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Ficha 5-3T

En ser vivo dispone de una cantidad limitada de energía para: sobrevivir, crecer y multiplicarse. Se
denomina esfuerzo de reproducción a la fracción global de energía que un individuo emplea en la
reproducción. Este esfuerzo está en función de la esperanza de reproducción futura del individuo.
Así, el esfuerzo reproductor de los seres vivos de vida corta, aquellos que suelen vivir en medios
inestables, es más alto que el de los organismos de medios estables, en los cuales la reproducción
es posible durante varias estaciones sucesivas.

Estrategias de supervivencia
Una población es el conjunto de individuos de la misma especie que habitan en el mismo biotopo
en un momento determinado y que pueden, potencialmente, reproducirse entre sí. Las
poblaciones no mantienen un número constante de individuos a lo largo del tiempo, sino que
depende de factores extrínsecos. Pero la mayoría tienen una capacidad asombrosa de aumentar
su población de forma exponencial, siempre que las condiciones ambientales lo permitan.

Las especies con frecuencia tienen que competir entre ella para ocupar un lugar en un ecosistema.
A lo largo de su evolución, las distintas especies han ido desarrollando distin estrategias que les
facilitan esa competición en función del ambiente cambiante o estable en que se encuentren.

Así, se distinguen dos grandes tipos de estrategias de supervivencia: la de la «r» y la de la «K»,


según la importancia relativa que tengan la tasa de incremento (r) y la densidad de saturación (K)
en sus ciclos de vida.

Las especies con estrategia de la «r»

Las especies que siguen la estrategia de la «r» suelen ser microscópicas o de tamaño pequeño,
como bacterias, protozoos, plantas fugaces y animales pequeños. Su población mantiene un
crecimiento exponencial hasta desaparecer bruscamente cuando las condiciones cambian.

Las especies con estrategia de la «r» son típicas de lugares efímeros: charcas de lluvia, montones
de tierra junto a madrigueras, rocas desnudas, zonas polares, desiertos, terrenos arados, etc.

Se caracterizan por ser oportunistas o pioneras, ocupando áreas nuevas con facilidad y
extendiéndose por ellas con rapidez.

Colonizan los ecosistemas en las primeras etapas de su desarrollo, por lo que necesitan producir el
mayor número de individuos en el menor tiempo posible. Pero no pueden tener éxito si la
competencia es fuerte, frente a organismos con estrategia de la «K».
Las especies con estrategia de la «K»
Las especies con estrategia de la «K» suelen ser los animales y plantas grandes y longevas. Su
población se mantiene con altibajos, pero cerca de la densidad máxima (K) en unas condiciones
concretas. Por ejemplo, los robles de un bosque, los linces o las águilas.

Los organismos con estrategias de la «K» tienen, por su tamaño, gran capacidad de competencia,
gran longevidad y reducido número de descendientes. Los encontraremos en medios que
permanecen estables largo tiempo, como selvas, bosques y regiones esteparias.

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