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Universidad Santo Tomás-Bucaramanga

26/09/2021
Autor: Fabián José Ojeda Peña

RESUMEN (CAPÍTULO II)


Analizando la lectura, se aprecia como el causal de las diferentes vertientes de violencia ha
sido no solo la desigualdad sino la fragmentación o debilidad del estado y podría decirse
que de la sociedad en general. Esto a su vez se ejemplifica cuando la respuesta a un grupo
guerrillero fue crear otro, cuando entidades del estado como los militares sabotean e
influyen en dividir el país, cuando las políticas del agro se quedan en el papel y el enorme
campo Colombia queda a merced de los grupos armados. Así el café, el maíz y el aguacate
resultan inviables y el campesino pobre recurre a la coca, también las guerrillas y los
paramilitares, llevando a la división del país no por ríos azules sino por caminos llenos de
casquillos de bala o de sangre; cuando la sociedad tiene miedo a la democracia termina
perdiendo el rumbo y con ello los diferentes intentos de acuerdos de paz, pero que en
realidad eran un tiempo para armarse mucho más. El estado presenta tanta debilidad que las
presiones internacionales terminan por definir el rumbo, que en muchos casos solo provocó
secuestros, y masacres por entes estatales como guerrilleros. Estás rupturas han llevado a
que la guerra no sea cosa del pasado, sino que hasta el día de hoy se mantenga el conflicto
armado y que luego de un acuerdo Final de Paz se hayan asesinado 904 líderes y defensores
de derechos humanos; a fecha del 2021 nos hablan de que a pesar de que han pasado 50 o
60 años, el país sigue hundido en la violencia, que los acuerdos de paz solo fueron una
firma, y la justicia parece que se ajusta, se maquilla o no existe cuando se habla de guerra.

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