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Razones financieras

Las razones financieras son las relaciones de magnitud que hay entre dos cifras
que se comparan entre sí, y se denominan financieras porque se utilizan las
diversas cuentas de los estados financieros principales, los cuales se pueden
comparar entre distintos periodos y con empresas que pertenecen a la rama del
giro de la empresa estudiada.
Razones financieras para el análisis financiero
El uso de razones financieras para realizar el análisis financiero se constituye en
una herramienta que representa la justa realidad de la situación financiera de
cualquier organización. Mediante su empleo se puede determinar cómo se ha
desempeñado la firma y evaluar su gestión. Todas las personas que están
circundadas por un entorno socio-económico cambiante, en el cuál la
incertidumbre de lo que pueda pasar con sus empresas es una constante,
necesitan disponer de métodos o herramientas para evaluar su funcionamiento en
cualquiera de los periodos de su existencia, en el pasado para apreciar la
verdadera situación que corresponde a sus actividades, en el presente para
realizar cambios en bien de la administración y en el futuro para realizar
proyecciones para el crecimiento de la organización.
Tipos de razones financieras
1. Razones de liquidez
Ya el nombre lo revela todo: permiten identificar el grado de liquidez de la
empresa. Para ello, se utilizan indicadores como el índice de solvencia, que
obtenemos con el cociente resultado de dividir el activo entre el pasivo -cuanto
mayor sea el resultado, más solvencia tendrá la empresa- o el capital neto de
trabajo, un índice que obtenemos restando los diferentes activos corrientes al
pasivo, siempre suponiendo que el pasivo sea menor que el activo.

Liquidez financiera Ratio de Solvencia Capital de trabajo

¿Qué es? Capacidad de una


compañía para
llevar a cabo sus
actividades con
normalidad en el
corto plazo.
¿Para qué sirve?
Depreciación Contable
La Depreciación Contable es un método que emplean las corporaciones
para calcular el valor de sus activos año con año. Se trata de un
reconocimiento racional del costo de los bienes, distribuido durante su vida útil
estimada.
Mediante las tasas de depreciación, se puede estimar la disminución progresiva
del costo del activo fijo durante su vida útil. Todo ello, con el fin de obtener los
recursos necesarios para la reposición de los mismos. Y, en consecuencia,
mantener la operatividad y productividad de la corporación.
Específicamente, las tasas de depreciación son aquellos porcentajes de valor
perdido que cada activo experimenta de manera anual. En definitiva, a través
de la depreciación contable, se puede definir el valor del activo de manera
correcta.
¿Cuáles son los porcentajes de la Depreciación Contable?

Existen diferentes maneras para calcular los porcentajes de valor perdido que cada activo
experimenta anualmente. Como, por ejemplo:

 Método de depreciación en línea recta (método “lineal”). Se trata de una tasa


continua de depreciación del bien. Se calcula de la siguiente manera:

Valor a depreciar / Vida útil estimada = Cuota de depreciación

 Método de depreciación creciente. Aquí se considera un menor desgaste del


bien en sus primeros años y aumenta progresivamente con el correr del
tiempo. Por ejemplo, el porcentaje de depreciación correspondiente a cada año de
un bien con una vida útil de 5 años es:

Añ Porcentaje de depreciación creciente por Depreciación por porcentajes anuales


o suma de dígitos progresivos:
1 6,67% 18%
2 13,33% 19%
3 20% 20%
4 26,67% 21%
5 33,33% 22%

Si la vida útil se estimó en cinco (5) años, la suma de dígitos es de “1 a 5”. Resultando 15
la proporción que corresponde a cada año (año/15). Para el año 1 (1/15 = 6,67%).
 Método de depreciación decreciente. Este método determina cuotas de
depreciación con disminución progresiva hacia los últimos años de la vida útil del
activo. Los porcentajes se aplican de manera inversa al método de depreciación
creciente.

Depreciación Fiscal
La depreciación fiscal es un procedimiento que permite deducir gastos en las
declaraciones de impuesto de los contribuyentes. Es decir, para
poder recuperar el costo invertido en un determinado tipo de activo fijo.
Al crearse un gasto de depreciación, se disminuye la ganancia del negocio en la
que se basa el impuesto. Y, como consecuencia, se reduce el impuesto a pagar.
En general, es una de las deducciones fiscales más importantes que puede ser
reclamada por algún inversionista.
La depreciación es la disminución progresiva del costo del activo fijo, durante su
vida útil. Debe ser registrada en las declaraciones mensuales y anuales de la
empresa, bajo las normas del SAT. A diferencia, por ejemplo, de la depreciación
contable, que se informa en los estados financieros de la empresa.

¿Cómo se calcula la depreciación fiscal?

En México, el método de máximos autorizados por ley es el más aceptado y


empleado para calcular la depreciación fiscal. Se trata de un proceso que toma
en cuenta el monto a depreciar en cada ejercicio fiscal depende de lo indicado por
la ley del ISR.

En este sentido, el monto máximo y el porcentaje que se puede deducir


anualmente por cada tipo de activo se ubica en una tabla suministrada por el
SAT. El porcentaje de depreciación señalado en la tabla se multiplica por el Monto
Original de Inversión (MOI) del activo correspondiente. De esta manera:

Depreciación fiscal anual = MOI x % depreciación legal


Donde, el MOI, es el costo total del activo. Que involucra:
Precio original del activo.
Impuestos pagados en relación a su importación o compra.
Seguros y otros gastos para que el activo pueda llegar a su destino final y
funcionar correctamente.
Por su parte, la depreciación fiscal mensual se obtiene de dividir la depreciación
fiscal anual entre doce. El resultado es el monto empleado en la declaración
mensual de impuestos de la empresa.

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