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En el jardín de la gran casa están construyendo una inmensa que la inmensa horca solo resaltará la importancia del ahorcado.
horca. El señor de la gran casa, que lleva un traje oscuro que él Tonterías, explica el señor de la gran casa, la horca es más que la
cree que le favorece, defiende el tamaño de la horca porque así el horca y el ahorcado menos que el ahorcado. Cualquier otra cosa
ejecutado parecerá pequeño en el momento de su muerte. Pero es impensable.
1998, Esdras Parra dejó dos la estiré hasta quebrar sus alas
he entregado al viento este espacio encogido
libros inéditos a su muerte. indeciso, sin reposo
he roto las rejas de mi vasta prisión
Los mismos, Cada noche voy tan lejos como mis secretos.
su camino y El extremado
amor han sido reunidos •
A
su muerte, ocurrida el 18 de noviem- con el vacío más puro.
bre de 2004, Esdras Parra dejó inédi-
tos dos libros de poesía: Cada noche •
su camino, escrito en las postrime-
rías del siglo XX, revisado acuciosamente has- Al pie de qué árbol donde brillan sus accesorios
ta lograr una versión definitiva, y El extremado has enterrado esa voz que habla contra el viento
amor, al que no llegó a dar revisión final porque
la sorprendieron la gravedad y la muerte. la has partido en dos hasta desmenuzar su fuego
A escasos meses de su adiós, consignó ambos
manuscritos en custodia a quien suscribe estas levantas esa edad madura que te susurra al oído
notas, además de una compilación de ensayos como si interrogara el humo recto
críticos sobre literatura y artes visuales, y un
conjunto de dibujos –de los más de trescientos has echado abajo los primeros fríos de la noche
que dejó–, porque a lo largo de toda su vida Es- todas esas lágrimas que inundan la mesa o esperan
dras se dedicó en silencio al oficio de dibujante. turno para recobrar su uso de razón.
Diecisiete años después, con el consentimien-
to y respaldo de su familia, entrego esos poe- •
marios a Fundación La Poeteca, bajo el título
Lo que trae el relámpago –que he escogido tras No siempre caminas sobre ascuas
recordar conversaciones y títulos por ella men- ahora que has calcado la distancia
cionados– para que los edite y difunda como ho- como si se tratara de tu rostro
menaje póstumo a quien fuera una de las más con esa condición con esa medida
importantes figuras literarias de nuestro país. colocando agua debajo de la piedra
Dueña de una voz única, Esdras propone me- con todo ese derrumbe esa tristeza
ESDRAS PARRA / ©VASCO SZINETAR
morables textos urdidos en torno a la transus- y aquel largo viaje hacia la tormenta
tanciación, la naturaleza y el paisaje, todo ello poema a otro, en un espacio continuamente y sendas en sus rayas y puntos. El alma deja que aquel miedo siguiendo tus talones
a través de un viaje ontológico construido a desdibujado –borrado, como hoja sacudida en la espuma se abra otra vez. Al mostrar la puerta los más altos jardines se ponen de pie.
partir de fragmentos, puntos iridiscentes, aris- medio de una gran borrasca–, nos ofrece la ex- algún otro recuerdo, empuja nuevos bríos, con la
tas luminosas, como si se tratase de mostrar periencia de asistir al recorrido de alguien cuyo música y sonidos de las palabras deseadas. Tal •
los vitrales de una catedral que, formalmen- único destino pareciera concentrarse en resol- vez ellas develen algún secreto distinto al de la
te, convierten su propuesta en una indagación ver el enigma de toda su existencia: saber dón- piedra, pero tan pronto se abra la puerta, se rea- Quién eres que puedes vencer la erosión
original e inédita en el devenir de la poesía de surgió la noche de un ser nacido para vivir nudará el ensueño: quién apoya los hombros en estos muros rocosos
venezolana. en una continua interrogante sobre su propia pues solo el silencio se calla al final del día
En Cada noche su camino, escrito entre 1996 y naturaleza. Escribir, recobrar el color de las palabras, bus- o se asoma al derrumbe que viene de lejos
1997, el lector atisbará los signos de un territo- El segundo libro, El extremado amor, fue es- car el camino
rio siempre transformándose, espejeado en una crito entre 2002 y 2003. Contiene textos que de su música, colocarlas sobre mis rodillas. En- quién ha plantado esta sequía
persistente transverberación: descubre formas anudan con asombrosa maestría los temas de contrar además el secreto del silencio, su soni- esta mala costumbre
de la naturaleza en un paisaje dibujado desde lo la otredad, el desarraigo, el desamparo y la do de cascada armadura.
más íntimo del alma, sometidos –paisaje y ser– a frustración tras la búsqueda de un amor ab- como maleza que nunca se enfrentó a la piedra
una doble interrogación; fundido constante ante soluto, siempre ensoñado como el lugar donde Las palabras, otras piedras que no terminan así abundan los pájaros
un espejo real o imaginario. Un itinerario inson- las palabras dejan de ser un sonido de cascada de revelar su misterio ni su sabiduría secreta y
dable hacia la interioridad anidada en la piedra, armadura. única, entregan nuevamente la ráfaga de aire, en este suelo negro braceamos contra la corriente.
nacida del viaje del ser hacia la noche: Las piedras, arquetipo y símbolo recurrente a el soplo eterno y necesario para que la poeta
lo largo de toda su indagación poética, se erigen reanude su recorrido. El itinerario en busca de
He pasado el invierno debajo de una piedra. aquí como excusa para un nuevo viaje, empren- ese secreto que pareciera estar oculto bajo las •
Yo dido tras encontrar la puerta abierta, erguida, piedras. Buscar refugio en lo más profundo de
que solo miro la noche dejando ver el hilo que se recoge y se amontona, su ser, pues nunca cejará en su empeño de en- El viento que sopla hoy navega contra la
que miro esa frontera errante esperando el arribo del día. contrar algún rumbo a sus pasos: una verdad corriente y contra su propio albedrío
esa luz ciega Pero no comienza un nuevo día. Lo que se de- absoluta distinta a la que –como un celaje– pu-
ese pedazo de cerro que sepulta mi casa. seaba, lo que ha sido ensoñado a lo largo de su diera esconderse entre el aire y las hojas de un he mantenido esta coraza de espino en
obra como sólido, eterno, en la redondez calla- mismo paisaje. la marea frente a los altos vegetales
Esa transverberación ofrece al lector un nido da de la piedra que esconde secretos, no termi- El extremado amor es el sobrio y egregio re- y las cruces rotas
de espejismos y teje ante él diversas aristas e na de llegar. El alma que aguarda y sueña rea- gistro de una agonía asentada tras la urdimbre
imágenes que anudan el viaje del ser hacia su nuda la espera al recobrar nuevos bríos: de un texto que se mueve, como corriente in- no sé si este camino que me rodea seguirá
único destino anhelado. Permitirá asimismo cesante, infatigable, de un punto a otro, de un mordiendo el polvo o si la tierra por fin
descubrir el enigma que envuelve a la autora ¿Qué intenta hacer el corazón con su voz “atril” al siguiente, marcando el espacio de una defenderá el maíz
y a sus textos poblados de un oscuro misterio. de limo? Aquí he doblado mis rodillas de hierro. pareja que soñó con encontrarse alguna vez,
Toda su existencia constituye, tal vez, el itine- He puesto en camino poniendo como testigos a las hojas y al viento. sostuve la vida por la empuñadura
rario más desolado y desgarrador de un via- lo que está parcialmente inmóvil. Como seres que, silentes, estáticos a veces, en con la hoja recta.
je de continuos atisbos, de aplazamientos y de movimiento en otras ocasiones, no hacen sino
frustraciones. La piedra, muda, dadora de la quietud eterna, repetir los angustiados momentos de moverse
Seguir el monólogo de Esdras Parra, de un permanece inmóvil, pero reveladora de caminos y buscarse de manera incesante.
Esta edición PDF del Papel Literario se produce con el apoyo de Banesco
2 Papel Literario EL NACIONAL DOMINGO 3 DE OCTUBRE DE 2021
ARTES DEL VIDRIO. Poesía presentada y traducida por Beverly Pérez Rego Transversos
Selección y traducción de Raquel Rivas Rojas
Entre oración y poesía hay poca distancia; como
a veces la hay entre creyentes y no creyentes. Se
trata de emprender el verbo como un periplo hacia Poemas de Janette Ayachi
horizontes inauditos de la fe, donde cada palabra que
proferimos nos acerca a la tradición de los fundadores Jannette Ayachi (Londres, 1982) es una escritora británica de
originales de la tierra, los bardos. Todo esto anida origen argelino residenciada en Edimburgo. Sus poemas han sido
en la poesía de Mary Szybist (Williamsport, 1970), publicados en numerosas revistas y antologías, incluyendo The
poeta anclada en la fe y la descreencia, fiel a la Best British Poetry 2015. Es autora de las separatas Pauses at Zebra
infidelidad del mundo. Ha publicado Granted (2002) Crossings y A Choir of Ghosts, así como de un capítulo del libro
e Incarnadine (2012), por el que recibió el National The Mermaid, The Girl and The Gondola ilustrado por Fabio Perla.
Book Award en 2013 Los poemas seleccionados pertenecen a su primer libro Hand Over
MARY SZYBIST / ©MELANI KIRKWOOD Mouth Music (University of Liverpool Press) que ganó en 2019 The
Saltire Poetry Book of the Year.
Yo lavaba las peras en agua fría, cortaba Así que le traigo nietos para que espanten el archivo de telarañas.
sus moretones. Ella los alimenta con chocolate y cuentos viejos,
Desde mi lugar en el fregadero, pude escuchar hay pájaros posados sobre la cúpula de su espalda
mientras arropa sus cuerpos mínimos.
un vago zumbido de jet en lo alto, una aspiradora Me alejo de mi generación, doy un paso atrás para ver cómo se aprietan,
encendiéndose al lado, el clic, mientras ella despliega sus alas de sábila y sus pecosos nudillos sobre el nido.
EL NACIONAL DOMINGO 3 DE OCTUBRE DE 2021
Papel Literario 3
E
n un estudio que ha cimentado muchas
discusiones de las últimas dos décadas
en torno a experiencias transartísticas,
Susan Broadhurst asevera que “toda obra
liminar confronta, ofende o inquieta”1. El plan-
teamiento bien puede probarlo alguna reacción
suscitada en Venezuela por el libro más reciente
de Enza García Arreaza, Cosmonauta (La Poete-
ca, 2020), cuyo peculiar diálogo entre la lírica y
las artes visuales ha querido reducirse, arbitra-
COLLAGE-AUTORRETRATO / ENZA GARCÍA ARREAZA
riamente, a simple “moda”. El conservadurismo
y la ignorancia abismales de ese tipo de comenta-
rio, desde luego, soslaya que una supuesta “mo-
da” rastreable, como diría Borges, desde “las es-
trofas en forma de paloma / de los bibliotecarios
Para una estética de los umbrales:
Cosmonauta de Enza García Arreaza
de Alejandría”, no es tal y se trata, más bien, de
una tendencia constante de la lírica, género que
de una u otra manera continúa fiel a sus remotos
orígenes. Si su hibridismo inicial, cuando solo se
practicó en la oralidad, lo asociaba a la música y
a la performance del aedo y otras figuras análo- tricta cotidianeidad terrestre pero con un casco (p. 46); “Tiburones villanos, violadores muertos la o el gótico, presentes en los libros de cuentos
gas, desde que se introdujo en la escritura empezó de cosmonauta y un corazón pintado a la infantil o penes en mi boca, todo eso se conecta por la de García Arreaza: el hombre polilla, Brodsky,
a explorar las posibilidades de lo gráfico: sobran usanza sobre la chaqueta, mezclando, además, la gracia de un diálogo entre los fragmentos de mí zorros, los gatos Orhan y Lolita–, habría que se-
los ejemplos históricos que nos ofrecen la Anti- fotografía con el dibujo y el grabado; el blanco y misma” (p. 52). Precisamente la entrevisión de ñalar asimismo el contrapunto de dos historias
güedad clásica, la Edad Media, el Renacimiento y negro con el color; el prosaísmo con un kitsch a ese objeto ausente –el falo; es casi forzoso ahora principales que, a veces, se confunden: una ínti-
el Barroco —pattern poetry, emblemas, jeroglífi- tal punto desaforado que rozamos los dominios recordar a Lacan– resulta indispensable para el ma o familiar y una colectiva o nacional. La pri-
cos—, hasta llegar a los consabidos experimentos del camp y, consecuentemente, de una ironía que, acopio de lo disperso, instrumento que recompo- mera ya la hemos apreciado en acción en diversos
de fines del siglo XIX que no se detendrán en el pese a todo, no renuncia a la sinceridad previa a ne lo escindido, gracias al cual nacen los inter- pasajes citados, con modulaciones a lo mítico –el
XX. El surgimiento reciente de la cultura digital la razón adulta. Que la voz lírica se describa co- cambios simbólicos y una identidad mediada por ciclo tebano o el amplio arco de la cronología sa-
no ha hecho sino radicalizar dichas indagaciones, mo ese viajero celeste que no despega y que esa el lenguaje –exenta, así pues, de esencias fijas–. grada–. En la segunda, vislumbraremos la saga
asegurando no rupturas que obedecen a una pa- proliferación de códigos entre los que se mueve su Por algo, el desenlace de la saga de la individua- del deterioro ineludible en la literatura venezola-
sión efímera de lo moderno por lo moderno, sino sensibilidad no sea accidental lo confirman pasa- ción que subrepticiamente se relata en Cosmo- na de entre milenios que no hace concesiones al
la supervivencia de una tradición. jes posteriores: nauta nos depara, primero, el desvanecimiento escapismo, aquella que se escribe con desespera-
Cosmonauta es, en efecto, un proyecto estético de las fronteras fenomenológicas de la escritu- da abyección, “viendo al país, como siempre, es-
que Irina Rajewsky denominaría “intermedial”, ayer soñé que había un oso en mi cuarto. ra, aquel que instaura la autonomía del perso- tallar en pedazos” y cuyas voces “dice[n] prisión
pues depende o requiere de dos medios simultá- Me gusta cuando sueño con naje lírico con respecto al autor: “Me gustaría portátil, manicomio portátil, puta portátil, ponzo-
neos –a diferencia de lo que ocurre en la “intra- animales. Con suerte, si los toco, puedo visitar a la Enza de veinte años que vivía en Los ña, feto, fermento, siempre portátiles. Pero nunca
medialidad” o la “transmedialidad”, las cuales, despertarme con la sensación del pelaje. Yo Chaguaramos para dejarle una manzana sobre un país” (p. 29).
respectivamente, limitan el acto creador a un sería feliz si pudiera abrazar animales […]. Hace las fotocopias de Hegel” (p. 58), y, tras ese corro- Esos “pedazos” hallan su reflejo en las conduc-
medio o suponen la acción conjunta de varios–2. rato dibujé una garza y me imaginé sivo Génesis con fruta del árbol de la ciencia, un tas expresivas del libro. Un instante singularmen-
Si bien los dieciocho collages que sin patrón a pri- que la sostenía entre mis brazos, con mucho auténtico Apocalipsis que se lleva consigo el uni- te provocador nos ofrece los materiales necesa-
mera vista reconocible García Arreaza interca- cuidado de no lastimar su precioso cuello verso y el libro: rios para politizar sin rodeos nuestra lectura:
la entre los textos parecen capaces de autonomi- infinito. Lo que más quiero en el mundo, además Hasta los años 50 en la Unión Soviética se estuvo
zarse, su presencia en el libro genera un plano de de ir a Estambul, es abrazar un zorro. el fin del mundo me encuentra utilizando por igual tanto el término cosmonauta
significación más allá de ellos mismos, en la zona También me gustaría abrazar a Brodsky. preguntándole a mamá el orden como astronauta, pero el distanciamiento con los
donde nuestro esfuerzo por comprender las seña- Brodsky estaba en el sueño. Era el oso. (p. 43) de los ingredientes para un arroz con pollo EE. UU. y el período de la Guerra Fría ayudaron
les verbales no consigue desprenderse de las vi- a que se arrinconase la segunda palabra, oficiali-
suales. En ese tercer espacio, “exterior” tanto a la Los ejes de lo inmaterial y lo material, lo oní- pide fotos de cuando lo tenga listo zando cosmonauta por considerarla más natural
literatura como a la plástica, pero que nos obliga rico y la vigilia, el aquí y el allá, lo humano y lo pide no la deje morir y rusa*
a movernos constantemente entre ellas, se pro- animal, la literatura y la vida no cesan de yux- y no se te olvide que le debo unos reales
duce el viaje hermenéutico al que se nos invita. taponerse en el sujeto, que luego insiste en una a Hernán de la bodega que acepta Zelle no country
La autora ha preferido el término de origen ru- duplicidad de pulsiones destructivas y eróticas: has mastered
so cosmonauta al de origen inglés astronauta: un “no quiero vivir / no quiero morirme // nunca el fin del mundo era esto the art of destroying
acierto, ya que el primero no evoca los puertos, sé a quién darle / mi voracidad triste de animal un cohete que no tenía cielo (p. 61) its subjects’ souls
sino las trayectorias. despierto” (p. 50). Dichas pulsiones reaparecen as well as Russia** (p. 42)
Aunque el título tiene más sentidos que exami- en uno de los poemas más estremecedores del Nave espacial sin destino: el viaje como objeti-
naré después, conviene, por el momento, obser- conjunto: vo. O, mejor dicho, la imaginación del viaje, esa El primer asterisco nos remite a una fuente de
var que los collages se abstienen de corroborar o visión inicial del libro que afecta no solamente a Internet y los últimos aclaran que Joseph Brods-
desentrañar explícitamente los contenidos de las intentaré sostenerme en las dos o tres cosas la voz lírica sino a su receptor implícito: “vamos a ky es el autor de los versos. Tengo para mí, no
porciones escritas. En sus imágenes, sin embar- en común que nos acercan inventar algo que flote. / Por ejemplo: ¿Tú exis- obstante, que caer en la celada alegórica de esa
go, se hacen ostensibles diversas operaciones ex- a partir de ellas haré un tótem tes?” (p. 22). conjunción –Venezuela, víctima de un régimen
presivas de los textos y, por eso, preferiría hablar y permitiré que se nos desplome encima Los desplazamientos entre categorías, la deshumanizador equiparable al soviético o el za-
no de ilustraciones, sino de una relación de homo- no eres más cierto porque pueda movilidad enunciante, también se constatan en el rismo que lo precedió– sería indigno de un lector
logía en la cual, soterrada, casi herméticamente, escribirte un poema enunciado. Ello se manifiesta de inmediato en los de Enza García Arreaza, cuyo personaje “diarís-
lo visto repercute en la palabra y viceversa. Ese mira qué trágico y frívolo choques tonales, capaces de congregar, como en tico” páginas antes nos había advertido:
laberinto de resonancias nos dispone a una lec- habernos hecho la paja una noche un abigarrado collage, la inocencia, la sofistica- Ser escritor tiene algo de sálvate como puedas
tura sinestésica, de códigos huidizos e inestables, porque no había nada vivo esperándonos (p. 51) ción y la sordidez: y de montaje pretencioso. A mí me encanta, es-
donde la intuición acaba imperando. pecialmente si me invitan a otro país y termino
No cuesta notar correspondencias, para no ir El vocabulario psicológico nos acecha: repá- una niña jugaba al caballito como el centro de atención, porque vengo de esta
muy lejos, entre las superposiciones o la hetero- rese en el “tótem”; y, ya antes, no faltará la in- a que un tigre la secuestraba filial del averno y todo lo que digo se interpreta
geneidad de los collages y lo que de algún modo sinuación del tabú, en una carta dirigida a un y le abría los ojos alegóricamente o con lástima (p. 21).
cristaliza en la subjetividad textual. Las prime- “Querido Carl Gustav” donde se declara que a que Blake era un pran y la calle En conclusión, optar por la alegoría implicaría
ras líneas, “LA IMAGINACIÓN ES UN SÍNTO- “Mi primer coqueteo con el parricidio aconte- un amistoso desconcierto ensangrentado (p. 19) reducciones doctrinales inaceptables para quien
MA DE LA VERDAD, el síntoma que delata un ció una tarde calurosa” (p. 12) –como se sabe, el se afilia a una estética de los umbrales. Si de algu-
órgano secreto que añade relevancia a las cosas. Freud de Totem und Tabu había sido estimulado Por otra parte, las citas extensas, las alusiones na manera deseamos contrarrestar los efectos de
La imaginación es un animal aparte” (p. 10), su- por Jung–. Sospecho que no debería concebirse directas o veladas que se suman a un cultivo de los discursos únicos y totalitarios, la indetermi-
gieren que toda división entre categorías se elide. la subjetividad desintegrada, contradictoria, de lo breve y fraccionado difuminan el discurso rin- nación parece mucho más efectiva que la apuesta
Ello sucede, por un lado, debido a las cartografías este libro sin una impetuosa libido que rebasa diéndolo a la alteridad. Una alteridad que adicio- por un dogma inverso. Y creo que artísticamente
que juntan el campo semántico de lo espiritual la estrechez de la denotación. El “pene”, en más nalmente suscita proteísmo genérico: la lírica ab- lo es, pues anuncia un paisaje donde el significan-
o psíquico y el de lo somático; por otro, debido a de una oportunidad mencionado, indica una pre- sorbe abundantes elementos del diario íntimo, el te aún flota –o navega– con libertad inventiva.
la continuidad entre lo humano y lo no humano, sencia de la ausencia que resalta otro aspecto de microcuento, el apotegma y variadas especies de
en particular lo animal. Justo bajo ese texto un lo liminar: “Y yo dije, en mitad del cuarto y con prosa sapiencial. 1 Susan Broadhurst, Liminal Acts, London: Cassell,
collage con forma de cuadernillo –y sus contor- mis manos al cielo, que yo también soñaba con En lo que atañe a los componentes narrativos 1999, p. 168.
nos se asemejan a los de un pasaporte– muestra el pene de cierto hombre. Eso no es amor, ya sé, –apoyados por reapariciones de semipersonajes, 2 Irina O. Rajewsky, Intermedialität, Tübingen/Basel:
la figura dominante de un hombre vestido con es- pero por algún lugar se empieza a prometer” algunos históricos, culturales, propios de la fábu- Francke, 2002.
4 Papel Literario EL NACIONAL DOMINGO 3 DE OCTUBRE DE 2021
Balbuceos en torno
a Poemas de una niña
Actriz, dramaturga, poeta y docente, Daniela Jaimes
Borges ganó en el 2009 el Premio de Autores Inéditos de
Monte Ávila Editores, por su libro Breves. Es la creadora
de Voz de otra voz, blog donde pueden escucharse a
poetas leyendo poemas propios o de otros autores.
Su libro Poemas de una niña fue publicado por El Taller
Blanco Ediciones (Colombia, 2021)
P
cuando en casa alguien le deja pan
oemas de una niña (El Taller Blanco en el horno,
Ediciones, 2021) de Daniela Jaimes-Bor- hasta que sabe que no era para ella.
ges tiene a manera de columna verte- La desamparada
bral una fantasía clásica y delirante, el construye su casa
viaje de una niña a través de una tierra aluci- en la caridad
nada, esplendente, caótica y al mismo tiempo de otros,
peligrosa. Hablamos de Alicia, la del país de las esa morada de papel
maravillas, la del espejo. Su presencia, a mane- que puede desplomarse
ra de Virgilio, guía esta primera entrega poética en los pliegues de sus costillas.
de Daniela. De modo que no estamos ante un
compilado de construcciones sueltas. Alicia, ya Allí, bajo la mesa, Alicia, la búsqueda de Ali-
lo he dicho, es el Virgilio de la voz poética, pero cia, la búsqueda de ella niña/Alicia, que anda-
también la propia niña del libro, una niña que rá siempre en la distancia, metida en cajas de
es, a su vez, la confesional Daniela, porque, es- cartón metafóricas, jugando al escondite, por
te libro, sea dicho, no puedo más que pensarlo los techos, entre gatos, liebres, papagayos (que
dentro del gran entronque confesional. como todo papagayo se va lejos pero no puede
Alejandra Pizarnik y Sylvia Plath, dos maes- escapar). Alicia será su falsa huida, porque allá,
tras de la poesía, precisamente, confesional, en- en ese mundo, también late el mismo dolor de DANIELA JAIMES BORGES / ©PAVEL BASTIDAS
trelazaron también en sus versos la niñez y la afuera. Raúl, con quien jugaba al escondite en
Alicia de Carroll. En el poema “Infancia” la Pi- el poema “Juguete”, ha muerto y ella, adulta, una mesa campestre. Alicia, por supuesto, está Allí las sustancias: Dayamineral, Carbonato de
zarnik escribe: aún lo aguarda, escondida, esperando que él la en la escena. Acá no puedo menos que pensar Litio, Haldol, Neubión, Oranvit, Rivotril, todas
encuentre quién sabe en qué rincón de su pena. en las tea-parties que hacía Samuel Tuke en el están presentes, pero ¿y el médico? Responde-
Hora en que la yerba crece Porque es así, en estas comarcas, está el des- asilo El Retiro de York, donde se sostenía que rá la poeta:
en la memoria del caballo. amparo, el dolor, y, una vez más, la devasta- una de las terapias para sanar a los “insensa-
El viento pronuncia discursos ingenuos ción, el estrago. La voz poética del libro se atre- tos” (ahora pacientes mentales) estribaba en Deambulando por ahí... ahí como en la Luna
en honor de las lilas, ve en esos lugares a través del hundimiento, su reinserción simulada en ciertos aspectos Sin saber de la verdadera enfermedad
y alguien entra en la muerte de la caída, del volverse a poner de pie, del ha- de la vida social. Así, a estos se les invitaba
con los ojos abiertos cerse fuerte entre tanto desequilibrio. No sin a vestirse con sus mejores trajes para asistir La enfermedad es el vivir
como Alicia en el país de lo ya visto. razón, el segundo epígrafe que abre las pági- a un sitio al aire libre, donde se les extendía la única
nas del poemario –una cita a Lewis Carroll– un menú y se les trataba como invitados a una La enfermedad es el cuerpo
En el poema “Un brujo dice adiós al dejarse nos dice: “¡Bueno —pensó Alicia—, después de fiesta, justamente, de té. En esta mesa de locos y las pastillas no sirven de mucho
ver”, la Plath construye un túnel entre el uni- una caída así, ya puedo rodar por las escaleras que intentan llevar una “vida normal” y sin
verso prístino de la niñez y la vida de la mu- que sean! ¡Qué valiente, van a pensar que soy embargo periférica y simulada, veo también En Poemas de una niña, en “Un hombre”,
jer adulta para aquel momento histórico. ¿Si en casa! ¡No chistaría ni aunque me cayera del a la niña de los poemas de Daniela. Incluso a leemos:
dejo atrás los cuentos de hadas de esta niña a tejado!”. veces pareciera que busca una vida más atrás
que tradición retórica me adscribo? ¿Qué tipo Me pregunto, ¿qué es este ponerse de pie en de la vida; de útero, podríamos decir, antes del No hay un hombre capaz de vivir en un
de poeta seré? Más aún, ¿en qué mujer me con- el libro? Pues este ponerse de pie es la poesía dolor del mundo. El poema “Inerte” se me an- universo
vertiré en este mundo nuevo del crecimiento? misma. Es la belleza de la poesía construida con toja que está allí a mitad de camino entre la sin que se arrepienta de su realidad,
¿Quién seré en esa realidad donde no parece ha- el dolor, esa forma de dignidad, de orgullo, de posición del feto en el útero y la engarrotada de sus sueños,
ber metáforas y las coles son coles, los reyes son montarse una fortaleza, un muro, una almena. postura de las pacientes histéricas de Charcot, y su mazo de cartas.
reyes, pero las mujeres no saben todavía lo que Porque esta infancia y esta madre no son, pre- como buscando, desde cualquiera de estos dos
pueden ser… o más bien no ser? cisamente, un paraíso perdido. En “El estan- espacios superpuestos, la anulación del dolor. Los sueños y el azar, Alicia y las cartas, la Rei-
Poemas de una niña va hurgando también en que” de Hanni Ossott, cuya poesía siento que Así dice: na de corazones, la madre, la vida como dolor,
estos espacios, en estas preguntas sobre la iden- se hermana con la de Daniela en lo confesional la devastación de una mujer que creció derrui-
tidad. La infancia va quedando atrás. Pero si y en el desagarro, encuentro una conciencia de Inerte el cuerpo da imaginando mundos, jugando con las imáge-
bien en Sylvia Plath esa infancia se añora como pérdida muy poderosa, de añoranza, de dolor, las manos cerradas nes y, por supuesto, con el lenguaje. Esta niña,
un refugio perdido, en los poemas de Daniela pero dentro de la pérdida. Recuerdo también como la primera vez que nací, esta hermana, esta mujer, necesita hablar. Y ha-
la infancia va cargada de una cierta idea de de- acá a García Lorca, cuando dice que “hay un salivando todo bla, y crea belleza, poesía con las palabras, aun-
vastación, de estrago. Tenemos, allí incluso, la niño que pierden todos los poetas”. Ossott, por para darme cuenta que, según su urgencia y su necesidad, parecie-
imagen de una madre terrible, poderosa, una su parte, habla de su infancia como un estan- de que el dolor ra no creer que escribe poemas, sino un texto
especie de Saturno/Medea que pende sobre la que donde ella se mira, y donde mete la mano es algo que se confiesa. Sin embargo, lo sabemos, esos
pequeña jirafa de cuello corto que es la hija. Así “para alcanzar una sombra siempre evanescen- que ya no deliro. textos sí son poesía, y hacen del dolor, belleza. Y
desde el primer poema. te”». Y luego: con nosotros, se queda así la poesía, ese cuerpo
Recordemos, por cierto, que en el mundo de La enfermedad, la madre, la clínica y la locu- leve que se alza sobre el daño, sobre el estrago
Alicia hay una reina, una terrible reina/madre El estanque me devuelve el cielo, las nubes ra, se entrecruzan, se buscan. Todo forma parte de los lectores, o mejor, del mundo.
que corta cabezas. Alicia recorre este universo, cielo y tierra en él se besan de un mismo espacio. De hecho, la infancia per- Cierro con “Esto”:
este reinado, siempre bajo la sombra omnipre- confluyen. manece en el presente adulto de esa voz que nos
sente de esta mujer implacable y ajena a la bon- habla. También, en el poema “Refugio”, esa ma- Esto no es un poema,
dad, a los sentimientos. Yo dibujo allí una imagen, la sueño driguera (la de la niña que juega) es por igual el poema tiene un ritmo y una descendencia,
En “Boca arriba”, el primer poema de Poemas mas no la alcanzo. una tumba. Todo se vuelve sobre sí mismo. La espíritu y lenguaje,
de una niña, leemos con respecto a esta madre hermana (la segunda parte del libro se titula y el poeta tiene un cuerpo incierto.
devoradora: Yolanda Pantin afirma que patria son los olo- “La hermana”) es la propia niña, ya crecida,
res de la infancia, y en Casa o Lobo (1981), dirá: que intenta, de algún modo, ser otra, separarse Esto no es un poema,
Me has hecho morir tanto “La infancia es una gracia que me fue despren- de ella misma para estar mejor con ella misma, es mi impotencia que no sabe
y regreso a la posición de parto dida”. Para la Pantin, la niñez siempre remiti- quizás sin lograrlo. qué hacer con las palabras
y me llamo hija y madre. rá como un espacio mítico, incluso mitológico, El epígrafe de esta segunda parte, también de que las rehago,
donde la maravilla se ha perdido, en contraste, Carroll, es acertado: «Imaginó cómo sería, en el que las deshago,
(…) sobre todo, con la destrucción del presente. futuro, esta pequeña hermana suya, cómo se- y no puedo escribir.
En Poemas de una niña, la infancia, en cam- ría Alicia cuando se convirtiera en una mujer».
Mi regreso te ama por dos bio, es un lugar en crisis, un lugar donde va Así, la hermana del libro es la misma niña. Ya Esto no es un poema,
por lo que no pudiste darme y por lo que formándose una identidad problematizada pe- lo he dicho, todo se pliega sobre sí mismo. digo lo que no puedo,
quise siempre de ti. ro también un lugar que haciéndose a sí mis- En “Medicina”, la madre se une a la enferme- pienso y digo lo que no puedo.
mo, reemplazándose, reinventándose, imagi- dad (¿mental?) y la enfermedad a su vez se aso-
Esta niña vive, como he dicho, en medio de la nándose entre las caídas. No es una infancia cia al tratamiento y el tratamiento a su vez con Esto no es un poema
devastación. No hay presencia del padre, y la feliz, pero en ella está el juego, a lo Alicia, un el afecto materno: acaso un caballo que surge
madre es esta Reina de corazones que, si nos va- juego donde se pretende ser feliz. Se advier- yendo sobre lo que le molesta.
mos un poco hacia Medea, pareciera estar ma- te, sí, una invención de mundo, una construc- Aún no sé por qué no tuve una madre
tando simbólica y constantemente a su hija por ción salvada de la identidad. En este sentido, que se disculpara Esto no es un poema,
causa de la ausencia de Jasón. Y lo hacen por- no dejamos de atisbar una poesía donde lo con- por confundir la medicina un poema insiste
que requiere tiempo para ella, porque hay una fesional deja asomar rasgos propios del estilo con tajitos de amor. por la misma fracción de tenerse
enorme diferencia entre ser madre y ser mujer, o del género: la enfermedad y la locura. Co- de darse.
y porque, al parecer, esta mujer decidió seguir mo recordarán en Las aventuras de Alicia en Y por acá volvemos de nuevo a las afinidades
siendo ante todo mujer, y muy menos madre de el país de las maravillas hay una escena que de la tradición que unen a Daniela con Hanni Esto no es un poema,
esta niña desamparada. se relaciona con la hora del té. En el capítulo Ossott, Anne Sexton, Alejandra Pizarnik y con es mi resistencia,
Así leemos un poco en ese poema que se lla- VII tenemos al Sombrero (loco), a la Liebre de la misma Sylvia Plath. Ossott le dedica a los es mi fragmentación
ma, precisamente, “Desamparada”: marzo y a un lirón dormido, los tres en torno a médicos psiquiatras el poema “Las pastillas”. y su despedida.
EL NACIONAL DOMINGO 3 DE OCTUBRE DE 2021
Papel Literario 5
E
l título del libro de Daniel Are- bo, una reunión de citas sin recortes–, que solo aceptan algunos médicos y
lla sugiere de inmediato –tal vez pero los asuntos son semejantes a los algunos burgueses, que ese fondo edé-
sin proponérselo– una genealo- incluidos en el tratado inglés. El poe- nico de la comunicación donde se aú-
gía excesiva que, sin embargo, le mario sigue la lógica de lo narrativo: nan la verdad, la curación y la pureza
puede convenir. En 1621, el inglés Ro- los textos compilados, nos dice la últi- es sobre todo un objeto mitómano. Sus
bert Burton publicó La anatomía de la ma página, son la obra de un tal Car- textos son un cruce de ficción, tesis y
melancolía, una rabelesiana enciclope- los Arana, quien se los pasó a Daniel arrebato; entre cada página y el libro
dia médica que se propone agotar el te- Arella durante un taller literario en el completo hay una relación dialécti-
ma del humor saturnino: la tristeza, la Hospital de Salud Mental San Juan de ca que valida la interacción de lo me-
acedía, la depresión, la locura, el afecto Dios. El locus alude de modo indiscreto tafórico –hallado e irreprimible– y lo
sombrío… El siglo diecisiete exigía pa- a las patologías psiquiátricas y, de pa- voluntarista. A las voces exaltadas, en
ra esa obra una compilación de referen- so, agrega una verosimilitud identita- ocasiones hasta farmacológicas, de An-
cias que diera cuenta del rigor con el ria y una autoridad al índice onomás- drés K., Ricarda Rebol, Leonardo Lu- DANIEL ARELLA / CORTESÍA
que se examinaba el tópico elegido; en tico: ese Carlos Arana es la penúltima men y el resto, se añade la intervención
su libro, nos dicen, Burton reunió más persona sobre aquel lote de nombres de las ninfas Molly, Dudu, Zuleika, ten una acción semejante, como lo su- etiqueta que nos fuerza a aceptar el
de trece mil citas de casi mil seiscientos de pluma. Ese rizo compromete la es- Phyllis y otras más. Este último repar- giere una sutil estrategia practicada fin de la reciprocidad entre sujeto y
autores, y el rango de estudios va de la tabilidad de lo individual y hasta la to estaba incluido en el epígrafe de la por su autor. En italiano, una parte discurso.
ciencia médica al mito, de la observa- pertinencia de la lírica como discurso primera sección del volumen, sacado de las líneas de Roberto Calasso dice Los textos de Anatomía del grito qui-
ción naturalista al comentario teológi- de lo subjetivo. Lo que parece implicar de El loco impuro, de Roberto Calasso. lo siguiente: “residui di vestiboli del zá no puedan leerse como meros poe-
co. Como se lee en la carta al lector: “En ese relato es una teoría de la poesía co- El dato no es trivial: revela la forma cielo in disfacimento, venivano get- mas, fuera de la trama que convierte
cuanto a las faltas que resultan de los mo esquizofrenia: no hay escritura que en que Arella utiliza la intertextuali- tati in avanscoperta su Schreber da su contigüidad en una estructura na-
solecismos, del dialecto dórico, del esti- no sea un mosaico de apariciones, vo- dad como estrategia de composición. Ormuzd e Ariman”; la versión que rrativa; por algo, al final de cada uno
lo extemporáneo, de las tautologías, de ces, coautorías, delirios, presencias du- Esa obra de Calasso recuenta el caso inscribe Arella sigue casi al pie la se certifica quién escribió esas pági-
la imitación simiesca, toda una rapso- dosas. Visto así, este poemario puede de Daniel Paul Schreber, presidente de Teresa Ramírez Vadillo (Madrid: nas, dónde lo hizo y a qué hora: esos
dia de trapos viejos entresacados de un explorarse como el proyecto fundador del Tribunal de Apelaciones de Dres- Editorial Sexto Piso, 2008): “en avan- detalles son nada más que la ilusión de
estercolero, heces de autores, juguetes de una poética que se asienta sobre la de a finales del siglo XIX y autor de zada, Ormuz y Arimán echaban re- una claridad imposible pero verosímil.
y manierismos (…) las confieso todas”. insania sin convertirla en fábula, pues unas memorias que Freud habría de siduos de vestíbulos del cielo en des- Cuando hallamos que alguna fecha to-
Quien firma esas líneas despreciativas Arella busca alejarse de la estilización utilizar como base de su ensayo “Ob- composición sobre Daniel”. Donde davía está en el futuro, descubrimos
no el mismo Robert Burton, sino un tal del cuerpo torturado y del horror del servaciones psicoanalíticas sobre un Calasso escribe el apellido, Arella que la utopía es un rasgo tan espectral
Democritus Junior. El nombre es ape- sueño, y más bien procura certificar caso de paranoia (Dementia para- pone el nombre de pila –el del juez y como las actuales certezas. La poesía
nas una fórmula culta, una apelación a una experiencia alterna que vindica noides) autobiográficamente descri- el suyo. El cambio es significativo, in- como esquizofrenia se constituye en un
otra autoridad que, a pesar de todo, no ese cuerpo y ese sueño, con toda su in- to” (1911). A pesar del mecanicismo serta la figura del poeta en el lugar retrato de nuestra surrealidad, simul-
descataloga al autor “real”, por mucha formidad y su miedo. La comunidad interpretativo que rige ese artículo, del enfermo. El movimiento hace más táneamente de nuestra desesperanza
discreción que este buscara. Cierto: to- discursiva que aquí se establece nos allí Freud se refiere al trabajo de for- compleja la red de apelativos, porque y nuestra impulsividad. Anatomía del
do ocultamiento de ese tipo es delibera- propone que el grito –esa articulación mación delirante (Wahnbildungsar- sitúa el concepto de autor en una di- grito: el título y lo que resume nos lle-
damente imperfecto, como una másca- orgánica capaz de prescindir de la gra- beit) como modalidad de creación y mensión clínica. Ahora, Daniel Are- van a una pregunta básica: ¿gritamos
ra translúcida. mática o de retorcerla– se analice como recuperación de lo humano por par- lla es la última persona sobre aquel nosotros o somos el grito de alguien
La propuesta de Arella no es en el una construcción grupal. te del paciente paranoico. Acaso los lote de nombres de pluma, una espe- triste o eufórico o sombrío o del todo,
fondo demasiado distinta. Su Anato- Daniel Arella sabe que la escri- poemas de Anatomía del grito ejecu- cie de heterónimo al cuadrado, una también, inexistente?
L
uis Gerardo Mármol Bosch en dor, habría que recordar las palabras mente en “Canción báquica de la sere-
más de una oportunidad ha di- de Saint-John Perse cuando ganó el nidad de la tierra”. Aquí Mármol Bosch
cho que titulará toda su obra LUIS GERARDO MÁRMOL / ©VASCO SZINETAR Premio Nobel en 1960. El científico y el comienza a darle forma a su camino en
con la palabra Entusiasmos. Por poeta, enfatizaba el antillano, “sostie- la poesía con una dicción sutilmente lú-
eso quiero traer a cuento dos fragmen- toy convencido de algo que a más de de los entusiasmos– y buena parte de su nen la misma interrogación sobre un cida y de largo aliento que no reniega de
tos de una conversación con el autor uno le resultará una contradicción obra (ocho libros inéditos y otro más en mismo abismo, y únicamente difieren las expresiones culturales más popula-
publicada –hace varios años ya– en la ofensiva (un escándalo, diría San Pa- proceso de composición). sus modos de investigación”. Por esta res, ni de los tesoros que hay en el can-
revista Poesía: “he pensado dar el nom- blo), cuando no un ridículo juego de Las preguntas que emanan de su poe- vía ocurren asentimientos y epifanías cionero venezolano. No es azar que ma-
bre de Entusiasmos al conjunto de mi palabras: quienes actúan de acuerdo sía vienen a ser una suerte de principio ante los paisajes más frecuentados por nifieste en las notas eruditas de El tercer
obra poética, un poco a la manera de con el verdadero espíritu tradicional axial. Así el poeta abarca una amplia el poeta. También puede ocurrir que libro de los entusiasmos su cercanía con
Baudelaire, Whitman, Pound, Guillén son los más innovadores, los más ori- variedad de registros: desde la síntesis las preguntas cesan, le abren paso a Luis Felipe Ramón y Rivera.
o Juarroz. El término ‘entusiasmo’ ginales. La explicación de la aparente aforística, la contestación, la glosa y la profundas comprensiones interiores y Hay en la poesía de Mármol Bosch
no debiera tomarse por una suerte de paradoja es de una sencillez pasmosa: conversación, hasta el poema de largo en una bella vuelta paradójica se pue- momentos de una embriaguez clara-
manía o euforia más o menos incon- solo quien tiene acceso al conocimien- aliento, en ocasiones muy cercano al den convertir en exclamaciones y afir- mente dionisíaca, pero ese vino al que
trolada o banal, monocromática y mo- to tradicional puede, a su vez, conocer- monólogo interior. Y más que las pre- maciones. Ya lo apuntó Santos López tanto alude y que dice probar es tam-
nocorde. Esta palabra griega podría se a sí mismo”. guntas, Mármol Bosch se adentra en en la addenda que le hace a Entusias- bién otro; impregnado de sabiduría me-
traducirse más o menos literalmente La poesía de Mármol Bosch hace de sus preguntas, las más entrañables, las mos: la poesía de Mármol Bosch expre- tafísica, se va destilando de manera do-
como ‘estar en Dios’. Es inconmensu- la pregunta –y todos los ecos que sus- que llevan dentro de sí muchos asenti- sa “un madurado lenguaje del alma”. sificada en muchos de sus poemas. En
rable la cifra de estados o movimientos cita– su principal medio expresivo. En mientos, exclamaciones y desarrollos Se trata de un poeta que busca y vive, muchas ocasiones, de hecho, la voz del
del alma y del espíritu que el rapto ani- el campo de la retórica se suele hablar de considerable prominencia metafó- así lo ha dicho López, “el arrebato de poeta pareciera sugerir que va cantan-
ma o desencadena. ¿Cómo podría en- de una figura llamada erotema y tiene rica, siempre con una dicción lírica- la luz”. do mientras liba y camina: pareciera,
tenderse una palabra como ‘entusias- que ver con el arte de inquirir constan- mente honda, sensorial, analógica. El De repasar algunas de las preguntas por momentos, adentrarse en profun-
mo’ de manera unívoca?”. temente para obtener el conocimiento poema, para Mármol Bosch, más que que recorren El tercer libro de los en- dos monólogos interiores (en el fondo
“No me interesa la poesía sino como buscado. Bien puede decirse que en es- el desarrollo de una exclamación, co- tusiasmos, por ejemplo, es posible ver está siguiendo la máxima de Antonio
arte y oficio tradicional. Como conoci- te rasgo –muy mayéutico, presente en mo lo proponía Paul Valéry, suele en- que siempre encierran muchos miste- Machado: “Quien habla solo espera ha-
miento tradicional, vale decir, ciencia los textos sagrados y los Diálogos plató- cerrar preguntas que van ramificán- rios. El poema los va desplegando en el blar a Dios un día”). Este sentido de ir
sagrada. Como el camino de la interio- nicos– se asientan sus libros hasta aho- dose y expandiéndose. Un pasaje de El discurrir de sus imágenes: “¿Podremos cantando un tanto embriagado por los
ridad, que es el significado primigenio ra editados –Sueño de un día, Purgato- tercer libro de los entusiasmos lo hace decir que el mundo derrota a la caminos hace recordar un poema de
de la palabra esoterismo. Más aún, es- rio, Entusiasmos, ahora El tercer libro evidente: “¿Quién hace preguntas/ historia, finalmente, /si andamos por Friedrich von Schiller: “El paseo”.
6 Papel Literario EL NACIONAL DOMINGO 3 DE OCTUBRE DE 2021
TEXTOS >> POEMA DE NÉSTOR ROJAS POESÍA >> LIBRO DE ALEJANDRO SEBASTIANI VERLEZZA
C
on un mensaje de envío al
lector, Alejandro Sebas-
tiani Verlezza da inicio
a Los hilos subterráneos:
“me dio por soltarle las fechas a
mi diario del año 2011 y así me
quedaron estas páginas, algo vo-
landeras y bailantes”. Así, pues,
afloraron estos hilos para, en el
vértigo de su hundirse y emerger
a la superficie, anudar páginas,
memorias, recuerdos, restauran-
NÉSTOR ROJAS / ©ELOY RUBIO do, variando, recobrando olvidos
y sobre todo retomando las gran-
des libertades del lenguaje cuan-
Escribir es sufrir
La escritura es el suplicio de un alma que bus-
ca constantemente un sentido a su razón de
ser. Y vivir es también una especie de agonía. “La escritura trata, por consiguiente, de resolver este dilema: la paradoja que existe
Basta con ser consciente de ello. El viaje y el
aprendizaje de un alma son semejantes al viaje entre la luz de la conciencia, la búsqueda de verdades esenciales, como revelaciones, y
y al aprendizaje de la vida, y la escritura es una
manera de esclarecer, de una forma saciada de
el sufrimiento de la soledad del ser humano, su pathos, su tragedia, que se ve reflejada
imágenes, el gran misterio insondable y dolo- tanto en los personajes novelescos como en los de la cuentística y también en la poesía”
roso de la vida y del alma. Y es con el uso del
lenguaje, con la escritura que defino como una
escritura con carácter mítico y arquetípico, como
un escritor y una escritora, al escribir una no-
vela, un cuento o un poema, abordan ciertos as-
pectos de la experiencia humana gracias al uso
de símbolos e imágenes, ya que cuando habla-
mos de imagen hablamos de símbolo y cuando
hablamos de símbolo hablamos de inconsciente.
Y cuando hablamos de inconsciente, hablamos
de un inconsciente, es decir del inconsciente de
los que escriben, inconsciente que concibo co-
mo una estructura arcaica y arquetípica inde-
pendiente que se convierte, gracias a la magia
de las palabras, en la personalidad y el carácter
(ethos) de los personajes novelescos, de cuentos
y hasta en los poemas en los que las imágenes
remiten a emociones muy profundas, a veces
muy arcaicas propias de la prehistoria de la
conciencia, ya que la poesía es la creación (poie-
sis) de metáforas por excelencia. Así sentimos,
así pensamos y así existimos: mediante metá-
foras, que son imágenes, figuras, formas (eidos)
que tenemos que descifrar constantemente.
Estos aspectos son necesariamente culturales,
porque existen en sí mismos como estructuras
arcaicas y arquetípicas mediante el uso de imá-
genes, metáforas y símbolos. Y es en los perso-
najes novelísticos, o de la cuentística, y también
en la poesía, donde hallamos los primeros indi-
cios del sufrimiento, de la soledad y del desam-
paro humano, pero también los primeros indi-
cios de una epifanía de destellos de conciencia
y de claridad, de certidumbres y de verdades
profundas, indicios que no pueden ser negados
ya que tanto un escritor como una escritora es-
criben ambos desde su luminosidad como des-
de lo abismal y la oquedad de su inconsciente.
La escritura trata, por consiguiente, de resolver
este dilema: la paradoja que existe entre la luz de
la conciencia, la búsqueda de verdades esenciales,
como revelaciones, y el sufrimiento de la soledad
INTERPRETACIÓN DEL LABERINTO DE CRETA (C1460) / MASO FINIGUERRA
del ser humano, su pathos, su tragedia, que se ve
reflejada tanto en los personajes novelescos co- Es cierto que la búsqueda de sentido en Occi- cia, Aquel que nos obliga, Aquel que nos hace su- una herida absurda".
mo en los de la cuentística y también en la poesía. dente es común a todos los seres humanos que frir, Aquel que nos turba, nos emociona y nos Y escribir es intentar retratar la soportable
no se resignan con solo vivir una existencia su- afecta tanto hasta el punto de hacernos llorar pesadez del alma o el inefable desencanto de la
* perficial y dicha búsqueda, a veces desespera- pero también reír cuando finalmente logramos existencia.
El filósofo Alain Daniélou, músico, mitólogo, au- da, es una búsqueda inevitable. Se manifiesta abrazar verdades espirituales profundas que Escribir pareciera ser una pasión inútil.
tor del Politeísmo hindú, gran conocedor de Gre- de diferentes maneras en diversas circunstan- trascienden nuestra insignificante existencia,
cia y de la India, concibió en su libro autobiográ- cias y situaciones de la vida: en el libertinaje, en siendo Aquel Misterio el que, finalmente, nos *
fico, El camino del laberinto, esta reflexión: el dolor, en la intensidad de las pasiones, en el hace “sentir”, sentir que estamos vivos porque, El alma es un laberinto: cada recodo es un mis-
exceso, en la acción irracional y hasta absurda, es cierto, nosotros, los seres humanos, necesita- terio que nos confunde, cada meandro un do-
“El tiempo no es más que una ilusión, una apa- en el enceguecimiento de la razón, en la obse- mos sentirnos vivos, antes que nada. lor por soportar y la salida un imposible por
rente sucesión de momentos a lo largo de un viaje sión, en la rebeldía sin motivos, en el desorden, Al respecto el mitólogo Joseph Campbell alcanzar.
que hacen los seres humanos en el eterno presen- en el caos pero también en la soledad, en la con- escribió: El ser humano está condenado a la incompren-
te. (...) No se puede describir de un viaje sino las templación, en el éxtasis religioso, en la fe, en la “La gente dice que estamos todos buscando sión de lo que es en el fondo. Su alma es un pozo
etapas, los incidentes, los encuentros, los aspectos porfía de la defensa de una verdad, en toda ex- un significado a la vida. No creo que esto sea oscuro sin fondo donde se pierden la fe y la espe-
externos y anecdóticos. presión artística, en el amor, en el don de sí, en realmente lo que estamos buscando. Creo que ranza. Y cada quien permanece, a lo largo de su
la sed de justicia, en el silencio y el aislamiento, lo que estamos buscando es una experiencia viaje, en el más profundo anonimato.
Sucede lo mismo con el viaje de la vida. y así ad infinitum ya que, y esto es cierto para de sentirnos vivos, de esta forma nuestra expe- De eso trata la literatura.
La continuidad de una experiencia, el hilo de todos aquellos que tienen una mayor concien- riencia de vida en el mero plano físico tendrá
Ariadna que rige un destino a través del laberin- cia, la vida es siempre una búsqueda de sentido. eco dentro de nuestra más profunda esencia y *
to de lugares, objetos, formas, permanece siendo Para el artista, la búsqueda es la misma. Sin realidad, por lo que sentimos realmente el rapto Y como señaló Henning Mankell en su novela
un lazo sutil, invisible, indefinible. Los sentimien- embargo, esta búsqueda es también una bús- de sentirnos vivo.” Zapatos italianos, quisiera hacer mías también
tos profundos que nos mueven, las fuerzas sutiles queda estética. No obstante, lo estético solo no Esta experiencia del rapto, del éxtasis, es esen- sus palabras: “La vida es una frágil rama que se
que nos guían no tienen nada que ver aparente- basta. Oculto bajo las formas, los colores y las cialmente una experiencia estética, siendo a la mece sobre un abismo. Y seguiré colgado de ella
mente con los acontecimientos y los personajes figuras (eidos) se halla también otro sentido: el vez una experiencia ética, que emancipa y que tanto tiempo como yo mismo resista”.
con los que nos encontramos y cuyas imágenes sentido de lo sagrado. Porque el artista, es decir, impregna de sentido lo que llamamos el destino “Después me precipitaré al fondo, como todos,
conservamos, y, sin embargo, es este escenario el aquel que sabe escuchar los ecos del más allá, el de una vida. Dicha experiencia estética está ge- y no sé qué me espera. ¿Habrá algo sobre lo cual
que marca las etapas de nuestro destino.” mensaje de los dioses, como se creía en la Anti- neralmente acompañada por un encuentro for- caer o no existirá más que una oscuridad fría y
Comparto este pensamiento ya que el tema del güedad, este artista debe convertirse en la me- tuito con el Absoluto. Y dicho encuentro con el dura precipitándose hacia mí?”.
destino es quizás el que nos acerca más al enig- moria (Mnemosyne) de un mundo trascendente Absoluto no es más que un encuentro, insospe- Quedo, perplejo, sin habla. Solo puedo añadir
ma que es la vida, a sabiendas de que la vida es al que tiene acceso gracias a su sensibilidad y a chado, con lo inconmensurable: Dios. algo que escribí una noche de desvelo: “El tiem-
el espacio más propenso a la experiencia de los su capacidad mediadora, según las propias pala- po no tiene principio ni fin, solo comienza cuan-
misterios. bras de Platón. Es por esta razón que el artista, * do el ser humano empieza a recordar”.
al transmitir el mensaje de los dioses con su ar- La vida es una constante pérdida. Pérdida de la
* te, logra “ponerse en contacto” con lo descono- infancia, pérdida de la inocencia, pérdida de la *
La escritura es una iniciación inevitable que ex- cido mediante una revelación poética, su obra, adolescencia, pérdida de la moral, pérdida de la Ayer, cuando fui a cepillarme los dientes y me mi-
pone al escritor, y a la escritora, al universo in- que transforma lo sagrado en lenguaje, es decir, probidad, de la ingenuidad primigenia y de la ré en el espejo del baño vi a otra persona que no
sondable de los misterios. E igual que el que bus- en figuras de la permanencia. Es por esto que el castidad del alma, pérdida de los amigos, de las era yo y que me estaba mirando con un cepillo de
ca un sentido a su vida, el escritor, o la escritora, arte es igualmente religioso (del latín religare). relaciones, de los amores, pérdida de la pasión dientes en la mano. Me la quedé mirando y, sa-
busca descubrir un sentido del que no tiene con- Y Michelangelo Buonarroti representa para mí por vivir, pérdida de los abuelos, de los padres, liendo de mi asombro, le pregunté “¿quién eres?”,
ciencia y del que ignora todo lo que constituye su el mejor ejemplo del artista. El artista, el verdade- acaso de algún hermano o hermana, pérdida de y esta otra persona me contestó “soy tu otro yo”.
razón de ser, ya que no es más que un mediador ro artista, que es religioso, no solo porque se “po- paisajes, de olores, de sabores, pérdida de la fe, “¿Cómo mi otro yo?”.
de ciertas claves que se revelan mediante imáge- ne en contacto” sino porque aprende a conocer y pérdida de la credulidad, pérdida de la inteli- “Sí, todo el mundo tiene un otro yo
nes, imágenes que se transforman a su vez, por a descifrar el lenguaje del misterio de lo sagrado. gencia, de la perspicacia, de las hormonas, de la desconocido”.
medio del lenguaje, en símbolos. El arte creativo, la poiesis griega en sí misma, creatividad, de los dientes, del pelo o del cabello, Ahora que lo pienso, ya no sé si era yo el que
Sabemos todos que los símbolos son aque- así como el acto amoroso, es, por consiguiente, un del equilibrio, de la razón, del razonamiento, de estaba hablando o si era el otro el que me estaba
llos que ponen en evidencia el valor inefable de maravilloso regalo de los dioses para que los se- la vista, de la capacidad de pensar inteligente- interpelando, frente a mí mismo. Sentí de pronto
la imagen. Esta nos invita a una lectura, a una res humanos puedan compartir las verdades que mente, de la densidad ósea, del apetito por que- que el otro tenía una vida propia que no era la
interpretación y a descifrar minuciosamente el han olvidado, que han desdeñado o hasta aban- rer abrazar el mundo, pérdida de los recuerdos, mía, y que estaba escribiendo mi propia historia
sentido oculto y significativo que le es propio pa- donado porque esto implica un esfuerzo, siendo de la memoria, pérdida, en fin, de casi todo lo con su propia imaginación: la que intenta abra-
ra luego poder comprenderla. Por consiguiente, una búsqueda. De esta forma el arte creativo nos que hemos podido ser para ser lo que somos zar lo inaprensible, la que intenta contener lo eva-
el sentido de las imágenes literarias se convierte pone en contacto con la trascendencia, ya que es- ahora
, y así, ad infinitum
, pérdida de la pér- nescente, como unas manos ansiosas queriendo
en un elemento fundamental de una lectura de la te tiene la virtud de “tocar”, de “conmover”, como dida, hasta que no quede nada más por perder. retener el agua de un río en sus palmas y ver con
realidad manifiesta, de una lectura de la realidad decía Aristóteles, y de sensibilizar y transformar La parábola o la fábula que nos inventamos asombro cómo esta se escurre por entre los dedos.
de lo invisible, de una lectura de la existencia de tanto al artista como al que contempla su obra, cada día, para seguir viviendo, resulta ser la de La vida es así: inasible. Y la imaginación son estas
lo sagrado y del lugar enigmático que ocupan los logrando de esta forma restablecer ese lazo má- la desesperanza como forma de resolver el enig- mismas manos que, en vano, anhelan contener en
seres humanos en el “mundo-laberinto” donde, gico entre nosotros y el Misterio, Aquel que nos ma de este mundo sin respuesta: un laberinto sus palmas un poco de esa evanescencia.
de manera inesperada, se manifiesta, ex nihilo y contiene, Aquel que nos envuelve y nos mece en sin fin. Una cárcel sin salida, una puerta que no
como por arte de magia, lo desconocido. sus brazos, Aquel que nos amamanta y nos sa- se abre nunca. Y como dice el tango:"La vida es (continúa en la página 8)
8 Papel Literario EL NACIONAL DOMINGO 3 DE OCTUBRE DE 2021
FRAGMENTO >> DICCIONARIO DE LA EXISTENCIA nima tensión: y el máximo sosiego con el míni-
mo esfuerzo.
El tiempo: aforística
57. Hay que pasar por este mundo sin fi-
jaciones o detenciones: transeúntemente
(circunscriptamente).
58. Las verdades deben su reino a una antigua
victoria de la fuerza (R.S. Ferlosio).
59. La aforística es la antinovela v la antihis-
El pasado junio falleció en Zaragoza, Andrés Ortiz- toria: donde el devenir se convierte en revenir.
60. El aforismo: el lenguaje revenido.
Oses (1943-2021), filósofo, antropólogo y autor de 61. Logos es expresión: eros es secreción.
estudios hermenéuticos, mitológicos, filosóficos y 62. El lenguaje es mucho más reciente que la
separación sexual: lo sexual es lo innombra-
de una singularísima y extensa obra como creador de ble, y todo el amor se consagra a este secreto
(P. Quignard).
aforismos, que plasmó en cinco libros, en antologías 63. El amor y la muerte: exhalaciones del alma.
64. Nuestros deseos provienen de las alturas si-
y en numerosas revistas. Los aquí ofrecidos fueron derales (sidera) pero sucumben a los bajos fon-
tomados del Diccionario de la existencia. Asuntos dos (desidera): por eso resultan insaciables.
65. El amor imita la fusión intrauterina de ma-
relevantes de la vida humana, que codirigió con Paxti dre y niño: fusión ya imposible de dos en uno.
66. En sus Carnets, A. Camus piensa que la cas-
Lanceros (coedición Centro Regional de Investigaciones tidad confiere sentido al mundo y que la sexua-
lidad desatada se lo quita: acaso por ello trató
Multidisciplinarias de la Universidad Autónoma de de no ser atrapado por las mujeres.
México y Anthropos Editorial, España, 2006) 67. Según F. Mauriac, Proust está herido en la
juntura de la carne y del espíritu: porque no
sabe separar la ternura del deseo, el amor de la
carne (pero en esta crítica revela Mauriac un
ANDRÉS ORTIZ-OSÉS 16. Nos enamoramos de ciertos humanos o hu- dualismo tradicional).
manas: ello estabiliza nuestra especie. 68. Diferenciar la carne y el espíritu, pero no
(Preámbulo) La modernidad remite al ego co- 17. El alma es insaciable: porque es insondable. separarlos: coimplicarlos y remediarlos (en el
gito (yo pienso) de Descartes como intelecto 18. A más carne más gusanos (Hillel). alma medial).
agente; pero la postmodemidad remite al rena- 19. Qué saca el hombre, se pregunta Cohélet en 69. En la escritura el escritor se dice, pero tam-
centista Montaigne y su ego sentiente como in- el Eclesiastés: todo es repetición y fastidio, tiem- bién se desdice: abandonando en ella trozos de
teligencia patética o pasible, asuntiva o pacien- po, vaivén y vanidad. alma a la deriva.
te. Es la diferencia entre el yo pienso (la razón) 20. En el amor desparramamos sobre el otro 70. Soy hombre, estoy erecto: pero he de sentar-
y el yo consiento (el sentido), en el cual el alma nuestro exceso de aferencia. me para seguir estando.
comparece a la vez como objeto y sujeto de in- 21. La deserción de Ignacio de Loyola tras ser 71. El consenso es un acuerdo: el consentimien-
vestigación hermenéutica. Por eso la aforística herido en la batalla: reconversión del militar to es un acorde.
es un lenguaje postmodemo que expone el sen- en jesuita, paso del soldado exterior al soldado 72. El aforismo fija instantes e instantáneas: re-
tido del existir, la temporalización del Ser, los interior. vertidas en instancias.
avatares del hombre en el mundo, los acciden- 22. El lenguaje nos emparenta con las cosas: 73. Volvería a ser/hacer lo mismo en aquellas
tes de la razón impura. por eso el escritor está tan unido a su escritu- circunstancias que viví: pero no volvería a ser/
0. Defendemos con G. Colli la intuición simbó- ra como urdimbre mediadora con el resto del hacer lo mismo en las circunstancias actuales.
lica frente a la razón instrumental: aquella es mundo. 74. De una parte la filosofía, la antropología, la
viva, oral y ambigua (oscura), esta es morteci- 23. En el franquismo nos obligaban a amar lo sociología, la historia (los rollos): de otra parte,
na, escriturada y clara (unívoca). que no amábamos. la mitología y el simbolismo, la poesía y el arte,
1. Sin abstracción no se puede vivir, de abstrac- 24. En todo el ancho mundo no hallarás un es- la mística (los gozos).
ción tampoco. condite (Kierkegaard). 75. Según F. Jullien, China privilegia lo insí-
2. No se trata de pensar el pensamiento: se trata 25. El ser en el mundo es interpretado latinoa- pido (el tao) y occidente privilegia lo sípido (la
de sopesar el pensamiento por el alma o cora- mericanamente por R. Kusch y C. Cullen como sal evangélica): lo insípido sería lo indefinido
zón (el logos patético o pasible). estar en la tierra: matricialmente. (el vado), la sipidez sería lo definido o expresa-
3. La asunción del sufrimiento es una enseñan- 26. La Iglesia como ámbito de reunión (shejiná. do (lo lleno).
za cristiana: la asunción del placer es una ense- eklesía, ecclesia): logos femenino o logia. 76. Como ya adujo Aristóteles, la razón no se
ñanza pagana (y necesitamos las dos). 27. En el cristianismo el amor es la gracia de movería sin la pasión.
4. La alegría de encajar la tristeza: el gozo de Dios. 77. Eros es Thanatos porque quiere la placidez
asumir el dolor. 28. El amor en Feuerbach: fortalece lo débil y plena (eterna).
5. Sócrates representaría en el Simposio plató- debilita lo fuerte, abaja lo de arriba y eleva lo de 78. El amor en Lacan es extático (salido): dice
nico, según Guthrie, el tipo mixto o tercer tipo abajo, idealiza la materia y materializa el espí- éxtasis (salida de sí en otro).
de enamorado: el que se debate entre el cuerpo ritu (La esencia del cristianismo). 79. Nuestra máxima obsesión: la obsexión.
y el alma del amado (véase al respecto Platón, 29. El amor feuerbachiano como alma de las co- 80. La clave del amor está en que hemos sido
Leyes, 838c y 837b-c). sas: mediación de contrarios. amados: en previedad
6. El amor intelectual de Spinoza como coim- 30. La persona griega es máscara o personali- 81. Según S. Weil, al crear el mundo por amor,
plicación del hombre con la realidad sagrada/ dad (prósopon): la persona cristiana es alma o Dios abdica de sí mismo: se vacía y entrega a
ANDRÉS ORTIZ-OSÉS / ©IGNACIO PÉREZ – EL CORREO
profana del mundo: un amor religante con la interioridad (hipóstasis, supuesto). favor de la creación (diríamos que se enajena
Naturaleza (el Todo). 31. Lo que dice el silencio: implicación. en su creación).
7. Eros es el deseo erótico (corporal): filia es el 32. Según Levinas, el in-finito está en 43. La entrada en la muerte como en un miste- 82. El tiempo fluye y refluye: flujo y reflujo: de-
amor anímico (la amistad): ágape es el amor es- lo finito (positivamente) y lo trasciende rio: iniciático. venir y revenir.
piritual (la caridad). (negativamente). 44. La mujer ha inventado la casa y el hombre 83. A menudo la autonomía se paga con la
8. El mundo como el contrapunto de Dios: el va- 33. No superar el límite: pero supurarlo la caza (C.E. Ory). soledad.
ciado de la divinidad. (abrirlo). 45. El hombre: el animal vertical. 84. El papel de héroe: extenuante.
9. El sinsentido trágico es una especie de senti- 34. El simbolismo funda una correlación entre 46. Sentado en una silla pienso en su orilla. 85. Escribir para tratar de condensar el mundo:
do invertido: algo es algo frente a nada. lo simbolizante y lo simbolizado de carácter 47. El cielo puro es incoloro, acuático, insípido. y destilarlo.
10. El logos es la palabra racional, el mito es (des)proporcional: puesto que lo simbolizado (el 48. El aforismo como logos críptico. 86. Para A. Camus el aforismo representa el re-
la palabra amorosa: así comparecen “mitologi- sentido) desborda al simbolizante (transgresión 49. Venimos del útero materno y vamos al úte- pudio del sistema: el lenguaje rebelde.
zando” Ulises y Penélope en su reencuentro al simbólica). ro materno. 87. El perro del amigo es un amigo: pero el ami-
final de la Odisea. 35. No podemos definir a lo que nos define: el 50. La humanitud: la humanimalidad (C.E. go del perro es perruno.
11. Mitologizar amoroso: contárselo todo, secre- alma. Ory). 88. Cada día es un afán: y cada afán un titán
tar el secreto, confesarse mutuamente, revelar 36. Qué buen día hace significa que hace buen 51. El amor es dolor, dolor de amor. (que hay que amansar).
los mitos. tiempo: pero simboliza que estoy bien. 52. No caer en la trampa de elegir Dios o la vida, 89. Te mandé a paseo: pero aún queda tu paso
12. La mitología como ciencia del corazón: re- 37. El simbolismo significa no lo que las co- amor o eros, religión o belleza: ambos. en mi paseo.
lato de relaciones afectivas, urdimbre de acti- sas quieren decir (su imposible intención cósi- 53. Articular las cosas para que no nos desar- 90. Impresionante reportaje sobre los emigran-
tudes humanas, interpretación existencial del ca), sino lo que quieren decimos al hombre: su ticulen: escribir la realidad para que no nos tes/refugiados bantúes de Somalia desde África
mundo. asunta implicación humana. desdiga: interpretar el mundo para que no nos a Estados Unidos: el paso del pasado al futuro,
13. El dolor nos dice que existimos: y que existe 38. Yo digo la verdad tal como la siento. atrape. el vértigo y la adaptación, el trabajo y la comi-
y sufre Dios (Unamuno). 39. La verdad tal como se siente es el sentido. 54. En el cristianismo la eternidad ha entrado da, el sueño americano y el rescoldo africano.
14. Según Ortega, el núcleo transcientífico de 40. El amor es cosmoantropológico: atracción en el tiempo: para que el tiempo pudiera entrar 91. El calor interior que pasé en Austria a pesar
las cosas es la religiosidad: yo diría que el sen- universal. en la eternidad (B. Forte). del frío exterior: el frío interior que he pasado
tido (simbólico). 41. El cuerpo como significante simbólico del al- 55. Al criticar a derecha e izquierda uno que- en España a pesar del calor exterior.
15. La persona como alma y el alma como ma: el alma como sentido simbólico del cuerpo. da flotando en un no-lugar o lugar transicional 92.Es el corazón quien siente a Dios, no la ra-
sí-mismo (Selbst, Setf, Ipse, Autós, Mismidad): 42. Sé que tengo que fallecer y por lo tanto (medial). zón, puesto que la fe es Dios sensible al corazón
abierto al otro mismo. desfallecer. 56. La máxima distensión se obtiene con la mí- (Pascal).