosincrasia tan solo muestra que ya no puede desprenderse de ellos y que ha optado por
disimularlos tratando que sean adoptados por los demás. Pero he de advertir que la suya
es una operación tan válida como conservar el dulzor cambiando el azúcar por el
edulcorante.
La razón aconseja separarse todo lo que se pueda de los propios prejuicios pero no para
disimularlos o convertirlos en normas nuevas, sino que se trata de conocerlos en uno
mismo con el mismo cuidado con que se los reconoce en los demás. Y que esa cualidad,
que muy pocos poseen y que nada tiene que ver con la sabiduría, es ella misma una virtud
que no está libre de prejuicios.
Conducta moral
Las actitudes
Una actitud es una predisposición hacia una conducta determinada en relación
con una persona, un colectivo, una idea o un fenómeno. En una actitud se
distinguen tres elementos:
a. un componente cognoscitivo (ya que para que se cree una actitud es necesario
conocer primero la existencia del objeto o fenómeno);
b. un componente afectivo (la predisposición puede ser a favor o en contra); y
c. un componente de conducta (en consonancia con el conocimiento y la
predisposición, se produce un comportamiento).
Los actos