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Carrera: Tecnicatura Superior en Desarrollo de Software

Año: 1° Año

Turno: noche

Nombres de los integrantes: - Juan Manuel Benteo Bermúdez

- Florencia Rearte

Materia: Comprensión y Producción de Textos

Actividad Práctica Módulo 5: Texto Argumentativo

Educación Superior Técnica: ¿a la altura de las circunstancias?

¿Qué es lo que pide actualmente el mercado laboral en el caso de los desarrolladores


de software? La anterior es una pregunta que genera una diversa cantidad de respuestas, una
de las que se repite con frecuencia es la siguiente: “depende”. ¿De qué depende la búsqueda
de perfiles en la industria tecnológica? Básicamente de que los conocimientos técnicos del
profesional se adecúen a las tecnologías utilizadas en la empresa. Si bien esto es cierto,
actualmente la evolución de las empresas en un mundo cada vez más globalizado y de
constante competencia, les ha obligado a generar valor no solamente en el producto final sino
también en los procesos de desarrollo que siempre involucran un grupo de personas. ¿Con qué
finalidad? Básicamente, para que las mismas puedan mejorar su comunicación dentro de sus
equipos de trabajo. Es aquí dónde las habilidades blandas entran en juego.

En estos últimos años, las también llamadas “soft skills” han tomado mayor relevancia
en el ámbito laboral de los programadores. Según Sofía Bayá Casal, Senior Consultant de Wall
Chase Partners “no sólo se considerará la información con que la persona cuenta, sino lo que
puede hacer con ella”. La capacidad de comunicar ideas con claridad en un grupo de
desarrolladores aparece aquí como una condición excluyente a la hora de ingresar en una
empresa. Por otra parte, Pablo Heinig, profesor de la Esade Business School Buenos Aires
afirma que “difícilmente, una persona pueda lograr un gran desarrollo profesional sin contar
con habilidades blandas”. La opinión sobre la relevancia de las habilidades blandas como la de
trabajo en equipo, liderazgo, motivación y escucha, entre otras se vuelve cada vez más
homogénea a la hora de determinar un perfil competitivo.

Resulta desconcertante que esta nueva variable tenida en cuenta en los


reclutamientos (que paradójicamente se ha convertido en una constante entre las búsquedas
laborales) pareciera pasar desapercibida en los Institutos de Enseñanza Superior. Si tomamos
como ejemplo la Resolución 501-19 DGM que describe el perfil profesional del Técnico
Superior en Desarrollo de Software nos podemos dar cuenta que la misma hace referencia a
las habilidades de tipo técnicas que aprenderán los cursantes durante su ciclo lectivo que están
más relacionadas a las ciencias duras: se mencionan entre ellas al análisis de sistemas, al
desarrollo de artefactos de software o bien a la integración de las herramientas más actuales
del mercado pero se dejan de lado aquellas competencias de tipo social que serán de mucha
ayuda a los nuevos profesionales donde predomina el trabajo en equipo.

Todo pareciera indicar que el sistema educativo actual se encuentra atrasado con
respecto a las nuevas demandas del mercado. Es necesario volver a analizar las necesidades de

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una industria que evoluciona constantemente para lograr brindar una educación pública de
calidad que acompañe a nuestros futuros profesionales a reunir conocimientos a la altura de
las circunstancias.

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