Está en la página 1de 12

Archivo de películas

Trailer

GENERACIÓN ROBADA (Rabbit-Proof Fence)


Dirección: Philip Noyce
Intérpretación: Everlyn Sampi, Kenneth Branagh
País: Australia
Año: 2003
Géneros: Drama.
Duración: 93 min.
Idiomas disponibles en DVD y/o Blue Ray: Español, Inglés.

Situada en los años 30 del siglo XX, la película cuenta una historia verídica: el viaje de 2.400 kilómetros
realizado por una niña aborigen australiana en busca de su familia, de la que había sido separada a la fuerza.
La protagonista huye de una institución gubernamental dedicada a instruir a los niños aborígenes para
convertirlos en trabajadores domésticos.

Niveles educativos: 1º y 2º de ESO / 3º y 4º de ESO / Bachillerato / Ciclos Formativos / C.


F. de Adultos.
Áreas: Lengua inglesa / Educación para la ciudadanía y los derechos humanos / Educación
ética cívica / Mundo contemporáneo / Historia.
Temas: educación en valores / mujer (y/o violencia de género) / infancia, derechos de los
niños / diversidad cultural, inmigración, emigración / geografía humana / antropología,
etnografía / familia, relaciones familiares / derechos humanos / sistema judicial, prisiones,
pena de muerte / política, sistemas políticos.
http://www.rtve.es/alacarta/videos/informe-semanal/informe-semanal-generacion-robada-
australia/328811/

GENERACIÓN ROBADA
(Rabbit-proof fence)

Dirección: Phillip Noyce.


País: Australia.
Año: 2002.
Duración: 94 min.
Interpretación: Everlyn Sampi (Molly Craig), Tianna
Sansbury (Daisy), Laura Managhan (Gracie), David Gulpilil
(Moodoo), Ningali Lawford (Madre de Molly), Myarn Lawford
(Abuela de Molly), Deborah Mailman (Mavis), kenneth
Branagh (Sr. Neville), Garry McDonald (Sr. Neal), Jason
  Clarke (Oficial Riggs), Nathasha Wanganeen (Nina).
Guión: Christine Olsen; basado en el libro 'Follow the rabbit-
proof fence' de Doris Pilkington Garimara, hija de Molly.
Producción: Phillip Noyce, Christine Olsen y John Winter.
Música: Peter Gabriel.
Fotografía: Christopher Doyle.
Montaje: Veronika Jenet y John Scott.
Diseño de producción: Roger Ford.
Dirección artística: Laurie Faen.
Ampliar cartel Vestuario: Roger Ford.
Estreno en Australia: 21 Febrero 2002.
Estreno en España: 25 Abril 2003.

CÓMO SE HIZO SE HIZO "GENERACIÓN ROBADA"


Notas de producción
© 2002 Lauren Films

1. Sinopsis amplia

  1931. EN EL OESTE DE AUSTRALIA. Pequeña comunidad de Jigalong, en el mismísimo borde


del Desierto de Gibson. Atravesando este enclave, y extendiéndose por el desierto, está el
alambrado a prueba de conejos. Divide completamente Australia en dos de norte a sur. Este
cercado se construyó para dejar todos los conejos en una de las dos partes, y las tierras de pastura
en la otra. Esta remota tierra es el hogar para tres enérgicas niñas aborígenes, MOLLY (Everlyn
Sampi), de 14 años, su hermana DAISY (Tianna Sansbury), de 8, y la prima de ambas, GRACIE
(Laura Monaghan), de 10, quienes viven muy tradicionalmente con MAUDE (Ningali Lawford), la
madre de Molly y Daisy, la abuela de ambas, FRINDA (Miran Lawford), y la madre de Gracie, LILY
(Sheryl Carter). Los padres blancos de estas niñas son trabajadores que construyeron la
alambrada y que se fueron. Ahora, el único contacto de las pequeñas con la Australia de los
blancos es la ración que reciben todos los días de la semana en la terminal de Jigalong.

  En la ciudad de Perth, AO NEVILLE (Kenneth Branagh), el Oficial para la Protección de los


Aborígenes al oeste de Australia, es informado de que las tres niñas crecen libres. El cargo que
ocupa le convierte en el guardián legal de los aborígenes en el estado y le inviste de poder
absoluto sobre cada uno de los nativos de su jurisdicción. El Sr. Neville cree que la raza de éstos
se está extinguiendo. Considera que los niños «mestizos» como Molly, Gracie, y Daisy son su
responsabilidad particular. Cree que la respuesta al «problema de raza» pasa por suprimir la
reproducción de la raza aborigen. Para lograr ello, ha ordenado que los niños fruto de matrimonios
mixtos no puedan contraer matrimonio con nativos de pura raza. Se han establecido asentamientos
a lo largo del estado; los niños mestizos están siendo sistemáticamente apartados de sus familias y
llevados a esas instalaciones. Aquí, son «instruidos para que afronten una nueva vida en la
sociedad blanca», una vida como sirvientes domésticos y trabajadores de granjas. Neville autoriza
el traslado de Molly, Gracie y Daisy. El oficial de policía RIGGS (Jason Clarke) se dirige al villorrio
cumpliendo el mandato de Neville, y, pese a la fiera protesta de las madres, es capaz de arrancar a
las niñas de los brazos de aquéllas. De este modo, las niñas inician un largo periplo (unos 2400
kilómetros) hacia el sur, camino del Asentamiento para Nativos de Moore River, muy lejos de sus
familias y de su entorno rural.

  Ese lugar de arribo es horrible; los niños son alojados en grandes dormitorios con apenas
comodidades, la alimentación es malísima, y tienen prohibido hablar su propio idioma nativo.
MOODOO (David Gulpilil), un hábil rastreador negro, persigue y atrapa a los fugitivos, para
arrojarlos al «agujero de los errores estúpidos» —la celda de castigo del asentamiento. Neville (a
quien los niños llaman Señor Diablo) inspecciona a Molly cuando ésta llega a Moore River con
objeto de comprobar el color de su piel. (Los niños más blancos se consideraban más inteligentes
y, por tanto, aptos para su escolarización). Molly da un buen vistazo alrededor y lo que ve no le
gusta. Cuando NINA (Natasha Wanganeen), la jefa de dormitorios, informa a las niñas que nadie
en Moon River tiene madre, Molly se conmociona. Ella sabe que tiene una, y decide que no pueden
quedarse ahí; deben regresar a casa. Mientras el resto de niños se van a la iglesia, Molly convence
a Daisy y Gracie de que ésa es la ocasión para escaparse. Al principio, Daisy y Gracie se muestran
reticentes a la huida. Están muy lejos y, además, han visto el «agujero de los errores estúpidos»
donde se encierra a los fugitivos. Pero Molly es inflexible. Han de huir y ha de ser ahora. También
tiene presente que la lluvia que está a punto de caer borrará sus huellas. Las conduce afuera y
escapan atravesando los bosques circundantes. En la retreta de aquel mismo anochecer, se
descubre que las tres niñas han desaparecido. Una vez informado Neville, se inicia una caza con
todas las de la ley. Moodoo, el gran rastreador, recibe la misión de salir tras ellas y darles alcance.

  Mientras se dirigen a casa, en un viaje que acabará durando tres meses con un recorrido de más
de 2400 kilómetros, Molly logra siempre estar un paso por delante de los perseguidores. A lo largo
del trayecto, debe echar mano de cada una de sus habilidades y armarse de todo su valor para
eludir a los cazadores, ser más lista que Moodoo y la policía, y mantener con vida el grupo de
fugitivas.

  En un primer momento, Molly sólo sabe que debe dirigirse al norte para regresar a Jigalong. Una
información casual que le proporciona la esposa de un granjero le pone al corriente de que la
alambrada para detener los conejos no está demasiado lejos. Será la salvación de las niñas. Molly
sabe que si puede hallar la alambrada, ésta les conducirá de regreso a Jigalong. Mientras tanto, en
aquella comunidad, Maude se entera de que las niñas han huido. Ella y Frinda empiezan a velar al
lado de la alambrada.

  Molly por fin llega a ésta y las niñas la resiguen camino de casa. Gracias a informes policiales,
Neville repara en el hecho de que las evadidas están siguiendo la gran cerca, y envía a Moodoo y
un policía para que les den alcance; sin embargo, ellas los eluden una vez más. Durante el viaje,
las niñas se cruzan con una joven aborigen, MAVIS (Deborah Mailman), quien resulta ser una
antigua interna del Asentamiento de Moore River que ahora trabaja como sirviente doméstica en
una granja. Las lleva a su habitación y les proporciona alimento. Las niñas están solas en el
aposento cuando oyen unos pases acercarse. Se ocultan bajo el lecho sólo para ser descubiertas
por el amo de Mavis, el Sr. Evans, quien venía a abusar de ella. El hombre alerta a las autoridades,
pero las fugitivas desaparecen en la oscuridad, ocultándose más allá del alcance de las linternas.
Mientras el policía y el rastreador deciden esperar al día siguiente para atraparlas, las niñas
observan claramente a sus cazadores. Sin embargo, Moodoo parece saber que ellas están allí. Por
la mañana, da con las huellas pero ellas han desaparecido. Moodoo mira hacia donde se han
dirigido, dibujándosele una sonrisa en el rostro: ¿Está dándoles caza? ¿O sólo resigue su camino?

  El Sr. Neville decide tenderles una trampa. Sitúa a Moodoo y Riggs lejos de la cerca y les ordena
que se mantengan a la espera. Al mismo tiempo, hace correr la noticia de que la madre de Gracie
se ha ido a otra comunidad del desierto, Wiluna. Un ganadero próximo a la alambrada les participa
la noticia. Pese a la insistencia de Molly para disuadir a Gracie, ésta decide dejar a las hermanas y
partir en busca de su madre por su cuenta. En uno de los momentos más conmovedores, las niñas
se separan para seguir caminos distintos. Pero finalmente, el poderoso sentido de responsabilidad
de Molly se impone y ambas hermanas dan la vuelta para alcanzar a Gracie. Pronto descubren que
se han metido en la boca del lobo. Gracie resulta capturada mientras Molly y Daisy, impotentes,
observan la escena horrorizadas.

  Moodoo abandona la búsqueda de las fugitivas discretamente. No cabe duda de que, a lo largo
del camino, la capacidad y determinación que Molly ha demostrado poseer le ha admirado. Neville
empieza a perder la esperanza de capturar a las niñas antes de que éstas penetren en pleno
desierto, un lugar extremadamente árido donde sería peligroso enviar a sus hombres. Ordena al
Oficial Riggs que se dirija a Jigalong y espere allí a Molly y Daisy. Éstas, a pesar de todo, están
afrontando el último tramo del trayecto, penetrando en el desierto y encarándose con el paisaje
más peligroso y despiadado. Finalmente, al borde de la muerte, sucumben exhaustas. En Jigalong,
Maude y Frinda, intensifican su vigilia, marcando ritmo con simples palos y cantando viejas
canciones. Las niñas toman conciencia de la visión de un pájaro espiritual que las protege. Molly
mira a lo lejos, y por primera vez en tres meses el paisaje le resulta familiar; casi han llegado a
casa.

  Molly y Daisy llegan a su hogar de nuevo. Riggs está esperando en Jigalong con las órdenes de
recuperarlas. Maude y Frinda y las otras mujeres han estado «cantando» para el retorno de las
niñas. Molly, llevando en brazos a Daisy, se orienta por los cantos. Riggs sospecha; se va de
Jigalong hacia el campamento de las mujeres. Maude y Frinda le oyen llegar y van hacia él
dispuestas a enfrentarse. Permanecen firmes, largos palos en mano, implacables. Riggs retrocede
ante ellas. Gira y se va. Las niñas vuelven a estar con Maude y Frinda. La alegría de Molly atenúa
la tristeza que siente por la pérdida de Gracie. Su abuela la abraza, y ella por fin estalla en un
llanto. Mientras las mujeres cantan a las niñas, pintan a éstas de ocre para hacer más llevadera la
pena. Más tarde, Maude y Frinda las llevan de nuevo al desierto para ocultarlas. Neville, nada
dispuesto a abandonar, hace correr la noticia de que si se encuentra a las evadidas, serán
capturadas de nuevo y devueltas a Moore River.

  Ésta es una historia verídica. Molly se casó y tuvo dos niñas. Cuando éstas contaban cuatro y dos
años, fueron capturadas junto a su madre y retornadas a Moore River. Y volvió a escaparse para
regresar a Jigalong, llevando en brazos a Annabelle, la pequeña, dejando atrás a Doris, la mayor.
Cuando Annabelle tenía tres años, fue arrancada de los brazos de Molly. Nunca la ha vuelto a ver.
Doris se reencontró con su madre treinta años más tarde. Escribió la historia de Molly, que ha sido
adaptada en el presente largometraje. Molly, de 85 años, y Daisy, de 79, todavía viven en Jigalong
actualmente.

  Los niños aborígenes australianos siguieron siendo apartados de sus familias por la política
gubernamental hasta 1971. Actualmente, a aquellos niños que recibieron este trato, se les
denomina «La Generación Robada».

2. Contexto histórico

  Cuando los colonos blancos llegaron a Australia, la interacción de dos culturas tan
diametralmente opuestas, con actitudes ante la tierra tan distintas, hizo inevitable la confrontación.
En el siglo XIX, las armas de los blancos se revelaron más poderosas que las lanzas de los
nativos. A mediados del mismo siglo, los granjeros y los colonos europeos penetraron las tierras de
los aborígenes, interrumpieron la caza y las reuniones tradicionales, mermaron los recursos
naturales y los pastos, contaminaron las vías fluviales, y ultrajaron los lugares sagrados.
  Las enfermedades europeas, como la viruela e incluso los simples catarros, diezmaron la
población indígena. Además, el alcohol y el dinero minaron los hábitos tradicionales. En muchas
zonas, los europeos desafiaron toda la estructura de la sociedad tradicional de los nativos, y se
acabó con la autoridad de los ancianos de las tribus. Desde siempre, ellos habían sido quienes
controlaban las estructuras decisorias como el matrimonio, la educación, y ceremonias como las
reuniones de clan. Sin embargo, gente nativa cada vez más joven empezó a sentirse atraída hacia
la sociedad blanca y empezó a vivir al margen de ambos mundos.

  Allá por los años 30, cuando acontece la historia de RABBIT-PROFF FENCE, muchas
comunidades se habían acostumbrado a la distribución gubernamental de alimentos, ropa y otras
necesidades, ya que sus tradicionales modos de vida se habían deteriorado con el tiempo.

¿Por qué los niños aborígenes fueron separados de sus familias?

  Desde los primeros años de asentamiento europeo en Australia, hay pruebas que demuestran
que los niños nativos eran separados de sus familias con el convencimiento, por parte de las
autoridades, de que así se procedía por el propio bien de los niños». Durante la primera mitad del
siglo XX, era parte de la política oficial en la mayoría de los estados separar a los niños mestizos y
cuarterones de la población aborigen. Esta práctica siguió vigente hasta los primeros años de la
década de los 70.

La cerca a prueba de conejos

  De todas las plagas que se introdujeron en Australia, el conejo fue con mucho la más
devastadora. De acuerdo con una Comisión Real de 1901, el Gobierno australiano decidió levantar
una alambrada desde cierto punto de la costa sur hasta cierto otro de la costa norte. Este vallado
fue conocido como la Cerca a Prueba de Conejos número 1.

  En 1907, cuando el trabajo se ultimó, la Cerca a Prueba de Conejos se convirtió en el vallado sin
interrupciones más largo del mundo. Se construyó la alambrada en un esfuerzo por detener las
hordas de aquellos roedores que devoraban todo a su paso hacia occidente, a través de la isla,
proviniendo del extremo opuesto de Australia.

  Villorrios como los de Burracoppin, Dromedary Hills y Jigalong se usaron para la administración y
como lugar donde los guardianes encargados de mantener la alambrada podían recoger
provisiones, disfrutar de tiempo libre, y beber lo suyo.

  La alambrada funcionó como barrera contra los conejos durante casi medio siglo. Actualmente,
largas porciones del tendido todavía se mantienen en pie como freno para los animales salvajes,
en particular el emú.

3. Sobre la producción

  Cuando el teléfono sonó en la casa de Los Ángeles de PHILLIP NOYCE a las tres de la
madrugada de cierto día del mes de julio de 1999, creyó que se trataba de una emergencia y
descolgó. No se era nada de eso. Era la guionista CHRISTINE OLSEN. Noyce recuerda: «Su
extraña voz femenina de acento australiano sonó al otro extremo del teléfono anunciándome que
tenía el guión perfecto para que yo lo dirigiera. Y yo le respondí que conocía poca gente que me
llamara para decirme eso cada semana, pero que esos pocos solían comunicármelo durante el día.
Le dije que volviera a llamarme por la mañana a mi oficina.» Noyce dudó que lo hiciera. Pero volvió
a llamar, y le envió el guión.

  Cinco años antes, una crítica de un libro publicada en un periódico atrajo la atención de Olsen. El
comentario era acerca del libro «Follow The Generación robada», que narra la verdadera historia
de tres niñas aborígenes que escaparon de una misión sita al oeste de Australia tratando de
regresar a casa a pie a lo largo de 2.400 kilómetros de desierto, resiguiendo la alambrada a prueba
de conejos hasta el final.

  «Follow The Generación robada» la escribió DORIS PILKINGTON GARIMARA, la hija de MOLLY
CRAIG, quien con 14 años era la mayor de las tres niñas. Olsen archivó la noticia como posible
idea para un largometraje. Durante los seis meses siguientes, acostumbraba a extraer la noticia,
releerla y llorar con la historia. «Una mañana, me desperté pensando que debía conseguir los
derechos del libro» —nos explica.

  Había otros que rivalizaban por obtener esos derechos; en consecuencia, Olsen dispuso un
encuentro con Pilkington. «Creí que era verdaderamente importante que me viera en persona y
supiera que era la persona adecuada a quien confiar la historia» —recuerda Olsen. El encuentro no
fue posible, pero persistió, llegando a ofrecerse para llevarla en coche al aeropuesto. Y fue durante
ese trayecto que Pilkingtong estuvo de acuerdo en confiar a Olsen los derechos del libro. Más
tarde, la escritora devino asesora del guión.

  Lo que siguió a este encuentro fueron casi cinco años de investigaciones y escritura. Olsen
explica que haber viajado a Jigalong —de donde proceden las tres niñas—, al oeste de Australia,
se convirtió en la principal fuente de información para la historia. Jigalong fue un pequeño enclave
situado justo al lado de donde pasaba la alambrada a prueba de conejos; los padres de las niñas
habían trabajado en la construcción de ésta. La cerca discurría desde el extremo sur de la Australia
occidental hasta el extremo septentrional, y las fugitivas infantiles intuyeron que si daban con la
alambrada y la reseguían, las retornaría a casa. Olsen efectuó varios viajes a Jigalong; en uno de
éstos, vivió con Molly en el villorrio durante tres semanas. «Fue tras aquella particular visita que
regresé y me puse a escribir verdaderamente el guión. Así es como fueron las cosas» —nos
comenta.

  Con respecto al simbolismo que encierra el cercado y el título de la película, Olsen cree que «ese
tendido ha sido siempre un símbolo muy sorprendente referido al intento de los europeos por
dominar la tierra: Trazar una línea en ella para mantener fuera a los roedores, esos animales
domésticos que ellos mismos introdujeron, se revela como un símbolo espléndido para muchísimas
de las cosas que ocurrieron en Australia.»

  Olsen dijo que Phillip Noyce era el director de sus sueños debido a su largometraje australiano
BACKROADS (1974) que ella describió como «rebosante de exuberancia y energía. La cinta trata
la gente nativa como seres humanos, nada más y nada menos.» Olsen sabía también que si Noyce
iba a dirigir GENERACIÓN ROBADA, la película conseguiría un público internacional, y estaba
convencida de que se trataba de una historia universal, que realmente tenía potencial para llegar a
ser eso.

  Noyce postergó cierto tiempo la lectura del guión pues estaba ocupado preparándose para el
estreno de THE BONE COLLECTORS (EL COLECCIONISTA DE HUESOS, 1999), y tenía toda su
mente dedicada a ello. A estas alturas, todo el mundo de la oficina del director se había leído el
guión de Olsen, y animaban a Noyce a que hiciera lo mismo. «Pero aún fueron necesarios dos
meses más antes de que abriera de verdad el guión para comprobar de qué iba todo aquel
alboroto; y cuando lo hice, no pude dejarlo» —recuerda el director.

  «Cuando empecé a leer el guión, me di cuenta de que se trataba de una historia verdaderamente
especial, y hacia el desenlace de la misma, estaba con los ojos humedecidos» —Lo que atrajo a
Noyce en primer lugar era lo universal de la historia—. «Pese a que cuando empecé la lectura era
perfectamente consciente de la condición aborigen de los niños, cuando estaba a medio camino,
dejaron de ser blancas o negras; eran simplemente unas niñas angustiadas, desvalidas, que se
defendían y finalmente triunfaban. Para cuando llegué al desenlace, la sensación era que se
trataba de algo increíblemente edificante, y creí que ésta era una película que debía hacerse» —
dice Noyce.

  «Había también un sentido de misión que cumplir» —añade—. «En cierto modo, igual que con
todas mis anteriores cintas, me preocupaba mucho hacerme con el público y conmoverlos, llegar a
sus resortes emocionales. Con esta película, hay un valor añadido: nos está hablando de una parte
de la historia australiana tremendamente significativa que generalmente nos ha sido negada.»

  Noyce ha subido a bordo de este proyecto como Director y Productor, retornando a su Australia
natal para realizar su primera película allí en 12 años. «Empecé haciendo largometrajes en
Australia [BACKROADS (1974); HEATWAVE (1982); NEWSFRONT (1978)], no costando ninguna
de ellos más de medio millón de dólares. Entonces, con DEAD CALM (CALMA TOTAL, 1989), me
inicié en otro viaje, el de los thrillers, y ello me llevó a Hollywood. Tras diez años allí realizando
blockbusters de enorme presupuesto, ahora he regresado a donde había empezado» —reflexiona.

  Noyce se dirigió a Perth, al oeste de Australia, para encontrarse con Pilkington. Ambos visitaron
los restos del Asentamiento Nativo de Moore River, adonde las niñas fueron trasladadas, para
percibir y absorber la atmósfera del lugar, para sentir los fantasmas que allí reposan de toda la
gente que fue enviada a aquel enclave. Noyce creyó que encontrándose con la autora del libro
original y visitando la institución de la que las niñas huyeron, estaría en disposición de responder la
pregunta ¿Por qué Molly logró convencer a las otras dos niñas para afrontar todo aquel recorrido?
Intentando responderse, procuró comprender las emociones que alimentaron tan horrible trayecto a
través del campo australiano.

  Entonces, Noyce resiguió todo el camino hasta Jigalong, pegado a la alambrada, para
encontrarse con las auténticas MOLLY CRAIG y DAISY KADIBIL, quienes ya cuentan más de 80
años. Fue en Jigalong donde muchas de las preguntas que se hacía hallaron respuesta.

  «Molly dijo algunas cosas realmente importantes. Entre ellas, que “los otros niños que fueron
substraídos no conocían a sus madres porque eran mucho más pequeños; sin embargo yo era
mayor, por tanto, conocía mi madre y quería regresar a casa junto a ella.”» Moly también le explicó
a Noyce que la tierra del Asentamiento de Moore River le hacía sentirse enferma. «No era su sitio;
la perturbaba emocional, psicológica y, en cierto modo, físicamente, por lo que tenía que irse de allí
porque era nocivo para ella» —argumenta el director.

  Según Noyce, «Junto con esa sensación que provocaba la institución, la distancia tan tremenda
del viaje, y finalmente el arribo al oasis de donde fueron arrancadas, y adonde tenían que regresar,
también me parecía interesante todas esas emociones que presiden la historia.» Con gran énfasis
añade que «también tuve la oportunidad de observar algo del lenguaje corporal, de los modos de
hablar, de interactuar, propios del “gentío de Jigalong”, como son denominados: el grupo de
personas que actualmente viven en el asentamiento, a siete kilómetros de donde la historia tiene
su comienzo.» Ultimada esa parte de la investigación, Noyce afrontaba ahora su máximo reto: dar
con las tres niñas aborígenes que encarnarían los personajes principales de Molly, Gracie, y Daisy.

  La directora de reparto CHRISTINE KING [MOULIN ROUGE (MOULIN ROUGE, 2001); TWO
HANDS (TWO HANDS, 1999)] se unió al Director en una búsqueda exhaustiva por toda Australia
con miras a dar con las tres niñas aborígenes. Junto con ocho subdirectores de reparto, entre los
que se contaban profesores, padres, y jefes de comunidades, todos pertrechados con cámaras de
mano, afrontaron un mínimo de 1200 entrevistas, buscando lo que Noyce describía como tres
pequeñas agujas en un enorme pajar”.

  Noyce estaba firmemente convencido de que, dado que la cultura aborigen hace de la
representación algo fundamental, acabaría por hallar las niñas adecuadas. Con sólo un margen de
tres semanas para encontrar a sus protagonistas, King y Noyce tuvieron que moverse rápidamente.
Se eligieron 16 niñas de entre centenares de cintas registradas en audiciones procedentes de
algunas de las regiones más remotas de Australia. La sesión para el reparto final se celebraría en
Broome, al oeste de Australia, y hacia allí volaron las aspirantes. Tras dos días de intensos
diálogos y clases de improvisación, se eligió a tres protagonistas infantiles. EVERLYN SAMPI, de
11 años; LAURA MONAGHAN, de 9; y CAITLYN LAWFORD, de 6, tanto por la química que
desprendían como trío, como por su capacidad individual. En el espacio de una semana, las tres
niñas y sus respectivas familias fueron enviadas en avión a Adelaide para empezar los ensayos.

  Entonces, Noyce encaró otro reto. Justo antes de que empezara a rodar la primera unidad,
empezó a temer que una de las tres escogidas no iba finalmente a participar. Caitlyn Lawford, de
sólo 6 años y procedente de Fitzroy Crossing, al oeste de Australia, daba muestras de que le
resultaba demasiado difícil estar en la ciudad y trabajar bajo un clima tan tenso. Sólo cuatro días
antes de que diera comienzo el rodaje, como estaba previsto, Noyce y King tuvieron que buscar
una substituta para el papel de Daisy.

  TIANA SANSBURY, atrajo por primera vez la atención de Noyce durante una sesión de reparto de
grupo para intérpretes con papeles pequeños. Igual que a otros 60 actores, se le dijo que entrara
en una habitación y que tratara de convencer al director de que alguien tenía problemas. «Unos 35
actores que la precedieron, entraron y no me convencieron en absoluto. Pero cuando fue el turno
de Tiana, y ésta se puso ante mí, olvidé que se trataba de un juego. Estaba realmente interesado
por lo que fuera que estuviera pasando al otro lado de la puerta. Lo hizo con gran naturalidad. Y la
puntué con un 9 sobre 10» —recuerda. Cuando Noyce se dio cuenta de que Caitlyn seguía
teniendo dificultades de adaptación, consultó sus notas y llamó a Tiana para que volviera a
efectuar una prueba ante las cámaras. Tianna regresó, y tras impresionar al equipo técnico con su
habilidad natural, se la incorporó inmediatamente al reparto como Daisy.

  Cuando finalmente dio comienzo el rodaje, todavía flotaba el temor de que las tres actrices
inexpertas pudieran no ser capaces de actuar adecuadamente ante las cámaras. Aunque la fe en
la entrega de Laura nunca se cuestionó, el hecho de incorporar en el último minuto a Tianna, y las
dificultades para ajustarse a una disciplina percibidas en Evelyn durante los ensayos, dejaba
muchas cuestiones pendientes durante los primeros días de rodaje. Sin embargo, lo que
sorprendió al equipo cuando vieron el rodaje de la primera semana, fue que la nueva dinámica de
grupo era perfecta para las necesidades de la película.

  Noyce se dio cuenta que durante el proceso de forjar el reparto «me sentía como un buscador de
oro. Se está allí, en la montaña, rebajando terreno, y sin ningún resultado día tras día, y sin
embargo, igual que un buscador, seguía alimentado por la convicción —quizá el falso optimismo—,
de que en algún lugar daría con aquella pepita. De hecho, lo hice mejor, pues encontré tres
diamantes perfectamente tallados.»

  A medida que transcurrían los días de rodaje, más se percibía como una ventaja su falta de
experiencia como actrices. Noyce nos explica: «Nunca buscamos una depuración técnica
profesional en aquellas crías, y preferíamos que no fueran conscientes de ello.» En su lugar, el
director había estado buscando sus rasgos de personalidad característicos que aportar a sus
papeles. Con gran énfasis, Noyce subraya: «que quería que fueran niñas: Inocentes, indefensas,
tratando de afrontar una situación muy difícil.»

  Para el director, la experiencia de dirigir a tres actrices sin práctica se asemeja al “infierno que
deviene todo proceso de aprendizaje”. Su técnica consistía en no conducirlas excesivamente. Y
nos explica que «a menudo, algunas de las mejores cosas que lograban surgían sin decirles nada
en absoluto. Y eso es lo que esperábamos que sucediera, pues por eso se las contrató, por su
naturalidad.» Noyce aplaude la entrega y determinación de las tres niñas. Siempre supo que la
película dependería de las interpretaciones y de la empatía que alcanzaran las tres jóvenes e
inexpertas actrices.
  «De todas las niñas, Tianna es la más lista. Posee cierto espíritu que aporta al personaje de
Daisy. Laura tiene esa cualidad cinematográfica que hace que el público arda en deseos de
ayudarla» —añade. Con respecto a la protagonista de la película, Everlyn Sampi, más tarde
reflexiona: «En Everlyn veo esa cualidad de protagonista que he visto dos veces en mi carrera; una
en Nicole Kidman [DEAD CALM (CALMA TOTAL, 1989)], otra vez en Angelina Jolie [THE BONE
COLLECTOR (EL COLECCIONISTA DE HUESOS, 1999)], y ahora, por tercera ocasión, lo he visto
en Everlyn.»

  Noyce se muestra firme cuando afirma que no hubiera llegado tan lejos como lo hizo con las tres
niñas sin la ayuda y asesoramiento de la célebre actriz australiana RACHAEL MAZA. El director
sabía que necesitaría que las pequeñas actrices trabajaran con una instructora de interpretación, y
tuvo suerte de encontrar a Maza, que también es aborigen. Trabajó como instructora dramática con
las tres pequeñas en GENERACIÓN ROBADA y comprobó que la película se había convertido en
una experiencia sorprendente para ellas.» Maza recuerda que Everlyn llegaba a los ensayos con
sus cabellos arreglados en pequeñas trenzas a la moda a las que había colgado en los extremos
abalorios aborígenes coloreados. «En aquel momento me di cuenta de que creyó que la íbamos a
vestir con glamour. Entonces, el primer día, vieron las prendas de tela de saco que tendrían que
ponerse, y sus rostros mostraron abatimiento. Les enseñamos fotografías de la época (1931), y les
explicamos que esto era lo que la gente vestía, y entonces comprendieron el contexto histórico.»

  Maza dijo que las niñas poseían una comprensión innata de la historia. «Eso fue algo que no
hubo necesidad de enseñarles. No creo que sea posible dar con un solo aborigen en este país que
no comprenda esta historia. Si no lo vivieron ellos, puede que los padres o la familia próxima. Es
algo que todos compartimos.» El trabajo de Maza consistió en preparar a las niñas la noche antes
del rodaje diario, camino al plató, y durante el desayuno, explicándoles las escenas del día y qué
implicaban. Entonces, a la hora de rodar, Noyce solía esperar la respuesta: cómo reaccionarían
ante determinada escena, cómo se moverían, etc... sin necesidad de dirigirles excesivamente.

  KENNETH BRANAGH (A.O. Neville) respondió casi al instante ante el guión, y describió la
oportunidad de trabajar con Noyce como de “raro privilegio”. Branagh encarna a A.O. Neville, el
burócrata inglés que ejerció como Oficial Protector de los Aborígenes al oeste de Australia durante
casi 40 años. Acerca de Branagh, DAVID ELFICK, Productor ejecutivo, observa que «en manos del
actor equivocado, Neville hubiera parecido un estereotipo. Un actor que ha afrontado todos los
grandes y complejos personajes shakesperianos, que posee tal experiencia, esta en disposición de
hacerse con este papel y moldearlo de manera que resulte algo multidimensional.»

  Mientras Branagh se preparaba para la película, leyó varios libros acerca de A.O. Neville como
parte de su investigación, y consideró que se trataba de alguien interesante. «Parecía que
admiraba la raza aborigen y, sin embargo, era el hombre que estaba detrás de un programa cuyos
efectos eran a un tiempo negativos y de hondo calado.» Branagh comentó que «la película salía
airosa al no tratar de juzgar a Neville, pero tampoco lo excusa, y eso era lo que hacía el papel
atractivo: Retratar a un hombre que mucha gente de este país (Australia) puede ver como un
monstruo, pero también como un ser humano.»

  Noyce habla de Branagh como unos de los grandes actores internacionales. «Ken abre muchas
puertas, y también aporta algo especial a la caracterización de Neville. Su retrato del hombre
excedió todas nuestras expectativas en cuanto a que aportaba una humanidad compleja a un
personaje que fácilmente hubiera podido devenir una caricatura del Mal.»

  El director subraya que «la justificación moral que se construye Neville para sus acciones racistas
se hubiera podido perder en la interpretación de un actor menor. Se trataba de un equilibrio de
matices que nos interesaba particularmente que se reflejara en la pantalla. Pero incluso nuestras
más esforzadas intenciones hubieran sido en vano si se hubiera ofrecido al actor equivocado la
responsabilidad de dar vida al personaje.» Esta dimensión añadida, transforma Neville en un
villano incluso más amenazante. «No hay nada que pueda ser más terrorífico que un hombre que
realmente se cree que lo que hace es correcto, que mata con su amabilidad» —continúa.

  Branagh empleó tres días en el plató junto a las pequeñas actrices, en el escenario del
Asentamiento de Moore River. Las escenas rodadas en esta localización son las más complejas de
la producción, pues en ellas aparece la mayoría del reparto, incluyendo a DAVID GULPILIL
(Moodoo), quien encarna al rastreador, GARRY McDONALD (dando vida al superintendente del
asentamiento) y más de 40 niños aborígenes procedentes de Adelaide como extras. Dos miembros
del reparto local resultaron ser particularmente impresionantes; NATASHA WANGANEEN (Nina), la
jefa de dormitorios, y TAMARA FLANAGAN, (Olive), la interna que acaba encerrada en el «agujero
de los errores estúpidos», tras su intento de fuga.

  Una de las escenas en Moore River presentan un personaje nuevo hasta ese momento: la hija de
Moodoo, bien interpretado por la hermana de Laura, TRACY MONAGHAN. Este papel se añadió
para reforzar la implicación emocional del público para con el rastreador. El personaje de Gulpilil
muestra la otra cara de la moneda: Cómo los aborígenes fueron obligados a coexistir dentro del
sistema. Inicialmente, no se había pensado en revelar las razones de Moodoo para ejercer como
cazador de su propia gente —otra realidad de la narración acerca de la Generación Robada—.
Gulpilil aporta un inesperado matiz servil al personaje de Moodoo convirtiendo al rastreador que
persigue a las niñas en un adversario incluso más temible de lo que primeramente se concibió.

  Un guión emocionante, y una amistad de hace mucho tiempo con Noyce fueron los elementos
que interesaron al Productor ejecutivo JEREMY THOMAS. Con esos dos valores, Thomas sabía
que no sería difícil consolidar el proyecto, y saboreó la experiencia. Y nos confiesa: «Las
oportunidades para realizar una historia verídica tan incisiva son muy escasas.»

  Thomas, quien dirige Hanway Films, nos dice que cuando leyó el guión pensó: «Éste es
exactamente el tipo de film que me hubiera gustado producir y realizar yo mismo.» Él y Noyce son
amigos desde hace muchos años pero ésta es la primera ocasión en que han trabajado juntos. Nos
describe a Noyce «como un realizador cinematográfico tan importante como inusual, porque es un
director con una espléndida carrera jalonada por algunos espléndidos largometrajes personales y
también por algunos enormes blockbusters. Haber sabido combinar esos dos campos de acción es
algo muy singular.»

  Thomas añade que lo que aportó al largometraje tan enorme potencial es la propia fuerza de la
historia. «La aventura de estas tres niñas perseguidas es increíble. Resultan arrancadas de su
entorno y luego acosadas a lo largo de un extenso paisaje. La historia y compasión por esos
personajes que vemos, y el criterio equivocado de los otros personajes, hacen que la película sea
internacionalmente atractiva.»

  Elfick también estaba ansioso por incorporarse en calidad de Productor Ejecutivo a


GENERACIÓN ROBADA. Produjo la película de Noyce NEWSFRONT (1978), hace ya 23 años,
cuando el director acababa de graduarse en la escuela cinematográfica. Elfick le describe como
«alguien de enorme talento, con una gran capacidad para la vida, y de inquisitiva naturaleza que le
empuja a interesarse en todo y toda la gente.»

  Elfick destaca que GENERACIÓN ROBADA es una película que posee un valor de
entretenimiento inherente para funcionar comercialmente, sin embargo, también tiene algo
realmente significativo que comunicar. Hay aventura y un contenido altamente visual, pero además
es una historia fuertemente emocional, que es auténtica, lo que la hace incluso más
extraordinaria.»

  CHRISTOPHER DOYLE, el director de fotografía, mejor conocido por su abundante trabajo en el


cine asiático, también hace mucho tiempo que es amigo de Noyce, sin embargo, ésta es la primera
vez que ambos han trabajado juntos. El director pensó que contratar a Chris aportaría a la película
cierto perfil. «Chris adora la cámara al hombro, y deviene algo así como una grúa humana. Sin
embargo, todavía más importante, sus actitudes con respecto a cómo deberían rodarse las
películas resultan totalmente anárquicas.»

  El director nos explica que «hay una especie de tradición rural en las películas australianas de
época en las que el remoto campo interior es protagonista. Imágenes preciosas, grandes
composiciones, y gran precisión para captar aquella especie de mundo constreñido del pasado.
Concluí que “ése no era el estilo que queríamos para esta película.” Sabía que Chris sería un gran
antídoto y un perfecto colaborador para todo lo que quería hacer y todo lo que yo podría aportar a
la película.»

  Doyle describe GENERACIÓN ROBADA como una «road movie a pie» y opina que el aspecto del
film es el apropiado. Con respecto a su técnica, Doyle explica que «estaba buscando algo que
sugiriera el tormento, la crueldad del viaje, la soledad, el aislamiento, y la extensión del territorio. Lo
que nosotros hemos creado resulta muy distinto de esas tradicionales pinturas e imágenes del
interior rural de Australia. En nuestra película, no queremos cielos azules porque esos cielos no
son muy azules. Son ásperos y crueles. Ante ellas, la desolación se extiende, y logramos eso
desaturando los colores, con ciertas exposiciones, y en el modo en que procesamos el
largometraje.»

  Las principales localizaciones de GENERACIÓN ROBADA se eligieron en el sur de Australia. A


poca distancia de Adelaide se construyó los escenarios para el asentamiento Moore River, que el
Diseñador de producción ROGER FORD describe como «extraordinariamente precisos.» Ford
también ha sido el responsable del Diseño de Vestuario de la película. «Ello te posibilita el
verdadero control de los colores de la cinta: los edificios, las fábricas, todo.» —nos explica.

  Ford subraya que usó el paisaje australiano como una paleta de colores. «Los colores se van
manifestando poco a poco, para que la gente y los hechos vayan calando en el paisaje.» El
escenario para Jigalong se localizó al este de Leigh Creek, en el interior del sur de Australia. Aquí,
los cuarteles de los esquiladores de la estación de ovejas de Moolooloo se convirtieron en el
villorrio de Jigalong, con la alambrada a prueba de conejos recorriendo uno de los lados. Ford
estaba muy preocupado por el hecho de que se tendría que rehacer una extensa parte del cercado,
sin embargo, todavía había largas porciones de éste en magníficos paisajes. De hecho, el tramo
más largo que tuvieron que rehacer sólo medía 600 metros.

  Durante el rodaje, se tuvo que tener presente el respeto a la cultura aborigen. Maza les explicó
que se debía obtener el permiso de los ancianos de la tribu para explicar una historia de la
Australia occidental en la región de la cadena montañosa de las Flinders, y también que en el film
se debía hablar el dialecto de aquella peculiar zona. Maza nos dice que «esta historia es una
historia de negros, y Phillip es un amigo blanco. Ha habido que cumplir con cierto protocolo; y para
mayor reconocimiento del director, éste preguntó a la gente adecuada cómo tenía que afrontar todo
aquello para hacerlo como era debido.»

  Las escenas rodadas en las Flinders Rangers que implicaban celebraciones tradicionales,
aportaron tanto a los actores como al equipo técnico una nueva percepción del peso de la
narración, su lado lúdico. El “Asunto de Mujeres” que se rodó con las niñas y un grupo de mujeres
que no eran actrices, la mayoría procedente de Alice Springs, resultó ser toda una experiencia para
las pequeñas intérpretes. Flotaba en el plató un profundo sentimiento de orgullo cultural, y la
presencia de las mujeres, junto a Maza y NINGALI LAWFORD (Maude), SHERRYL CARTER (Lily),
y las niñas, hizo que el ambiente del escenario les perteneciera por completo.

  La mayoría del reparto y del equipo técnico está personalmente afectada por la «Generación
Robada», y ello tuvo una influencia decisiva en el plató, particularmente en las escenas de carácter
más emotivo. Lawford, quien encarna a la madre de Molly, se presentó al rodaje con una profunda
comprensión del personaje: Su propio padre había sido llevado a Moore River cuando tenía cuatro
años. Lawford nos confiesa que haber interpretado la horrorosa escena en la que les arrebatan las
tres niñas le hizo ser muy consciente de lo que tuvo que afrontar su abuela.

  Noyce observa: «Creo que el momento más grande del rodaje tuvo que ser cuando rodamos “la
escena del secuestro,” el momento en que el Oficial Riggs (JASON CLARKE) arranca las niñas de
los brazos de sus madres. Era emotivo por muchas razones, no sólo por la intensidad que
embargaba a los actores, y en particular a las dos mujeres que encarnaban a las madres, sino
también porque, todos, reparto y equipo técnico, penetramos súbitamente en la dimensión de una
extraña máquina del tiempo que nos transportó al pasado, y entonces nos dejó en pleno ojo del
huracán, que no es otro que el tema de la “Generación Robada.”

  Noyce aclara que «ello evidenció con total claridad el tema para todos nosotros, porque ya no se
trataba de la madre aborigen, o de la niña aborigen —la cuestión del blanco y del negro se acabó,
desapareció por completo—. Se trataba de una niña, nuestra niña; es más, nosotros éramos las
niñas, las madres, y los padres a un tiempo. Y creo que para la gente blanca o negra del equipo
técnico, todo cobró sentido súbitamente. La gente se vio abrumada por esa toma de conciencia
acerca de que ya no sería un concepto nunca más, sino algo muy esencial: La madre que quiere
proteger a su hija; la niña que sigue queriendo estar con su madre.»

  Acerca del rodaje de esta escena en concreto, el director concluye: «Fueron dos horas muy
extrañas las que empleamos en la filmación de esta escena. Con frecuencia, suceden cosas
mágicas en los platós de un rodaje, sin embargo, no muchas de mis películas han logrado contener
plenamente el significado oculto que ésta sí tiene.»

También podría gustarte