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Bloque 12

Epígrafe 2: La Constitución de 1978 y el sistema democrático español: principios, instituciones y el


Estado autonómico. El ejemplo de la Comunidad Autónoma de Castilla-La Mancha

Para la redacción de la Constitución se nombró una ponencia de 7 de las principales fuerzas, el cual
elaboró un borrador que, tras ser discutidas las enmiendas, fue aprobada en el referéndum en 1978.

La Constitución definía a España como un Estado social y democrático de Derecho, que adoptaba la
forma de una monarquía parlamentaria. La Constitución limitaba las facultades de la Corona y
garantizaba a las Cortes ejercer el poder. La Corona se convirtió en un órgano moderador con
funciones representativas. El poder legislativo radica en unas Cortes bicamerales. El Estado se define
como no confesional, y enumera los derechos individuales, aboliendo la pena de muerte y
aprobando el divorcio.

La Constitución restituyó el poder a las regiones, atendiendo a la reivindicación histórica de


autonomía (a Cataluña, País Vasco y Galicia), ampliando la posibilidad de que todas las regiones lo
solicitasen. La sociedad vasca permaneció dividida respecto a los símbolos y a los límites geográficos.
El Consejo General Vasco fue un proyecto de régimen provisional, el Gobierno negoció con los
nacionalistas vascos. La autonomía vasca se aprobó en el marco del Estado. En Cataluña, el Gobierno
reinstauró la Generalitat provisional, el estatuto se aprobó (1979) al poco tiempo, al igual que en
Galicia.

La voluntad de autogobierno se extendió a otras regiones. El gobierno anunció que extendería el


régimen autonómico por el artículo 143, más lento, esto conllevó a protestas. Andalucía obtuvo su
autonomía (1980) por el artículo 151. Castilla-La Mancha se constituyó a partir de la antigua Castilla
La Nueva, separándose de Madrid, y uniéndose Albacete. El estatuto se aprobó (1982) con un 78%
de votos a favor.

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