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¿SABEMOS QUE ES LA CORRUPCIÓN, ¿CIERTO?...

P R E S E N T A: EDUARDO ALBERTO SOLARES VILLEDA

¿Sabemos que es la corrupción, ¿cierto?, creemos que de hecho definir el concepto es bastante
simple, sin embargo al tratar de explicarlo resulta un tanto complejo, porque deja de ser un vano
concepto en el que solo caben “unos cuantos”, en el que solo se ven inmiscuidos aquellos que
llamamos “el gobierno”, “los políticos” “los gobernantes”, o mejor dicho como a nos resulta más
fácil nombrarlos “los ladrones”, “los mismos de siempre” por no mencionar otros calificativos, en
resumen, ante nuestros ojos, son los únicos responsables de todo lo malo que le ocurre al país,
pues claro “son los corruptos” lo entendemos como si fuera algo que está lejos de nuestra
realidad, de nuestro día a día, incluso creemos que es algo fuera de nuestro capacidades, y a su
vez como si fuera poco algo con lo que como sociedad debemos aprender a vivir, resignándonos a
que esa realidad es absoluta y que simplemente jamás cambiara.

Es mejor creer que aquello no nos compete, no nos corresponde, simplemente no es nuestra
responsabilidad, por qué pues, “para eso está el gobierno, se les paga para solucionar todos los
problemas” ¿o no?, ¿no para eso nos existen los impuestos, como si el pago de sus sueldos y la
recaudación de nuestros impuestos fueran la varita mágica de la sociedad utópica.

Es más fácil arrojar “la bolita”, seguir alimentando la errónea idea de que el pueblo y el gobierno
son dos entes completamente distintos, que uno sirve al otro, no darnos cuenta que el “el
gobierno” lo conforman personas que pertenecen al pueblo, que el pueblo no tiene al gobierno
que merece si no más bien tiene a los gobernantes que se le parecen. Creemos que nuestro
gobierno, nuestros gobernantes, al tomar el cargo se transformaron por acto de magia en
funcionarios corruptos, por el poder que sus puestos les otorgan, pero no podríamos estar más
equivocados, el poder que se les otorga solo hace mucho más evidente actitudes y pensamientos
que se traen desde la malla de una sociedad corrompida.

La corrupción es un virus que se propaga y del cual podemos o no contagiarnos, la vacuna es la


educación y el refuerzo de la misma es el buen ejemplo,”

Una sociedad con educación que antepone hasta en las acciones más pequeñas y simples su ética
y valores será una sociedad impersuasible a la menor tentación de corrupción, porque su pensar
influenciará positivamente su actuar.

Por ello es vital que entendamos que el pueblo y el gobierno somos un mismo equipo y que
nuestra participación impacta directamente nuestra calidad de vida, somo los arquitectos de
nuestro propio futuro, porque no son 500 diputados y 128 senadores somos 126 millones de
mexicanos que compartimos el mismo suelo mar y tierra, que el combate a la corrupción no
depende solamente del “político” o “del gobernante”, depende de una reacción en cadena de
buenas acciones, de un correcto actuar, de dejar de decir “si todos lo hacen, ¿por qué yo no?” o
“solo por esta ocasión” ,depende de ponernos a estudiar para nuestro examen de admisión y que
con orgullo accedamos por nuestros conocimientos y no esperar a que un conocido nos ayude a
entrar, no aceptar ni ofrecer dinero por nuestro voto por que es nuestra voz y al venderla
vendemos nuestro derecho a participar, que aunque nadie lo note, o nadie nos multe, no nos
pasemos un semáforo en rojo, no demos vuelta en lugar prohibido, no rebasemos los límites de
velocidad establecidos, porque de esta forma estamos contribuyendo a la corrupción de nuestro
país, de nuestro México.
¿SABEMOS QUE ES LA CORRUPCIÓN, ¿CIERTO?...

P R E S E N T A: EDUARDO ALBERTO SOLARES VILLEDA


Si seguimos pensando y actuando de esa forma solo conseguiremos seguir alimentando un ciclo
de interminables problemas que aquejan a nuestra nación, seguiremos siendo no solo las victimas
si no los cómplices. Es tiempo de dejar de idealizar a otros países y su forma de vida, es tiempo de
actuar y convertir esa calidad de vida en nuestra, tiempo de dejar de ser la comparativa de todo lo
malo, para convertirnos en el ejemplo a seguir, tiempo de entender que es verdad que no
podemos cambiar nuestro pasado pero que sí que podemos mejorar nuestro presente y tener ese
futuro que merecemos, ¿qué estamos esperando?.

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