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A NACION, lunes 18 de dicieml


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La doctora Emma Gamboa, educadora
Si alguna ventaj& ha tenido la tismo testarudo, cuando creemos
pnlémica sobre la enseñanza de estar en lo cierto. Emma P"·
la lectura, que al principio era drá tener todos los defectos que
t1!cornla, pero que luego ha lle· sus detractores Je quieran atri-
gé,do a ser de cuatro picos, es la Cristián buir, pero su probidad no pue-
de que ha dado ocasión a mi Rodríquez de ponerse en duda, y sería in·
buena ami~a. la Doctora Emma capaz de medrar en la forma
Gamboa, para llenar una lagu- más mínima, vendiéndole el al·
na en la historia de la educación ma al diablo. En la Universidad
de Costa Rica, al indicar los an- ha representado la tendencia li·
tecedentes que tuvo en el país beraI irreductible. Aunque a•
la aplicación del método de signándole a la religión el papel
Decroly, con bastante antela- vioristas de Watson, que ne- pragmático que puede corres•
ción a la v;sita del profesor Bus- gaban la i!)teligencia, la memo- ponderle, es enemiga irreconci-
tos. De e~ta vez se ha desmentl ria y sobre todo la voluntad. E- liable del dogma, y no vacila en
do el ot•cir de que d~ h discu- sos estudios lo llevaban a ad- exteriorizar sus opiniones con
sión sale la or.curidr:d y no la mirar a uno de los educadores toda valentía, aunque ello le
luz. Ahora que Emma me ha re- más eminentes de la tendencia cierre algunas puertas. Cuando
frescado mi ya endeble memo· behaviorista, Edward L. Thorn- un grupo de gentes piadosas y
ria, recuerdo que &lgo me habló dike, que era además psicóhgo bien intencionadas creyeron que
de ese· asunto Ornar -don OmDr notable y lexicógrafo. De ese era beneficioso para la Univer•
Dengo- en cartas esporádicas mió'mo grupo de educadores nor- sidad cQnstruir una capilla den-
que me dirigía a Nueva York al· teamericano11 formaban parte, tro de los predios universita-
gunos años después de mi par- aunque con tendencias un poco rios, ella se opuso en nombre de
Uda, en 1922. En efecto, en esas diferentes y unidos todos por su la libertad de pensar que no de·
cartas me hablaba de sus pro- aversión a la filosofía tradicio- bía ligar a un estudiante a de-
yf'c:tos y realizacioni!s a indica- nal, como John Dewey, Klpa- terminada concepción filo'5Ófi·
bn los nombres de ci~r',3.s alum· trick, Paul Monroe y otros que ca-religiosa. La capilla no se
nas· prometedoras, itmre !as qu;¡ colaboraban en una escuela construyó, no tanto, quizás por _
se contaban algunas muy esti• normal adjunta a Columbia U- la oposición de Emma, sino por-
mables y cuya amistad no ~e ha niversity, Teachers College, con que otros grupos de presión, los
t!1architado a través ¡fo mas 1le una escuela anexa de aplica- evangelistas, los metodistas, los
rrcedio siglo. Entre las alumnas ción, "Horace Mann". Ornar ha- bautistas, los adventistas del
sobresalientes mencionaba a bía descubierto por sus lectu- Séptimo Día, los Testigos de Je-
Emma, de quien hablaba con ras en inglés a muchos de e- hova, todos querían su templo,
entusiasmo. Ornar era de una sos educadoresr có noclmiento que y no faltó quien reclamara una
curiosidad mental como nunca amplió cuando hizo amistad con sinagoga.
he conocido. Fue la primera per· el profesor Arturo Torres, el Como todas las personas de
sona de quien escuché el nom- primer Director de la Normal, relevante personalidad, Emma
bre de Alberto Einstein, en una que había estudiado en Teachers , tiene amigos abnegados y ene-
época en la que pocos sabían College y conocía a todos esos migos acérrimos. Es una de e-
siquiera que existla el formula- prohombres. Ese grupo mil!ta- 'tas personas ante quienes no ca-
dor de las dos teor!as de 111 re- ba en lo que se ha llamado con be la neutralidad: el que no es-
latividad. Ornar estaba familia- un nombre no muy afortunado, tá con ella, está contra ella. E·
1J7ado con las teorías educativas el de la "Escuela Progresista", sa situación es en parte lamen-
de Ellen Key, la educadora es- que los conservadores en edu- table, porque la que ha sufrido
candinava, que escribió una o· cación no pudieron comprender, ha sido la Universidad. Por ejem-
bra de inspiración rousseaunia- tergiversaron y adversaron. De- plo, la aversión que durante la
na titulada "El ~iglo de los we~· dio la mejor definición de tenencia eré la Escuela de Edu-
Nifios"; había leído en francés Ja educación, que era toda mo- cación por la Doctora Gamboa,
las obras de Anatole France Y dificación al factor hereditario dicen que hubo en Ja Facultad
tenia infínidad de noticias so- efectuada por Ja experiencia. En de Ciencias y Letras por filóso-
bre los más diversos temas. Su e,:,. sentido todo hecho, el más fos como Dewey y William Ja-
fuente de información era prin- insignificante, modificaba la do- mes obedecía en parte a mala
ci¡Jalmente "Les Annals" y otras t¡ición hereditaria, hasta el he- voluntad contra Emma, injusti-
revistas francesas, entre ellas cho de tocarse un timbre con el ficada, desde luego, porque si a-
aigunas picantes, como "La Vie dedo. Como no hay peor. amigo sí no hubiera sido, Dewey, Ja-
Parisienne", pues Ornar no era que un disclpulo tonto, muchos mes y Peirce se estudiarían co-
el santo mocarro que algunos maestros llevaban a la clase un mo merecen, en vez de perder
han pintado, sino un hombre tablero con botones de timbre el tiempo con el bestiario exis-
completo que sabía saborear un eléctrico, para que los alumnos tencialista.
buen chiste, aunque fuera un po- iniciaran (pulsando los botones) Una vez, Emma estuvo en mi
Cl' subido de color. Recuerdo u-
su proceso de educación. Predi- casa de Nueva York, y durante
no, que apareció en La Vie, que caban que la educación, como una fiesta que se organizó en
trataba de unos niños, de uno Y la extracción de las muelas, de- su honor, conversamos de los a-
otrn sexo, que bajo la influencia be efectuarse sin dolor y que la suntos que nos Interesaban en
de ¡¡, guerra querían jugar a educación debía ser un puro común. En ese tiempo yo tenía
submarino en una piscina. Un jolgorio. Los educadores de la más fe en la nueva o buena po-
varoncito objetó la participa· escuela progresista no podían lítica que algunos preconizaban
ct'm de una nfñita, alegando que que la que ahora tengo, y quise
menos de reconocer que ciertos
ella no podía tomar parte en ese impulsar a Emma a que diri-
Juego porque no tenía perisco- estudios exigen un esfuerzo sos-
tenido, que puede ser penoso, y giera sus actividades por ese
pio. Era natural que Ornar fue- campo. Me dijo que su amor era
ra di:' los primeros que se en- que el alumno no puede pasar-·
se cantando el verano entero, el "Niño'', el niño abstracto de
teraran de las nuevas doctri- los pedagogos, que a mí no me
cnmo la cigarra.
nas pedagógicas del médico bel- entusiasmaba, y que no le a-
ga, Ovidio Decroly, pues repre- Entre las alumnas y alumnos
de Ornar que se compenetraron traía la política. Sin embargo,
srntaban un nuevo rumbo en la cuendo más tarde las circuns-
efüeñanza que podía ser muy más de sus tendencias está Em-
ma Gamboa, quien luego estudió tancias la envolvieron en la po-
fructífero, pues ya con anterio-
en Wiscomin, donde hizo el lítica, después de la Revolución
ridad a la psicología gestáltica, doctorado. Allí estudió a fondo del 48, Emma se desempeñó y
Henri Bergson -que Ornar co- a los mejores educadores y se fue en parte instrumento para
nocía muy bien- había expues- contagió de su entusiasmo por Ja que se pasara de la Junta Fun-
to teorías parecidas. En realidad, 1experimentación en Ja educa- dadora de la Segunda Repúbli·
sus concepciones estéticas esta- ción, lo mismo que por los mé- ca, a la vie]a aunque imperfecta
ban basadas en la observación todos de investigación. república de Jos costarricenses.
que la mente tiende a abarcar Sea este el momento de ha- He dedicado todo el espado
los conjuntos más . que los deta-
cer una breve apreciación de la disponible a consideraciones tal
lles. Eso pod!a entenderse sin di- Doctora Gamboa, a quien le de- vez Impertinentes, y no· he po-
ficultad, pero Bergson iba más
bo gratitud, pero que la grati- dido contestar lo que se refiere
le5os y sostenía que había me-
tud que le debo no influye en a una versión que di del Informe
dio.:; de conodmiento fuera de
mi apreciación ni impide que al- de la Unesco, y del que, según
los sentidos, y que el agrupó ba-
gunas veces diferamos en las o- Emma, he tomado el rábano por
jo el nombre de "intuición", piniones, aunque tenemos mu-
dándole a esá palabra un senti- las hojas. Será para otra oca-
do diferente del que tiene en cho de común, un cierto quijo- sión.
la expresión de "intuición ma-
temática", concepto que puede
aceptarse, ie10 que no tiene las
rernltancias místicas que Berg-
son le daba. Bergson fue toda-
vía mucho mi:s lejos y aunque
era un hombre de privilegiada
ir1teligencilt y una penPtración
increíble, entró en un terreno
distinto. el escabroso de lo suhli·
minal y espiritual. Ornar como
he dicho, era omnivoro en sus
lecturas e intereses, y a la par
que simpatizaba con las corrien-
tes es pirituallstas, se apasiona-
ba también por la ciencia posi-
i ti'í·a y no tenía inconveniente en
/ coqsiqerar ¡as, h~pótesis beha-
J.J. ,J.J 11. :_:. :1i1 r, -;; ; · 1: \ , , ,·

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