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El Perro del infierno

Era habitual escuchar ladridos y aullidos venir del parque a


diario. Muchos vecinos solían reunirse por las tardes,
algunos jugaban con sus hijos y otros hacían ejercicio, y los
perros observaban tranquilamente sentados bajo los árboles a
que todos se marcharan para ver qué clase de manjares
habían dejado atrás.
Había quienes esperaban que el sol se metiera por completo
para salir a correr, y se sentían muy bien al estar
acompañados por un grupo de fieles guardianes que iban tras
ellos, también ejercitándose. Pero esa noche, los corredores
estaban completamente solos, el silencio era total, a donde
sea que se mirara, no había ningún perro.
De pronto en silencio se vio interrumpido por desesperados
ladridos, y en un momento eran ya chillidos, los arbustos se
movían, y se hizo de nuevo el silencio. Las personas en el
parque se impresionaron un poco con aquellos ruidos, la
mayoría de ellos se detuvieron…
Observaban de un lado a otro pero, no aparecía ninguno de
los perros, cuando reanudaron su marcha, una agitada
respiración invadía todo el parque, se escuchaba por todos
lados, acompañada de un leve gruñido, y fue entonces que lo
vieron, salir de entre los arbustos, con el hocico lleno de
sangre, caminaba lentamente, y cada lámpara a su paso se
iba apagando…
Sus pisadas dejaban una marca ardiente en el suelo, y una
densa niebla venía detrás de él, un enorme perro negro, de
más de metro y medio, no importa que tan buenos hubiesen
sido corriendo todas aquellas personas, en ese momento
estaban completamente paralizados. El perro se metió entre
ellos, les olía todo el cuerpo, salivando…

Cuando todos se sentían perdidos, un chiflido lo llamó hasta


su amo, solo se vio salir de entre la niebla una enorme mano
cubierta de fuego, que dejó el ambiente impregnado de
azufre. Al día siguiente eran menos los perros que se
presentaron al banquete diario, y cuando sus ladridos no se
escuchan los vecinos del lugar saben que no deben poner un
pie en el parque, porque esa noche le toca su paseo, al- perro
del infierno.

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