SEXO Y

ROMANCE
Pr. Gamaliel M.H.
Dios no dió un
regalo
En la misma creación de Adán y Eva
podemos rastrear el origen del
romance y la sexualidad. Génesis 1:26,
28; 2:18,23-24.
Sexualidad
La sexualidad nos ayuda a conocer
nuestras diferencias y
complementarnos mutuamente. No
estamos "completos" hasta que nos
unimos en matrimonio.
Un don
exclusivo

Génesis deja claro que este es un don

exclusivo para ser disfrutado en el
matrimonio.
Tiempo bien
invertido
Cuando pasen tiempo juntos deben
tomar en cuenta las actividades que
realizarán. No se trata de perder el
tiempo, debe existir un propósito, de lo
contrario corren el riesgo de ponerse
en ocasión de caer.
Evita los horarios
nocturnos

Recuerda que el amo de las tinieblas es

satanás, por lo tanto evita estar en su
terreno.
Deja la pasión
de lado

Eso incluye los besos en la boca. Sí,

leíste bien, ya que son el preámbulo
para una relación sexual.
El verdadero
amor
El amor que no tiene mejor
fundamento que la simple satisfacción
sensual será obstinado, ciego e
ingobernable. EHC, 38
Disfruta esta
etapa

La etapa del enamoramiento es una de

las más bellas, disfrútala, no te
apresures, sean románticos, cariñosos,
anímense a ser fieles a Dios.
Con el amor
no se juega
Jugar con los corazones es un crimen no
pequeño a la vista de un Dios santo. Y sin
embargo hay quienes manifiestan preferencia
por ciertas jóvenes y conquistan sus afectos,
luego siguen su camino y se olvidan por
completo de las palabras que pronunciaron y de
sus efectos. Otro semblante los atrae, repiten las
mismas palabras y dedican a otra persona las
mismas atenciones. Esta disposición seguirá
revelándose en su vida de casados. EHC, 43
Di no a
escondidas
Un joven que se complace en la
compañía de una señorita y conquista su
amistad a espaldas de sus
padres no desempeña un papel noble ni
cristiano para con ella ni
para con sus padres. EHC, 44.
Y si he fallado

Hijitos míos, estas cosas os escribo para que

no pequéis; y si alguno hubiere pecado,
abogado tenemos para con el Padre, a
Jesucristo el justo. 1 Juan 2:1