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He aquí la relación
que solían pronunciar los ancianos
en un cierto tiempo
que ya nadie puede contar,
de él ya nadie ahora puede acordarse,
quiénes aquí vinieron a sembrar
a los abuelos, a las abuelas
éstos se dice,
llegaron, vinieron, siguieron el camino,
los que vinieron a barrerlo,
vinieron a terminarlo,
vinieron a gobernar aquí, en esta tierra…
Cantares de los anales nahuas.
Este ensayo tiene como finalidad realizar un pequeño análisis a la importancia que tiene la
temporalidad como historia del mexicano en su identidad, no sólo nacional, sino como la
característica que lo inunda, la mexicanidad. Para abordar mi objetivo, utilizaré como método
interpretativo a la hermenéutica epistemológica y ontológica, que un autor en especial, Paul Ricoeur
(1913-2005), al quien manejaré de manera regular en este ensayo, las une de manera sofisticada en
varios de sus libros, en especial Narrativa y Tiempo. Por otro lado, retomaré ideas de autores como
Octavio Paz, Samuel Ramos, Matha L. Arredondo, y muchos autores más que han hecho un gran
esfuerzo por analizar la esencia del mexicano.
La mexicanidad ha sido un concepto tocado por muchos pensadores, dichos pensadores se han
lanzado a la búsqueda de la personalidad del mexicano, lo que ha sido un trabajo complejo.
Octavio Paz, en su libro laberinto de soledades, ha propuesto ciertos rasgos que inundan a la
personalidad mexicana. Sin embargo, algo en lo que coinciden muchos de estos pensadores es una
“confusión” en la identidad del mexicano. La mexicanidad conlleva una representación del ser,
involucra su pasado cultural y que se encuentra forcejeando con un presente que no puede construir.
Nuestra historia está enmarcada en muchos sucesos históricos que no hemos asimilado, el
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neofeudalismo porfirista, el positivismo lógico, el pensamiento de Caso y Vasconcelos durante la
revolución, el juarismo, indicios de socialismo con Lázaro Cárdenas en una sociedad capitalista,
todos estos sucesos forman parte de nuestra historia, sucesos que no alcanzamos a comprender del
todo, y que son contradictorios entre sí. Por otro lado, al igual que muchos países latinoamericanos
México ha buscado la emancipación del sistema que insiste en mantenerlos como plebeyos. Sin
embargo, al alcanzar una ilusión de libertad, el mexicano cae en la cuenta de que lo han engañado
una y otra vez, manteniéndose inmóvil ante su realidad. Octavio Paz encuentra en el mexicano, un
hacerse nadie ante los otros, con vergüenza, quien esconde algo íntimo, que puede ser sometido al
juicio de la gente. Algo que refleja el estado de una sociedad, es el lenguaje, Octavio Paz retoma
esta parte y se permite criticar el circunloquio del mexicano, ese cantinflear que acaricia al objeto
del que habla, que realiza un círculo sin atinarle de lleno, no hace otra cosa más que deslizarse
sobre él. Lo que concuerda con el no atinarle, el estar en la batalla sin ganar, pero sin rajarse. Otra
crítica acertada de Paz la hace a la tranquila arrogancia, la sumisión orgullosa, de desprecio
humilde, que parecen herencia de ese pueblo gobernado que tiene dolor pero sigue sin rajarse. Y es
que en su libro la mexicanidad versus la identidad nacional, Martha L. Arredondo, dice : Las épocas
viejas nunca desaparecen completamente y todas las heridas, aun la más antigua, mana sangre
todavía. El mexicano más confundido que nunca en su historia. El mexicano tan dolido está de ese
maltrato del otro que parece rehuir un encuentro cara a cara con el ser escueto. Esa apatía al
liderazgo se debe a que el mexicano no elige bando, debido a que ha tomado la actitud de no
elegir, dice Paz. Otro autor que realizó una excelente labor en cuanto a definir al mexicano fue
Samuel Ramos, quien creía que el sentimiento de inferioridad del mexicano influye en nuestra
predilección por el análisis y que la escasez de nuestras creaciones, lo anterior dice él, se explica no
tanto por el crecimiento de las facultades críticas a expensas de las creadoras, sino por una instintiva
desconfianza a cerca de nuestras capacidades. Martha L. Arredondo, hace un análisis sobre el vacío
percibido por el mexicano tras no tener estructura histórica de su ser: Nuestra soledad tiene las
mismas raíces que el sentimiento religioso. Es una orfandad, una oscura conciencia de que hemos
sido arrancados del todo y una ardiente búsqueda: una fuga y un regreso, tentativa por establecer los
lazos que nos unían a la creación. La identidad como seres humanos, el hacernos conscientes del
estamos aquí, nosotros mismos la construimos a partir de nuestro pasado. Nuestro pasado nos
determina, nos crea. El hombre no está en la historia, es historia. En la actualidad vemos al
mexicano ocultando una identidad que no comprende. La identidad del mexicano, al igual que la de
otro ser humano en su realidad se alcanza con su representación del mundo para él mismo y para
el otro. Tal parece que en la actualidad el mexicano sigue sin darse un lugar y un espacio en el
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mundo, lo que trae consigo una autoeliminación de su existencia. La identidad como mexicano se
crea a partir de una historia cultural que el Estado nos impide heredar.
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REFERENCIAS
Arredondo Ramírez, Martha Luz. Mexicanidad vs identidad nacional. Plaza y Valdés Editores,
México, 2005.
Corres Ayala, Patricia. Razón y experiencia en la Psicología.
González García, Moisés. Filosofía y cultura, Edit. Siglo XXI, España, 1992.
Heidegger, Martin. El ser y el tiempo. Edit. Fondo de Cultura Económica, Alemania, 1972.
Paz, Octavio. El laberinto de la soledad. Fondo de Culrura Económica, Tercera Edición, México,
1999.
Ramos, Samuel. Profile of man and cultura in Mexico., University of Texas Press, 1962.
Reyes Nevárez, Salvador. El amor y la amistad en el mexicano. Porrúa y Obregón, México, 1952.
Ricoeur, Paul. Tiempo y Narración, Edit. Siglo XXI, España, 1996.
Ricoeur, Paul. Sí mismo como otro, Edit. Siglo XXI, España, 1996.
http://fecal.org.mx/data/phoo/2006_09_02/escudo.jpg
http://es.wikipedia.org/wiki/Paul_Ricoeur
http://es.wikipedia.org/wiki/Hermen%C3%A9utica
http://es.wikipedia.org/wiki/Imagen:Aguilagarza.jpg