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TRATADO DE HERMENEUTICA ANALOGICA HACIA UN NUEVO MODELO DE INTERPRETACION Mauricio Beuchot Segunda edicién “TRATADO DE HERMENEUTICA ANALOGICA acta UN NUEVO MODELO DEINTERPRETACION ‘Segunda edici6n. Primera edicin, 1997. Portada: Efrain Herrera. DR. © 2000 Facultad de Filosofia y Letras de la Universidad Nacional Auténoma de México DR. © 2000 Editorial Itaca ISBN 968-36-8362-2 Facultad de Filosofia y Letras, Universidad Nacional Auténoma de México Ciudad Universitaria, 04510, México, D. F. Impreso y hecho en México Editorial Itaca Pirafia 16, Colonia del Mar, C. P. 18270, México, D. F., tel. 58 45.14.76 itacad0@hotmail.com UNIVERSIDAD IUERETARO AUTONOMA DE fNDICE ‘NDICE.. PROEMIO ALA SEGUNDA EDICION .. 1. INTRODUCCION... 11. CONSTITUCION Y MisTODO DE LA HERMENEUTICA EN Sf MISMA.. seen DB I. LOS MARGENES DB LA INTERPRETACION: HACIA UN MODELO ANALOGICO DE LA HERMENEUTICA... IV. TRADICION B INNOVACION BN HERMENEUTICA. \V. LA ARGUMENTACION EN LA HERMENEUTICA: EL PARADIGMA DE PERELMAN. nnn VI. ONTOLOGIA Y HERMENBUTICA ANALOGICAS.. VIL. DEPENDENCIA, AUTONOMIA Y SIMULTANEIDAD DE LA HERMENGUTICA, LA METAFISICA Y LA BIICA ...121. VII. HERMENEUTICA Y FILOLOGIA CLASICA. 133 IX. LA HERMENEUTICA Y LA EPISTEMOLOGIA DEL PSICOANALISIS... 153 169 X. SEMIOTICA Y HERMENEUTICA. XI. APENDICE: HACIA UNA HERMENEUTICA ANALOGICO-ICONICA DBL. SIMBOLO.. 185 XML, BIBLIOGRAFIA. seven FACUTAD DE PICOLOGIA ica 2020 152 tradici6n sino que, al actualizarla, puede hacerla caminar; test en él: se hace innovaci6n. Asi es como crecen y se desa- rrollan las tradiciones o escuelas filolégicas. ‘Ya Marciano Capella, un retérico del siglo V, no cristiano sino fervoroso pagano, escribia en verso y en prosa el De nup- tiis Philologiae et Mercurii, en nueve libros, segin las siete artes del trivium y del cuadrivium, més la arquitectura y la medicina, afiadidas por Varrén como artes liberales. Es la boda de la Filologia con Mercurio, o Hermes; y, aunque se ha dudado recientemente de que la hermenéutica tome su nom- bro de ese dios mitol6gico, deseamos conservar esa tradici6n. ‘Asi estamos recordando o repitiendo lo que ya desde antiguo hacia Capella, es decir dejar que se casen la filologia y la hermenéutica, como también lo hicieron los filélogos romén- ticos de la linea de Ast y Schleiermacher. UNIVERSIDAD AUTONOMA DE QUERETARO Propedéutico Maestria 6n Psicologi clinica 2 153 IX. LA HERMENEUTICA Y LA EPISTEMOLOGIA DEL PSICOANALISIS ‘Un campo muy fértil de aplicacién de la hermenéutica ha do el psicoanélisis, el cual ha tratado de ser forzado a adoptar un sinmimero de modelos epistemolégicos que no le cuadran del todo. A nuestro parecer, el paradigma hermenéutico es el modelo epistemol6gico que mejor le conviene. Para mostrar esto, en 1987 presentamos en el Congreso sobre Paul Ricoeur de Granada, Espafia, una ponencia algo extensa, que fue res- pondida por el filésofo francés, quien asistia a esa reunién que se hacfa en su honor. Rescataremos de nuestro discurso las ideas principales, después de cuya exposicién pondremos Ja respuesta de Ricoeur y terminaremos con una breve refle- xin sobre la misma. Verdad e interpretacién en psicoandlisis El psicoandlisis freudiano ha pasado por el tamiz de los mo- delos epistemolégicos. Algunos epistemélogos lo han descali- ficado del Ambito cientifico, a saber: los que postulan los mo- delos més positivistas de esa corriente tan amplia y movediza Uamada “filosofia analitica’; otros, menos reduccionistas den- tro de esa corriente, le han querido resarcir cierta cientifici- 4 La conferencia, por extenso, ast como In respuesta de Ricoeur fueron publicadas en Tomés Calvo Martinez y R. Avila Crespo, eds., Paul Ricoeur: los caminos de la interpretacién. Symposium internacional sobre el penso- ‘miento filostfieo de Paul Ricoeur, pp. 198-218. ) racuuman pe PICOLOGIA mn - oe = sept 154 dad mendigada de esos mismos modelos positivistas, que le quedan bastante mal, y otros, finalmente, le han tratado de conferir el estatuto de ciencia y la plena cientificidad, aunque peculiar y propia, como lo han hecho quienes prefieren re- pensar el psicoanslisis dentro de modelos de corte hermenéu- tico. En efecto, podemos decir que hay paradigmas o modelos cientificos unfvocos (0 univocistas, cerrados) y otros analégi- cos (plurivalentes, abiertos). Los primeros son los positivistas y los segundos son de alguna manera hermenéuticos. Haga- mos un breve mapa de estas corrientes para ubicamos y po- der orientarnos hacia lo que toca a esta disciptina tan dificil de aprehender que es el psicoanslisis. Los modelos univocis tas y positivistas mAs corrientes en 1a filosofia analitica 0 “cientifica” han sido de dos tipos: (a) fijistas 0 sinerénicos y (b) evélutivos 0 diacrénicos. Entre los sincrénicos, que s6lo se preocupan de la estructura intrinseca de la ciencia y del pro- ceder cientéfico, se encuentran los modelos que podemos lla- mar hipotético-deductivistas, como los de Popper, Nagel, Hempel y Bunge; y entre los diacrénicos estén los de Kuhn, Lakatos y Larry Laudan* El modelo hipotético-deductive establece que el hacer ciencia consiste en establecer buenas hipétesis que después se han de cotejar con la realidad. Es decir, ante algin fend- meno o grupo de fenémenos se aventura una hipétesis y de su enunciado se obtienen por inferencia deductiva otros enunciados cada vex més singulares y concretos, de modo que puedan llegar a compararse con la realidad que pretenden explicar. Si los enunciados derivados pasan la prueba, la hi- pétesis pasa a ser ley o por lo menos un enunciado aceptado en el corpus de la ciencia. Antes de Popper (sobre todo con Carnap y Reichenbach) se buscaba obtener verificacién direc- 2 Para més informacién sobre estas corrientes, ef M. Beuchot, “La floso- fay UNIVERSIDAD AUTONOMA DE QUERETARO jica 2020 155 tay positiva de las teorias cientificas; pero, en vista de tantas dificultades que hay para lograr la més mfnima verificacién directa, 61 prefirié el lado indirecto y como “negative” del asunto; ya que es tan dificil verificar, hay que preferir falear 6 falsificar. Asi, Popper parte de conjeturas que, en lugar de ser verificadas, son sometidas al procedimiento inverso de re- futaci6n o falsacién, Es cientifico lo que sea falsable o falsifi- cable. Hacer ciencia es proceder por conjeturas y refutacio- nes; si la conjetura soporta el peso de las refutaciones con las que se la ataca, pasa a formar parte de la ciencia, como una teorfa cientifica. En esta Iinea hipotético-deductivista, aun- que permitiendo més injerencia a la verificacién y no s6lo a la falsacién, se desenvuelven Nagel, Hempel y Bunge. Este ail- timo lama a su método “método de contrastar”, que no es no una versi6n un tanto diferente del método hipotético- deductivo. En cambio los diacrénioos ven las teorias cientificas no co- mo conjuntos de enunciados sino como paradigmas que se pueden conocer por ostensidn y, por lo tanto, como inverifica- bles empfricamente. Para Kuhn, por ejemplo, lo cientifico re- sulta de los problemas tratados y se detecta en el mismo desa- rrollo hist6rico del pensamiento cientifico. Cada revolucionario ientifico pasa a un mundo distinto que aprénde a construir; tal revolucionario es un caso paradigmético de Ia ciencia. Es decir, los paradigmas cientificos son instrumentos aptos para Ja asignacién de significados a las teorias mediante procesos de ostensién: cada teoria nueva es un caso que se puede mos- ‘rar para indicar el rumbo que va tomando la construccién del mundo cientifico, y este eofialamiento lo efectiia la comunidad cientifica al modo de una comunided de hablantes en la que suceden cambios en los usos lingiifsticos. Sogiin Kuhn, en el cambio cientifico no se conserva la misma referencia de las teorias, ya que dos teorias suficien- temente distintas son inconmensurables (ademés de que no se puede hablar de una verificacién empirica estricta); por ella fl se puede hablar de rivalidad entre las teorias de ) racuuman pe PICOLOGIA 156 modo muy suave, y sélo de ese modo puede decirse que una es mejor que otra. No se intenta ni siquiera evaluar o normar Ja ciencia; se trata més bien de una postura historicista. La- katos lega ademés a una desembocadura sociol6gica de la ciencia. Para él los paradigmas son programas 0 proyectos de investigacién que se someten a la calificacién de ciertos dic- taminadores de la comunidad cientifica y estos privilegiados epistemolégicos deciden qué proyecto es vélido y bueno y ca- paz de hacer avanzar la ciencia. Larry Laudan habla, por eso, de que sélo es fructifero discutir en el seno de una misma tradici6n cientifica, en Ia que se dialoga de manera pragma- tista. Pero, a nuestro parecer, las posturas de Kuhn y Laka- tos desembocan en la mera historia de la ciencia, dejan de ser filosofia de la ciencia (precisamente por el cardcter deficiente de la interpretacién de esa historia de Ia ciencia). La postura de Laudan, con su dimiensién pragmatica, ofrece més cabida a la interpretacién reflexiva sobre las teorias, y podemos co- nectarla con otra postura que también es, en cierta medida, intermedia entre los sincrénicos y los diacrénicos, que es la que adoptan Wolfgang Stogmilller y Carlos U. Moulines, lla- mada “estructuralista”; sobre todo con este tiltimo, que ve la filosofia de la ciencia no como prescriptiva ni como descripti- vva sino como interpretativa. Llega a ver la filosofia de la ciencia como hermenéutica.* Las posturas sincrénicas han sido las que més se han es- forzado en desbancar al psicoanélisis como ciencia. Popper critica mucho a Adler, con quien trabajé en Viena, Nagel de- rota la imposibilidad de justificar la teoria psicoanalitica, y Bunge simplemente la lama “pseudociencia’, ni siquiera *n camino o protociencia, sino algo asi como magia 0 brujeria, Frente a estas recriminaciones del modelo analitico- positivista de cientificidad, algunos tebricos del psicoanélisis 3 GF, Carlos Ulises Moulines, “La flosofia dela ciencia como discipline hermenéutica", en Isegora, nm. 12, pp. 110-118. Propedéutico Maestria en han explorado en alguna de estas dos alternativas: (a) ajus- tar a toda costa, lo més que sea posible, el psicoandlisis a la exigencia del modelo analitico de la ciencia, o (b) rechazar el modelo analitico de la ciencia como inadecuado, argumen- tando que el psicoandlisis es ciencia bajo otro modelo cientifi- co distinto y més acorde con la episteme psicoanalitica, por ejemplo, el modelo cientifico hermenéutico.4 En efecto, algunos cultivadores del psicoandlisis que tam- bién se han dedicado a la reflexién epistomol6gica del mismo han querido responder a las exigencias de la filosofia analiti- ca de la ciencia y se han esforzado por reducir el psicoandlisis a los moldes dictados por esa corriente. Famosos han sido en esa Iinea los trabajos de Kline y de Kolteniuk.$ Pero han re- cibido numerosas criticas, entre ellas una de las més fuertes es que la filosofia actual de la ciencia ha cambiado mucho con respecto a ese ideal analitico que estaban combatiendo. El modelo analitico quiso ser normativo y prescriptivo a ultran- za, sin tomar demasiado en cuenta las diferencias de los obje- tos de los diversos saberes. Hacia una salida adecuada A diferencia de las posturas extremas que han querido ser normativas de la ciencia o prescriptivas, y otras que han que- rido ser s6lo descriptivas o historicistas respecto de ella, se colocan también otras posturas intermedias, cuyo objetivo es interpretar la ciencia para poder evaluarla segin las diver- sas significaciones que puede tener. Esto es, se trata primero 4 Sin embargo, podemos ver que ha habido numeroees confuoncias y en- riquecimientos mutuos entre la filosofia analitica y Ia hermenéutica. Para ll, ef. Ambrosio Velasco Gémex, "La hermeneutizacién de la filosofia de la iencia contomporinea", en Didnoio vl. XL, pp. 69-64. 5 Cf. Paul Kline, Fact and fantosy in freudian theory, y Miguel Kolve- nuk, En torno al cardcler centfien del psioanclisis. EF, | unversipap FACUAD DE AUTONOMA DE i », QUERETARO SEX een eee ee cia cunt 2620 ArT de isa aaa 158, de comprender lo que hace el cientifico 0 la dieciplina cientifi- ca para después enjuiciarlos. ¥ aat han surgido los modelos hermenéuticos de la ciencia, que desean comprenderla y ex- plicarla evaluativamente pero no con la comprensién como tan distinta de 1a explicacién sino pudiendo ir conjuntamen- te. Asi el movimiento hermenéutico, cuyos principales repre- sentantes han sido Gadamor y Ricoeur. 2Qué es la hermenéutica? {Qué modelos tiene? La herme- néutica propugna el respeto por la peculiaridad de cada dis- ciplina segin su objeto. El positivismo imponfa el método: sélo es cientifico lo que siga el método cientifico. ZY cual es el método cientifico? El mio. En cambio, la hermenéutica pide que el método sea conforme al objeto de cada disciplina, de manera anal6gica 0 proporcional, esto es, no de manera equi- vvoca 0 disparatada, segtin la cual habria varios métodos dis- pares y encontrados. Estamos dentro de unos limites, pero no obligamos a todos los saberes a ajustarse a un solo método sunivoco. Esto no significa, pues, que cada disciplina tenga un método totalmente diferente, pues entonces cada quien po- dria establecer como ciencia lo que se le antojara so pretexto de defender su’peculiaridad metodolégica, sino que pide una aplicacién proporcional (ie, diferenciada convenientemente) del método cientifico al objeto, de modo que no reine el caos. Pero si se hace ver que donde predomina el eflculo y donde predomina la interpretacién no se puede seguir exactamente el mismo método. De esta forma, las disciplinas hermenéuticas son las que tienen que ver més con la comprensién. Veamos cémo se plantea esto y qué escuelas principales encontramos. La epistemologia hermenéutica tiene una larga historia, pero su presencia se noté principalmente a fines del siglo pa- sado, cuando Dilthey establece su divisién de los saberes en ciencias de la naturaleza y ciencias del espfritu. Segtin él, las ciencias naturales dan explicacién, las ciencias humanas dan comprensién, y ambas actividades con sus metodologias son irreconciliables. A partir de ello se buscé la forma de conjun- UNIVERSIDAD AUTONOMA DE QUERETARO Propedéutico Maestria en Psicologia clinica 2020 159 tarlas, y la postura hermenéutica de Heidegger influyé mu- cho para hacerlo. En esa linea, su seguidor, Gadamer, inten. ta presentar el encuentro entre explicacién y comprensién en un modelo del conocer. La razén de esta biisqueda del contac- to explicacién/comprensi6n fue que solamente se queria acep- tar como ciencias las que explicaran (causalmente) al modo de la fisica, principalmente. Este ha sido hasta hace poco e} modelo cientifico que detentaba el poder de decir si una dis- ciplina era o no ciencia, Uno de los que més han insistido en este acercamiento de explicacién y comprensién ha sido Paul Ricoeur, atento a esta despética e injusta dependencia de los epistemélogos de la ciencia natural que s6lo querian aceptar el modelo de esa dis- ciplina y deseaban obligar a las mismas ciencias humanas a adoptar los moldes de las ciencias fisicas y a tratar de trans- formarse en ellas. Ahora la propia marcha histérica de la epistemologia ha mostrado que es tan inoperante como ilegi- timo forzar a disciplinas de objetos muy distintos a tener la misma metodologia. Como sabemos, la hermenéutica es la disciplina que busca Ja comprensién de un texto. En ese comprender hay una ex- plicacién de tipo contextual que es explicacién en sentido propio, de conocer causal, sélo que de una causalidad més sistémica de lo que antes se habia admitido. El texto es la no- ci6n principal, pues es el objeto de la hermenéutica. Y ha de tratarse de un texto polisémico, de muchos significados, en el que no se quiere caer en la mera equivocidad ni se pretende una univocidad absoluta sino una pluralidad de sentidos su- jeta a cierto orden, por lo cual puede decirse que se trata de analogia (intermedia entre la univocidad y la equivocidad). Dada Ja importancia de la empresa de Paul Ricoeur, lo se- guiremos a 61 para exponer en grandes Iineas la vertebracién de las operaciones de la hermenéutica, y tomando en cuenta que ademés es quien ha intentado reflexionar sobre el psi j i | 161 160 salsis deode el enfoque hermenéutico® Para Ricoeur, la ya no pertenece a eu cultura, pues esta expuesto a que lo in- coanslisis de usce situar lo que comprende. Bvo que com terprete alguien ajeno a ela, , finalmente, ya no pertenece a ermontutie eto, y donde 10 sittia os en eu contexto, La no- sus destinatarios originales, pues esta expuesto a otros dis- rende °° i puet, e¢ la més importante, ya que tal es el ob- tintos. Todo ello expone al texto a las malas interpretacione cién de ia interpretacion, es lo que tiene frente a of el pero una manera de evitarlas es reconocer nuestro distan- jeto 4° Ma para interpretar y comprender. Pues bien, el ciamiento psicolégico y social con respecto a la finalidad del hermenpicoour se ha encargado de empliar la nocién de tex. autor de eee texto. Este distanciamiento nos permitiré recu- mismo enue pueda abarcar n0 s6lo algo escrito, como en a ae ees sino ademas algo hablado, esto es, so cai vo (sguiondo a Gadamer), ¥ no o6l6 00s dos te el didloge Trniamo la accién, el acontecimiento. La accién es mas, erative, ademas de 1a expresion oral y escrita. De este saniaes resta a ser un instrumento apliable a Ia transac- odo o panalitica, en la que cuenta mucho, ademés del di- ibn Daim el analista y el analizado, la accién de éste, sobre ree en la relacin de transferencia. ; lo ereyto, que en el caso de la interpretacién psicoanalitica se kgo complejo, el objeto de ln acc hermenéutica, y igo tein Ricoeur ciertas operaciones que constituyen tiene toe principals de esta dsciplin, a veces vista més lee aapmrarte que como una cienca plena y completamente eee operacién del intérprete frente a su texto es anv acivud y actividad de distanciamiento hermenéutio, se- ne GL eul ee resnnooe en el texto una tiple eutonomi: ya in Sronece ala intencién del autor, pues ha pasado a estar no iota alos que e leguen a é para interpretaro; ademas, 6 qu esumimos el proeso eeguido por Rico desde su libro Feud: sna inten del cata, hasta ou artical “The Quentin of Prot in pea ids Poyounnytc Writings’, en J. P, Thompron, ed, Poul Ripew: reeneuizs ond the Human Scenes. Uae expoiisn mis completa de le Hermerennur ache el picoanlisis oe eocontrert en M. Beveho, Herne: out, nguaieeinconscente. 1, M. Beuchot, “Naturaloza y operaci aut eeu” en Pensomiento, F de Ia hermenéutica sogin UNIVERSIDAD perar lo que es alcanzable de objetividad en la interpretacion. Asf el analista se enfrenta a las expresiones del anelizado a sabiendas de que no Ilegaré a una compenetracién plena y perfecta sino sujeta a limites. Pero también hay una segunda operacién de acereamien- to, por el que somos nosotros los que nos exponemos al texto, nos aproximamos a él con nuestra subjetividad. Es el mo- mento subjetivo, si se quiere, pero restringible (en aras de la objetividad) con base en aleanzar conciencia de nuestros con- dicionamientos subjetivos psicol6gicos y sociales. Por eso hay un proceso de descontextuacién —en el distanciamiento— y otro de contextuacién —por el que nos aproximamos al tex- to—, Con ello el analista se percata de que siempre se infiltra su propia subjetividad (en este caso, la contratransferencia), ¥ tiene que conocer lo mejor posible los aleances de la inje- rencia de su subjetividad para conocer mejor los alcances de la objetividad que logra. Otra operacién es la de aproximar la comprensiény la ex- plicacién en la captacién del sentido del texto. Algunos han distanciado demasiado explicacién y comprensiGn, pero al comprender miltiples sentidos en el texto se obtiene lo que se ha llamado una “explicacién estructural”, como la que pos- tulaba el estructuraliamo en lingiifstica y se puede apreciar, por ejemplo, en las mateméticas. En esa explicacién estruc- tural, que es comprensién, vemos que explicacién y compren- sign se tocan. tra operacién hermenéutica es la de buscar la apertura del texto hacia un mundo al que sefiala, En efecto, en la in- ternretacién hay un momento de sentido y un momento de FACUTAD DE PICOLOGIA, AUTONOMA DE QUERETARO 162 referencia. El del sentido se da en la organizacién interna de Ia obra, que el intérprete delimita y cierra; el de referencia se da al buscar el tipo de mundo que la obra abre, e! modo de ser que se despliega ante nuestro conocimiento por virtud de la obra o texto. Puede ser un mundo real, del ser, oun mundo ficticio, del poder ser, un mundo deseado, del querer ser, 0 tun mundo ético-de6ntico, del deber ser. En el caso del psicoa- nilisis, el analista encuentra, por medio del sentido que al- canza a reconstruir en el analizedo, un mundo al que apun- tan las aspiraciones y deseos de éste, un mundo al que lo dirige el sontido (a veces tan negado) que se despliega desde su inconsciente. De esta manera se puede hablar de una verdad herme- néutica en el psicoanélisis. La prueba de la verdad en él no puede seguir los moldes de las otras disciplinas. Debe dejér- sele la verificacién que Je es especifica, a saber: hermenéuti- ca. El procedimiento de verificacién es la mejorfa en el pa- ciente o analizado. Pero no s6lo como resultado utilitario sino integrando otros criterios. Es la capacidad de dar coherencia a la narracién del analizado con la interpretacién que da la teoria general; es asimismo el hacer plausible la interpreta- cién de ese texto narrado y actuado por el anslizado, y es también el hacer posible la repercusién de esa interpretacién en la conducta y en la vida misma del analizado. Eso hablard de la pertinencia y tino de las hipdtesis interpretativas del analista. Es en este sentido principal como puede hablarse de verificacién y verdad en el psicoanélisis. Un sentido herme- aéutico. Se trata de la verdad textual en la reconstruccién del texto de la historia del paciente o analizado. Es una verdad mis que de coherencia: llega a la verdad préctica. UNIVERSIDAD AUTONOMA DE QUERETARO Propedéutico Maestria en Psi 163 Balance ‘Vemos, asi, que la hermenéutica puede dotar al psicoandlisis freudiano de un andamiaje o modelo epistemolégico adecua- do. En él se despliegan, de manera completa, las dimensiones somiéticas: la dimensién sintactica, de bisqueda de coheren- cia del relato del analizado para ayudarle a recuperar su te- leologia de cara a su arqueologia de modo que éstas puedan concordar; la dimensién semAntica, de bisqueda de corres- pondencia de estos contenidos eignificativos del texto narra- tivo del paciente con la realidad histérica de su propia vida que se desarrolla y crece, y, finalmente, la dimensién prag- matica, propiamente hermenéutica, en la que se prueba tanto Ja consistencia de la interpretacién del texto del paciente co- mo la adecuacién de éste con la realidad a través de los resul- tados performativos y pricticos en la persona misma, como mejoria, crecimiento, més libertad y mayor plenitud de reali- zacién propia. Apéndice: respuesta de Paul Ricoeur La contribucién de Mauricio Beuchot constituye una presenta- cin extremadamente compleja del debate acerca del estatuto epistemol6gico del psicoandlisis. En vez de oponer masivamen- te explicacién y comprensién, verificacién e interpretacién, comienza por establecer un mapa muy detallado de las posi ciones globalmente establecidas bajo el titulo peyorativo de po- sitivismo 0 de neopositiviemo. Expresa reconocimiento a Car- nap, Reichenbach, Popper, Bunge, Nagel, Lakatos, Stegmiiller, ‘Moulines, por haber matizado hasta el extremo los eriterios de demarcacion entre lo que es ciencia y lo que no lo es, ya se tra- te de verificacién, ya de falsacién o corroboracién. Muestra ademés que ninguno de estos pasos puede eer separado de una heuristica y de una construccién de modelos en los que est en FACUTAD DE PICOLOGIA, , on Psicologia clinica 2020 [—————c——eeer —eemee centile 164 juego la imaginacién. Esta reconstruccién del fondo epistemo- égico libera la discusién sobre el psicoandlisis de las ideas quiméricas que los especialistas de las ciencias humanas tie- nen a gala fabricarse acerca de las ciencias duras que ee inge- nian en imitar. Por otro lado, con la misma prudencia y el mismo sentido de los matices, M. Beuchot presenta las dife- rentes alternativas epistemol6gicas propuestas en el campo mismo del psicoandlisis a un modelo demasiado rigidamente verificacionista. A este respecto, yo le estoy agradecido por ha- ber puesto mi interpretacién en un abanico de posiciones em- parentadas, en particular en la epistemologia de lengua espa- lola que concierne al psicoanélisis. En tres puntos, Mauricio Beuchot aporta a sus lectores precisiones titiles acerca de mi propia posicién. En primer lu- gar, no deja de colocar mi uso del término hermenéutica, cuando hablo del psicoandlisis, en el cuadro de una reforma general del concepto de hermenéutica que yo persigo en otros campos: teorfa del texto, teoria de la accién, teoria de la his- toria. Esta reforma apunta a rechazar la oposicién entre ex- plicacion y comprensién, y a hacer justicia a la idea de una dialéctica entre estos dos polos dentro del mismo proceso de interpretacién, como lo propone por su lado Assoun. Ahora bien, lo que yo digo sobre la interseccién entre explicacién y comprensién en la seméntica del deseo se religa a esta epis- temologia general, lo que, a mi vez, me permite afirmar que “la interpretacion es una explicacién”. En un segundo punto, Mauricio Beuchot analiza de una manera que me parece muy justa mi cambio de posicién des- de mi libro sobre Freud hasta mi ensayo sobre la prueba en peicoanilisis. Antes de discutir acerca de la validacién de la teoria, es preciso, segtin mi opinién, valorar la heuristica freudiana, es decir la elucidacién de hechos, inseparables de Ja praxis, analitica ella misma, y de su episodio mayor, la transferencia: son hechos las pulsiones en su relacién con el Jenguaje; el drama existencial ligado a Ia interlocucién (pa- re-madre); las relaciones complejas entre las diferentes cla- 165 seo de “fantasia” (ensofiacién, vision fantasmal, leyenda, mi- to, eteétera); los dafios sobre la capacidad de narrar, de hacer historia de ou vida. Si se esta de acuerdo en que la revolucién freudiana se produce en primer lugar en el plano de esta heuristica, el Proceso de verificacién de la teoria debe ser evaluado en fun- cién de esta heuristica. Y es ahi donde se encuentra el tercer rrasgo que M. Beuchot subraya, a saber: la transformacién del concepto mismo de verdad en psicoandlisis. Con el término “verdad” se puede significar a la vez la coherencia de tal “hi toria de caso” con le teoria, la plausibilidad o la verosimilitud en la decodificacién textual; la capacidad de integracién de una interpretacién a la conducta de un sujeto; en fin, el au- mento de la inteligibilidad narrativa, no solamente de las perturbaciones consideradas sino de la vida entera del sujeto que se analiza, Con la presentacién de esta pluralidad de cri- terios me guardo de sacrificar a fuerza de teorizacién del psicoandlisis a un simple criterio pragmético de resultado positive. Hoy me parece més propio insistir, quizé atin més que en el pasado, en este aspecto de la verdad contextual que se expresa en la capacidad de construir una historia coheren- te y aceptable de sf mismo, sin dejar de subrayar que Ia his- toria de una vida esté trenzada con la historia de una multi- tud de otras historias de vida, y que de lo que se trata es precisamente de desenmarafiar esta trabazén. Por esta im- portante conjuncién se vuelven a encontrar los dos términos maestros de Freud cuando habla del “éxito” de una cura: el sujeto del andlisie es més capaz de ‘trabajar’ y de “amar” (arbeiten und lieben), El lector debe a Mauricio Beuchot el comprender que una més correcta inteleccién de la epistemologia del psicoanélisis es inseparable de un acercamiento mas matizado al debate epistemol6gico en general. | wnessoun a SS 4 BS | Shee RSX De —_.. Propedéutico Maestria en Psicologia clinica 2020 Reflexién sobre la respuesta de Paul Ricoeur Ante las palabras de Ricoeur que hemos citado seguimos cre- yendo, en la linea de dicho autor, que la epistemologia que més cuadra al psicoanélisis est en el Ambito de la herme- néutica (y aun la pragmética). Es el poder de reconstruir la trama de una vida ~omo una narraci6n coherente lo que ayu- da al analizado. Sus bloqueos y confusiones le impiden ver esa trama y el analista tiene que llevar a cabo la humilde y paciente labor de ir entretejiendo los eabos sueltos. Para ello se necesita de la interpretacién, de la fina dialéctica que se entabla entre el comprender y el explicar, de modo que la comprensién del sentido de una vida egue a ser explicacién de los puntos ciegos en los que se ha tropezado y pueda le- vantarse y seguir. Es el paradigma hermenéutico, sobre todo en eu modalidad analégica, que busca esa unidad y coheren- cia respetando la diversidad y la diversién o vueltas que ella contiene. De esta manera, analégicamente, recuperaré una trama lo més unitaria que sea posible, pero a la vez. lo més amplia y diferente en-los distintos y miltiples sesgos que la configuran. ; En todo caso, una hermenéutica analogica tendra Ia cap cidad de no imponer univocamente una interpretacién al analizado, lo cual seria obligarlo a ser lo que el analista de- sea; como también tendré la capacidad de evitar el disgregar equivocamente cualquier interpretacién que se le ocurra, lo cual seria igualmente indtil y perverso. Una hermenéutica analégica permite reconstruir el sentido del analizado a par- tir de su propio deseo, de modo que se reconozca él mismo en Jas interpretaciones que le da el analista y que, de hecho, en- tre los dos fabrican, ya que el analista se da a la tarea de in- terpretar lo mismo que el analizado le da como material, y Juego se tiene que comprobar Ia interpretacién con lo que é- ta suscita y cémo resuena en el propio analizado. Asi se tiene una gama de hipétesis interpretativas posibles, varias de las cuales pueden ser vélidas, pero que, dependiendo de su reso- UNIVERSIDAD AUTONOMA DE QUERETARO | Maestria en Psicologi: Propedéuti cliniea 2020 fT wesw eee | 16 nancia (en la comprensién y en la vida préctica), serén mé adecuadas que otras. : FACUTAD DE PICOLOGIA,

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