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INTEGRANTES: Veronica Alvarez

Luisa Araujo
Andrea Muñoz
Liliana Ortega

Caso 3. Utilitarismo
Sandra es una psicóloga educativa con más de 20 años de trabajo continuo en educación, en el
que se ha desempeñado con éxito tanto dentro de equipos escolares como en la práctica privada.
Al cumplir 45 años, le ofrecen en su pueblo natal una oportunidad de trabajo, entonces decide
darle un giro a su práctica profesional y dedicarse al campo clínico, desea tener algunas
experiencias en ese campo y posteriormente emprender un entrenamiento específico. Aunque
recuerda su formación de pregrado y algunas lecturas, tiene dudas en cuanto a los diferentes
enfoques, las terapias y técnicas que se utilizan y las aproximaciones teóricas contemporáneas.
Realmente no ha profundizado en la Psicología basada en la evidencia, pero en aras de ayudar a
muchas personas de las que ayudaba en su antiguo trabajo, decide aceptar y emprender este
nuevo proyecto profesional. Aun así, decide consultarle a un colega las condiciones y exigencias
éticas que tiene esta decisión profesional. Su compañero y amigo le plantea estas preguntas:
¿Con esta decisión, qué implicaciones éticas estarían en juego y realmente estaría ayudando a un
mayor número de personas?
¿Cuáles serían las obligaciones éticas a cumplir para beneficiar a un gran número de personas?
Desarrollo
• Implicaciones éticas

Sandra se encuentra en medio de un dilema ético y profesional, la primera razón que evoca es
porque no tiene la suficiente experiencia adquirida en el campo clínico de la salud, este es un
factor que juega en su contra, más sin embargo no es un limitante para ejercer dicha práctica, ella
tendrá que fundamentar su decisión basada en la doctrina del utilitarismo, es decir se debe
preguntar los siguientes cuestionamientos ¿Cuáles son las implicaciones a largo plazo que
entraña el ejercer su profesión como psicóloga clínica?; ¿Qué sucederá con los participantes y
beneficiarios de su anterior programa educativo?; ¿Quiénes realmente son favorecidos por esta
decisión?; ¿Cuantas personas se verán beneficiadas y perjudicadas?. Las anteriores inquietudes
son necesarias puesto que ella no está sola en el mundo, interactúa con un medio social y uno de
los principios éticos y deontológicos del profesional en psicología implica tener una disposición
al servicio genuino por el otro, a causa de esta premisa, su decisión deberá transitar por una serie
de derroteros que la lleven a tomar la decisión adecuada, esta alternativa deberá estar guiada por
el principio del bien común, tendrá que medir cuales son las ventajas objetivas y colectivas de
ejercer la práctica clínica, quizá el desprendimiento de sus interés individuales y monetarios
juegan un papel primario a nivel ético, es decir, es casi explicito que su cambio abrupto de
enfoque y campo de aplicación está sujeto a un interés individual de cualesquier tipo, (reto o
desafío profesional, mejores condiciones salariales, habituación y desinterés por el área
educativa, mayor experiencia y versatilidad profesional, retorno a su lugar natalicio etc.) no
obstante, este interés tiene que salir de la lógica individualista, es ventajoso plantearse si solo lo
hace por un beneficio personal y si en el trayecto estaría dejando muchas personas afectadas por
su traslado.

Lo anterior sería pensado en términos del pretérito, por cuanto es fundamental saber que cantidad
de personas que dependían de su ejercicio profesional se verán perjudicadas, y también se vuelve
menester conocer si su posicionamiento y labores en aquel antiguo lugar de trabajo educativo era
indispensable o irremplazable por lo menos a corto plazo, no solo eso, también es imprescindible
repensar que tanto dejará de aportar a nivel educativo, de lo cual 20 años de experiencia no son
en vano ya que es mucho el aporte que ella puede generar desde su conocimiento y experiencia
exclusiva en esta área (ponencias, cátedra, producción intelectual, intervenciones, asesorías
académicas, apoyo a docentes y personal educativo etc.). Ahora, no significa que estemos del
todo en contra de su decisión de volatilidad, es más, desconocemos si esta acción traerá mayores
beneficios a su vida profesional y más importante aún, mejores aportes a la sociedad e
involucrados que se nutren de su labor psicológica, por tanto, también sería interesante si se
tanteara una decisión no ortodoxa o radical donde ella combine su interés por cambiar de ámbito
y a la vez seguir aportando en el área educativa; usando las coordenadas para la explicación de
esta idea debemos dilucidar el adagio que queremos brindar a Sandra como colegas, porque
nuestro interés es que ella tome una decisión justa desde el sentido utilitarista sin olvidar ni
tampoco descuidar sus intereses profesionales y personales.

• Obligaciones éticas

De esta manera, sería casi atrevido pero no descartable el imaginario de creer en la posibilidad de
anudar ambas disyuntivas, centralizar el interés de su nuevo trabajo focalizado a la clínica pero
compartiendo un sentido educativo de su labor predecesora, quizá, para no tomar una decisión
equivoca conducida por la celeridad del apetecido empleo en su pueblo natal, es imprescindible
realizar un ejercicio profundo de reflexión en donde se dejen claros los mayores asuntos y
antinomias de perjuicio, y sin exagerar por algún motivo se diera el caso de un abandono a su
labor profesional, en efecto, si ya la decisión es con convicción dirigida al cambio de aires
profesionales, ella deberá proceder por procurar dejar todo organizado, esto implica una postura
movilizadora y activa donde la mujer sea capaz de establecer un orden en su anterior trabajo en
el que se evidencie una actitud vehemente por parte de ella para evitar el mayor mal posible en
su vacante cedida, esto no solo implica a lo administrativo, también se cohesiona con el interés
social y del servicio prestado, sin mencionar que ella tiene que realizar un proceso de despedida
y compaginación institucional con quien ocupe el cargo, otro factor importante será la
interacción genuina que la psicóloga disponga con la población que deja atrás (estudiantes,
docentes, padres de familia, acompañantes, compañeros ), aquí se trata de realizar un ejercicio
sincero más allá de los intereses de cada uno, donde prime el bien común y el menor grado de
afectación para ambas partes.

Finalmente, considerando el futuro que devenga si ella aceptara el nuevo cargo sería muy
conveniente trabajar el empoderamiento y especialización de los nuevos saberes casi
desconocidos y, a su vez fomentar el manejo de las estrategias e intervenciones clínicas para un
eficiente desempeño laboral, lo anterior ya hace parte de la ética profesional donde las preguntas
a responder son ¿Estoy preparado para ejercer como profesional en el campo clínico?; ¿Cuántas
personas nuevas se verán beneficiadas con el hecho que llegue a ocupar el cargo?; y casi vital es
el interrogante ¿soy capaz de prepararme lo suficiente durante el tiempo que ejecute el cargo, con
la intención de generar un bienestar a la comunidad con quien intervenga?. Solo si Sandra es
consciente de evaluar todas estas dudas que recorrimos en la reflexión tomará una decisión ética
y basada en el utilitarismo.

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