Una de las cosas que me atrajo a Cristo es el sentido de la
vida, cuál es el propósito de vivir… para qué vivimos. Cuando tenía dieciséis años no entendía cuál era el propósito de mi vida. Para mí no tenía ningún sentido el vivir, morir parecía mejor opción. No había ningún propósito que me convenciese lo suficiente para seguir viviendo. Descubrí que no era la única que estaba pensando en todo eso, había muchos filósofos y gente importante que también se preguntaban continuamente para que vivimos o cuál es el propósito de nuestra vida. Incluso Pablo, el Apóstol de Cristo en su carta a los Filipenses capitulo 1 y versículo 21 dice que el morir es ganancia. Cuando yo tenía dieciséis años entendí que para mí el buscar a Dios era prioritario en cuanto al significado de la vida. En nuestro interior hay un vacío, buscamos muchas cosas para saciarnos pero no lo conseguimos. Por un tiempo acallamos nuestra sed, pero vuelve de nuevo a levantarse en contra nuestro. Se levanta como un gigante desesperado por buscar alivio de su sed, hambre, soledad.…..Nuestro interior es ese gigante en busca de refugio. Alguien me dijo una vez, lo que necesitas es llenarte de la presencia de Dios. Dios envió a esta Tierra a su hijo Jesucristo, para que todo aquel que crea en El tenga vida eterna. Y Dios sigue diciendo al profeta Jeremías, “mi pueblo ha cometido doble pecado; me abandonaron a mí fuente de agua viva, y han cavado para sí pozos que no retienen agua”, o como se menciona en el libro de Job “quienes se olvidan de Dios carecen de esperanza. Son como papiros sin pantano donde crecer, o como hierba sin agua que la mantenga viva, de pronto comienza a marchitarse antes que la corten. El hombre sin Dios se apoya en una telaraña; todo aquello en que confía caerá por tierra.” Parece que nuestra vida recobra el sentido, la firmeza, el juicio… cuando se vuelve a Dios. Parece ser que es ese agua viva la que necesitamos experimentar en nuestro interior. Decidí creer a Dios ir a Jesucristo y pedirle por fe ese agua, como cuando vivió en esta Tierra y se lo dijo a a la samaritana. Y.. lo siguiente es que empecé a experimentar una fuente en mi interior de alegría, de paz, de satisfacción por esas palabras llenas de vida. Correrán ríos de agua cuando vamos a Jesucristo en nuestro interior. Comencé a buscar a Dios y sentía como se llenaba mi corazón cada día. Muchas veces la gente no se da cuenta que lo que necesita es una fuente poderosa y real que pueda devolverle la vida. La Biblia dice “Buscadme y viviréis”. Es hora de buscar al único capaz de crear vida.
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