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NERDAD Y METODO Hans-Georg Gadamer wwwesaips.com/eb/linotipo UNIVERSIDAD FACULTAD DE AUTONOMA DE PSICOLOGIA QUERETARO. Provedéatic’ Maestria en Psicologia clinica 2020 “Tray Manvel Olsapat sobre ef origina lens Wort wad Methade. Erglnzungen» Reiser ©5.C.B, Mote (Paul Tabitgen 1986 © Bacio Spun, S108 Aparato 332 “E700 Stnitsuta 51671998 Frise: Graicas Varona Polgono «El Montalvo» Salamanca, 1998 3 La verdad en las ciencias del espiritu (1953) Noes fécil que las ciencias del espirtu encuentren una comprensién correcta en la opinion publica en Io concemiente a la modalidad de su trabajo. Es dificil poner de manifiesto lo que hay de verdad en ells, lo que ellas nos revelan. Esto seria mis fécil en aquellos émbitos de las ciencias del espirtu cuyos objeios son de naturaleza sensible. Cuando un economista habla hoy de la importancia de su trabajo para el bienestar pablico, todos le entienden. Lo mismo ocurre si un cien- tifico del arte nos presenta un objeto bello, aunque proceda de la excavacin de un yacimiento muy antiguo, pues lo muy antiguo des- pierta, extranamente, un interés general. Al filésofo, en cambio, Ie incumbe presentar, en lugar de resultados vsibles y convineentes para todos, lo problemitico y lo que da que pensar. fo que se oftece al individuo pensante en la labor de ls ciencias del esprit I El concepto modemo de ciencia aparece marcado por el desarrollo de Ia ciencia natural del siglo XVIL. A él debemos el ereciente dominio sobre la naturaleza, y cabe esperar que Ia sociedad nos permita alcanzar un dominio si histérico. Pero se espera atin mas de las ciencias del espiritu al ver ‘que el ereciente dominio de ta naturaleza, como producto de la ciencia, acrecienta el malestar en la cultura en lugar de reducitlo. Los métodos de la ciencia natural no captan todo 10 que vale la pens saber, ni siquiera lo que mas vale la pena: los ditimos fines, que deben orientar todo dominio de los recursos de la naturaleza y del hombre. Son conocimientos de otro género y otto range Tos que cabe esperar de las Ciencias del espirita y de la filosoffa que subyace a ellas. Y asi es logico hablar, no ya del elemento comiin que oftecen los métodos cientificos para toda ciencia, sino del elemento singular que carcter tan significative y problematico a las ciencias del esp ‘wow. esnips.com/teb/Linotipo a UNIVERSIDAD. ye TAI AUTONOMA DE yf eoueeR QUERETARO. ee Propedéutico Maestria en Psicologia clinica 2020 1. {Qué es propiamente lo cientifico en las ciencias del espfritu? 4Se les puede aplicar el concepto de investigacién sin reservas? Pues fo que se entiende por investigacién, la busqueda de lo nuevo, de lo nunca conocido, 12 apertura de un ‘camino seguro, controlable por todos, hacia esas nuevas verdades, todo eso parece ser secundario. La uilidad de un conocimiento basado en las ciencias del espititu parece set mis affn ala intuicién del artista que al enfoque metodol6gico de fa investigacién, Sin duda cabe afirmar lo mismo de cualquier apor- tacién genial en cualquier esfera de Ia investigacién. Pero la labor metodoldgica en'la investigacién de la naturaleza genera constante- mente nuevos conocimientos, y en ese sentido la ciencia misma con- siste en el uso de fos métodos. El uso de los métodos forma parte sin duda de la labor de las ciencias del espiritu. Se distingue también de la literatura cientifica popular por una cierta posibilidad de verificacién; pero todo eso ataie més a los materiales que a las consecuencias derivadas de ellos. No es que Ia ciencia pueda garantizar la verdad mediante si metodologia. En la obra acientfica de un aficionado puede haber més fondo de verdad que en la explotacién metodolégica del ma- terial. Se puede demostrar en efecto que el desarrollo de las ciencias del espiritu en los siltimos cien aiios, sin dejar de tener presente el modelo de las ciencias naturales, no recibié sus més fuertes y sus- tanciales impulsos del gran pathos de estas ciencias experimentales, sino del espiritu del romanticismo y del idealismo alemén. Sigue viva en ellas la conciencia de los Iimites de la Hustracién y det método cientifico. 2. Pero ;las ciencias del espiritu satisfacen realmente eso que las hace tan relevantes: el ansia de verdad del corazdn humano? Al recorrer los grandes espacios de ta historia en una labor de inves- tigaci6n y de comprensién, amplfan sin duda el horizonte espiritual de la humanidad en lo concerniente a su pasado; pero el afin de verdad del presente no s6lo no se aquieta de ese modo, sino que se vuelve problematico hasta cierto punto, El sentido histérico que las cciencias del espiritu crean en su Seno trae consigo Is habituacién a sriterios cambiantes que provocan la inseguridad en el uso de los propios criterios. Ya Nietzsche hablé en su segunda Consideracién intempestiva no s6lo de la utilidad, sino también de los inconve- nientes de la ciencia histérica para la vida. El historicismo, que ve «en todo un condicionamiiento historico, ha destruido el sentido prag- rmatico de los estudios hist6ricos. Su arte refinado de la comprensign debilita la fuerza de la valoracién incondicional que sustenta 1a realidad moral de la vida. Su culminacién epistemol6gica es el relativismo, y su consecuencia el nihilismo. 7 ‘wow. esnips.com/teb/Linotipo UNIVERSIDAD. TAI AUTONOMA DE EEE QUERETARO. Propedéutico Maestria en Psicologia clinica 2020 ero la idea del condicionamiento de todo saber por las fuerzas hist6ricas y sociales que mueven el presente no constituye sélo un debilitamiento de nuestra fe en el conoeimiento, sino que supone tuna verdadera indefensién de nuestros conocimientos frente a las vyoluntades de poder de la época. Estas tendencias ponen a las cien- ‘cias del espiritu a su servicio y las degradan en instrumentos de poder gracias a los conocimientos que aportan en el plano social, politico, religioso, etc. Vienen asi a reforzar la presién que el poder ejerce sobre el espiritu, Son, frente a cualquier tipo de terror, in- comparablemente més frgiles que las ciencias naturales, porque cn ellas no hay criterios para distinguir con la seguridad de éstas lo auténtico y correcto de lo deliberadamente encubierto y falaz. De ese modo puede desaparecer la comunidad que las liga al ethos de toda investigacién Fl que sopese en toda su gravedad este inconveniente propio de la verdad en las ciencias del espirita, sobre todo si se trata de inves- tigadores de ciencia natural y de gente profana que se nutre ideois- gicamente de ella, podr remitire un testigo nada sospechoso: el sgran fisico Herman Helmholtz hablé hace alrededor de cien afios sobre la diferencia entre ciencias de la naturaleza y ciencias del espirtu. El rigor y el dominio con que expuso la indole peculiar de las ciencias Gel espiritu merecen ain hoy nuestra atenciGn. Cierto que también él “enjuicis los procedimientos de las ciencias del espiritu por los métodos. ‘elas ciencias naturales y definié aquelias partiendo de éstas, y por «50 se comprende que la inmediatez. con que éstas llegan a sus resul- tados no pudiera satisfacer su necesidad ldgica. Pera vio que éste es el modo de aleanzar la verdad en las ciencias del espiritu, y que se necesitan unas condiciones humanas de otro tipo para que esa inme- diaiez sea concluyente. Todo lo que pertenece a la memoria, la. fan- tasfa, el ritmo, la sensibilidad musical y la experiencia del mundo es sin duda de otro género que los aparatos que necesita el investigador de la naturaleza: pero no deja de ser un instrumental, aunque no se pueda fabricar, sino que va surgiendo a medida que alguien se orienta hacia la gran tradicidn de la historia humana. Por es0 lo vélido aqui no es sélo la maxima de la lustracién: ten el valor de utilizar tu ineligencia, sino también lo contrario: la autoridad. Conviene precisar el sentido de esta maxima. Autoridad no es la superioridad de un poder que reclama obediencia ciega y prohfbe pensar. La verdadera esencia de la autoridad reside en no poder ser irracional, en ser un imperativo de la raz6n, en presuponer en el otro lun conocimiento superior que rebasa el juicio propio. Obedecer a la autoridad significa entender que el otro —también la voz que resuena desde la tradicién y la autoridad— puede percibir algo mejor que uno ‘mismo. Todo el que de joven principiante ha buscado la via de las vewvcenipseom/reLinotipo 7 UNIVERSIDAD | FACULTAD DE AUTONOMA DE PSICOLOGIA QUERETARO 4 Propedéutico Maestria en Psicologia clinica 2020 ciencias del espirita lo sabe por experiencia. Recuerdo que, siendo cstudiante, me enzarcé en una disputa con un experto sobre una cues tién cientifica en la que me creia informado y que en un momento dado me dijo algo que yo desconocfa. Entonces le pregunté con as- pereza: {de qué lo sabe usted? Su respuesta fue: cuando sea tan viejo ‘como yo, usted también lo sab Fue una buena respuesta. Pero ;quién se atreveria a dar esa res- puesta como maestro o disepulo de la ciencia natural? La mayoria de nosotros no sabe decir por qué ésta o aquella suposicion de un prin- judo y un gobemador romano la que hace posible sa actitud de tolerancia. Quizs el aspecto politico de la tolerancia sea sicmpre algo similaryéntonces le tarca politica que plantea el ideal de ‘olerancia consistiré en proporcionarle al poder estatal unas situaciones de equilibrio en esa linea. Seria puta ilusiOn creer que este problema no se da ya en el Estado moderno porque este Estado reconoce en principio ta libertad de la Ciencia, Pero la invocacién de esa libertad es siempre una peligros abstraccién. No exime al investigador de su responsabilidad politica apenas abandona la quietud del cuarto de estudio y del leboratorio, vetado a personal no autorizado, y comunica sus conocimientos a la opinién piiblica. Aunque la ides de 1a verdad presida absoluta e ine- quivocamente la vida del investigador, su libertad para hablar es lic mitada y polivalente. Debe conocer las repercusiones de su obra y responder de ellas. Pero la vertiente diabélica de esta situacién ¢s que, debido a esas repercusiones, induce al investigador a la tentacién de decir e incluso aceptar como verdad lo que le dicta la opinién publica © los intereses del Estado. Hay aqui un nexo interno entre tas limi- taciones en la expresidn de las opiniones y Ta fata de libertad en el pensamiento mismo. No podemos negar que la pregunta «qué es la ‘erdad en el sentido en que la formulé Pilato sigue presidiendo hoy nuestra vida, we: etnpn.comwelLinotpe 5 UNIVERSIDAD. ye TAI AUTONOMA DE yf een QUERETARO. Satat! Propedéutico Maestria en Psicologia clinica 2020 Pero esa frase solemos oftla también en otto tono: el de Nietzsche cuando declara que es la tinica frase valiosa del Nuevo Testament, En ese sentido la frase de Pilato comporta un desvio escéptico respecte al sfandtico». No en vano la recoge Nietzsche: también su critica al cristiano de su tiempo es la eritica de un psicdlogo al fandtic. [Nietzsche extrem6 este escepticismo en un escepticismo frente a la ciencia, La ciencia coincide, en efecto, con el fanético en ser tan nfolerante como é porque exige y da siempre demostraciones. Nadie ¢s tan intolerante como aquel que pretende demostrar que lo que dice ha de ser a verdad. La ciencia es intolerante, segtin Nietzsche, porque un sintoma de debitidad, un producto tardio de la vida, un alejan- drinismo, un legado de esa decadencia que Sécrates. el inventor de la dialéctica, trajo a un mundo en el que no existia aiin la «incidencia de a demostracitim, sino que una soberana autocerteza se limitaba & sehalar y decir, sin demostracién alguna. Este escepticismo psicoldgico frente a la afirmacién de la verdad no afecte a la ciencia misma, Nadie seguird a Nietzsche en este punto, Pero hay también una duda sobre la ciencia que nos ofrece, detras de Ta frase «qué es Ia verdad?>, como un terver estrato, {Es cierto que Ta ciencia es realmente, como pretende:-f ultima instancia y el fico soporte de la verdad? Debemos a la ciencia la liberacién de muchos prejuicios y Ia des- truccién de muchas quimeras. Es pretensidn de la ciencia cuestionar los prejuicios y conocer asi I realidad mejor que hasta ahora, Pero a ‘medida que los métodos de Ia ciencia se extienden a todo lo existente resulta més dudoso que fos presupuestos de la ciencia permitan plantear la evestién de la verdad en todo su aleance, Nos preguntamos con inguietud sino hay que achacar a los métodos de la ciencia Ta existencia de tantas cuestiones que demandan una respuesta que aquélla rehiisa dar. La ciencia se niega a dar Ia respueste desacreditando la pregunta, es decir, tachindola de absurda, Porque s6lo tiene sentido para ella Jo que sé ajusta a su método de hallazgo y examen de la verdad. Bste rmalestar ante 1a pretensién de la ciencia se da sobre todo en materia de religisn, filosofia y cosmovisién. Ellas son las instancias a las que apelan Tos escépticos de la ciencia para marcar tos limites de Ja es- pecializacion ciemtifiea y de la investigacion metodol6gica ante las Cuestiones decisivas de la vida Después de examinar la pregunta de Pilato en sus tes estratos, queda claro que el iltimo estrato, que viene a cuestionar la relacién interna entre verdad y ciencia, es e} mas importante para nosotros. Conviene, pues, analizar en primer lugar el hecho de que ta verdad haya establecido una conexidn tan estrecha con la ciencia. Es evidente que la ciencia confiere su peculiaridad y su unidad a la civilizacion occidental, Pero si se quiere comprender este hecho 32 ‘wow. esnips.com/teb/Linotipo ae UNIVERSIDAD l FACULTAD DE AUTONOMA DE i PSICOLOGIA QUERETARO Propedéutico Maestria en Psicologia clinica 2020 hhabré que indagar los origenes de esa ciencia occidental, es decir, su procedencia griega. (a ciencia griega es una novedad frente a todo lo que sabfan antes los hombres y cultivaban como saber. Al elaborar esta cicncia, los griegos segregaron el occidente del oriente y le mar- caron su propio camino. Fue un afin de saber, de conocimiento, de explotacin de lo ignoto, raro y extraiio y un singular escepticismo hhacia lo que se narra y se da pot verdadero, lo que los impulsé a crear la ciencia, Valga como ejemplo una escena homérica: preguntan a ‘Telémaco quién es, y él responde: «Mi madre se llama Penélope, pero nadie podré saber nunca con certeza quién ¢s mi padre. La gente dice que es Ulises». Este escepticismo extremo revela el talento especial del hombre griego para convertir en ciencia su sed esponténea de conocimiento y su ansia de verdad. Por eso fue muy esclarecedor que Heidegger, en nucsira genera- ida, recurriera al tgrmino con que los griegos designaron la verdad. [No fue Heidegger el primero cn averiguar que aletheia significa pro- piamente desocultaciGn. Pero él nos ha ensefiado lo que significa para le-concepcion del ser que a verdad tenga que ser arrebatada del estado de ccultacién y encubrimiento. Ocultacién y encubrimiento son co- rrelativos. Las cosas se mantienen ocultas por naturaleza; «la natt- raleza tiende @ ocultarse», parece que dijo Herdclito. Igualmente, el encubrimiento es propio de la acciGn y del lenguaje humano. Poraue cl lenguaje humano no expresa s6lo la verdad, sino la ficcién, la rmentira y ef engafio, Hay, pues, una relacién originaria entre el ser verdadero y e discurso verdadero, La desocultacién del ente se produce cen la sinceridad del lenguaje. E] modo de discurso que realiza con mayor pureza esta relacién 5 la ensefianza, Debemos hacet constar que para nosotros Ia expe- riencia singular y primaria del discurso no es el enseftar, sino esa experiencia que {a filosofia griega tradujo primero en conceptos y Ia ciencia movilizé con todas sus posibilidades. Es frecuente traducir el discurso 0 habla, logos, por razin, y ello es legitimo en cvanto que los griegos vieron pronto que son las cosas mismas en su inteligibilidad To que el discurso encierra y guarda primariamente. Es la razén misma de las cosas la que se representa y comunica en un modo especifico de discurso, Este modo se llama ensnciado, proposicisn 0 juicio. La palabra srieza que lo designa es apophansis. La lézica posterior lo liams juicio. El juicio se caracteriza frente a todos los otros modos e discurso por la pretensidn de ser verdadero, de revelar un ente tal como es. Se da el mandaio, la siptica, la imprecacién, se da el fe- nnémeno tan enigmético de Id interrogaciGn, sobre el que volveremos, se dan innumerables formas de discurso, y todas ellas contienen algo de verdad; pero no se definen exclusivamente por la pretensién de rmostrar el ente como es. vewvcenipseom/rebLinotipo 7 UNIVERSIDAD | LTAL AUTONOMA DE i eoueeR QUERETARO q Propedéutico Maestria en Psicologia clinica 2020 Qué clase de experiencia es ta que hace consistir la verdad en el discurso mostrante? Verdad es desocultacion, Dejar estar lo desocul- tado, hacerlo patente, es el sentido del discurso. Uno presenta algo ue asf est presente y se comunica a otto tal como esté presente para tino, Dice Aristteles: un juicio es verdadero si deja reunido lo que en la cose aparece reunido; un juicio es falso si hace estar reunido en el discurso lo que en la cosa no esté reunido. La verdad del discurso se define, pues, como adecuacién del discurso a a cosa, es decir, adecuscin del sdejar estar» el discurso a la cosa presenic. De deriva la definicién de la verdad divalgada por la 16gica: adaequatio intellectus ad rem. Esta definicion da como algo obvio que el discurso, 8 decir, el intellectus que se expres en el discurso tiene la posibilidad de medirse a si mismo de forma que lo que alguien dice exprese s6l0 aquello que hay. A eso llamamos en filosofia la verdad enunciativa, teniendo en cuenta que hay también otras posibilidades de verdad en el discurso. EI ugar de la verdad es el juicio Esto podrfa ser una afirmacién unilateral que Aristoteles no res- palda sin més. Pero es una derivacién de la teoria griega del logos y subyace en su evolucién hacia el concepto moderno de Ia ciencia. La ciencia ereada por los eriegos difiere mucho de nuestra nocién de ciencia, La verdadera ciencia no es le ciencia natural, mucho menos ta historia, sino la matemética. Porque su objeto es un ser puramente racional y como tal es modelo de toda ciencia porque se puede repre- sentar en tn contexto deductivo cerrado. La ciencia modema, en cam- bio, considera la matemitica como modelo no por el ser de sus objetos, sino por su modo de conocimiento mas perfecto. La figura moderna de la ciencia establece una ruptura decisiva con las figuras de saber del occidente griego y cristiano. Lo que prevalece ahora es Ia idea det étodo. Pero éste en sentido modemo es un concepto unitario, pese a Jas modalidades que pueda tener en las diversas ciencias. El ideal de conacimiento perfilado por el concepto de método consiste en recorret una via de conocimiento tan reflexivamente que siempre sea posible repetirla. Methodos significa «camino para ir en busca de algo». Lo met6dico es poder recorter de nuevo el camino andado, tales el modo de proveder de la ciencia. Pero eso supone necesaris- mente una restriecién en las pretensiones de alcanzar la verdad. Si la verdad (veritas) supone la verificabilidad —en una u otra forma—, el

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