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Docente: Mg.

Iván Ojito Castro

¿QUÉ ES UN EMPRENDEDOR?

“Un pesimista es alguien que transforma las oportunidades en problemas. Un emprendedor es un


optimista que trasforma los problemas en oportunidades.”
R. Mansell

Si buscamos en un diccionario encontraremos que emprendedor es un adjetivo que significa: “que emprende con
resolución acciones dificultosas o azarosas. Atrevido, resuelto, audaz”. En el ámbito empresarial, se denomina
emprendedor o entrepeneur a la persona capaz de ver o crear oportunidades de negocio, de ponerlas en práctica
y de mantenerlas en el tiempo. Es un ser capaz de ver las oportunidades, planificar, organizar, dirigir y controlar
un negocio o emprendimiento, lo cual habitualmente se conjuga con una buena dosis de creatividad y flexibilidad.

Todo comienza con una idea o una visión: un producto o un servicio que percibimos como una oportunidad de
negocio. Luego esta idea se convierte en un proyecto que se plasma en un plan de negocios. Por último llega la
etapa del armado de la empresa. Tener una visión creativa, “ver” una oportunidad futura y generar buenas ideas
no nos hace emprendedores, sino soñadores. El emprendedor es una persona de acción, que si bien tiene todas
esas características, también es capaz de inventar y transformar esas ideas o visiones en un proyecto real,
atractivo, vendible y rentable.

Sin embargo, no siempre es necesario tener una gran idea. Muchas veces las oportunidades están delante
nuestro, lo importante es verlas y aprovecharlas.

Le damos a continuación un ejemplo de cómo un señor logró aprovechar las oportunidades que se le
presentaban. Este señor, trabajaba en una fábrica de bicicletas colocando los rayos en las ruedas. Un día, después
de 20 años de trabajo, la empresa decidió reestructurarse y el señor se quedó sin empleo. A los 40 años sus
posibilidades de conseguir otro trabajo eran escasas. Pensó qué podía hacer para ganar dinero y, teniendo en
cuenta sus conocimientos sobre bicicletas, decidió abrir un pequeño taller. El negocio iba bastante bien, los
vecinos confiaban en él y le llevaban sus bicicletas. Un día, mientras trabajaba, vio cómo un hombre se quedaba
con su auto frente al taller. El hombre que manejaba se bajó, abrió el capot y le preguntó si podía ayudarlo.
Entonces, nuestro reparador de bicicletas, que siempre se había dado maña para arreglar su propio auto, decidió
ir a mirar qué pasaba y logró arreglarlo. Allí se dio cuenta de que sabía más de lo creía sobre mecánica, gracias a la
cantidad de autos viejos que había tenido y la cantidad de preguntas que había hecho a distintos mecánicos. ¿Qué
hizo entonces? Agrandó su negocio y ahora también realiza reparaciones de autos.

Las oportunidades pasan por delante de nosotros todo el tiempo, pero no todos sabemos verlas y convertirlas en
una oportunidad.

MOTIVOS PARA SER EMPRENDEDOR

El principal motivo para iniciar un proyecto rentable y convertirse en un emprendedor es la necesidad o el deseo
de obtener algunos o mayores ingresos realizando una tarea productiva. Muchos comienzan su emprendimiento
al mismo tiempo que están trabajando en relación de dependencia, en sus tiempos libres, o incluso como hobbie.
Otros deben empezar a trabajar por su cuenta porque se quedaron sin trabajo y no consiguen otro empleo, o
porque los ingresos de su pareja no son suficientes para mantener a la familia o, simplemente, porque quieren
sentirse productivos.

Sin importar cuál sea el motivo para comenzar a trabajar por su cuenta y realizar un emprendimiento, lo
importante es que sepa qué debe hacer y qué cosas debe tener en cuenta para no incurrir en gastos y costos que
luego no pueda recuperar y que pueda sacar el mayor provecho de su emprendimiento.

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CUALIDADES DEL EMPRENDEDOR

“El secreto para lograr el éxito está formado por un 1% de inspiración y un 99% de
transpiración.”
Thomas Alva Edison.

Las cualidades o competencias que debe tener un emprendedor son muchas y variadas. Algunas pueden
adquirirse, otras son innatas. Para organizar todas las competencias que consideramos necesarias, decidimos
dividirlas en inspiración, que es el comienzo para poder crear un producto o servicio y en transpiración que
incluye todas las habilidades necesarias para lograr que ese producto o servicio que imaginamos se convierta en
un negocio real, viable, rentable, sustentable y perdurable, esto incluye fundamentalmente el hacer, el llevar a la
práctica esa idea para que funcione, se venda y usted gane dinero.

 Inspiración:

Creatividad o capacidad de dar soluciones nuevas a problemas viejos. La creatividad nos permite ver las
oportunidades que se nos presentan, buscar en el mercado las necesidades insatisfechas de los consumidores,
crear escenarios posibles y delinear una visión de futuro. A veces, se crea un producto o servicio a partir de las
necesidades de los clientes o consumidores, otras en cambio, se crea un producto y a través de la publicidad y el
merchandising le creamos al consumidor la necesidad de este producto.

Visión o capacidad para imaginar el futuro y prepararse para cuando llegue. La visión nos permite imaginar el
negocio que queremos, un producto o servicio capaz de satisfacer necesidades latentes del mercado.

 Transpiración:

Innovación es llevar a la práctica lo que imaginamos y así crear el producto o servicio para aprovechar las
oportunidades que vislumbramos. Ser innovador, nos da una cuota de realismo para plasmar nuestra visión en un
plan de negocio viable. Ya veremos en la próxima unidad que la creatividad es imaginar cosas nuevas, pero la
innovación es hacerlas y mientras no haya un responsable de pasarla de la teoría a la práctica, la misma sigue
siendo imaginación. Por lo tanto es importante que nos hagamos cargo de la visión y la pasemos a la práctica.

Proactividad o capacidad de estudiar, tomar la iniciativa, emprender la acción, poner en marcha los planes que se
anticipen a las necesidades futuras y asumir la responsabilidad de hacer que las cosas sucedan. El emprendedor se
focaliza en la ejecución, es determinado, perseverante y tenaz.
Una persona proactiva puede lograr otra serie de habilidades que le permiten llevar adelante su emprendimiento.
Veamos a continuación las que consideramos más importantes.

Esfuerzo personal o capacidad de trabajar duro, sobre todo en la época de inicio del negocio, ya que se precisa
mucho esfuerzo para montar un negocio y es necesario trabajar algún tiempo extra para obtener la financiación
necesaria, armar una empresa rentable, darla a conocer a los clientes, desarrollar nuevos productos y servicios,
etc..

Capacidad de conseguir los recursos necesarios. El buen emprendedor debe salir a buscar lo que requiere, y, si no
lo encuentra, debe ser capaz de desarrollar los recursos imprescindibles para lograrlo.

Capacidad para crear y mantener una red de contactos. Teniendo en cuenta lo leído hasta ahora, parecería que
el emprendedor debe ser una especie de hombre orquesta, capaz de hacer un poco de todo: crear, planificar,
tomar decisiones, comprar, negociar, producir, vender, cobrar, controlar, investigar, buscar financiación,
promocionar sus productos, llevar la contabilidad, reclutar el personal, etc. Pero nadie es capaz de hacerlo todo
solo. Por esta razón el emprendedor debe ser capaz de crear y mantener relaciones de confianza y cooperación
que lo ayuden a desarrollar sus objetivos.

Debemos incentivar las buenas relaciones porque todos, de un modo u otro, pueden ayudarnos a alcanzar
nuestras metas: entre nuestros contactos podremos encontrar posibles socios, ayudantes o empleados, algunos

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proveedores que nos den buenos precios y mejores plazos de pago, posibles, clientes potenciales y, por último,
también pueden contactarnos con otras personas. Así se va formando una red de contactos, que a la hora de
comenzar con un proyecto productivo, es muy valiosa.

Capacidad de tomar decisiones con información parcial y en contextos de incertidumbre y ambigüedad.

Capacidad de auto-evaluación. Nos permite reconocer nuestras fortalezas, potencialidades y debilidades. Pero
también debemos ser capaces de evaluar las fortalezas y debilidades de los demás y las amenazas y
oportunidades del mercado y el entorno.

Responsabilidad. Como emprendedores somos responsables de todos nuestros aciertos y errores, pero también
tenemos una responsabilidad con nuestro entorno, tanto con las personas que trabajan con nosotros, como con
los clientes, proveedores e inversionistas. La responsabilidad incluye evaluar el impacto que nuestras acciones
pueden causar en lo económico, en lo social y, particularmente, en el medio ambiente, para que las mismas no
tengan un impacto negativo en el ambiente local en el que vivimos con nuestras familias o en el contexto global.
Esto implica la preocupación constante por la salud y la seguridad nuestra y de aquéllos que trabajan con
nosotros, el tratamiento de desechos tóxicos (si los hubiera), el reciclado de embalajes y el impacto sobre el
consumo de energía, entre otras.

Existen otras cualidades que puede o no tener un emprendedor y que tienen que ver con características
personales. No son indispensables, pero ayudan.

Asunción de riesgos, dicen que quien no arriesga, no gana. Esto nos permite identificar, evaluar y asumir los
riesgos necesarios para la puesta en marcha de nuestras ideas.

Flexibilidad para adaptarse a los cambios y ser capaz de rectificar, cambiar o abortar aquellas acciones que no
llevan a ninguna parte. Para alcanzar algo nuevo es necesario actuar de una forma nueva. Las acciones que en el
pasado dieron resultado, no tienen por qué servir para los nuevos problemas.

Autonomía o gusto por la independencia. Esto nos permite tomar decisiones, mantenerlas y aceptar sus
consecuencias, en vez de simplemente obedecer y hacer lo que nos dicen en los tiempos que nos piden, como
ocurre en muchos trabajos en relación de dependencia.

Tenga en cuenta que las capacidades necesarias para un emprendedor o entrepeneur, hoy son requeridas por
muchas empresas de primer nivel para sus ejecutivos, denominándolos intrapeneur, es decir, el emprendedor
dentro de la empresa.

Algunas ideas para emprendimientos

A la hora de buscar un “negocio”, no es imprescindible que se le ocurran grandes ideas, comience por hacerse
algunas preguntas. Por un momento, no se preocupe por las necesidades de contar con un capital inicial, o con un
lugar para hacerlo, o de las maquinarias que precisará.

Responda a las preguntas y vaya armando un listado con los posibles emprendimientos que usted puede hacer:
- ¿Qué sé hacer bien?
- Si alguna vez trabajé en relación de dependencia, ¿puedo hacer ahora lo mismo por mi cuenta?
- ¿Qué me gusta hacer?
- ¿Tengo algún hobbie que me permita hacer algo para vender?
- ¿Sé hacer algo, pero preciso de otros para completar el producto? ¿Conozco gente que pueda ayudarme o
complementarme?
- ¿Qué falta en mi barrio? ¿Puedo hacerlo? ¿Puedo traerlo de otro lado?.
- ¿De qué se quejan mis vecinos? ¿Qué necesitan? ¿Puedo hacerlo yo?.

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