El cereal es el rey de los alimentos, el producto más sembrado y
cosechado en todo el planeta, capaz de crecer tanto en climas muy
fríos como muy calientes. Los granos han sido la base de la alimentación de todas las culturas tradicionales, pero desde la Segunda Guerra Mundial, este superalimento ha ido quedando fuera de nuestros menús, debido al aumento de consumo de carne, de granos refinados y sus derivados (arroz blanco, pan blanco, pasta refinada, etcétera). De los granos integrales se olvidaron incluso los adalides del movimiento 'De la granja a la mesa', centrándose en la importancia de los vegetales y las frutas. Este tema lo aborda ahora JD MClelland en su película 'The Grain Divide', donde chefs de renombre mundial como Marc Vetri o Stephen Jones, director del reputado Bread Lab, buscan la fórmula que garantice cultura culinaria, sostenibilidad y salud humana. Sin prisa pero sin pausa, los cereales vuelven a la actualidad. Con el boom culinario en la red y la televisión, la cocina ya no parece tan complicada. A esto se une el interés por la nutrición de la gente joven, para los que el valor de un plato está tanto en los ingredientes como en el proceso. También ayuda la abundancia de productos que hasta hace poco nos resultaban exóticos, y que ahora tenemos a nuestro alcance, o la aportación de pequeñas compañías como Harineras Roca, de Lleida, quienes apuestan por harinas naturales, más nutritivas y sabrosas que las industriales. Los cereales también han sido redescubiertos por chefs como el televisivo Jamie Oliver, inspirado por Mary Speck, autora del libro 'Ancient Grains for Modern Meals' (granos antiguos para comidas modernas). "Si quieres estar más sano, los cereales tienen que estar en tu plato", declaraba recientemente Speck en el Washington Post.