Paciente GJFC, de 10 años de edad portador de un trastorno del lenguaje.A los
6 años de edad ingresó en servicio público de hospitalización infantil con diagnóstico de adenoamigdalitis que le agravó el estado de salud, realizándolecirugía para corregir el defecto del órgano fonoarticulatorio. Muestra como APP historia clínica, con datos relevantes del cuadro clínico; examen realizado a través de estudio video endoscópico, aborda fosa nasales, se aprecian; afecciones respiratoria a repetición adenoidistas, amigdalitis, alergias, malformaciones de la cavidad oral, dificultades para aprender primeras palabras después de los 18 meses, conducta intranquila, se relaciona con otros niños, validismo adecuado, inicio masticatorio ante del primer año no habla acorde a los niños de su edad, no se entiende lo que habla, no construye oraciones de acuerdo a su edad, escucha bien, comprenden lo que le dicen los demás, velocidad oral lenta, fluencia normal clonos, en la articulación abre poco la boca para pronunciar, dificultades en la pronunciación de algún fonema o letra, r s. Examen físico En examen de cavidad bucal se constató que presenta engrosamiento de maxilar superior e inferior, bóveda palatina profunda, mordida no compensable semiabierta que se comprime por dentición no expuesta a la región bucal dentro de la zona de la mandíbula.
Se identifica la unión de ambas encías derecha que le impide el
proceso de masticación, paladar profundo a la palpación. Interferencia entre ambas encías superior e inferior colapsadas que impiden el movimiento masticatorio con las mismas características de la relación maxilar derecha en las que el proceso de no exposición dental o retraso de la madurez denticina ha impedido el proceso de deglución, masticación y habla en el paciente. Examen físico de la cavidad oral Se constató oclusión dental, mordida abierta no compensable, relación Maxilar. Micrognastia, frenillo sublingual, paladar duro malformaciones, velo del paladar, longitud: corto, movilidad buena, lengua normal.
Caso clínico Patología Mental
Una mujer de 64 años ingresó en este hospital con deterioro cognitivo, dolor de cabeza y pérdida de memoria. El paciente había estado bien hasta 6 semanas antes del ingreso, cuando se desarrollaron síntomas respiratorios. Aproximadamente al mismo tiempo, los compañeros de trabajo observaron una disminución en el desempeño del paciente en el trabajo. La paciente notó que tenía dificultades para operar las computadoras y estaba olvidando sus contraseñas personales.
Aunque informó confusión reciente y cambios en el rendimiento cognitivo, el
examen en ese momento, incluido un examen neurológico con evaluación de la orientación, el habla y el recuerdo de la memoria después de 5 y 20 minutos, no fue destacable. Una semana después (5 semanas antes de la admisión), se desarrolló repentinamente un fuerte dolor de cabeza, junto con visión borrosa, mareos y náuseas. Después de la administración de ondansetrón, se resolvieron la visión borrosa, los mareos y las náuseas; después de la administración de antiinflamatorios no esteroideos, el dolor de cabeza se volvió menos intenso, con dolor leve y episodios intermitentes de dolor más intenso. Tres semanas antes del ingreso, el paciente fue atendido en una clínica de neurología afiliada al otro hospital. Tuvo dificultad para recordar la historia de sus síntomas. En el examen, estaba orientada al lugar y a la persona solamente y no podía realizar cálculos en serie en siete ni deletrear “mundo” al revés. El resto del examen fue normal. El hemograma completo con recuento diferencial y los resultados de las pruebas de función hepática y renal fueron normales, al igual que los niveles sanguíneos de electrolitos y glucosa,