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1. edicién: septiembre de 2000 3.* ediciGn actualizada: septiembre de 2006 5.8 impresién: julio de 2009 © 2000 y 2006: Jorge Juan Eiroa Derechos exclusivos de edicién en espafiol reservados para todo e! mundo: © 2000, 2006 y 2009: Editorial Ariel, S. A. ‘Ay. Diagonal, 62-664 - 08034 Barcelona ISBN 978-84-344-5213-8 Depésito legal: B. 32.936 - 2009 Impreso en Espata por Book Print Digital Botanica, 176-178 08901 L'Hospitalet de Llobregat (Barcelona) El papel utilizado para la impresidn de este libro scien por cien libre de cloro {y esté calificado como papel eeolégico. Queda rigurosameste prohibida, sin la autcrizacion escrita de los ttulares del copyright. bajo las sanciones establecidas en las leyes. la reproduccidn total o parcial de esta obra por cualquier medio o procedimiento, comprendidos la reprografia y el tratamiento informéiico, y la distsbucisn de ejemplares de ella mediante alquiler o préstamo piblices. PROLOGO Hace unos pocos afios los nuevos planes de estudios, atin vigentes cuando redac- to estas lineas, convirtieron a la Prehistoria en una asignatura troncal de la Licencia- tura de Historia, situdndola en el primer curso de la carrera, de manera que una buena parte del alumnado que cursara Historia sélo tenfa la oportunidad de acceder a la Prehistoria durante su primer curso de la Licenciatura, salvo que quisiera elegir des- pués un itinerario que le permitiera un cierto grado de especializacién en Prehistoria, Arqueologia e Historia Antigua, a través de la eleccién de asignaturas optativas. En el marco del nuevo Espacio Europeo de Educacién Superior, de proxima entrada en vigor, la asignatura de Prehistoria, o Prehistoria General, 0 Prehistoria Universal, figurar4 en todos los planes de estudio del Titulo de Grado en Historia, en el grupo de las «materias comunes» (equivalente a lo que hoy denominamos «materias troncales»), siendo su objetivo fundamental mostrar un panorama gene- ral de la Prehistoria y proporcionar al alumnado unas nociones a partir de las cuales pueda profundizar en cursos superiores en aspectos concretos de la Prehistoria. Este libro, Nociones de Prehistoria General, que en su tercera edicién ha sido actualizado, revisado y ampliado en algunos capitulos, intenta responder a las ne- cesidades que plantea una asignatura de este tipo. En su articulacién presentamos un primer bloque dedicado a aspectos introductorios de tipo historiogrifico y meto- dolégico (capitulos 1 al 4), con el que se pretende hacer comprender al alumnado qué son la Prehistoria y la Arqueologia prehistérica, cudles son su lenguaje cientifi- co y sus métodos y técnicas de trabajo, asi como los fundamentos teéricos en los que hoy se asienta. Tras este planteamiento, contintia un desarrollo tematico basado en una estructura cronolégica ineludible, con una serie de temas agrupados en blo- ques coherentes que hacen referencia a grandes periodos culturales, al término de Jos cuales se puede acceder a una seleccion bibliografica actualizada que permite al alumnado realizar consultas més especfficas. He intentado con este esquema propor- cionar recursos, no sélo para el mero estudio o consulta, sino también para saciar la curiosidad inmediata de este primer contacto con la Prehistoria y para orientar al alumnado con una bibliograffa a partir de la cual puede elaborar trabajos sobre cuestiones y aspectos especificos, bajo la tutoria del profesorado. En esta tercera edicién he intentado, ademés, ser sensible a los inevitables nuevos disefios docentes, de manera que al mismo tiempo que se atiende a las demandas de una exposicién que podriamos definir como clésica, lo cual es titil para utilizar el libro aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. PROLOGO 9 elaborados, en los que los alumnos puedan encontrar los datos fundamentales de los temas tratados en clase, a los que he aiiadido un apéndice bibliogrético al final de cada bloque temitico. La bibliograffa seleccionada no es més que una pequefia parte de la existente. Afortunadamente, la Prehistoria ha generado en los ultimos 25 afios mucha mas bi- bliograffa que en todos los afios anteriores de su historia como ciencia. La oferta es de tal magnitud que es inevitable prescindir de muchos buenos trabajos, a los que un es- tudiante que desc profundizar en cualquier tema puede tener acceso en las bibliote- cas especializadas. Entre las muchas espafiolas puedo citar la del Museo Arqueoldgi- co Nacional, la del C.S.1.C., la de la Academia de la Historia y la del Instituto Ar- queolégico Alemén, todas en Madrid. El [.A.A. ha editado y actualiza anualmente el CD-ROM Dyabola, con el catilogo completo de sus fondos bibliograficos. También através de Internet se puede tener acceso tanto 2 temas especificos como a repertorios bibliogréficos: por citar una tinica direccién entre las muchas existentes, haré refe- rencia a la oferta de la Universidad de Connecticut: http://archnet.uconn.edu/, con un magnifico contenido por continentes y paises. Desde esa misma pdgina puede accederse a otras muchas igualmente interesantes en las que las posibilidades de in- formacién son précticamente ilimitadas. Uno de los problemas al que he tenido que hacer frente ha sido el de la crono- logfa, inmersa hoy en la compleja cuestién de la calibraci6n de las fechas proporcio- nadas por las dataciones absolutes del C-14, que deben ser corregidas mediante su calibracién con el fin de eliminar las discrepancias entre las fechas C-14 convencio- nales y las fechas calendédricas reales, debido a las diferencias experimentadas por las tasas de produccién de C-14 a lo largo del tiempo y las variaciones del campo magnético terrestre. Para evitar confusiones y mientras no podamos disponer de un cuadro general universal de fechas calibradas para todos los perfodos, he decidido seguir con los esquemas tradicionales, aunque advirtiendo que, para determinadas etapas de la Prehistoria reciente, se hace cada vez més necesaria la adecuacién de fechas al nuevo calendario calibrado, basado en la dendrocronologfa. Entre 2.200 y 400 a.n.e. las fechas calibradas se incrementan entre 100 y 200 afios. En la actualidad se utilizan las curvas de calibracién de alta precisién, no exentas de problemas (véase esta cuestion en el capitulo 2). En la medida de lo posible he adoptado visiones globales o de conjunto, inten- tando poner de manifiesto la diversidad cultural de algunos perfodos y los desequili- brios producidos por los avances sociales, tecnolégicos y econémicos en unas partes del mundo, mientras en otras el aislamiento o el medio imponian un ritmo mucho mas lento. Siempre es conveniente tener presentes estas diacronias, que en el pasado justificaron procesos culturales difusionistas, aunque hoy su valoracién cultural se aprecie desde otras perspectivas. En todo caso, puede ser revelador para un estudial te que se inicia en la Prehistoria tener presentes los acontecimientos y cronologias de las grandes dreas culturales de Oriente, poniéndolos en relacién con los de otras reas estudiadas. Se han incluido algunos cuadros y mapas para esquematizar perfodos y para fa- cilitar la localizacién de lugares y yacimientos. Es evidente que no todos pueden ser incluidos, por lo que se han seleccionado aquellos que pueden ser ms significativos, especialmente los mencionados en el texto. Es recomendable, no obstante, la utili- zacién de un buen atlas de los muchos editados en los tiltimos aiios (a los que se aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. 12 NOCIONES DE PREHISTORIA GENERAL Afirma R. C. Dunnell que la Prehistoria es «la ciencia de los artefactos y las rela- ciones entre artefactos, levada segiin el concepto de cultura». La definicién como «ciencia» no le presenta ninguna duda, puesto que, afiade, «siempre que una disciplina dada posea una estructura tedrica que pueda utilizarse para organizar sis- teméticamente los fenémenos con el fin de explicarlos de una manera comprobable, tal disciplina puede considerarse ciencia». La proyeccién cient/fica de la Prehistoria se orienta en dos direcciones basic: por un lado, Ja investigacién cientifica del origen y pasado de los seres humanos, apoydndose en los testimonios materiales que de ellos se han recuperado a través de la Arqueologfa. y, por otro, la elaboracién de un esquema interpretativo del pasado de la humanidad, verificado y perfectamente comprensible. Aunque se trata de una disciplina relativamente joven, puesto que tiene poco mis de un siglo de existencia, el concepto de Prehistoria ha ido evolucionando a lo largo de su desarrollo cientifico, puesto que la teoria global, es decir, la concepcién que tienen los prehistoriadores sobre la forma y los mecanismos de evolucién de la cultura, ha pasado de estar principalmente basada en principios de naturaleza histori- ca (cronologfa, tipologia, descripcién de hechos...) a fundamentarse en otros desde Ja reflexién cientffica, en la que los datos utilizados, frecuentemente procedentes de complejos procesos en los que estin implicadas otras disciplinas, deben estar verifi- cados y contrastados. Asf, siendo la Prehistoria una disciplina académica y una ciencia, es también un tipo determinado de estudio que ha requerido el desarrollo de una teoria formal y, a continuacién, la definicién del campo de estudio en el que esta teoria es operative. Sin embargo, en sus primeros tiempos 1a Prehistoria adopté los fundamentos basicos de la Paleontologfa para establecer las fases culturales, de la Geologia para poder fechar los acontecimientos a los que se referfa y de la Historia para, por fin, interpretarlos. De hecho, los antiguos términos de «Edad de! Reno» o «Edad del Hiclo», usuales en la época de los primeros grandes prehistoriadores, como Edouard Lartet (1801-1871) y Gabriel de Montillet (1821-1898), a finales del siglo xIX, hacen referencia a esta situacién. A diferencia de otras disciplinas hist6ricas, hoy la Prehistoria ha desarrollado un exclusivo lenguaje técnico para referirse a sus conceptos y ha logrado una concomi- tancia adecuada con otros aspectos parciales de las ciencias, como la Antropologta, la Genética, la Biologia, la Geologia, 1a Geograffa, etc., para hacer frente a determina- dos problemas especfficos que habitualmente surgen en el proceso de investigacin y estudio de las evidencias arqueolégicas, principal fuente de abastecimiento de datos para los prehistoriadores, En ocasiones, sc ha identificado a la Prehistoria con la Arqueologia prehistérica. La Arqueologia (etimolégicamente «discurso sobre las cosas antiguas») estudia sis- teméticamente la antigiiedad, mediante la aplicacién de métodos y técnicas propios, teniendo como principal finalidad la recuperacién de los restos del pasado para poder extraer de ellos los datos necesarios que permitan reconstruirlo o, mas bien, crear de él una imagen lo més aproximada que sca posible a lo que fue la realidad. Se trata de una disciplina cientffica que estudia las manifestaciones culturales de las socieda- des pretéritas basdndose, esencialmente, en los restos materiales y en otros datos que puedan extraerse del contexto general, a través de las prospecciones y excavaciones sistematicas. EL CONCEPTO DE PREHISTORIA. 13 Algunos autores, como Irving Rouse, han afirmado que mientras la Arqueologia, que tiene un enfoque analitico, es «una disciplina t6pica que, por definicién, se limita a los rasgos materiales supervivientes de la humanidad», la Prehistoria es «una disci- plina totalista de los rasgos humanos, incluyendo las estructuras sociales, la religi6n, las lenguas, que no dejan restos arqueolégicos» De esta manera, la Prehistoria es Ja ciencia que estudia los restos de los seres humanos y de sus actividades con el fin de interpretar su forma de vida en una época en la que no existen testimonios escritos, y la Arqueologia prehist6tica es la que se dedica a la recuperacidn de los restos prehist6ricos, es decir, desde los origenes humanos hasta la aparicion de los textos escritos. En términos generales podemos decir que los objetivos fundamentales de la Prehistoria son: 1. Elestudio del origen de la especie humana y sus primeras manifestaciones culturales. 2. El estudio del medio orgénico e inorgénico en el que se desarrollaron las primeras actividades humanas. 3. La formacién y desarrollo de la cultura humana, en su mds amplio sentido y los procesos de cambios culturales. 4. Los modos de vida y de subsistencia de las distintas comunidades prehisté- ricas. 5. Los aspectos sociales, tecnoldégicos, de organizacién, de formas de produc- ci6n, creencias y ritual funerario. 6. La interpretacién cientifica del pasado. Estos objetivos pueden resumirse en uno general: el estudio de los seres huma- nos, su cultura y sus sistemas sociales, valiéndose fundamentalmente de los restos materiales obtenidos a través de métodos y técnicas arqueolégicas y apoyandose en diversas disciplinas auxiliares y complementarias, en un espacio de tiempo en el que no existe la escritura. El Ifmite cronoldgico inferior se sitia hoy cercano a los tres millones de afios, cuando aparecen las primeras evidencias de actividad humana y los primeros conjun- tos de artefactos elaborados por los seres humanos, en tierras de Africa centroorien- tal. El limite superior es. sin embargo, mds problemitico. ya que se han manejado distintos criterios, puesto que la apariciOn de la escritura, que en el oriente meso- potdmico acontece hacia 3200 a.C., es un hecho hist6rico diacrénico en distintas partes del mundo. E] establecimiento de este limite superior afecta a las relaciones: entre la Prehistoria y los comienzos de la Historia Antigua y afecta al criterio que pueda establecerse para aceptar el momento de separacién entre ambas disciplinas. En este sentido, el término Protohistoria (literalmente «la primera historia» ), ha- ce referencia a un perfodo situado entre el final de la Prehistoria y el inicio de la Historia Antigua, en el que los grupos estudiados no producen todavia textos escri- tos, pero sf existen referencias a ellos en los textos de otros grupos contempordneos. Este es el caso de los iberos, celtas y celtfberos de la peninsula Ibérica, en un perfodo previo a la llegada de los romanos, que sin embargo, eran mencionados en las fuentes griegas y latinas. En este caso el término Protohistoria hace referencia a la Edad del Hierro. Sin embargo, otros autores, sobre todo los franceses, lo aplican en Europa a 14 NOCIONES DE PREHISTORIA GENERAL las culturas desde el Calcolitico a la Edad de! Hierro, a lo que algunos ya denominan «Prehistoria reciente», siguiendo el criterio de que son contempordneas a la aparicién y expansi6n de la escritura en el Proximo y Medio Oriente. En realidad, el Iimite que puede establecerse es puramente metodolégico, ya que afecta a la calidad y cantidad de los datos obtenidos a través de la utilizacién de los métodos y técnicas de la Prehistoria y de la Arqueologfa prehist6rica o de la Historia Antigua y la Arqueologia clisica. En todo caso, es una cuestiGn que tiene mas importancia en la organizacién académica que en la actividad investigadora. Los inicios de la ciencia prehistérica Aunque existen numerosas evidencias del interés que el pasado prehistérico ha despertado siempre entre la erudicién europea, es en el siglo XVIII, el Siglo de las Luces, cuando este interés se materializa en obras publicadas por los inquietos in- vestigadores alineados en Ia heterodoxia intelectual. Mucho antes, los testimonios no pasaban de meras apreciaciones personales. en las que, no obstante. ya se aprecia la inquietud por escrutar el pasado més remoto de la humanidad. Asf, Lucrecio en su De rerum natura, el marqués de Villena (} 1433) en su Arte cisoria, Pedro Antonio Beuter (1604) en su Cronica general de toda Espana, el director del Jardin Boténico del Vaticano Michele Mercati (1541-1593) en su Merallotheca Vaticana (publicada en 1719), Antoine de Jussieu (1723) en su De lorigine et de l'usage des pierres de {foudre, el historiador militar Joaquin Martin y Mendoza (1776) y otros mas hacen curiosas referencias al uso de las «piedras del rayo» (instrumentos de sflex), de los cuchillos de hueso o de las hachas de piedra pulimentada encontradas en yacimientos arqueol6gicos. que consideran supuestos utensilios 0 armas de los antiguos. Sin em- bargo, no existfa una conciencia clara del cardcter prehistérico de esos instrumentos, ni siquiera una comprensién temporal de la época a la que pertenecfan, debido sobre todo a los limitados conocimientos geolégicos del momento. Es en Francia donde por primera vez se adquiere conciencia de la existencia de una €poca prehistGrica, cuando un romantico joven funcionario de Aduanas lamado Jacques Boucher de Perthes (1788-1868), que habia fundado la Sociéte @’Emulation en Abbeville, se decide a excavar en las terrazas del rio Somme, encontrando numero- sas evidencias de los hombres prehist6ricos y fundando un pequefto museo en 1844, en el que expuso las piezas. En 1846 publicé su curiosa obra, Antigtiedades célticas y antedituvianas, muy impregnada de las corrientes nacionalistas del momento y crean- do, tal vez, la primera imagen del hombre prehistérico, que apenas tuvo repercusién entre los sabios oficiales de la Academia de las Ciencias de Paris. El reconocimien- to de sus ideas vino de Inglaterra, donde unos afios antes John Frere (1740-1807) habja comunicado a la Royal Society de Londres sus hallazgos prehistéricos en Hox- ne. Una comisién geolégica formada por Lyell, Prestwich y John Evans (padre de sir A. Evans, el excavador de Cnossos), incentivados por los hallazgos de restos prehist6ri- cos en distintos pafses, se desplazan en 1859 a Abbeville y confirman la autenticidad de los descubrimientos de Boucher, provocando que, poco después, Albert Gaudry rehabilitase la figura del padre de la Prehistoria francesa en la Academia parisina. Ese mismo afio Lyell publicaba su obra La antigtiedad del hombre probada por la Geologia. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. EL CONCEPTO DE PREHISTORIA 19 mann excava en Troya y Micenas y, poco después, los trabajos de F. Petrie en Egipto, A. Evans en Creta, L. Wooley en Ur y otros muchos arquedlogos en diferentes areas del Vicjo y Nuevo Mundo van definiendo un panorama cultural muy rico y variado, a través del método arqueoldgico. Prehistoria y Etnologia La Etnologia es «la ciencia que estudia comparativamente los pueblos, gentes 0 naciones y sus culturas, para proponerse establecer las leyes fundamentales de origen y desarrollo de éstos», definicién que requiere algunas matizaciones, como veremos. Su etimologia se busca en los vocablos 29vog (puedlo, raza...) y déyos (tratado 0 estudio). Pero, segiin Ugo Bianchi, la Etnologia es una ciencia «discutida y discuti- ble en su nombre, en su objeto, en su método y en su terminologfa». En su nombre porque, especialmente en los pafses de tradicién anglosajona, se la prefiere llamar, por considerarla incluida dentro de la Antropologfa general, «antropologia cultural», dejando el nombre de «antropologia fisica» a la rama que se dedica a estudiar los aspectos fisicos de los pueblos. De aqui que E. A. Hoebel, siguiendo a Kroeber, diga que la Etnologia «es la ciencia de los pueblos, sus culturas e historias como gru- pos», ya que como ciencia, la Etnologfa se esfuerza en dar explicaciones que van més alld de la descripcién (y en esto se diferencia en gran parte de la Etnografia), poniendo énfasis sobre el andlisis y la comparacién. En palabras de R. H. Lowie: «La Etnograffa es la ciencia que describe y trata de Jas culturas de los grupos humanos». Tampoco falta quien haya llamado a la Etnologia «historia cultural», 0 «evolu- cionismo cultural», dado que cada cultura puede interpretarse como una continuidad en evolucién a través del tiempo, y el trasfondo histérico de las culturas tiene mucho més interés para la Etnologia. En general, dentro de los pafses de tradicién anglosajona, los etnélogos que se ocupan de aspectos parciales, tales como las instituciones sociales, la familia, el pa- rentesco, los grupos de edad, etc.. prefieran Ilamarse «antropdlogos sociales», por afirmar que sus estudios estén en la base de la «estructura social», dentro de la Emologfa. Asf, muchos antrop6logos ingleses aceptan la postura de A. R. Radcliffe Brown, que niega la utilidad de los estudios hist6ricos para la Antropologfa y separa a ésta de la Historia. Se trata, como veremos, de una cuestion conceptual que, pese a todo, no supone un hiatus tajante entre una y otra forma de entender lo que es la Etnologfa. Frente a la pretensién un tanto totalitaria de la Antropologia de ser ciencia-sintesis de todas las ciencias que estudian al hombre, va perfilandose hoy una idea mucho més modesta, mis simple, pero también mds légica, que trata de definir la Antropologfa como una ciencia limitada que trata de realidades sociales, histéricas y especificas. La preferencia por uno de los dos términos (Etnologia 0 Antropologia cultural) solamente expresa una atenci6n predominante dirigida hacfa un tipo de investigacién concreto, que nunca excluird al otro. Antropologia cultural y Etnologia, que a veces se identifican, no constituyen dos ciencias diferentes, sino dos etapas sucesivas 0, mejor atin, dos concepciones diferentes de una misma investigacion. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. EL CONCEPTO DE PREHISTORIA 23 glo xu llamado Giovanni de Pian de Carpini, autor de una Historia Mongolorum, asi como de los viajes de Marco Polo, que ofrece al mundo occidental noticias del Lejano Oriente, llenas de fantésticos relatos, a veces sin base documental posterior. La Etnologia da sus primeros pasos en la llamada Era de la Raz6n, cuando, tras los grandes descubrimientos geograficos, los pensadores de la Ilustracién empezaron ‘a crear una filosofia evolucionista de la Historia para explicar la presencia de los pueblos primitivos recién descubiertos. Antes, en la época del Renacimiento, también surgieron ideas de estudios comparativos, sobre todo con el estudio de la Antigiiedad clasica. Fray Bernardino de Sahagiin escribié sobre los aztecas, a principios del si- glo XVI, y es ésa, a nuestro entender, la primera etnografia sistematica de un pue- blo no europeo. En el siglo XVII, el jesuita Lafitau publicé la primera Etnologia comparada (un estudio de los indios americanos y su cultura, en comparacién con la antigua Roma). Y la Historia de América de W. Robertson formul6 ya un cierto ntimero de principios de Antropologfa evolucionista y creé los fundamentos de los sistemas evolucionistas que marcarfan el nacimiento de la Emologfa hacia 1860. La primera visin global que aparece en los estudios etnoldgicos con carécter general parte de la concepcién del evolucionismo que, con antecedentes en Adolf Bastian (1826-1905) y su contemporineo Virchow, cristaliza en las teorfas de J. F. Mae Lennan (1827-1881), Lewis H. Morgan (1818-1917) y, el mejor conocido en general, Edward Burnett Tylor (1832-1917). El evolucionismo se centra en la evolucién unilateral y en el intento tanto por generalizar las caracteristicas de las culturas individuales, como por encajarlas dentro de las bastante rfgidamente definidas etapas de desarrollo cultural. Morgan, que trabajé sobre todo en uno de los campos mis dridos de la Etno- logfa cual es el de los términos de parentesco, lleg6 a tener fama internacional, sobre todo porque los lideres comunistas fijaron su atencién en su obra Ancient Society, publicada en 1877, encargdndose de popularizar sus teorias, ya que éstas encajaban perfectamente en el esquema de la filosofia marxista. EI prop6sito de Morgan fue, sobre todo, proporcionar un esquema completo del progreso de las instituciones, con atencién especial al matrimonio, parentesco, go- bierno, propiedad, etc. Por otro lado, Tylor, definido por Caro Baroja como «el tedrico més fuerte del evolucionismo», supone la cristalizacién de las teorfas evolucionistas y el asenta- miento de sus bases, sobre las que van a trabajar una gran parte de los investigadores hasta comienzos del siglo Xx. Tylor tenia una capacidad critica y unos conocimientos enciclopédicos que lo pusieron muy por encima de sus compafieros briténicos. Em- ples el método comparativo (con verificaci6n de estadistica) para inferir la historia de lacultura y las relaciones funcionales, asf como para postular conceptos universales. Era compafiero de armas de Huxley, Galton, Spencer y Wallace. Y en contraposicién con la actuaci6n de sus contempordneos especializados en ramas o campos muy par- ticulares, como la religi6n, el arte, etc., Tylor se dedicé a todas las manifestaciones 0 aspectos de la cultura, en mayor o menor grado. Para Tylor, la diferencia cultural entre unos pueblos y otros se debfa aun distinto «grado» 0 «nivel», dentro de una marcha general y uniforme, ascendente y valida para toda la humanidad. As‘, «el pueblo que profesaba una religién animista era mas aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. EL CONCEPTO DE PREHISTORIA 27 Ninguno de ellos ha tratado bien la dimensi6n de tiempo y. en parte por ello, en parte por las nuevas ideas surgidas hace poco, hoy se intenta buscar una postura mas ecléctica, por autores que propugnan un «revisionismo postfuncionalista», que busca determinar en qué medida proporcional intervienen los aspectos cultural, sistémico, morfolégico, grupal ¢ individual de la estructura social. En estos estudios destacan: Blau, Menzei, Lazarfeld, Davis, Heider, Boudon, Selvin y otros Tanto los estudios prehistéricos como los etnolégicos tienen un fin comin: el andlisis del hombre y su cultura. Tal vez por eso la Prehistoria y la Etnologfa tienen también en comin su espititu de sfntesis. Se trata de dos ciencias complementarias que, con la adecuada prudencia, pueden aportar mucho la una a la otra. Desde ambos campos se estudia la cultura humana, pasada o presente, en sus més variadas manifestaciones. Pero es desde la Emologia desde donde se puede rastrear la «permanencia de la cultura», sus cambios, su desarrollo general, mediante manifestaciones observables y capaces de ser captadas por el investigador. Los cambios en la concepcién del «cémo> ha de hacerse explican en buena medida e! afin de superacién de la ciencia etnolégica. No se trata de cambios de sentido en 1a orientacién de los estudios. sino en una simple adecuacién formal. De aqui que todos los ensayos sean validos desde el punto de vista cientffico, aunque en sus resultados se deba medir més el fruto obtenido de acuerdo con el enriquecimiento que aporte a nuestro conocimiento sobre el hombre y la cultura humana. La realidad de la cultura es una capa sedimentaria que va posindose en el fondo de los individuos. No se trata de un fruto del azar, sino de un proceso que guarda relacién con el desarrollo del espfritu humano. Por eso es imposible comprender ta historia de cada pueblo sin antes haber rastreado de qué forma se han ido haciendo cuerpo sus rasgos mds caracteristicos. LA ESCUELA DIFUSIONISTA EN PREHISTORIA (HISTORICISMO CULTURAL) Parte de las ideas de la escuela histérico-cultural, que pretende determinar el orden en el que han ido apareciendo las culturas y civilizaciones basicas y las que de ellas se derivan. La idea fundamental es que sdlo existen unos pocos centros en el mundo en los que se han originado las culturas principales, desde donde los lo- gros culturales se han difundido a otros lugares, mediante determinados mecanis- mos. La cultura es concebida desenvolviéndose progresivamente a través del tiempo y siguiendo esencialmente la misma secuencia de desarrollo en todos los pueblos de la Tierra. En este sentido, el historicismo cultural cs evolucionista, aunque pretende desprenderse del sentido unilineal o de uniformidad del evolucionismo darwinista. De esta manera, la cultura se origina en un centro, bajo determinadas circuns- tancias ambientales y materiales, y desde ail se distribuye a otros centros, mediante los mecanismos de difusion (directa o indirecta, lineal o en mosaico), movimientos migratorios, descubrimicntos ¢ invenciones. De esta manera, se entiende que la cul- tura es un sistema de conductas aprendidas que se compone de rasgos que, a su vez, son expresiones de ideas. Estas ideas nacen y se difunden a través de los mecanis- mos citados, de manera que el difusionismo justifica la expansién de la cultura desde sus centros originales a otros mas o menos alejados en los que se aprecian rasgos aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. FL CONCEPTO DE PREHISTORIA 31 Tanto en Rusia como en China y otros pafses comunistas los logros de los ar- quedlogos marxistas en sus trabajos de campo fueron muy notables, sobre todo entre 1950-1970. LA PRIMERA RENOVACION CONCEPTUAL Y METODOLOGICA DE LA PREHISTORIA Se debe a la obra del prehistoriador australiano afincado en Gran Bretaiia Vere Gordon Childe (1892-1957), pionero en la critica a la Arqueologfa positivista y autor de varias obras fundamentales sobre la Prehistoria europea, entre las que sobresalen The Dawn of European Civilization (1925), The Danube in Prehistory (1929) y Man Makes Hinself (1936), al que puede considerarse como el verdadero fundador de la Prehistoria moderna. Con un espiritu innovador, Childe rompe con {as explicaciones tradicionales, basadas casi exclusivamente en la Geologfa, las Ciencias Naturales, la evolucién ti- poldgica y el difusionismo desde Oriente, pasando a evaluar otras evidencias que afectaban a aspectos sociales y econémicos y al desarrollo cultural. Childe, junto a G. Kossinna (aunque desde posturas bien distintas) reacciona contra el historicismo, afirmando que s6lo era posible aceptar semejanzas en la cultura material entre dos pueblos si éstos compartian una forma de vida en comtn. Por ello, sustituy6 el con- cepto de «fase» por el de «unidad cultural», concibiendo la cultura como una unidad econémica y social, en la que se inserta un contexto arqueolégico concreto, en un espacio y tiempo determinados. E! pensamiento childeano se apoyaba en dos presupuestos: (1) la idea de evo- lucién sociocultural, tomada como una analogia de la evolucién bioldgica, de tal manera que el cambio cultural se puede interpretar como una adaptacién de los gru- pos humanos al medio; y (2) la teorfa marxista, que decia que la base material (la infraestructura) es determinante en ultima instancia y obliga a observar e interpretar la esfera tecnolégica y econémica. ‘Aunque Childe se apoya en la teorfa marxista, retomando las ideas de Morgan, Marx y Engels, y estuvo influenciado por el materialismo histrico, en su metodo- logfa subsisten muchos clementos positivistas y también recibié las influencias de B. Malinoswski, Radcliffe-Brown y E. Durkheim. En él convivian evolucionismo, difusionismo (un difusionismo matizado) y funcionalismo y, aunque pasé de las in- terpretaciones positivistas a las del materialismo dialéctico, nunca prescindié del to- do de las primeras. «La Arqueologfa —decfa Childe— proporciona una especie de historia de la actividad humana, siempre y cuando las acciones hayan producido re- sultados coneretos y hayan dejado huellas materiales reconocibles.» A Gordon Childe se debe el concepto de «revolucién», que toma del prefacio de la obra de K. Marx Contribucién a la critica de la economia politica, aplicado a los cambios mas espectaculares de la Prehistoria: la «revolucién neolitica» que condujo a las sociedades productoras y la «revolucién urbana» que Ilevé al nacimiento de las primeras ciudades y de la civilizacién. Childe fue. en definitiva, el més importante renovador del concepto de Prehis- toria de principios del siglo Xx, aunque hoy, tras la renovacién producida con la aparicién de la «Nueva Arqueologia», muchos de sus supuestos se contemplen desde posturas criticas. Sus ideas propiciaron la aparicién de nuevos enfoques, orientados

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