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Antropología del género Lino Müller

Lectura (1) Linton, Sally 1979. “La mujer recolectora: sesgos machistas en antropología” En
Harris, Olivia y Young, Kate eds. 1979. Antropología y feminismo. Barcelona, Anagrama: 35-46.

a) En qué procedimientos en la construcción de la teoría antropológica señala la autora la


existencia de sesgos machistas.
b) Cuál es el argumento central que pone en cuestión.
c) Cuáles son las ideas fundamentadas de la teoría de la evolución -criticadas por Linton- que
sitúan al hombre en el papel de cazador.
d) Cuáles son los argumentos o interpretaciones alternativas que utiliza Linton para desmontar
las teorías del “Hombre Cazador”.

A) Para Linton, la existencia de sesgos machistas en la teoría antropológica se da en determinados


procesos de construcción de conocimiento en la antropología, en particular, la formulación de
determinadas preguntas que preocupan a la disciplina. El motivo principal de que el
planteamiento de ciertas cuestiones tenga una perspectiva limitada y sesgada se da a que los
autores de las preguntas en cuestión tienen un determinado contexto social y cultural que hacen
que la pregunta esté condicionada. “Nuestras preguntas están constituidas por las
particularidades de nuestra situación histórica y por los supuestos culturales
inconscientes” (Linton, 1979, p.35). Los individuos que constituyen la academia en la
antropología (y en cualquier disciplina) son sujetos atravesados por determinadas categorías.
Esto hace que se formulen unas preguntas muy concretas como consecuencia de una
determinada posición social en la que se encuentran los autores.

B) Lo que la autora pone en cuestión en esa texto es la teoría de la evolución tradicional basada en
la supuesta existencia del Hombre-Cazador y en la influencia y determinación de éste en la
evolución genética y social de la especie humana. Más específicamente, no cuestiona la
existencia de éste, sino que pone en duda la enorme influencia que muchos académicos dicen
que ha tenido en la historia de la evolución genética. Mientras que una gran parte de las
explicaciones de la evolución se centraba en el Hombre-Cazador, Linton propone una visión
crítica y revisada de los procesos de evolución por las que ha pasado la especie humana
otorgando así un papel social nuevo tanto a mujeres como hombres, y proponiendo así una
nueva forma en parte de la teoría de la evolución fundamental para la investigación científica.

C) Los argumentos principales que da la teoría del Hombre-Cazador propuesta por Washburn y
Lancaster como aquella que originó la evolución de la especie pueden desplegarse en varios. El
primer motivo consistiría en la suposición de que las mujeres quedaron más limitadas con la
crianza y educación a sus descendientes que requerían éstos, cuya inmadurez y mayor tamaño
del cerebro requería de la atención primaria por parte de las madres. Con una estructura de
parentesco basada en la familia nuclear, los hombres se preocuparían de la caza de animales
mientras que las mujeres se ocuparían de la educación de los niños y la realización de las tareas
relacionadas con el hogar a la espera de que el hombre proporcione el alimento necesario para
la subsistencia. Según estas mismas teorías, la caza mayor se da gracias a la capacidad de fuerza
e inteligencia del individuo humano, cosa que evidenciaría la superioridad masculina en la
determinación de la evolución de la especie. También se usa el argumento de la
“supervivencia”, concepto tyloriano que explicaba que el hecho de que se mantenga la cultura
de la caza entre los hombres se daba a que en un pasado histórico éste era ejercida por aquella
parte de la sociedad.

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Antropología del género Lino Müller
D) Como vemos en el texto de Linton, la teoría del “Hombre Cazador” está plena de sesgos
machistas que hacen cuestionar realmente el papel fundamental que la caza supuestamente tenía
en la teoría de la evolución. En primer lugar, y como parte fundamental, Linton cuestiona el
hecho de que la familia nuclear fuese la estructura principal de la sociedad cazadora-
recolectora. De hecho, posiblemente, la primera relación afectivo-familiar que se da debía ser
entre madre e hijo debido al alargamiento del proceso de crianza. La profundización en la
relación entre la madre y sus hijos nos indica de que posiblemente la primera estructura social
organizada basada en el parentesco se relaja en estos lazos. De esta forma, la caza mayor no se
daría hasta mucho tiempo después, una vez organizadas las bases de la estructura social y por
ende, no tendría la influencia en la forma de organización que la teoría evolutiva del “Hombre
Cazador” propone. Además, no se tiene en cuenta la necesidad de organización social en esferas
donde no predomina la caza. Los conocimientos adquiridos para la recolección y el uso de
alimentos, el cuidado de la descendencia, y en términos generales, todas las habilidades
necesarias para el uso de las innovaciones tecnológicas; requieren del esfuerzo por parte de
todos los integrantes de la sociedad, independientemente de si son hombres o mujeres; o de la
condición contingente en su participación en la caza mayor o no. Se concluye así que la
evolución de la especie humana no puede depender de un fenómeno tan específico como la caza
mayor, y explicar una teoría de la evolución con este argumento como sustento principal es,
además de ser sesgado, una falacia. Se deben introducir explicaciones que tengan en cuenta una
mayor cantidad de factores determinantes, evitando así la explicación causal unilineal para, en
última instancia, conseguir una teoría que involucre a la totalidad de las acciones y de la
participación en una sociedad como lo es la cazadora-recolectora. Explicaciones simplistas, tan
dicotómicas, acaban siendo fruto del sesgo machista en la que se ha empapado la disciplina
académica.

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