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PUENTE DE LOS FRANCESES.

1. INTRODUCCIÓN:

El puente de los franceses es un puente ferroviario sobre el Manzanares situado junto al nudo
de carreteras homónimo, realizado en ladrillo a mediados del siglo XIX con la bóveda esviada, el
esviaje es la oblicuidad de la traza de la vía superior de un puente respecto al eje del paso
inferior, como un río o una calle, es decir, cuando los arranques del arco se colocan oblicuos
respecto a los planos testeros, llevando cada uno de los anteriores elementos citados de la
bóveda, las direcciones antedichas (eje del río o vía inferior y eje de la vía superior,
respectivamente). Definiéndose el ángulo de oblicuidad entre esas dos direcciones consideradas
(no su complementario para evitar confusión, el cual sería el ángulo entre el eje de paso inferior
con el ancho del puente). De manera que el problema es tanto más acusado cuanto el ángulo
correctamente definido es agudo. Cuando el ángulo de esviaje es de 90º no existe esviaje, el
puente es recto. Se habla también de acuidad de la bóveda/puente. Los planos testeros son los
que limitan la longitud de la bóveda en los bordes del puente.

Lo primero que me llamó la atención fue el aparejo del puente en que las hileras de ladrillo
presentan un ángulo de arranque a cota cero, igual en todas ellas y que debería ser igual al
complementario del de esviaje por tratarse de aparejo helicoidal. (1)*

En este caso la bóveda parece ser un cilindro escaleno generado por la traslación de una
semicircunferencia vertical a lo largo de una recta horizontal oblicua al plano de la
circunferencia, las testas son, por tanto, semicircunferencias y la elipse de la sección recta es de
eje mayor vertical o peraltada.

La estereoteomía estudia el corte de piedras. Las dovelas que conforman la rosca de una bóveda
tienen que ser labradas de manera precisa de modo que no aparezcan imperfecciones que
arruinen la homogeneidad de la bóveda. La zona de relleno dentro de los tímpanos de los
puentes históricos tiene un tipo de fábrica algo más irregular, intermedio entre una piedra bien
labrada y relleno de piedras irregular, sin embargo, las dovelas que conforman la rosca o roscas
de la bóveda en su intradós tienen que ser lo más regulares posibles para evitar que una
pequeña imperfección arrastre otras mayores y acaben por arruinar la geometría final.

En este caso se trata de ladrillos en lugar de piedras, pero el principio es similar.

En puentes esviados existe un problema común que es el del empuje al vacío, si tomamos la
traza de las bóvedas del puente, ésta presenta una forma romboidal que se puede descomponer
en un rectángulo central y dos triángulos iguales en esquinas opuestas, los triángulos en las
esquinas agudas del romboide de la traza presentan el problema del empuje al vacío de manera
más acusada, es frecuente encontrar allí en la línea de división, fisuras en las bóvedas. El empuje
al vacío consiste en que el empuje de compresión tiene una componente que es perpendicular
a los planos testeros y tiende por tanto a empujar una sección de bóveda o arco hacia fuera, es
decir, una línea de empujes que se sale de la bóveda. Esto se debe a que la línea de empujes de
los arcos tienden a seguir la línea de las secciones verticales perpendiculares a las generatrices
ya que se ha observado que tienden a ser las secciones que más se acortan al descimbrar las
bóvedas, o que son las que tienen mayores asientos, por tanto, superados los vértices obtusos
de la traza las secciones rectas dejan de encontrar contrarresto en las pilas y se produce un
empuje no equilibrado debiendo ser resistido éste por las juntas de mortero a tracción,
contando con una cohesión en la bóveda.
Sin embargo, la dirección de las líneas de empuje de los arcos en que se puede dividir la bóveda
depende o puede ser condicionado en cierta manera con el aparejo del ladrillo utilizado o
estereotomía de las dovelas.

Las juntas continuas de mortero de los ladrillos o dovelas se denominan lechos y existen unas
líneas que, obviamente, son discontinuas, para conseguir la trabazón de unos arcos con otros
para formar la bóveda continua, perpendiculares a aquéllas, que se denominan juntas
discontínuas.

En ladrillos equivalen a tendeles los primeros y llagas las segundas.

De ésta manera, colocando los lechos de los ladrillos perpendiculares a los arcos testeros puedo
forzar en cierta manera que la línea de empujes discurra paralela a los arcos testeros,
separándome de la dirección según las secciones rectas, que provocarían empuje al vacío, esto
es debido a que al tener el mortero un módulo de elasticidad mucho menor que la piedra, obligo
a que la línea de empujes atraviese éstas juntas pues en esa línea se deberían producir también,
por ello, las mayores deformaciones.

Para esviajes de hasta 70 º se puede utilizar aparejo recto, con los lechos siguiendo las
generatrices del cilindro, siempre y cuando se tome la precaución de colocar en el arco de
dovelas que está en el límite de la bóveda con el plano testero, una dovela acodada cada dos,
introduciéndose en el resto de la fábrica.

2. ALGUNOS EJEMPLOS:

Abajo puedes ver un ejemplo de un puente antiguo en Talamanca del Jarama que no ha
contemplado este respecto y como se puede ver, tiene una grieta en los ángulos agudos de su
traza, que ha sido reforzada con mortero, en él no existe ningún acodamiento de sus dovelas y
los lechos discurren horizontales y paralelos a los arranques, siguiendo la dirección de las
generatrices del cilindro, que parece ser elíptico con arcos testeros también elípticos (aparejo
recto).

En puentes esviados, si el cilindro es de revolución, por afinidad, los arcos testeros son elipses
de eje mayor horizontal, dicha elipse y la circunferencia son afines, su dirección de afinidad son
las generatrices del cilindro y el plano de afinidad el plano testero.

Y si el cilindro es escaleno, como en el caso del puente de los franceses, el plano de la sección
recta y el plano testero cortan a la bóveda también en figuras afines que son, en su caso, una
semicircunferencia en el plano testero que es afín a una elipse peraltada en la sección recta.
3. LECHOS ELÍPTICOS:

Una manera de cambiar el aparejo es intersecando el intradós de la bóveda con un haz de planos
que pase por una recta perpendicular al arco testero pasando por el centro de la traza de la
bóveda, dicha recta del haz.

Un ejemplo de esto son las dos bóvedas que dan paso a dos calles oblicuas a la plaza mayor en
el sureste y noroeste de la misma, si bien, según he podido observar, existe un haz de planos
para cada archivolta, pasando cada uno por la recta perpendicular a sendas circunferencias
testeras que pasa por sus centros. (No habiendo un único haz de planos que pase por el centro
de la traza sino dos haces),

Las curvas de lechos resultantes sobre la bóveda cilíndrica son fragmentos de elipses tanto más
curvados cuanto se acercan a la clave, llegando a ser rectas en los arranques (curvatura nula).

Coloco el sistema de ejes coordenados con los ejes x, z en los planos testeros, con x horizontal y
z vertical, con y por tanto, perpendicular a los planos testeros que llevará la dirección del eje del
haz de planos.

Planteando la intersección de:


2
𝑌
(𝑋 + ) + 𝑍 2 = 𝑟^2.
𝑡𝑎𝑛(𝑎)
Con los planos:

𝑍 = 𝑡𝑎𝑛 (𝑏) ∗ 𝑋
Se obtienen las curvas correspondientes despejando X en la ecuación de segundo grado.

Habiendo definido también Y como en este ejemplo matemático entre los extremos: [-4.25,
4.25]

Proyección horizontal Vista ortoproyección.

4. APAREJO HELICOIDAL:

Ahora sitúo el eje x en la dirección de las generatrices, con y y z según las direcciones del eje
menor y mayor de la elipse de la sección recta (elipse peraltada) (elipse de eje mayor vertical).

Defino la curva de las hélices de los lechos a lo largo del cilindro escaleno. Para ello defino
primero los planos tangentes al cilindro a medida que varía el ángulo theta que es EL ANGULO
EN LA CIRCUNFERENCIA (no latitud de la sección recta) de la generatriz de tangencia que tendrán
coordenadas únicamente en y y z, equivale a encontrar las rectas tangentes a la elipse de la
sección recta (plano y-z) sin coordenada x.

Una vez obtenida la ecuación de los planos tangentes, obtengo las coordenadas del vector
director de una recta del plano en la que introduzco una coordenada directora en la dirección
del eje x: A .ī. La línea resultante, es una línea que resulta ser recta en el desarrollo del cilindro
con un ángulo betha respecto a las generatrices. Por ello quedan definidas como una recta que
se va adaptando al plano tangente para cada theta manteniendo un ángulo betha respecto al
eje x tal y como lo he definido aquí.

El paso de la hélice o avance respecto a theta (dx/dϴ) sale igual a:


2 2 2 1/2
𝑑𝑥/𝑑𝛳 = 𝜌/𝑡𝑎𝑛(𝛽). [(𝑐𝑜𝑠(𝛳)) . (𝑐𝑜𝑠(𝛼)) + (𝑠𝑒𝑛(𝛼)) ]

Mientras que en una hélice habitual, el paso correspondiente es una constante:


La gráfica se ha dibujado calculando la pendiente dx/dϴ a intervalos finitos iguales.

Calcular la forma analítica del avance en x en función de theta creo que implica resolver una
integral elíptica incompleta de segundo orden.

He presentado dos tipos de aparejo, el correspondiente a lechos elípticos por la sencillez de su


definición, sin embargo, en el aparejo helicoidal, cada ladrillo ocupa su sitio en una cuadrícula
ortogonal por lo que parece ser el tipo de aparejo más adecuado para el empleo de ladrillos
todos iguales.

*(1) Los constructores pueden haber elegido como ángulo de inclinación de las líneas de lechos
respecto a las generatrices, en lugar del perpendicular a la tangente del punto de inflexión del
desarrollo, el perpendicular a la recta secante del desarrollo de los arcos testeros, a vista de que
el ángulo de éstos parece ser inferior al complementario del de esviaje

RESUMEN:

Condiciones Curvas elípticas: Aparejo Helicoidal.


Planos de lechos perpendiculares a testas Sí No
Lechos perpendiculares a juntas discontínuas No Sí
Lechos ortogonales a la superficie de intradós. No No

Bibliografía.

Carlos Gordo Murillo. Bóvedas oblicuas en cantería. 1997.

M. Gauthey. Traité de la Construction des Ponts. 1809.

Lefort. Études relatives é la construction des ponts biais. 1839.

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