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BIBLIOTECA CIENTÍFICA POPULAR
Á TRAVÉS
" R 5í)41tí
LÓSATELOS
(La Astronomía al alcance de todos)
por el doctor
'UJCK
BARCELONA /
''^-A
ROMÁN GIL, EDITOR. — CALLE DE BADI^E^-XSIIÍÍJ
KS PROPIEDAD DKL KDll OR
Los sistemas e s t e l a r e s .
Distancia d e las e s t r e l l a s á la T i e r r a .
I 1,00 9 34,30
2 'Ó5 ro 53,36
3 2,42 11 83,00
4 3,76 12 129,12
5 5,86 13 200,90
6 9,11 '4 312,50
7 '4,17 '5 486,10
8 22,01 16 735,20
35 milímetros 8,.
51 0 9,9
102 )) ",3
303 )) 12,0
354 » '3.4
- 33 -
Estos resultados, verdaderos para el cielo de Inglate-
rra, son demasiado débiles para el hermoso cielo de Ita-
lia, pues con un anteojo de 65 mm. se pueden ver las
estrellas de ii." magnitud; el poder penetrante de un
buen refractor, en Italia, de 9 pulgadas, es casi igual al
de uno de 18 pulgadas de Inglaterra, y permite ver es-
trellas de 16.• magnitud, penetrando á una distancia re-
presentada por 756 unidades.
«Tratemos de formarnos idea de estas distancias. Su-
poniendo bastante lejana una estrella para que su luz
tarde diez años en llegarnos, su paralaje (i) estaría re-
presentado por un arco de una tercera parte de segundo,
cantidad muy débil, pero ciertamente exagerada. Si to-
mamos esta distancia como unidad, la luz de las más
pequeñas estrellas visibles con el telescopio de Herschel
eniplearia 7560 años para franquear la distancia que la
separa de nosotros, y aun la unidad adoptada es cierta-
mente demasiado débil, y podríamos adoptar otra tres
veces mayor.
Colocados dos instrumentos en circunstancias idénti-
cas, sus poderes penetrantes son proporcionales á los
diámetros de sus aberturas. De ahí se sigue que con un
anteojo de 50 centímetros ó con un reflector de 6 pies,
como el de lord Rosse, penetraríamos á una distancia
representada por 2080 unidades!»
Las Nebulosas.
N u e s t r o s i s t e m a solar.
Júpiter 192 11
Saturno 355 ))
Urano 733 n
Neptuno i .100
100 »
La Tierra.
Altura máxima. . • •
.. mínima. . • •
Suma..
QO,•r^•oI" cs la altura
De consiguiente, la semisuma 38 59 2'
de polo ó latitud de Ciudad Real. ^^.^^¡.
DETERMINACIÓN UE LA '-ONGrrUD.-«se P
guaría diferencia de ' o n ^ ' - V ' d t L n c r e o.as en
rra, dice el autor citado, por la f^"-^";'" ¿^ ,Uos.
que el Sol pasa por el meridiano ^e cad^ ^^^^.
En efecto: animada la Tierra de un ' n ° ^ ' ' " ' \ " ; ° t^.^as,
ción de Occidente á Oriente, l ^ ^ ^ ^ f ^ ^ : 3 : v \ L n t ;
claro es que todos los astros van tocanoo s
por los distintos meridianos, pasando antes POJ 1°^ P"
ki • 1 Oriente V á razón de 15 de longí
blos que están mas al 0"ente y ^,^^^,^^
tud por hora de tiempo, P-^^^.f^ , ' ° ¿ f l n e r a que un
dividido entre 24, dan 15 de ^o^'^";^ resoecto de otro
pueblo estará á 30" de longitud oriental respecto
si su mediodía se verifica dos horas antes 6 1° ^^/^^^^
mismo, si las mismas horas del dia resultan con dos
ras de anticipación.
- 7 8 -
« Puede, por lo tanto, averiguarse la longitud por la
diferencia de tiempo que marquen dos cronómetros a r r e -
glados á una misma hora. Se conoce también por la d i -
ferencia de hora del paso de un astro por dos meridia-
nos. Estos procedimientos se fundan en que cada hora
de diferencia de tiempo equivale á 15° de diferencia de
longitud; cada 1' es igual á 15' de arco, y á cada 1" de
tiempo corresponden 15" de diferencia de longitud, te-
niendo presente que las horas se adelantan para los p u n -
tos situados al Oriente, y se retrasan para los que se ha-
llan al Occidente.))
Ejemplos.—Si en Madrid son las 11 y en Roma son
las 12 y 4 minutos, {á qué longitud de Madrid se hallará
Roma? A 16" de longitud oriental.
Si un cronómetro señala las 4 de la tarde en Madrid,
y otro cronómetro, arreglado previamente con él en Ma-
drid, señala las 5 y 20 en Viena, ^á qué longitud de Ma-
drid se hallará Viena'- .\ 20° de longitud Este ú oriental.
Si el Sol ha llegado al meridiano de Veracruz 64,g'50"
después que al de Madrid, ¿cuál será la longitud de Ve-
racruz respecto de Madrid? 92"27'3o" longitud Oeste ú
occidental.
En suma: la diferencia de tas longitudes de dos lugares
es igual á la diferencia de las horas que se cuentan en ellos
en el mismo instante. P o r ejemplo: hallándose Viena á
i4''2'36" longitud Este y Londres á 2"26'i 1" longitud O e s -
te de París, cuando sea mediodía en París serán ya las
12 y 56 en Viena, y solamente las 11 y 50 en Londres;
de manera que un telegrama expedido de París á medio-
día, llega á Londres antes de mediodía.
S e puede, por fin, sin necesidad de cronómetros p r e -
- 19 -
viamcnte arreglados en un mismo lugar, va
légrafo eléctrico para cotejar la hora, puesto que
tricidad recorre 30.000 kilómetros por segundo. ^^^
D.PEKE.NTES POSICIONES DE LA ESrERA ^^^''^'Jl' ^^^_
esfera terrestre puede ser (hipoléUcamenle) paralela,
^<^ ú oblicua. . 1 Norte
Si un observador pudiese transportarse ^ ' P 0 ' ° '
como se encontraría a los .,0° de laúlud, tendría el PO
celeste en su cénit, y, por lo tanto, todas las e s u ü l a s s ^
t u a d a s e n el hemisferio boreal parecería ^ " ^ - ' " ' ^
alrededor describiendo circuios paralelos a su h o n z o m .
La esfera en este caso estaría paralela.
Kn el Ecuador la latitud es o", y, por lo tan o o dos
polos se hallan en el horizonte; todas las estrel as on
visibles, sucesivamente, cada una durante ' ^ ^oras . -
circunferencias que describen son paralelas al ^or zonte^
La esfera estaría reda. Kntre los polos y el Kcuador .
Uene la esfera oH,cua. ^^, ^ , i , „ .
5.875.000.000.000.000.000.000.000
M o v i m i e n t o d e rotaciór\ d e la Tierra.
De los Planetas.
\*.,
3 .••
VEMS.
MARTE.
L o s PEQUEÑOS PLANETAS.
JÚPITER
SAI (UNO.
URANO.
NEPTU.NO.
La L u n a .
ELEMENTOS DE NUESTRO S A T É L I T E . - L a L u n a e s , d e s p u é s
del Sol, el astro m á s interesante para nosotros por su
magnitud aparente, la claridad q u e periódicamente nos
envia, los diferentes aspectos bajo q u e se nos presenta,
los fenómenos de que es causa, como son los eclipses,
Jas mareas, etc. Es, a d e m á s , el principal astro de la n o -
che; «el astro d e la soledad, del silencio, d e la fantasía
y del misterio.»
El diámetro del globo lunar es cuatro veces menor,
aproximadamente, que el de la Tierra. S u superficie es
de 38 millones de kilómetros c u a d r a d o s (la de la Tierra
es de 510 millones).
- 133 -
Su volumen es 49 veces menor que el de nuestro pla-
neta y pesa 8 veces menos. Su densidad es de;o'6i5; la
gravedad, comparada con la de la Tierra, 0,174. Esto es,
1.000 kilogramos sólo pesarían en la Luna 174.
La distancia déla Tierra á la Zuna es de 96.000 leguas,
ó sea 984.000 kilómetros, siendo asi que la de la Tierra
al Sol es de 149 millones de kilómetros. De ahí que,
en virtud de esta gran diferencia de distancias, podamos
ver la Luna de iguales dimensiones que el Sol.
La órbita de la ¿una, que comO ya veremos es elípti-
ca, mide próximamente 2.400.000 kilómetros delongitud,
y como la recorre en 27 días 7 horas 43' y 11", resulta que
su velocidad es superior á la de un kilómetro por se-
gundo.
Esta duración {revolución sidérea) es la del tiempo que
emplea la Luna, en su viaje alrededor de la Tierra, en'
volver al mismo punto del cielo; pero hay que tener en
cuenta una cosa, y es que durante esta revolución la Tie-
rra, por su parte, no permanece fija é inmóvil, sino que
se mueve en el espacio, y por un efecto de perspectiva, el
Sol parece separarse en sentido contrario. De ahí que
cuando la Luna vuelve al mismo punto del cielo, termi-
nada su revolución sidérea, el Sol se haya movido apa-
rentamente en cierto grado en el mismo sentido, de ma-
nera que, para que la Luna vuelve á colocarse entre la
Tierra y el Sol, es preciso que marche durante algo más
de dos días, y de ahí que la lunación é intervalo entre
dos lunas nuevas sea de 29 días, 12 horas 14' y 3".
PROPOSICIONES FUNDAMENTALES. — i.° La distancia de
la Zuna á la Tierra es casi constante. — Enjefecto; ora
veamos la Luna en su lleno ó en su creciente, siempre el
- 134 —
ángulo bajo el cual se ve su arco exterior parece de
igual grado, á no ser que el astro se halle muy cerca del
horizonte. Asi, puesto que el diámetro aparente de la Lu"
na varía en muy estrechos limites, igual debe suceder
respecto á su distancia de la Tierra.
2.° La Luna gira alrededor de la Tierra.—«Obser-
vemos la Luna cinco ó seis días después de la época en
que era nueva. La veremos á las cuatro de la tarde en la
dirección del meridiano; al día siguiente, pasará cerca de
las cinco; este retardo de 50 minutos, prueba que la Lu-
na ha adelantado 12° hacia Oriente, en sentido contrario
al movimiento diurno aparente. Al llegar el plenilunio, el
astro pasa por el meridiano á media noche; en la época
del cuarto menguante, dicho paso se efectúa á las seis de
la mañana, y así sucesivamente, de tal manera que en
un período de 29 días (ó sea de una lunación ó mes lu-
nar), el astro ha pasado por el meridiano á todas las ho-
ras del día; por lo tanto, durante este intervalo, la Luna
ha ejecutado una revolución alrededor de la Tierra, y de
consiguiente, es un satélite de ésta; ó en otros términos,
es respecto á la Tierra, lo que la Tierra con relación al
Sol.»
3.° La Luna no es luminosa por si misma. — La luz
que de la Luna recibimos, es el reflejo de la luz solar
que á su vez recibe. Si tuviese luz propia, su contorno
aparente tendría siempre la fígura de un círculo entero,
y no nos presentaría diversas fases. Además, según se
halla en dirección al Sol ó en dirección opuesta, es invi-
sible ó visible. De consiguiente, la parte del globo lunar
vuelta de cara al Sol, está iluminada por este astro, y la
otra mitad es oscura.
- 135 —
CONJUNCIÓN. — OPOSICIÓN. — Cuando dos astros tie-
nen igual longitud se dice que están en conjunción; cuan'
do sus longitudes difieren en i8o°, se dice que están en
oposición ( I ) . Si en el momento de la conjunción los dos
astros tuviesen la misma latitud, uno de ellos eclipsaría
al otro. Esto es lo que sucede poco más ó menos con el
Sol y la L u n a ; pues el Sol se halla siempre en el plano
de la eclíptica ú órbita terrestre, y la L u n a , á su vez, no
se separa mucho de dicho plano.
NEOMENIA. — Es el instante de la Luna nueva, ó sea
cuando el Sol y la L u n a están en conjunción.
SiziGiAs Y CUADRATURAS. — Dcsígnasc con el primer
nombre el novilunio y el plenilunio, y con el segundo el
primero y último cuartos. Hállanse el Sol y la L u n a en
cuadratura cuando sus longitudes difieren de 90° ó
de 270°.
ÓRBITA LUNAR. — La Luna gira alrededor de la Tierra
describiendo una elipse mucho más excéntrica que la
que traza nuestro planeta en su movimiento de traslación
alrededor del Sol. El plano de la órbita lunar forma un
ángulo de 5° 8' 48" con el plano de la eclíptica ú órbita
terrestre, y por lo tanto, ambas curvas se deben cortar
en dos puntos. S e ha dado á estos puntos el nombre de
nodos: el uno es el ascendente (ó boreal), el otro el des-
cendente (ó austral).
I
Fig. 11;. — Paso de la Luna alrededor de la Tierra.
) »• • • i (
Fig. 16. —Fases de la Luna.
Los Eclipses.
Los Cometas.
Los I n s t r u m e n t o s a s t r o n ó m i c o s .
El análisis espectral.
La Astronomía fabulosa
POR M. HOUZEAU
Jig.
PRÓLOGO 5
CAPÍTULO I. — PRELIMINARES. — LAS CONSTELACIONES.—
La Astronomía.—El Cielo: salida y puesta de las es-
trellas.—El eje del mundo.—La Estrella Polar.—Hori-
zontes, cénit, nadir, ecuador, grados. — Estrellas de
diversas magnitudes.—Estrellas de i.* magnitud.—El
cielo estrellado: las Constelaciones 7
CAP. II.—LOS SISTEMAS SOLARES. — Distribución de las
estrellas en sistemas.—Estrellas dobles. — Estrellas
cambiantes ó periódicas. — Estrellas coloridas.—La
edad de las estrellas.—Aglomeraciones estelares. . . ao
CAP. III.—DISTANCIA DE LAS ESTRELLAS Á LA TIERRA.—
Fotometría.-Medición de la distancia de las estrellas
deducida de los movimientos propios de éstas.—Movi-
mientos propios de éstas en longitud y latitud.—Otros
métodos ag
CAP. IV.—DISTRIBUCIÓN APARENTE Y REAL DE LAS ESTRE-
LLAS EN EL CIELO.—Distribución aparente.—Distribu-
ción real 40
CAP. y.—LAS NEBULOSAS.—Nebulosas resolubles é irre-
solubles.—Aglomeraciones estelares. — Via Láctea.-
Sus dimensiones.—Nebul' sas no resolubles 4$
- l ü -