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Estaba anocheciendo, no podía perder más tiempo.

Jack comenzó a correr, pronto


empezó a escucharse el desquebrajar de la tierra.

Lo primero que se veía eran sus largas uñas ennegrecidas por el paso de los años,
luego sus pelos, como fregonas deshilachadas después de terminar de fregar el asfalto de una
gran ciudad, luego su cara con la mandíbula abierta y……… ese estremecedor rugido con un
sonido como fiera herida sedienta de venganza.

Salían de todas las partes alcantarillas, jardines, asfalto, buzón de correos, etc, y de
cualquier época, hombres primitivos, íberos, romanos, visigodos, árabes, señores medievales,
villanos, corsarios, piratas, milicianos, cualquiera de ellos malhechor en su tiempo, castigado
por la Justicia Divina y pendiente de su deuda desde el más allá, eran ellos, eran los Zombis.

Jack corría todo lo que podía, pronto empezó a escuchar los gritos de los vivos, que lo
jaleaban para que pudiera atravesar la puerta de los muros de Tierra Bendita.

La distancia era larga, pero no es lo mismo correr que huir y Jack hacia lo segundo, los
guardianes de la puerta le estaban esperando le abrieron las puertas y...

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