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MEJORA DE LA FLUIDEZ LECTORA:

- Leer diariamente un texto corto. El texto debe ser apropiado al nivel


lector del alumno. Se pueden utilizar textos narrativos cortos,
poemas, chistes, adivinanzas, trabalenguas…
- Inicialmente, el padre o la madre, le enseña el texto que se va a leer y
le informa sobre su contenido, preguntándole sobre las ideas previas
que pueden tener acerca del tema de la lectura.
- Comienza el padre/madre leyendo al niño el texto. Durante la lectura
se debe atraer la atención del niño hacia el texto, siguiendo con el
dedo las palabras que se están leyendo. Del mismo modo, se deberá
poner en común con él el significado de determinadas palabras, o del
texto en su conjunto.
- A continuación lee el niño el texto. Es importante que el niño siga
con su dedo la lectura de palabras que realiza, para asegurarse de que
se está ajustando a las palabras que va leyendo.
- Finalmente, se lleva a cabo con el niño una fase de reflexión sobre
dos aspectos de la lectura realizada: a) sobre algunas palabras que
hayan presentado dificultad, motivando al alumno a que las registre
en un cuaderno y b) sobre la comprensión global del texto,
estimulando al niño a que haga inferencias o relaciones del texto con
otros textos que haya leído, con él mismo, o con otras personas.

La lectura repetida

La práctica de lecturas repetidas de textos en los primeros cursos de


educación primaria, representa uno de los mejores procedimientos de
instrucción de la fluidez lectora. La lectura repetida no se caracteriza ni se
entrena por el logro en velocidad lectora, sino por realizarla con la
adecuada prosodia, fraseo, expresividad, entonación y comprensión.

Hay que elegir textos cortos y adaptados a su nivel lector (textos en los que
el alumno supere el 95% de acierto en el reconocimiento de palabras). Se
pueden usar publicaciones de literatura infantil, pequeñas obras de teatro,
poemas, … Para que la actividad no se convierta en sosa, aburrida y falta
de estímulo, se puede proponer la lectura repetida para ser representada:
teatro leído, leerle a un compañero…

Podríamos caracterizar la lectura fluida como:

. Aquella que se hace sin errores en el reconocimiento y decodificación de


palabras.

. Leer el texto con un adecuado ritmo y expresión, como lenguaje natural.

. Acelerar o detener la lectura del texto cuando convenga para mejorar la


comprensión de una palabra o frase.

. Frasear el texto adecuadamente haciendo las pausas pertinentes.

. Resaltar y poner énfasis en la lectura de determinadas palabras.

. Contemplar un diferente tono de voz en la lectura del texto, en función de


los signos de puntuación, etc.

El adulto puede mostrar al niño qué es una lectura fluida, llevando a cabo la
lectura de un texto corto varias veces, con distinta velocidad, entonación y
expresividad. Los alumnos reflexionan y ponen en común una conclusión
sobre cuál ha sido la lectura que mejor da idea de “leer bien y comprender
el texto”. La conclusión final a la que hay que llegar es que “una lectura
fluida es ni muy deprisa, ni muy despacio, algo así como cuando hablas,
con expresividad, y así lo entiendes mejor”

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