AMBIENTE Y SOCTEDAD la tecnologia que se utilizaba. Si bien esta medida parece en un pri mer momento adecuada, cuando se intenta poner en funcionami presenta una enorme cantidad de problemas conceptuales y técri (qué quiere decir poblac su variabilidad interna, ¢6 la capacidad de consumo, etc.) que la hacen en la pr: comparable y sélo adecuada para lo que querfa el © far a determinadas conclusiones sobre la proximidad de una fe mundial ceeeeees Captruto IL EL AMBIENTE COMO RECURSO uenos Aires, 1998. Ehrlich, Paul y Ehrlich, A. Poblacién, recursos y medio ambiente, Omega, Bar- celona, 1975. | concepto de recurso natural La utilizacign por parte del hombre de los elementos que le brin- dal ambiente se basa en la consideracién de éstos como un recurso Gestinado a lograr cierta finalidad. Los recursos que se obtienen a partir del ambiente sin que el hombre haya hecho nada para produ. Glos, son conocidos habitualmente como recursos naturales. Duran femucho tiempo este tipo de recursos eran los més importantes para Sl desarrollo de la sociedad y todavia siguen siendo una base funda- Snental, a patti de la cual obtenemos toda una serie de bienes, a ve- Tes directamente, a veces transformédndolos mediante procesos indus Hales. En rigor de verdad, todo el ambiente que nos rodea es teérica- mente una gigantesca reserva de este tipo de recursos, que se han usa- do en algin momento, que se usan ahora o que se usardn en el futue to. Pero para evitat el callején sin salida a que nos levarfa este tipo de Tazonamientes (si todo es un recurso, jnada lo es!), hay que tener ex Taenta un factor de suma importancia: la presunta objetividad del concepto de recurso. tun Fecirso sea considerado como tal, ge necesitan dos siencia objetiva y concreta del mismo y la necesidad d de usarlo, Entre ambos se construyen_una serie indo las principales la posibilidad técnica de.ex- ‘costo de extraccién que esa posibilidad técnica ‘precio que por ese recurso la sociedad esté dis- que ce puede medir no sélo en dinero, sino ientales, esfuerzo, tiempo 0 10s podemos dar cuerits que iva como tales, petite, PRUMAAECIMOPU, Maat 1990 oeopafls naturale, Orga Barcsona, 1993 femporalidades y escalas en competencia en el estudio de la po- te eae y la sustentabilidad”, en Izazola, Hilda, y Lerner, S. (comp.), in y ambiente gnuevos interrogantes a viejos problemas? Gp Fate ties mn rrp i i i i. c in de impactos Sn otxo valor similar). A partir de los recursos naturales no poseen una existencia objvyiso euisooou 9s eropeur eno Joqup opeuruaiep un fs ‘Uloies[e euLtoy Us Sepediqn upise Sepeplun sns 0 Sopt SOWISTUNDEA BULIO] 1S sono oo opefszaur soared aq ‘UoD OPEPZaUT o aiqy] Opeise Ua eNUsTotS as 35 ostRDaK [9 SAD wOUTUBIS UD 19 K ugroeaign ns e epeUOTDe| xo 96 ‘ossnigaz owwsfur Jap sovuarUNTDes sop opuEreduroD “BIOUEM e359 Sq embumsuoo of arb sopesrett soy eisey] OSInOes fap OPUPEN 2p zaa ns preutimzeiap anb of ‘eaypizoad uprpeorgn esioaud ns so ojana ap edexe vy Zused vpand osmoay un en ered raveod pains ap equaUof2 Un ‘Bwu2AD UD 0159 OpURALA] ‘PEpe}oos w] ered Figemnoes outp onb opea fo uPIqUTES OWNS ‘osInoe! 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De més caros en el mercado per caras. Por ejemplo, el valor de los di que en el Amazonas se utilicen tecnologfas muy exigentes en cuanto a Ja cantidad de mano de obra empleada (esto es, una tecnologia muy “cara"), mientras que la explotacién de hierro requiere de una tecno- mucho basada en el uso de grandes maquinarias (una tec- sia “bz si consideramos el costo por unidad producida). La fase siguiente es la de la explotacién propiamente dicha del re- curso. Una vez que éste ha side ubieado ¥ valorado, comienza su ex. plotacién, o sea la extraccién del recurso. Esto est4 relacionado tam- bién con una técnica (que algunos llaman ciencia) que es la del mane- jo del recurso, o sea la administracién de su ritmo de explotacién. Es- te manejo relaciona las caracteristicas de la tecnologia que se utiliza, las caracteristicas del propio recurso, su costo de explotacién, su pre- cio en el mercado, su existencia en el mercado proveniente de otros lugares y las exigencias del contexto socioeconémico en el cual se de- sarrolla la explotacién. Comé todos los recursos naturales que son ob- eto de explotacién son agotables en un cierto plazo, el manejo de esa _explotacién esta balanceando continuamente esos factores: cuanto mis aceleradamente se explote el recurso mas rapidamente se agota- ‘su costo de explotacién se ir4 incrementando, cambiaran sus po- lades de colocacién en el mercado y este agotamiento tendré ciertas consecuencias para el resto de la sociedad. Por lo general, y co- mo veremos més adelante, la explotacién de los recursos naturales in- cluye una constante tensién entt iferentes escalas de intereses indi viduales, colectivos y sociales, cada uno de los cuales responde que es un manejo “razonable” de un recurso natural desde el punt vista de una empresa especifica puede resultar un desastre para el terés de la sociedad en su conjunto o mas estrechamente para las per- sonas que viven en el érea de explotacién. tesario que sean clasificados en. comtin es aquella que determi teursos: los perpetuos (también lamados bésicos o p EL AMBIENTE COMO RECURSO 37 Pero es dificil seguir hablando en general de los recursos natura- Jes sin referirse especificamente a sus caracteristicas y para eso es ne- Ssario hacer una distincién entre diferentes tipos de recursos. Tipos de recursos naturales a cantidad y complejidad de los recursos naturales y sus diferen- 12 ]qeAotaZ ou OsImoax uN som | B -reduo onb ojonk ja stoueniodan euns ap jexyeu osinaas un Ae } “ortteuyutop ey any emma -sod round py ‘sojqeioBeur tera sopesourus sosinoaz soy anb eqestiad as aquoureyoyydurr senuoqur f ‘oduian oynur 10g “emnany ¥| ap OW0o Teme ugroeiqod ¥] 2p owen ‘Texous8 t9 Peps|20s e[ ap spzmiUN J> easnq pungas ef ‘Teresouduo o fenpirput sproquy Jo epdursjuoo ersurd ey i ‘SoAREWIBI[e Sosmoar ap Upfousiqo ¥] X sojuDTUMIDeA soxoNU ap vponb | -8hq ¥| uod epeuorDefar piso ugoENXD ap PepIDo|OA v apuop [BUCS | £1 SUI O]USUEHOS sn uM tod eido an BLK aioe 3s Osmoay Jo onb | misey ,B10ye A jnbe, ostinur osn un Jod wHoqe anb gf :seimysod sop sousus 0] 20d uaispxs enb zesuod sourapod £ ofsjduzoo Anu euion un so |; uorDeio|dxe ef ap ofstreut [3 soseo soyso sopos uo onb aquepina sq | ie “ode as atueweuy & exonuar as ou ene J [ ‘sennxa as ene Je X sooupziaiqns sozod ap ugtoexoyred ef ayretpout [5 eroydxa os somoyundes soiso opueng “ene jop ofny op [euLIOU Of>1> F [9p eiony exoueur wise ap opuepanb ‘uororsodax spus uoqioox ot £ sep -ensnepus opepanb wey seoiZo[oo8 svisueisunasto sejunsp 20d anb sende op sontarumaek wos anb ‘sepeuisouo 0 soffSoy SepeuTey, SUBST) nS SenBe se] ap [> 9 aqQeION spur o|duiof [x -a|qeaowad ou peprrear, __ $2 5 sor onsadod ouoo (opeztiin A) opesspiston so anotueu| }> sour anb osmsax un epuop soseo sounds Ab} “oajoziod [a OFany £ ui 2 [p araUsTd "Soon au ee ssreundysuen ¢ Pay wapand “epurouose wf A wBo|OUSA el sp Omang joxresap Jp vitiano Us opusTuay ‘anb SopSIMISU SOWLLID|® UOS soisy jroueiod sopeutel Soy 'SosiMoai sp wpoBares UNI euN arse (| “so|qeaouad sopemieu sosmnoar so] 2p ofoueut jo red 2 oer ered sofeayes sopeut fue op Eze9 Uf ‘Sosn soyurstp ered Biopeur ap vosng ud sonbsoq so] ap ugiaeiojdxo ej ;soyqeaouiad saremreu sosmoax Soy ap wiaUTUE UOIEIOIE -x9 ap od a1so ap opunur ja za so[dttafo soy sosoxoumur uog “sayure nb ‘syu Soysmur os saloprumnsuod so] anb K sosozepod spur so2qu391 sorp “gu uoo wiuano onb eioye spur oysnur £ euioisny ns epor ap oft} of & axquioy Pp oypay ey of Jse oftrequra us oiad ‘sayerourt weTONy 1s OWo9 sa|qeaotrar sosimoar sns reyojdx so peporoos wun z208q{ apand anb 109d ‘oy ‘oummy fo we opuestag * 161 Ts Son sent K OSA vey ardurats tse & wreyo Anu “eee ‘upypeiauaBal ap odurap ante syaaispx9 UTS sosinoa1 soj 2p uopseiojdxo ¥] 9p ose fo Ua arog “(Ex UN ‘eurous sod oute epeo .ey109 wpiaqap 28 spUrel ‘SyUOUTERUTE £9]OqI" OZ erotiad & sarefdarol> ogy souDus o} 20d ap erpuasaud ¥] s9 uofsonpordas 2p our perqum ofno antbsoq un zeyojdxa aromnb a¢ 1s ‘ofurola sod) ‘osmnaarJop Uorsonpaidar ap of! |p ta azagiewuy ou osn ofno f oiuaty ony HoINBar eiouesar os OND JeLsaIeUT [9 “OoIFO|OIg ,sitapsoxs, Jp Teojdsa eEIogep 95 ‘sy OIG “UO|IEAOUAT ap PEpHOjAA ns ap ofeqap “od opeoyd 19 “fo ros oqop ‘s|quacuai oyuourfeas opeows SSIs G=IGAT p> On EI amb 2D so yeoutepury ound pq “conpuro(quia spur ja Zan for ‘owuarqure ns £ pepa_es e| anus UpPDe|ax BI 3p eoNPUIO|qoxd vy UO BOUEROdUUT eUINS 9p Pitot un so sa[qeaouar Sojeimreu sosmoas soj ap uoToeI0hx9 eT ‘onb So] ap uproeaouss ‘[arfuLied anb wunDysIscSS UN Dp awed Uos SyuaUTBIDaNIp us ojouanb soy sojemieu sosinoat Sopeiapisuoo Jos Wapond sspeunrue £ sapere. so] ap soysnpy “einsnpur ef eied Seu Sepioyeu op uproesouad ap a1 -tory etm Jos © opesed ey sosinoas ap adn aisa aitauLsopaisod & (sed oy23j0001 Sepeutey] se{) seioyonpoud ‘ou sopepersos suf Bred somow *U0s 6} opezejdursor (ae fy omos seopistoo apond os eiouenss ee on £ (euio ays ap esuana sp ugisnanp eu sourasey onde 0 “98d pu) peporoos of ean an so)» sevroyp An Sodus Ye 25 upfoeunoy ns ono of Zod aloud ott op SosaaONT Zo wales avazig0s 4 aiNaIEWY 8s &) osunome ooo zLNaTaWe 12 Oo6 AMBIENTE YSOCIEDAD in del uso de los recursos proviene mucho més de la aproxi- ral, desde el punto de vista de su apropiacién, puede estar encua- josa, moral o ética de los individuos hacia los mismos drado en cuatro categorias diferentes: libres, privados, colectivos y ‘comunes.- —— Los recursog libra son aquellos sobre los cuales nadie (por lo me- nos hasta ahora)-puéde reclamar propiedad, lo que no es lo mi gue decir que ron que se fuera ampliando in sobre los recursos naturales. fas, Por una parte tenemos la-propiedad:comtin:o soeial_donde una tartida. En esos casos, el uso de esos recursos (por ejemplo, la pesca onde unidad polfticolestatal fen mar abierto) es objeto de acuerdos entre todos los pafses, acuerdos gue por lo general son muy dificultosos en concretarse. Por ejemp Ja caza indiscriminada de ballenas llev6 a este especie a verdadero pe- ligro de extincién, pero si bien la enorme mayoria de los paises esta- Tenovables y no reno’ ban de acuerdo en que su caza deberfa regularse, Noruega y Japén, Jos dos paises més activos en la caza, tardaron muchos afios en acep- tar un control gobre el manejo de ese recurso. Hay que tener en cuenta que la existencia de instituciones de ca- acter “global” como las Naciones Unidas o cualquiera de los grandes tratados permanentes internacionales que regulan el uso de los recur- sociedad desarrolla una serie de normas con respecto al manejo de ferentes recursos. En el caso de las sociedades donde el derecho de la propiedad privada esta restringido, la mayor parte de los recursos na- turales permanece como propiedad comtin, como fue el caso de la ex nS ‘lo es aun en China. Eso no quiere decir necesaria- ite que el Estado maneje adecuadamente estos recursos, como se en el caso de la desecacién casi total del mar Aral, en la ex Unién Soviética, por el desvio de sus rios afluentes para cubrir necesidades de agua de riego. For supuesto que tampoco es cuestiGn de creer que la poca propiedad comtin en el capitalismo va a ser mejor manejada, por el Estado: por ejemplo, los EE.UU. permitieron la caza indiscri- minado del bisonte americano hacia fines del siglo x0x, mientras és- constitufan un recurso comiin. 0s libres (como es el Tratado Antértico) es reciente, que no va més _ _allé de principios de siglo. Hasta ese momento, la explotacién de los recursos libres era totalmente indiscriminada, y balleneros, cazadores de focas y flotas pesqueras explotaban los recursos marinos exacta- mente como si fueran una mina de carbén. ¥ lo mistno sucedié du- rrante siglos con las tierras qie no se encontraban formalmente den- tro del territorio de un pais o de un imperio, Por ejemplo, Africa en- tre los siglos xvt y xix fue objeto de una intensa explotacién de sus re- ‘cursos naturales (jincluyendo a la poblacién, que era cazada y vendi- da como esclava como si fuera parte de la fauna!). Los recursos natu- rales eran considerados por las potencias imperiales como libres (a nadie se le ocurria que los africanos podfan tener derechos sobre esos recursos). Justamente el reparto de territorios realizado hacia fines del siglo xix por las potencias coloniales responde a la necesidad de regular los crecientes conflictos que nacfan de la competencia por la explotacién de los recursos naturales. Yendo hacia atrés en la historia y analizando al mismo tiemy que sucede en algunas poblaciones actuales de las llamadas “no lizadas” (esto es, que no comparten nuestra idea de civilizacién), demos ver que muchas veces la tinica categoria que se aplica a los re- ccursos naturales es la de libres, ya que en ese contexio histdrico 0 geo- grafico nadie puede (ni se imagina) apropiarse de los bosques, los ani males 0 el agua. En muchos casos, y como veremos mas adelante, 'z turales de distinto tipo para definir cudles de ellos permanecen en el ‘Plblico y cuales se pueden trasladar al Ambito privado y, en ‘timo caso, sise-establecen restricciones a su uso. Por ejemplo, (en esos casos su explotacién puede concesionarse) mientras el suelo y lo que sobre él se ubique en forma fija se puede priva- zar. En otros casos, todo lo que se encuentra por encima y por deba- Jo del suelo pertenece al propietario del mismo. En el caso donde se privilegia la propiedad privada, el Estado tras- da el derecho de uso a las personas, sean individuos 9 grupos, dan- do lugar a la apropiacin privada de los recursos naturales. Pero atin fn esos casos; fa sociedad se reserva el uso de los que podemos llamar EL AMBIENTE COMO RECURSO 65 =gseqeaneu sosinoax so] 09 exainb an 0S P| apugp wIseY £ a1qUIOY 259 ap Pr AS€H? ‘algod sput oood un peparsos v] epor £ oou1 spur o20d un oy> lf BY 95 auquroy [a “opfoaredesap ey andsoq [> equiiqey anb euney 1 Upon & ard ua joquy unsutu opefop vy ou onbiod sronposdox apand as'ow anbsoq [9 ‘oitiam fa & setanyy Se] Woo opt wey a [Ry Ofans ap sepejauon ‘opeumnure odurea un opefap ey asit ye £ soqearza ap BItI9A FI Jod vjoueued op soue soztea { onbsog Jap e1ua e| ap oronpoid ja ope -aigo zy odureo [aq “ope] ono & va as & Puopuege Of a1UOWHO|KWITS 101 {NoUBe [2 ‘eofe as odie Ja opueng “[euorsex spur euLI03 uo sopefeg 21) opts trey anb souysea sodurt> so} 10d uaptianxe as ‘eoupyy warp 4p vidoad vj sod ‘onb seavargo weuzioy as epuop ‘odures ns ua uoIso7a 1p oseooad surory un sonpord ors “ealSuaTUT eULIOJ Ua sapeaza9 ATOM ‘xd & eztisrui00 & anbsoq [2 opo} £1109 ‘onbsoq un ap osigna odure> m widuro> roynouBe un ‘oyduofa 104 OS [ap SeISuaMONSUOD Se] UP P| cose op Puro {gard un upiqurer omy Te aI A pepaoos ele SHAY onpmnpur jap Pepmrqestodsar eye ersadsay en oj Ue o1sTyuGS avues uy un-aonpoxtt as iby “Osnsay 9s9 9p OfSUeUT fap OBTeD € Piss Ou anp ns anb eagruais jemyeu Osmnsar un 9p epextid ugmoerdorde ey “(i ommardeo Jo to eu fp argos sourazpuay -x9 sou) aitorqure ns woo pepstoos e] ap uorDefar x] ap eHOrsTY BU OS -ed anb of souresqur 1s oraprse o2od uauon seisi[erusurepuny sovusUmnS 2084 opelop spond pep yesuodsax v] eBay] apugp renuanoue 9s ou sapemitu sosmsa1 so] ‘oxStA SOUIDY] OULOD ‘O24 “(santreurep so] 0 o10 Ip ose [2 52 woo “eangiso 0 vooquns upiqure ozod "wonspad 3s ap sand pep! ja10tto9 pepYypn Jota OU fe TeTrUlts 10feA UN UK 0 [9 an soseose spit o Ope uos anb ezoeMyEM ¥| UB sor jexouu soyonen Key peprtear ua anbsod ‘sapepnuea seuonb ‘nous 25 ohb osmmoa4 359 9p pepisesou vl wIsP9 opuEND ke juete}p ¥as opeazour [> ud o1sard ns onb usDey ezajeaneH adsax Seinjosqe sapepnueo sns ‘oimumye [> £ 010 Jo Sout ‘ojdurofe 0, “sormepunge spur uos anb sono anb reuraiz0 opsaid is us ,soxeo, spur uvas ‘sostose aquoUTEINjosqe 95 0d ‘soy shyett Sosmoaz soungje onb opeynsas ouioo ep ois “ezoyemeU ef Uo ‘osmoar um ap [eqops £ oanafgo ypo1s [9 too epeUOIDep>A ISS eINjOsqe zaseaso 7 [e101 asTaoRy eIseY OpueauMe ary osMoar a1s9 ap ‘osao0xd aso ap O87e] Of ¥ “UOTOUTD [PI03 Ns BASE “aIDod (9 op axouinu fop UoToorIpar fenpesB ¥] so ow: Id "2189 Sp aispxa [erous8 us anb pepiaues eff yemyeu os cangad un zesn 9p pepissoou ef Sutus aoayqeise as anb upISep=r ¥| $9 wD ~nosqe Zoseos9 7 “eannejar K vnjosqe sepeUTET] Soy ‘souO|SUDWIIP sop aun Zeseose wasq “zoseds9 v| 9p Bula [9 $9 SofemmyeU sosinoar sosompniso so] # opeuoysesqo wey audurays anb sa1012e so] 2p oun opugns vysey? 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Primero domesticé animales para carga, con cual el rango de posibilidades de transporte aumenté considerable- mente (un caballo, por ejemplo, La distribucién de la extraccién y el consumo de recursos naturales Intimamente relacionado con el tema de la escasez y el manejo de turales encontramos el de los efectos y consecuen 1ud entre distribucién de potenciales consumidores y de los diferentes recursos naturales. En los primeros momehtos de su historia (ya volveremos mas tarde sobre este tema) no fbamos a e contrar una diferencia apreciable tribucién de los recurso: nat orque justamente el hombre habitaba fue le brindaban los recursos que necesita. Desde ese punto de vis ta, el Hombre era parte de ese ambiente y ese ambiente le permi crecer y multiplicarse otorgandole sus recursos. Pero hombre y recursos naturales formaban una sola unidad geo. irfica: si el hombre se separaba de los recursos, corria el riesgo de pe der su principal fuente de alimentos. Porlo tanto su desplazamiento es taba muy relacionado a los ciclos ambientales cortos (por ejemplo, s ferrocarriles y luego el automévil y el camién. Sia este tremendo de- ilo de la capacidad de transporte terrestre le agregamos una pa :ién del transporte por agua y por aire, podemos enten- ” hoy en dia casi no tiene tuna razén téc 10 que la inequi istribucién de los recursos naturales entre la poblaciéi obedece a razones econdmicas y sociales. ~ Estas razones econémicas y sociales parten mu ia separacién entre fuente de recursos natural ientras uno y otro conciden en el espacio terrestre, la obtenci recurso es un problema de esfuerzo y conocimiento. En teoria al me- nos, cualquier miembro del grupo cazador del que hablabamos podia acceder al recurso fauna si tenfa la fuerza y la hat ro a medida que la fuente de los recursos est4 ms in que potencialmente los necesita la obtencién del recurso requie- mds capacidad, mas esfuerzo, habilidad y tecnologia y cuando con- ‘sumimos cada vez menos los recursos naturales en la forma en que son extrafdos, finalmente se llega a un punto en el que aun los que conviven con los recursos no pueden acceder directamente a ellos, la conjuncién de esos factores se establece una mediacién entre roduccién del recurso y su consumo, que tiene una longitud geo fica y temporal cada vez mayor y que reconoce fundamentalmen- tun hecho: Ja transformacién del recurso natural en una mercade- i es que en la mayor parte amos directamente en la ex- esitames, sino que somos, ones, sus consuimidores des: 1és de pagar por él un precio determinado. SS Sia esto le agregamos el hecho que no todos nosotros tenemos la ma capacidad de consumo, en parte por razones culturales, pi mucho mayor medida porqueno todos nosotros tenemos 2 nues- ‘a disposicién la misma cantidad de dinero para asignarlo a Ja cor ra de un bien que originalmente haya sido tn recurso natural, po. mos ver que la ubicacién de Jos recursos naturales y la ubicacién de consumidores responde a una trama muy compleja, donde hay Bas productoras y reas consumidoras, pafsesy areas que venden y pr bir y bajar de las montafias en verano 0 invierno o desplazarse a reas ‘que estacionalmente tenfan mds agua y por lo tanto més caza), o bien se hacia muy lentamente, cuando las condiciones ambientales de ciclo iando. Por ejemplo, posiblemente haya habido una del érea cubierta por el hombre al final del Pleistocs no (hace unos 12.000 afios), cuando comenzé un largo periodo de ca lentamiento global y los hiclos se retiraron hacia los polos 6 las alturas. Pero la separaciGn entre érea productora de recursos'naturales y rea habitada por un grupo humano comenz6 a producirse cu: hombre desarrollé (posiblemente en forma simulténea) dos técnicas d y la de la conservacién de alimentos. Comparemos, driamos llamar la “determinante territorial de los recursos naturales en dos situaciones diferentes: una sociedad basada en la caza y otra en Ia agricultura. En la primera, el grupo social esta atado a la pos bilidad de conseguir caza y consumirla en muy poco tiempo, por lo que su tiempo de separacién del recurso es muy corto. En cambio u agricultar andino, por ejemplo, que antes de la llegada de Colén tivaba papas y m: tedricamente en smpo fue pasando, se incrementé notablemen ‘A medida que-qns oquouremos nb o[ osed ‘sopezt[esouo8 sput Z9A EpeD UeIDEY as uproeioydxe ap seotuaps Sep & soporpui So] anb wprpeut e optstprod o ‘by as soyemyenr sosinvax soy 2p ofoweur jap [euoifar peproytsedsa ey 53 souorstp 9p Souofo9 So] BII2N P| UeqEAT|NO EULIO} 9Mb Bp O sopas = ‘ns ueqefoueu oyouereyy op SIT weg ap SaOpersed soj ow99 0 sou sof ap eze9 9p BULIO} ¥] ap VqEIGeY Ps ojdusafe 10d opuena 9 oxe)p Anu exo osg “ofsueur aso © [eLOIIe peplreU gop eum ep sooan seyanur sapemyeu sosinoaz so] 2p ofeureti pw ads ap opeiatojSu0o Jo A sepeunaeu searag ‘a1 se] ap seidoad stonspaisere £ uprsuenxo uy !sesaiduuo £ sonpuap “ur op pepnues ojquioarde eun op upioeSaide ey =|qeIow SFUNSS SoH aiqos auoN) os anb opediuy jo A SojemMIeN sosmoar so] 9p uoTangrn Sip A Upstar ef epuop wreose vj ap ouren Jo so feuosay pear yy = s : ____ Bulg fp 21q0s sowie “ses anb oy 9p ated wong 3p 9594 OPIS Wet Sn jose9 ap sorpmes, =] 50] BIRWI[ap So[eID0s SEIOUD!D sexfanu te anb fo 50 [E00] [oar yezrjexoueS 2p ovusqur sambpeno wyjesap pepioyioodse ns juoptae spur ouso soazede sodnus so1s9 9p s9 anb ap yoy [2 uo odode os ayuouizyqisod oisq “oumsuoo-upIOOENND UII] oi e[ uo sisqpie ap ojalgo wos { opis ueY sozopeosed ep sojqand soy onbad ‘seusdspuy snqun ‘swuipure sopeprunuiod :ueiodx9 anb sosin> = ‘ax sof ap ojied euong uauinsuos anb soqersos sodnuB soyponbe xerpm “so exed opensope spt [9 oduzan owpnur tod opts ty [E20 [aALU 1 epEUOpUeGD SBIDTUED “OUI USO ap SOURIS ‘2p uptotrede of ‘feutue ap afpodso epeutunrorep eun op uprouedesape = josimoad un 9p Uorepeisap ap ossoaud jo zejou epend as fena ej ua et “ound ] s9 [e00} e[tose eT WoTSeIO|GNS ns od SopeleUusy SOMPISAI 9p OBE [7 WS aytatua|qisod Gnpes ‘sepeanteu sosansoa so} ap of Sauvu[o aIqOS TUT op pi fH Anus eun ayuowjesoued att ah afb TedIs/UNU GUIIGOS [w opuodsaLiod epease ¥is0 op : red euiang tg “onpIAIpus Un fod osnsat Un ap OfoueA PU 3 Seuo[pejniias sexowd ej 1oso1ede v TezuaUIOD Uopend opuop vers?" ey ~> eyso uo upiquies sq “pepi(e29] B] ap | e1uauteisnf so sowaty vjease ek 2 “ho «,soUnUIOS SosiTi9ea, SOpeUIe So| ap wuifa a sazarede © ezuatuioo eam Jhbe x ope fe ¥Iso oT [S 39cy{ of ousgo ua aynozodax onpuatput un eBoy eg ‘nb ofeucur [> ‘ojdusofs xod ‘sajqesousy Ssmoar So] Ug ‘ouIs|w [>P=aeg ofeueu ap eanoodsred aquauayip Bun azeinbas onb of “OsInGa1 OW!STE p stiedwios souosied ap alles Pun "eDOT B[eDs9 e| ap sed fp UE ‘opeazot ns azqos upiqules £ osIndax [9p SCONS|IOIPeL ranpotioa Un auon exound vy eruetu|es2u08 jemnqeu sosinzal f sonal -oueut jp £ ‘eosod ap ejueduzos eun o ozarappur ofexqo un anb oussrur “opeaiautt un we oyonpoud ns apuoa exouTU esoudura wun eULIO; 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Mucho se habla, ror ejempl proceso de deforesta- cién de la Amazonia, Is erosién de los suelos de la Patagonia o la transformacién de del riego del Norte Chico. Todos esos son ejemplos de la escala regional. A veces esa misma escala define un ni- vel del control del manejo de recursos, lo que sucede sobre todo en los, casos donde el nivel regioral coincide con algun nivel de decisi6n po- Itico/administrativa. La escala nacional, ese agregacién socio-territorial caract de riuesira época, es la més comtin cuando se habla de las re: "y Gosi, R. (comp), Elementos de sociedadrecursos, tanto Cémmara de Diputados de la mo del consumo de los mismos, En estos casos la informacién pierde Simmons, 1. Biogeografia natural y cultural, Omega, Barcelona,1980. ibliografia recomendada Di Pace, M. (ed.). Las utopias del medio ambiente, CEAL, Buenos Aires, 1992, iados por la estructuracién de una leg’ iduo o la empresa desaparecen como rés- onsables de una forma de manejo ya que se habla ahora de la forma“; en que “China maneja sus recursos minerales” o “la deforestacién en = [E* Venezuela”. Esto esconde el papel que tienen las grandes compaiifas ‘multinacionales que explotan diversos recursos naturales y que mu- cchas veces manejan presupuestos mucho mAs grandes que los propios ppalses. Por eso, no es muy valido preocuparse por cémo Surinam esta talando la selva tropical, sino mejor analizar cémo las empresas holan- desas se estén llevando los ejemplares més valiosos de madera dura. 7 El nivel global, la agregacién final de toda la sociedad y todos sus i hha sido una escala que siempre ha preocupado a los pensadores, simplemente porque determina el limite final de la cantidad de recursos que puede ofrecer la Tierra como tin todo, y por = bps saad lo tanto Ia Gantidad de potTacion que puede sostenerse en ella (y po: Jo tanto nuestro propio fuvuro!). Sin embargo, s6lo a partir de los es- 2p tudios que permitieron de alguna manera medir la cantidad global de a recursos naturales disponibles es que esta escala ha tomado una di- ara su manejo adecuado. Tal ver hoy en dia la es adecuada para hablar de TE relacion del hombre y sus recut no hay que olvidar que la mayor parte de as veces esta es una escala virtual, donde no hay sino propuestas y buenas intenciones, muchas # vveces contradictorias con las acciones reales y concretas de las perso- nas, los empresarios o los propios patses,