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D O S S I E R CALIDAD DE LA EDUCACION

Autonomía Escudero, J.M., 1995; Gimeno, J., 1994: 7; Mi-


nisterio de Educación y Ciencia, 1994; O.C.D.E,

del Centro Educativo, 1991; Suárez, G., 1994). Cabe, por tanto, dedu-
cir que, si los centros educativos son el motor

Impulsor de la Calidad fundamental de la calidad de la educación, la


autonomía que se les otorgue ha de ser el motor

Institucional
que los impulse a diseñar, dinamizar y gestionar
una mejor calidad educativa (Consejo Escolar
de Andalucía, 1999: 3).
Aunque en las sociedades actuales, en las que
Samuel Gento Palacios
Universidad Nacional de Educación a Distancia de España la educación se ha convertido en un servicio
sgento@sr.uned.es público fundamental, no puede eliminarse el
papel garante de este servicio que corresponde a
En el terreno educativo cobra hoy particular re- las Administraciones educativas, éstas han de
levancia el planteamiento dialéctico entre el con- ejercer un “papel de guía, que ha de ser entendi-
trol externo de los centros y su autonomía do como el caparazón dentro del cual ha de ejer-
organizativa y funcional. Aunque resulta difícil citarse confortablemente el enfoque y toma de
eliminar uno u otra, cada vez se pone más de decisiones de carácter profesional” (Darling-
manifiesto la necesidad de avanzar en el otorga- Hammong, L., 1997: 214) en definitiva, son los
miento a las instituciones mencionadas de ma- propios educadores en sus centros los que han
yores cotas de autocontrol. Las experiencias de de asumir el protagonismo del impulso a la edu-
numerosos países están poniendo de manifiesto cación, aunque apoyados en su actuación por
la necesidad de acentuar este principio. Es pre- los respectivos poderes públicos.
visible, por tanto, que la extensión de la autono-
mía como principio y hasta las cotas de disfrute
de la misma aumenten considerablemente (Mañu,
J.M., 1999: 56).
La autonomía institucional es, generalmente,
reconocida como un componente esencial en el
proceso hacia la mejora para la calidad. Aun cuan-
La tensión entre el control externo y la autono-
do no existe una fórmula sencilla para el mejo-
ramiento de las instituciones educativas en ge- mía en el campo de la educación se ha ido resol-
neral, la autonomía supone, en definitiva, la in- viendo cada vez más en favor de la segunda,
troducción de más responsabilidad institucional pues la trasferencia de responsabilidades a los
para tratar de mejorar los resultados (Borbonés, centros educativos se considera requisito indis-
C., 1992: 95). En definitiva, la cuestión radica pensable para el logro de mayor calidad en la
no en poner más poder en manos burocráticas, educación. El autor en este artículo se propone
sino más poder en las manos de los profesores clarificar dicho concepto de autonomía de los cen-
(Rosenholtz, S., 1989). Esto supone por parte de tros educativos, explicar las modalidades que tie-
los profesionales que actúan en un centro edu- ne en los distintos sectores interesados ( profe-
cativo y de cuantos lo constituyen un compro-
sores, alumnos, padres, personal docente), y
miso para producir y llevar a cabo iniciativas que
sistematizar sus manifestaciones: económica,
lo mejoren. Este compromiso conlleva la acep-
organizativa y pedagógico -didáctica.
tación de enfoques como los de “investigación-
acción” o “reflexión sobre la práctica”.
Cada vez se pone más de manifiesto que la
promoción de la calidad de la educación donde
Palabras clave: autonomía, centro educativo, trans-
realmente se produce es, precisamente, en los ferencia de responsabilidades, sectores de partici-
centros educativos (Blázquez, F., 1998: 370; pación.

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Significado de la autonomía vados estaría vinculada a su propio origen fun-
La autonomía es un concepto relativamente dacional, ya que estas instituciones surgen por
moderno y procede, básicamente, del ámbito de la voluntad de sus creadores.
la gestión político-administrativa. Su desarrollo Con carácter general, la autonomía de cen-
está estrechamente ligado al movimiento de la tros educativos se ha entendido como la “capa-
descentralización y al de la admisión de diver- cidad de los centros educativos para decidir, ad-
sas ofertas (incluso de carácter privado) en el ministrar y gestionar libremente su programa de
ámbito educativo, que parece acentuarse actual- acción y sus recursos” (García, J.L., 1996: 54).
mente en nuestro país y en buena parte de los de Nos parece, sin embargo, que partir de la capa-
nuestra órbita geográfico-política (Blázquez, F., cidad de tales centros __tal como se enuncia en
1998: 360; Gimeno, J., 1994: 5 - 6). la afirmación anterior__ puede encerrar un cierto
Respondiendo a esta concepción inicialmen- riesgo de interpretación: en efecto, puede pen-
te política de la autonomía de centros educati- sarse que sólo debe otorgarse la autonomía a las
vos, y en relación sobre todo con los de carácter instituciones que posean dicha “capacidad”.
público, puede entenderse dicha autonomía como Aunque es evidente que el ejercicio de la au-
la transferencia a tales instituciones que la Ad- tonomía conlleva una acentuación de la compe-
ministración educativa realiza de la responsabi- tencia profesional de quienes han de disfrutarla,
lidad en la prestación de una educación de cali- debe partirse del reconocimiento de dicha auto-
dad: para llevar a cabo tal responsabilidad, los nomía y potenciar, en todo caso, tal competen-
centros establecerán su propio modelo organi- cia. Por el contrario, si la propia Administración
zativo, que mejor se adapte a su proyecto edu- educativa __u otra instancia determinada__ es quien
cativo y a su entorno (Consejo Escolar de Anda- ha de dictaminar cuándo un centro tiene la “capa-
lucía, 1999: 3). La autonomía de los centros pri- cidad” necesaria para ser autónomo, podríamos
caer en un acentuado dirigismo o en una interpre-
tación restrictiva de la competencia profesional de
los educadores.

Clarificación conceptual
Nos parece, entonces, que la autonomía de
un centro educativo puede entenderse como la
The existing tension between the external con-
posibilidad de llevar a cabo con un amplio mar-
trol and the autonomy in the field of education gen de libertad un proyecto o plan educativo
has gradually been solving in favor of the second específico, contextualizado, definido, ejecutado,
one, since the transference of respon-sibilities to controlado y valorado por los implicados en la
the educational centers is consi-dered a necessary misión del propio centro.
requisite to reach a better education quality. This Claro está que dicho plan o proyecto educati-
article’s author proposes to clarify such a concept vo ha de enmarcarse dentro de un ámbito supra-
of autonomy at educational centers, to explain centro, en el que previamente se han establecido
the modalities found at different involved sectors determinados requerimientos de homogeneidad
(teachers, students, parents, teaching staff) and y de solidaridad entre todos los centros e institu-
ciones que constituyen un marco socio - político
syste-matize their economical, organizational and
determinado, que oscilará desde el de carácter
pedagogical outcomes.
local al de tipo estatal o nacional.
En todo caso, la autonomía de un centro edu-
cativo no se agota con el ejercicio responsable
de las actuaciones que todos sus miembros lle-
van a cabo como equipo que constituye dicho
Key words: autonomy, educational center, trans- centro. Es preciso, además, considerar la posibi-
ference of responsibilities, participation sectors. lidad de que los distintos sectores que constitu-

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yen el centro y hasta cada individuo en particu- «La autonomía de un centro
lar cuenten con un margen de libertad suficiente
educativo ha de entenderse como
que les permita actuar de una forma autónoma.
Tal vez el fundamento básico del ejercicio de la posibilidad que se otorga
la autonomía radique en el principio de que, una a dicha institución para actuar
vez que un grupo de personas, o un individuo con un amplio margen de libertad».
mismo, ha recibido o aceptado libremente la rea-
lización de un determinado cometido - que pue-
de formar parte de otro cometido más amplio en
el que se inserta -, debe otorgarse a dicho grupo directivos y profesores del centro, especialmen-
o individuo la libertad de ejecutar tal cometido, te (aunque no exclusivamente), gocen cada vez
colectivo o personal asumido, de la forma que en mayor medida de una preparación que los
estime conveniente; todo ello sin perjuicio del haga competentes en su campo de actuación.
“rendimiento de cuentas” que debe seguir a la Pero, tal como hemos señalado al comenzar
realización. este epígrafe, la autonomía está muy vinculada
El planteamiento anterior requiere, por tanto, a la voluntad política de quienes, teniendo el
que el equipo de personas o el profesional que poder para ello, transfieren a las unidades de
se responsabiliza, de modo autónomo, de la eje- acción (en este caso, el centro educativo) la res-
cución de un determinado proyecto o realización, ponsabilidad de llevar a cabo un proyecto espe-
ha de tomar libremente las decisiones que con- cífico determinado. La evidencia está demostran-
duzcan a su finalización, aunque respetando los do que la intervención centralizada y autoritaria
términos o condiciones en las que se asume dicha del poder no mejora la calidad de la educación;
responsabilidad. Durante la ejecución del proyec- por el contrario, el otorgamiento a los centros
to asumido, son los propios responsables quienes educativos de mayor flexibilidad para acomo-
han de tomar las decisiones que correspondan. darse libremente a las necesidades con que se
Será, por tanto, tras la conclusión del proyecto o encuentran conduce a una mejor atención edu-
realización cuando el equipo o persona respon- cativa. En el caso de instituciones públicas, la
sable ha de responder de lo realizado ante quie- decisión de otorgar autonomía a los centros co-
nes le otorgaron la encomienda (que podría ser rresponderá a las respectivas Administraciones
la Administración educativa o la propia titulari- educativas; cuando se trate de centros privados,
dad, en un centro privado) o ante quienes debe habrá que contar, además, con la voluntad de
dar cuenta (en última instancia, los propios im- los titulares de los mismos.
plicados o afectados, o la sociedad misma). La autonomía de centro implica la posesión
de un amplio margen de libertad en las decisio-
Explicación de la definición nes que afecten a dicho centro. Este margen de
La autonomía de un centro educativo ha de libertad habrá de compaginarse con la necesi-
entenderse como la posibilidad que se otorga a dad de mantener la propia institución educativa
dicha institución para actuar con un amplio mar- dentro de un marco socio - político determina-
gen de libertad. Pero esta posibilidad debe pro- do. Así, por ejemplo, un determinado centro for-
ceder de la voluntad político - administrativa o ma parte de un sistema educativo de carácter na-
gerencial de quienes poseen la titularidad de di- cional o estatal, además de enmarcarse en un
cho centro. Bien es verdad que la autonomía re- esquema provincial, local, o en una agrupación
quiere que los responsables de actuar de acuer- o confederación de centros, etc. Es evidente que
do con la misma (fundamentalmente, los educa- habrá planteamientos comunes que afectarán a
dores que trabajan en ella en colaboración con un conjunto de instituciones educativas y a las
los otros sectores implicados) han de poseer la que cada una de ellas habrá de ajustarse; pero ha
capacidad suficiente para llevar a cabo el pro- de existir un amplio espacio de decisión en el
yecto educativo correspondiente de un modo cual los miembros de cada uno de dichos cen-
adecuado. Por supuesto que es necesario que los tros o instituciones podrán decidir libremente la

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forma en que convenga actuar en cada caso. intervención de todos y, en lo posible, a través
Lo que caracterizará, en definitiva, a un cen- del consenso. E, incluso, la propia ejecución, el
tro educativo que disfrute de autonomía será la control y la valoración del plan o proyecto co-
peculiaridad e identidad de su propio plan o pro- rresponderá a los mismos implicados e interesa-
yecto educativo. Sin perjuicio, como acabamos dos. La intervención de elementos externos, que
de señalar, de las vinculaciones comunes con actúan con autoridad o en nombre del poder
otros centros y con una determinada política o público o de la titularidad, debería servir, funda-
tendencia educadora, el centro autónomo defi- mentalmente, para garantizar la calidad de las
nirá su misión específica y peculiar y establece- decisiones, además de para emitir opiniones en
rá, a partir de la misma, el plan o proyecto edu- torno a la homogeneización supra-centro.
cativo que quiera llevar a cabo: éste podrá tener
semejanzas y conexiones con los que correspon- Sectores de aplicación
dan a otro u otros centros; pero tendrá su im- La autonomía del centro educativo podría con-
pronta institucional propia, derivada de la inter- siderarse como un principio básico de funciona-
vención participativa de sus miembros, de los miento del mismo (Gento, S., 1996: 122). Pero
implicados en su funcionamiento y, aún, de los la aplicación de tal principio no puede quedar
interesados por sus resultados. limitado a la unidad constituida por la institu-
La autonomía hará posible que esa misión que ción en su conjunto, ni se agota en el ámbito
se propone llevar a cabo el centro, así como la global de esta institución. Cabe, por tanto, refe-
ejecución del plan o proyecto respectivo, quede rirse a la autonomía del centro como unidad
en manos de quienes son responsables de lle- organizativa y de gestión; pero cabe, además,
varlo a cabo: habrá que contar, por tanto, con la referirse a la autonomía de los diversos sectores
intervención de los directivos y profesores del que constituyen el centro y hasta que poseen in-
centro; pero será preciso, también, escuchar a tereses en su funcionamiento y resultados. Nos
los propios alumnos (a los que se otorgará ma- referimos, siquiera brevemente, a los sectores que
yor participación a medida que tengan mayor pueden resultar más representativos.
consciencia y madurez); será necesario, igual-
mente, contar con la aportación de los padres de El centro en su conjunto
alumnos (especialmente en las etapas educati- Tal como ya hemos señalado, hoy parece pro-
vas en las que tales alumnos sean de menor bado que es, precisamente, en los centros edu-
edad); también habrá de tenerse en cuenta la cativos donde se lleva a cabo fundamentalmen-
aportación de otros representantes en los órga- te la educación de un modo sistemático. Pero,
nos de dirección del centro (por ejemplo, de ins- dado el amplio espectro de actividades que se
tancias municipales); e, incluso, se refuerza cada producen en una institución de este tipo, pode-
vez en mayor medida la intervención de instan-
cias ajenas pero interesadas en los resultados edu-
cativos (como pueden ser sectores laborales, em-
presariales y productivos).
Esta participación hará posible la contex-
tualización del plan o proyecto a llevar a cabo:
en tal sentido, habrán de tenerse en cuenta las
peculiaridades de carácter educativo, las de or-
den físico-social y también las de tipo familiar.
Pero la intervención de los implicados y, en lo
posible y conveniente, interesados en la trayec-
toria de dicho plan o proyecto no se agota en la
simple contextualización. La definición a que se
llegue del mismo debería ser un patrimonio es-
pecífico del centro, al que se ha llegado con la

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mos estructurar la operativización de este prin- su propia materia, el ámbito específico más ge-
cipio en torno a tres grandes ámbitos, a saber: el nuino de la actuación profesional individual será
funcionamiento económico, como aglutinador la propia metodología didáctico - educativa que
del funcionamiento administrativo y gerencial; utilice: todo ello, por supuesto, sin perjuicio de
la dimensión organizativa, en torno a la cual gi- su actuación solidaria con otros colegas en la
raría toda la organización de la planificación aplicación de los principios que hayan sido
(que, inicialmente, denominados «diseño de es- colaborativamente definidos para el conjunto de
trategia»); y la actuación didáctico - educativa, la institución.
alrededor de la cual se estructuraría la definición Es en el ámbito de la educación universitaria
pedagógica y curricular de la institución. en el que preferentemente se utiliza el término
Efectuaremos posteriormente el desarrollo de “libertad de cátedra” para referirse a la libertad
cada una de estas tres dimensiones básicas en de actuación del profesor. Pero, en alguna me-
las que se concretaría la autonomía de un centro dida, su aplicación se extiende a los otros nive-
educativo. Pero cabe, también, hablar de la apli- les educativos. Esta libertad de cátedra, que tam-
cación de la autonomía en los sectores que figu- poco puede entenderse de modo absoluto, pue-
ran seguidamente. de perfectamente considerarse equiparable o
equivalente a la autonomía del profesor que,
El profesor como ya hemos señalado, tendría un mayor mar-
El profesor que actúa en un centro ha de con- gen de libertad en los aspectos metodológicos.
siderarse miembro de un equipo con el que se Pero, para el logro de la autonomía en los tér-
responsabiliza de llevar a cabo un proyecto edu- minos señalados, el profesor puede también ne-
cativo y didáctico compartido: en este sentido, cesitar de un margen de libertad en la provisión
cada uno de los profesores ha de contribuir a la de recursos que precise. Así, por ejemplo, pare-
definición del enfoque y del proyecto educativo ce claro que debe otorgarse a este profesional la
de la institución y debe, además, actuar de modo posibilidad para decidir o, al menos, intervenir
solidario para hacer efectivo dicho enfoque y en la decisión de los libros de texto o materiales
proyecto. En el caso de un centro privado, es didácticos que va a utilizar con sus alumnos.
indudable que el profesor ha de aceptar los su- Asimismo parece oportuno que el profesor
puestos básicos del enfoque y la concepción em- pueda disponer de los medios didácticos de apo-
presarial de dicho centro. yo que precise para su propio enfoque
Generalmente un profesor se responsabiliza metodológico y, en alguna medida, científico o
de la promoción educativo - didáctica de un gru- cultural (sin perjuicio de la solidaridad insti-
po de alumnos o de la enseñanza de una materia tucional). Cabe, incluso, plantear dentro de la
de conocimiento a unos determinados alumnos. autonomía de este sector profesional la posibili-
Dentro de esta actuación profesional, el profe- dad de optar a actividades formativas en ejerci-
sor debe gozar de un margen de libertad, que le cio y a recursos o materiales (bibliográficos o
permita promover de modo original y personal de otro tipo) que pueda utilizar para su propia
la formación de sus propios alumnos: la obten- actualización científico-pedagógica. La articu-
ción de excelentes resultados por parte de estos lación de esta libertad de provisión de medios
últimos se traducirá en un elemento determinan- puede adoptar diversas formas; pero su aplica-
te de su satisfacción (Darling-Hammnod, 1997: ción parece ineludible para la autonomía del pro-
151; Gento, S., 1998; Gento, S.), sin perjuicio fesor.
de la que le corresponda por los buenos resulta- En definitiva, el profesor se convierte en el
dos de todos los alumnos de la institución de la punto de apoyo fundamental sobre el que ha de
que forma parte. basarse la autonomía del centro; pero, para que
Aunque el profesor, a título individual, ten- dicho apoyo sea realmente operativo, es preciso
drá un margen de libertad o autonomía en la de- preparar culturalmente al profesor para que en-
terminación de los contenidos culturales o cien- foque su trabajo dentro de una acción
tíficos que ofrezca a sus propios alumnos o en colaborativa con sus colegas y con otros secto-

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res, y para que asuma inteligentemente el papel do de libertad para poder optar libremente. Cier-
de dinamizador principal, que los nuevos tiem- to que tal aspiración no podrá materializarse de
pos le atribuyen. Todo ello requerirá, además de modo absoluto en los niveles iniciales de forma-
una buena formación inicial del profesorado, ción, en los que los alumnos carecen aún de la
acciones de formación en ejercicio de este sec- maduración necesaria para poder discernir inte-
tor intensas y correctamente orientadas: no po- ligentemente entre las opciones más convenien-
demos tener buenas escuelas si no capacitamos tes. Y cierto, también, que en ningún caso debe-
a los profesores para que jueguen el papel cen- rá el profesor eludir su función orientadora ha-
tral que les corresponde en el desarrollo de los cia los propios alumnos.
centros y para que puedan arbitrar soluciones a Tal vez el punto de partida para la materiali-
los variados problemas que tienen las escuelas zación de esta autonomía de los alumnos habría
(Zeichner, K., 1991). que situarlo en la libertad de elección de centro.
Es verdad que, en las primeras etapas educati-
Los alumnos vas esta elección será ejercitada por los padres
El grado máximo de aspiración al que los de tales alumnos; pero habrá que entender que
alumnos pueden llegar en el logro de su satis- lo hacen en nombre de estos últimos. En tal sen-
facción estriba, precisamente, en la posibilidad tido, aunque asistimos a una progresiva intensi-
de contribuir a su propia autorrealización como ficación de esta posibilidad de elección de cen-
personas en un clima de libertad y autonomía tro, hemos de reconocer que todavía no se ha
para optar por sus propias vías de desarrollo. En conseguido una generalización de este ejercicio
definitiva, el reto estriba en lograr que cada uno de libertad: la necesidad de rentabilizar los re-
de los alumnos se sienta libre para realizar aque- cursos educativos disponibles y la atención a las
llas tareas o trabajos que responden a sus pro- necesidades educativas de todos los ciudadanos
pios deseos, y en cuya realización actúa con la deben, también, tenerse en cuenta a la hora de
alegría de quien hace lo que le gusta y quiere: de articular este principio.
algún modo, esto implica el sentimiento de que En todo caso, aunque el trabajo intelectual ha
las actuaciones que se lleven a cabo son aque- sido en diferentes épocas intensamente organi-
llas que los propios autores han decidido reali- zado y sistemático, la transformación de socie-
zar (sin perjuicio, en su caso, de la orientación o dades en espacios más abiertos y libres recaba
asesoramiento prestado, especialmente por el cada vez en mayor medida superiores dosis de
profesor. Gento, S., 1998: 87-88). libertad en los alumnos, como promotores de su
En coherencia con esta aspiración a la propio desarrollo (Darling-Hammnond, L., 1997:
autorrealización libre y acorde con sus propios 151). Hoy parece obvio que el excesivo
deseos, los alumnos han de disponer de un gra- uniformismo prepara poco para la vida social
(Mañu, J.M:, 1999: 53). También se pone hoy
de manifiesto que, cada vez en mayor medida,
las personas que salen del sistema educativo se
encuentran con un mercado de trabajo que exi-
ge una acentuada capacidad para enfrentarse in-
teligentemente a situaciones diversas y que exi-
gen aportaciones creativas.
Pero no cabe duda que un planteamiento edu-
cativo y didáctico basado en la autonomía de los
alumnos obliga al profesor a potenciar su capa-
cidad creativa y de acomodación a sus propios
alumnos, de quienes ha de tener un profundo
conocimiento para poder orientarlos adecuada-
mente y a los que debe otorgar un margen de
decisión para que puedan, sucesiva y progresi-

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vamente, ser quienes libremente elijan sus pro- «En definitiva, el profesor se convierte
pias vías de autorrealización.
en el punto de apoyo fundamental
Otros sectores sobre el que ha de basarse
La implantación del principio de autonomía la autonomía del centro;
en un centro educativo hará necesario, también, pero, para que dicho apoyo
la extensión de este principio a otros sectores que
forman parte activa del mismo, todo ello sin per- sea realmente operativo, es preciso
juicio de la necesaria contribución solidaria a los preparar culturalmente al profesor
objetivos comunes de toda la institución. para que enfoque su trabajo dentro
Cabe mencionar, de modo expreso, la auto-
nomía que corresponde al personal no docente
de una acción colaborativa
de un centro, que puede ser - en ocasiones - alta- con sus colegas y con otros sectores,
mente especializado y diversificado (tal, por y para que asuma inteligentemente
ejemplo, en centros específicos de educación
el papel de dinamizador principal,
especial, en los que puede existir personal sani-
tario, cuidadores, trabajadores sociales, además que los nuevos tiempos le atribuyen».
de personal de servicio y otros -). Los diversos
colectivos y, aún, individuos que forman parte
del personal no docente han de disponer de un La necesaria apertura de los centros a la co-
cierto grado de autonomía en el desarrollo de su munidad de su entorno y a la sociedad en gene-
propia contribución profesional. ral parece derivarse del compromiso social para
Mención especial merecen, también, los pa- promover una educación para el progreso social,
dres de los alumnos. Los padres no son solamen- y de la necesidad de que las instituciones educa-
te miembros activos del centro en cuanto que tivas contribuyan al desarrollo colectivo. Esta
forman parte de órganos de decisión del mismo interrelación de los centros educativos con di-
(por ejemplo, del consejo escolar); son, además versas instancias sociales que poseen interés
de primeros responsables de la educación de sus en la educación debe traducirse en un mutuo
hijos, co-autores en el impulso a la educación de apoyo. Pero es indudable que, si se propone para
su propia prole. Por este motivo, y cada vez en los propios centros cada vez un mayor grado de
mayor medida, se propugna la intensificación de autonomía, las instancias que se relacionan con
las relaciones escuela-familia. Pero, junto a la ne- los mismos deben, igualmente, actuar
cesaria interrelación y apoyo mutuo que ha de autónomamente en la persecución de sus pro-
existir entre educadores y padres, también se pias metas específicas.
extiende la posibilidad de que los padres dispon-
gan de un margen de libertad para la realización
de sus propias iniciativas, incluso contando con La participación,
instalaciones y recursos del centro. crisol de la autonomía
Son, también, miembros activos del centro La consolidación de la autonomía de un cen-
otros representantes en los órganos de gestión tro educativo sólo puede hacerse desde el refor-
del mismo (tal como los representantes munici- zamiento de la participación, entendida ésta como
pales). Es obvio que, junto a su solidaridad en la intervención activa y responsable de sectores
la contribución al proyecto común institucional, y de implicados e interesados en cuantos come-
deben gozar de un margen de autonomía para tidos lleva a cabo tal institución. El afianzamien-
poder responder a sus propósitos y hasta enfo- to de sociedades cada vez más democráticas en
ques específicos. Por supuesto, la titularidad del las que los individuos intervienen en la concep-
centro, en el caso de instituciones privadas, ha ción, diseño, ejecución y hasta evaluación de los
de tener, también, un espacio de libertad de ac- proyectos que les afectan, está suscitando la cre-
tuación en el ámbito empresarial e institucional. ciente necesidad de potenciar la participación.

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«Descendiendo al terreno derar tal institución como una entidad compleja,


especialmente si tenemos en cuenta la finalidad
de lo práctico, la participación
educativa que persigue y la responsabilidad que
ha de entenderse como sobre ella misma recae en diversos sectores que
la intervención de individuos aquí concurren. No parece en modo alguno con-
o grupos de personas en la discusión veniente liberar a los profesores del liderazgo
que les corresponde desempeñar en el ámbito
y toma de decisiones que los afectan estrictamente pedagógico y que se deriva de su
para la consecución de objetivos condición profesional, de la preparación espe-
comunes, compartiendo para ello cífica que reciben y del conocimiento que la prác-
tica les proporciona; por razones semejantes, tam-
métodos de trabajo específicos». poco resulta oportuno apartar a los restantes profe-
sionales que actúan en un centro educativo de la
responsabilidad específica que les corresponde.
Este proceso de democratización está también Pero, aparte los supuestos a que acabamos de
llegando a la escuela, donde el profesor abando- referirnos, la participación en la educación y, por
na progresivamente su papel de simple transmi- tanto, en los centros escolares (como institucio-
sor de conocimientos para convertirse en un lí- nes más específicamente orientadas a la educa-
der impulsor de la dinámica autoformativa de ción) constituye una exigencia que en la mayo-
todos y cada uno de los miembros del grupo de ría de los países se plantea cada vez con mayor
alumnos. Entendemos la participación como la intensidad: en esta acentuación intervienen tan-
intervención en la toma de decisiones, y no sólo to razones de tipo pedagógico (la educación se
como el establecimiento de canales multidi- produce a través de concurrencias múltiples),
reccionales de comunicación y consulta. Nos como de carácter sociopolítico (las sociedades
unimos, así, a la concepción de autores que, democráticas refuerzan la implicación partici-
como Lowin, A. (1968) consideran que la parti- pativa de los ciudadanos en aspectos fundamen-
cipación completa sólo se da cuando las deci- tales, como es la educación) e, incluso, normati-
siones se toman por las personas que han de vo (así se recoge en la Constitución española y
ponerlas en acción. en otras leyes orgánicas, entre ellas la de partici-
pación, evaluación y gobierno de los centros
Concepto de participación docentes).
Descendiendo al terreno de lo práctico, la Sin perjuicio de lo señalado en relación con
participación ha de entenderse como la interven- el centro educativo en su conjunto, los niveles
ción de individuos o grupos de personas en la de intervención participativa dentro del funcio-
discusión y toma de decisiones que los afectan namiento interno de tales instituciones parecen
para la consecución de objetivos comunes, com- ser los siguientes: en el ámbito estricto de la ac-
partiendo para ello métodos de trabajo específi- ción docente dentro del aula, relativo a la mate-
cos. En definitiva, participar es tomar parte ac- ria específica y con los alumnos a su cargo, el
tiva, asumiendo la correspondiente parcela de profesor mantiene en alto grado su capacidad de
poder o ejercicio de responsabilidad en cada una “autogestión” en cuanto a tratamiento metodo-
de las distintas fases que afectan a un ámbito de lógico: en defensa de tal reconocimiento se es-
actuación: desde la constitución de los equipos grime en situaciones conflictivas el derecho a la
de trabajo, pasando por su estructuración, la “libertad de cátedra” del profesor. Fuera de este
toma de decisiones, la puesta en práctica de las ámbito estricto de acción metodológica, los cen-
mismas, la valoración de resultados, y el análi- tros educativos prevén acciones participativas de
sis del efecto de impacto que producen tales re- los diversos miembros y sectores que se sitúan
sultados. dentro de la “cogestión” (como intervención ple-
Refiriéndonos al funcionamiento interno del na compartida en todas las fases de un determi-
centro educativo, la realidad nos lleva a consi- nado proceso) o de la “codecisión” (como inter-

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vención también plena y compartida en la deci- tacada en el diseño de los documentos de or-
sión de acciones que, luego, ejecutan otras ins- ganización y planificación del centro.
tancias. Gento, S., 1994).
En la actuación compartida en diversos ór-
ganos de coordinación docente, de los que
Sectores de participación formen parte por su condición de miembros
Dado que la intervención en el consejo esco- de los mismos o por haber sido designados
lar suele estar organizada por sectores de repre- para ello: en el primer caso habría que refe-
sentación, parece conveniente desglosar las pe- rirse al claustro, a los equipos o a los depar-
culiaridades de la intervención participativa de tamentos didácticos y a la comisión de co-
los diversos sectores que concurren en un cen- ordinación pedagógica; en el segundo se
tro educativo (Gento, S., 1994). Nos referimos, situaría el departamento de orientación, el
pues, seguidamente a los profesores, los padres de actividades complementarias y extraes-
de alumnos, los alumnos, y otras instancias. colares, y la tutoría.

a) Los profesores, además de poder formar par- b) Los padres, como miembros responsables de
te del consejo escolar del centro (cuando ha- la comunidad en la que se sitúa el centro, co-
yan sido elegidos para ello), de intervenir en mo representantes de los alumnos (especial-
el claustro y en otros órganos como profesio- mente en los casos de minoría de edad de és-
nales específicamente preparados encargados tos) y como agentes activos de la promoción
de promover la acción educativa en el cen- educativa, han de participar, también, en la
tro, han de asumir la responsabilidad de lide- organización y gestión del centro educativo.
rar las iniciativas orientadas a tal propósito. En el ejercicio de este derecho les reconoce
Todo ello sin perjuicio de las actuaciones do- pueden intervenir de modo específico en las
centes que hayan de llevar a cabo de modo modalidades que exponemos seguidamente.
exclusivo en el marco del aula o en situacio-
nes similares. En el ejercicio de la responsa- A través de las asociaciones de padres que,
bilidad compartida, los profesores participan si bien no constituyen entidades integradas
en marcos de organización y gestión de cen- en el esquema orgánico de los centros, tie-
tros, tales como los siguientes: nen reconocida su intervención participa-
tiva: se reconoce su representación en el
En el ejercicio de funciones directivas, cuan- consejo escolar del centro, donde uno de
do hayan sido acreditados para ello, elegi- los miembros será designado por la corres-
dos por el consejo escolar y nombrados para pondiente asociación de padres, además del
ello por la Administración educativa corres- apoyo que presten a los restantes represen-
pondiente. tantes de padres/madres en este órgano; ade-
En la realización de las tareas específica y más, tales asociaciones pueden tomar parte
normativamente encomendadas cuando ha- en la elección, organización y evaluación
yan sido designados para alguno de los res- de actividades escolares complementarias
tantes cargos directivos unipersonales (sal- (organizadas por el propio centro y en el
vo el de administrador) por el director del horario escolar) y en las de tipo extraescolar
centro. (fuera de dicho horario).
En el desempeño compartido de las actua-
ciones propias del equipo directivo, cuan- A título individual pueden, también, los pa-
do ostenten un cargo que forme parte del dres tomar parte activa en la organización y
mismo (como director de centro, jefe de estu- dirección del centro. A tal efecto, pueden
dios o secretario). Dicho equipo es glo- hacerlo como miembros del Consejo esco-
balmente responsable del funcionamiento del lar del Centro, cuando hayan sido elegidos
centro y tiene, por ello, una participación des- como representantes del sector de padres o

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«La participación que afecta sa a la edad de los propios alumnos.


a los centros escolares no sólo
c) Los alumnos, como agentes y protagonistas
ha de darse en el ámbito de la vida fundamentales de su propia formación, tie-
interna de los mismos. También nen el derecho y la obligación a participar ac-
es posible pensar que los centros tivamente en la organización y gestión del
marco institucional donde este proceso forma-
educativos, como instituciones tivo se lleva a cabo de modo más intencional y
en las que se lleva a cabo sistematizado. Esta participación resulta más ne-
sistemáticamente la educación cesaria en sociedades democráticas, en las cua-
les los estudiantes han de ser formados, no sólo
con la intervención de profesionales para la democracia, sino a través del ejercicio
acreditados para ello, pueden activo de la misma. En coherencia con tales
intervenir en el funcionamiento exigencias de carácter social y de acuerdo a los
requerimientos pedagógicos de lograr que los
de marcos de mayor amplitud
alumnos asuman la iniciativa y el propósito de
que afectan a la educación». su propia formación, la de impulsarse la inter-
vención parti-cipativa de los alumnos en las ins-
tituciones educativas.
madres: uno de los representantes de pa- Pero, dado que no siempre los alumnos me-
dres en este Consejo escolar de Centro for- nores poseen capacidad para ejercer respon-
mará, además, parte de la Comisión Econó- sablemente tal derecho a la participación, ésta
mica del mismo; los padres/madres pueden, suele iniciar su puesta en acción a partir de la
también a título individual, presentar recla- Educación Secundaria (es decir, a partir de
maciones de defensa de los derechos de los los 11 años). Los ámbitos en los que tal posi-
alumnos, así como sobre admisión de éstos bilidad se reconoce son los que menciona-
en centros sostenidos con fondos públicos; mos seguidamente.
también pueden solicitar ayudas al estudio
y, en general, llevar a cabo las acciones que A través del consejo escolar, del que for-
requieran la defensa de los intereses de sus man parte representantes de los alumnos del
hijos, cuando éstos sean menores de edad o centro los representantes elegidos por sus
estén incapacitados para hacerlo. compañeros intervienen en las actuaciones
que son competencia de dicho órgano que,
Además de los ámbitos de participación que en definitiva, constituye la última instancia
acabamos de mencionar de los padres en la de organización y gestión general de un
organización y gestión de los centros educa- centro educativo.
tivos, conviene referirse también a su inter-
vención en los aspectos estrictamente peda- A través de la junta de delegados los alum-
gógicos: en este sentido, aunque resulta difí- nos intervienen en dicho órgano como re-
cil regular de modo detallado la forma en que presentantes de sus compañeros de los res-
ha de articularse tal participación, las necesi- pectivos cursos, quienes los eligen. Entre
dades educativas de los alumnos deberán ser otras atribuciones de dicha junta, cabe refe-
las que determinen las relaciones con los pro- rirse a la posibilidad de presentar propuestas
fesores y la intervención de los padres, en su e informes a los órganos directivos y de ges-
caso, en el propio proceso educativo: parece tión del centro, además de informar a los es-
que el grado de intervención directa de los tudiantes en general y a los representantes de
padres (en colaboración, en todo caso, con éstos en el consejo escolar del centro.
los profesores) en acciones educativas reali-
zadas en el centro ha de estar en razón inver- A través de las asociaciones de alumnos,

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en las que se agrupan los que voluntaria- participación de centros de formación de profe-
mente quieren pertenecer a las mismas, pue- sores, que colaboran en procesos de formación
den ejercer las tareas reconocidas para me- en ejercicio. Igualmente ajena al esquema
jorar las condiciones de sus miembros. Para organizativo de los centros pero con fuerte vin-
ello, tales asociaciones han de gozar de la culación a los mismos sería la participación que
capacidad para canalizar la expresión de las en su funcionamiento corresponde a la inspec-
opiniones de los alumnos, de colaborar en ción o supervisión educativa: la evolución de los
la acción educativa de los centros, de pro- sistemas educativos, la elevación del nivel de for-
mover la participación de los alumnos, de mación de los profesores y la apertura creciente
asistirles en el ejercicio de sus derechos, de de la sociedad y sus instituciones a esquemas
informar a los miembros de la comunidad participativos inciden sobre esta institución, que
educativa de las actividades de la asocia- está llamada cada vez en mayor medida a parti-
ción, y de conocer los proyectos educativo cipar en la vida real de los centros, para la mejo-
y curricular del centro, entre otras. ra constante de los mismos.
Pero la participación que afecta a los centros
A través de otras opciones, los alumnos pue- escolares no sólo ha de darse en el ámbito de la
den constituir cooperativas escolares, como vida interna de los mismos. También es posible
organizaciones que generalmente tratan de pensar que los centros educativos, como institu-
fomentar la solidaridad y participación ciones en las que se lleva a cabo sistemáticamente
colaborativa entre los mismos: en la com- la educación con la intervención de profesiona-
posición y funcionamiento de las mismas les acreditados para ello, pueden intervenir en
pueden contar con profesores e, incluso, con el funcionamiento de marcos de mayor amplitud
padres de alumnos. Además, los alumnos a que afectan a la educación, entre los que cabe
título individual pueden y, en ocasiones, considerar el propio sistema educativo.
deben llevar a cabo las actuaciones que su
propia condición exige: éstas suelen estar
generalmente recogidas de modo concreto Manifestaciones de la autonomía
en el reglamento de régimen interior de los De todos modos, y aunque todo parece indi-
centros educativos respectivos. car que se avanza hacia una consolidación de
este principio, la autonomía absoluta no es y pro-
d) Otras instancias pueden, también, intervenir bablemente no será nunca una realidad: “la es-
en la organización y gestión de centros. Entre cuela como universo protegido e islote de pure-
éstas cabe citar en lugar destacado al personal za es un milagro que no existe” (Snyders, G.,
no docente que presta servicios en el mismo:
aunque la intensidad de tal participación ha de
ser distinta según la condición y dotación de un
determinado centro, su intervención ha de con-
templarse, en todo caso. Sector, también, rele-
vante con participación en la vida de un centro
puede ser la representación de las corporacio-
nes municipales, especialmente en los casos en
que los centros sean instituciones públicas que
reciben fondos municipales. En el caso de cen-
tros privados cabe referirse a la representación
de la titularidad, que también forma parte del
Consejo escolar.

Aunque no integrada en el esquema organi-


zativo del centro, cabe mencionar, también, la

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«La autonomía económica, que va La gestión de sus recursos


La promoción de la investigación e inno-
unida a un proceso vación
de descentralización, ha de tener La constante autovaloración.

justificación en la medida Se apunta, también en ocasiones, la necesi-


en que permite a los centros atender dad de que la autonomía del centro se extienda a
la posibilidad de intervención del propio centro
del mejor modo a sus propias
en la asignación de profesores al mismo, así como
necesidades y a las circunstancias en la adscripción de tales profesores a funciones
en las que se desenvuelven. o tareas determinadas (Blázquez, F., 1998). La
realidad, sin embargo, es que es difícil estable-
El aumento de la autonomía cer un sistema que permita a los centros públi-
de los centros ha de contribuir, cos la selección de sus propios profesores, aun-
que tal atribución parece que puede ejercerse en
en definitiva, a la mejora de la calidad mayor medida por los centros privados, incluso
de la educación». los sostenidos con fondos públicos.
Con todo, parece conveniente que se poten-
cie una intervención __no exclusiva__ de los cen-
1978: 23). Se trata, sin embargo, de un camino tros en este aspecto, al objeto de facilitar la cons-
hacia una meta en la que deberán concurrir la titución de equipos docentes identificados con
responsabilidad de los educadores y las deman- un determinado proyecto educativo. Más fácil
das que la sociedad formula a las instituciones parece la atribución a los centros para que ads-
específicas. Pero en esta trayectoria hacia la auto- criban, de modo autónomo, a los profesores a
nomía responsable pueden aparecer algunos las funciones y actividades que convenga, si bien
desviacionismos que perturben la calidad de las aún no hemos eliminado el intervencionismo de
instituciones. Entre estos últimos cabe mencionar: la Administración educativa en este tema.
A nivel interno, la autonomía institucional ha
La excesiva regulación normativo-legal de verse reflejada en la conveniente descentrali-
La exageración del control externo sobre zación de responsabilidades, basada en la con-
los centros educativos y de sus miembros fianza en los distintos miembros y en su capaci-
La categorización externa de los centros tación, lograda ésta a través de la formación que
por criterios de eficacia simple posean inicialmente y que vayan consolidando
La imposición de una oferta curricular ce- mediante el ejercicio profesional y la prepara-
rrada y definida fuera de los centros. ción en la acción. La autonomía es un requisito
sin el que escasamente puede darse la participa-
En el terreno operativo del funcionamiento ción, dado que ésta implica, en definitiva, asu-
de los Centros educativos públicos la autonomía mir una cuota o parte de poder real. Mal puede
institucional se materializará en manifestaciones darse dicho poder si no se dispone de la capaci-
tales como las siguientes: dad de decisión propia necesaria lo que, en defi-
nitiva, exige autonomía en el ejercicio de la res-
La definición de la misión propia ponsabilidad. Con el fin de sistematizar las ma-
La delimitación específica de sus metas nifestaciones de la autonomía de un centro edu-
(que configurarán su proyecto estratégico) cativo, nos referimos a las de tipo económico -
La configuración de la organización de su gerencial, organizativa y pedagógico- didáctica.
planificación
La consolidación de su perfil cultural Autonomía económica del centro
La especificidad metodológica El establecimiento real de una verdadera au-
La promoción de la creatividad tonomía económica de los centros supone otor-

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gar a tales instituciones la posibilidad de ejercer «La misión básica de toda institución
diversas capacidades gerenciales. Bien es ver-
de calidad es la de convertirse
dad, sin embargo, que los centros educativos a
los que nos referimos habrán de estar sometidos en un modelo en su género.
al régimen general de funcionamiento de enti- El sentido de misión
dades (en el caso de centros privados) o al de de una institución es la expresión
organismos públicos (en el caso de que tengan
tal carácter), así como a las obligaciones fiscales de la finalidad o razón de ser
que afectan a cualquier persona jurídica, en la de la misma, de donde se derivará
medida en que sea aplicable el ordenamiento la orientación básica
jurídico.
de su trayectoria. Esta misión
Puesto que los centros educativos son, en de- se constituirá por los elementos
finitiva, instituciones concebidas para contribuir conceptuales que definen
al progreso y bienestar de los grupos sociales
su proyecto educativo: éstos,
que las sustentan o en los que se integran, resul-
ta manifiesto que dichos centros han de propi- a su vez, determinarán
ciar de modo auténtico y suficiente los princi- el establecimiento de los principios
pios que conducen a un mayor bienestar com- organizativos más convenientes».
partido por los miembros de tales sociedades y a
una consistencia armónica de las organizacio-
nes en las que se enmarcan. Algunos de los prin-
cipios de tipo socio - político a los que debe su- b) El respeto a la libertad puede concretarse en
bordinarse, en cualquier caso, la autonomía eco- diversas manifestaciones, tales como: la liber-
nómica de centros escolares son los que figuran tad para la apertura de centros, la libertad de
a continuación. elección de centro, la libertad de enseñanza,
la libertad de conciencia, la libertad religiosa,
a) La defensa de la igualdad de oportunidades. etc. Algunas de estas libertades han sido, ade-
La defensa de este principio aplicado a la edu- más, desarrolladas en normas jurídicas que
cación supone que han de facilitarse los fon- las protegen. Pero la atención al ejercicio de
dos económicos necesarios a los alumnos y a tales libertades y la actuación educativa que
las poblaciones escolares de niveles socio- puede ser precisa para el mantenimiento de
económicos más modestos, para que puedan las mismas requiere, frecuentemente, dispo-
acceder, en igualdad de condiciones que otros ner de fondos económicos que garanticen una
grupos que cuentan con situaciones más fa- atención apropiada. En todo caso, las
vorables, a los bienes de la educación, y para implicaciones económicas que puedan con-
que puedan obtener los máximos resultados currir no pueden ser nunca razón suficiente
educativos posibles acordes con su propia ca- para vulnerar tales libertades básicas.
pacidad intelectual y su esfuerzo. Para el
mantenimiento de este principio puede ser c) El respeto a los principios democráticos de
necesario establecer mecanismos compen- convivencia ha de promoverse también des-
satorios que potencien el acceso a esa igual- de las instituciones escolares: facilitando la
dad de quienes están más alejados de los integración de individuos y grupos dentro y
estándares de bienestar social. De todos fuera del ámbito de tales instituciones, y pro-
modos, parece obvio que el dinero dispo- moviendo acciones formativas que favorez-
nible en un centro y la gestión que se reali- can la convivencia entre las personas y co-
ce de tal dinero afecta en alguna medida a lectivos por encima de diferencias económi-
la igualdad de oportunidades de sus alum- cas, ideológicas o de otro tipo. Aunque la pro-
nos (Burru, P.E. y otros, 1996: 121). tección de tales principios puede, más bien,

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CALIDAD DE LA EDUCACION D O S S I E R

«La autonomía pedagógico-didáctica cursos económicos; y obtención de recursos.


nos sitúa ante la peculiaridad
Autonomía organizativa
más genuina de un centro educativo, La autonomía organizativa de un centro edu-
por cuanto hace referencia a la forma cativo vendrá determinada por la especificidad
en que esta institución actúa de la orientación general que la propia institu-
ción se ha fijado y de la forma en que planifica
para desarrollar su enfoque educativo los diversos recursos que posee en cuando orga-
básico y la forma en que desea nización (Gento, S., 1996: 119 -140): en definiti-
establecer procesos formativos va, dicha autonomía determinará un modo propio
de definir su “organización de la planificación”. El
y de promoción del aprendizaje dinamizador nuclear de tal especificidad lo consti-
y la maduración de sus alumnos». tuirá la misión que el centro se asigne.
El sentido de misión de una institución es la
expresión de la finalidad o razón de ser de la
concentrarse en torno a las acciones organi- misma, de donde se derivará la orientación bási-
zativas y de planificación, junto a los enfo- ca de su trayectoria. Esta misión se constituirá
ques metodológicos pertinentes para que se por los elementos conceptuales que definen su
avance en su consolidación, el tratamiento de proyecto educativo: éstos, a su vez, determina-
situaciones particulares en las que sea preci- rán el establecimiento de los principios organi-
sa una acción educativa de refuerzo puede zativos más convenientes.
requerir apoyos económicos pertinentes. Por La misión básica de toda institución de cali-
otra parte, no pueden esgrimirse razones de dad es la de convertirse en un modelo en su gé-
carácter económico para atentar contra los nero. Pero, puesto que aquí nos referimos a ins-
principios a que aquí nos referimos. tituciones educativas, la que éstas básicamente
se plantearán girará en torno a la consecución
d) El derecho a la educación de todos los seres de niveles supremos de calidad, tanto en el pro-
humanos debe salvaguardarse por encima de ducto educativo, como en los restantes
consideraciones de carácter económico y pue- indicadores de calidad; e, incluso, han de aspi-
de requerir, en algunos casos, inversiones rar a lograr las cotas más elevadas posibles de
cuya rentabilidad no aflore de modo inme- calidad en los predictores determinantes. Pero,
diato. Para garantizar este derecho fundamen- en todo caso, ha de orientarse a los que prima-
tal se ha establecido la obligatoriedad para to- riamente han de ser sus beneficiarios, es decir, a
das las personas de recibir, al menos, la educa- los alumnos.
ción básica necesaria para un desarrollo sufi-
ciente en una sociedad desarrollada. Este prin-
cipio de garantía conlleva, para su cumplimien-
to, el de gratuidad de este tramo educativo de
atención obligatoria. La autonomía económica
de los centros educativos ha de salvaguardar,
en todo caso, tal principio fundamental.

Las capacidades que implica la autonomía


económica y cuya implantación podrá ser una
realidad en los centros, a tenor de la normativa
básica señalada y del posible desarrollo de la
misma, son las siguientes: previsión de necesi-
dades ajustadas a la propia realidad; atención a
las necesidades propias; gestión propia de los re-

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D O S S I E R CALIDAD DE LA EDUCACION
Este sentido de misión para la calidad supre- «El Proyecto Educativo del Centro
ma será explícitamente enunciado (lo que reque-
constituye un documento de
rirá un planteamiento claro que facilite su com-
prensión), y ha de ser asumido por todos los sec- planificación pedagógica y didáctica
tores que concurren en la configuración de la en el que, a partir de la identidad del
comunidad educativa. Para la acuñación de una centro, especialmente en su esencia
misión institucional que responda a tales exigen-
cias será preciso contar, previamente, con la par- ideológica o conceptual, se establece
ticipación de todos los sectores implicados: sólo la orientación básica que ha de
así será posible llegar a una formulación que sea seguir la institución, por supuesto
relevante para los intereses de sus miembros y
que estos últimos la consideren como tal.
enmarcada en su realidad contextual
Y, puesto que la misión representará el pro- y según sus propias posibilidades».
pósito supremo de la institución, si está correc-
tamente formulada se convertirá en el referente
direccional de todos los esfuerzos de los distin- minará la afloración de acciones de investiga-
tos miembros para el presente y para el futuro. ción e innovación, que servirán para fundamen-
Por esta razón, la misión debe consistir en una tar su propia trayectoria institucional.
aspiración con posibilidades de ser lograda o, al El desarrollo de la autonomía de los centros
menos, de representar una tendencia hacia la que está dinamizando la propuesta de documentos
es posible avanzar y sobre la cual es posible ir en los que se establece la peculiar trayectoria
logrando progresivamente niveles sucesivos que institucional. Uno de ellos es, precisamente, el
impliquen un acercamiento a la misma. De to- Proyecto Educativo de Centro: una vez estable-
dos modos, el sentido realista que ha de impreg- cida la misión institucional, dicho Proyecto cons-
nar la misión ha de facilitar el ajuste flexible de tituirá un instrumento vertebrador de la concep-
la misma a las circunstancias concretas. ción y fundamentación ideológica en el ámbito
Pero, para que la misión que la institución edu- educativo y didáctico. En este sentido, puede
cativa se ha autoimpuesto pueda ser viable den- considerarse como el elemento de referencia
tro de un clima satisfactorio para quienes han de básico a tener en cuenta en la elaboración de los
tender a su consecución, es preciso que esté en restantes documentos del centro.
sintonía con el contexto referencial, que cuente La preocupación por evitar la excesiva proli-
para ello con una estructura propiciadora, que el feración de documentación escrita que pueda lle-
funcionamiento institucional responda a princi- var a una excesiva burocratización bloqueadora
pios potenciadores de un clima para la calidad, de la actividad de un centro, conduce a aconse-
y que la documentación sobre aspectos de pla- jar que el Proyecto Educativo se convierta en el
nificación apoye la tendencia direccional que Proyecto Educativo de Calidad Total del centro;
supone la propia misión. además, el contenido del mismo puede orientar-
se a partir del enfoque de calidad total institucio-
La autonomía pedagógico - didáctica nal. Esto supuesto, este Proyecto se convertirá
La autonomía pedagógico - didáctica nos si- en el instrumento nuclear de la autonomía peda-
túa ante la peculiaridad más genuina de un cen- gógica y didáctica del centro, así como el dina-
tro educativo, por cuanto hace referencia a la mizador de su orientación hacia la calidad total.
forma en que esta institución actúa para desarro- Nos referiremos seguidamente a la aproximación
llar su enfoque educativo básico y la forma en al concepto de este Proyecto, a los principios so-
que desea establecer procesos formativos y de bre los que se fundamenta, a los requisitos a los
promoción del aprendizaje y la maduración de que debe acomodarse, y a sus contenidos básicos.
sus alumnos. Esta peculiaridad en el ámbito pe- En definitiva, el Proyecto Educativo de Cen-
dagógico y didáctico, al suscitar la potenciali- tro ha de concebirse como un documento guía
dad creadora de los miembros del centro, deter- de carácter ideológico-conceptual para el con-

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junto de la institución. Representa, en definitiva, la fundamentación psicopedagogica), descrip-
la filosofía educativa del centro, que se deriva, ción de la propuesta educativa (donde se inclui-
esencialmente, de su propio sentido de misión, que rá la referencia a la misión institucional, las fina-
estará relacionada, en su caso, con el ideario que lidades educativas, los objetivos académico -
el centro pueda tener (Gento, S., 1996: 127). culturales y de formación, y los contenidos a abor-
El Proyecto Educativo del Centro constituye dar), estrategias de desarrollo (entre las que figu-
un documento de planificación pedagógica y rarán las de carácter metodológico, el empleo de
didáctica en el que, a partir de la identidad del recursos y el sistema de evaluación), y la previsión
centro, especialmente en su esencia ideológica de evaluabilidad del propio currículo.
o conceptual, se establece la orientación básica
que ha de seguir la institución, por supuesto
enmarcada en su realidad contextual y según sus
propias posibilidades. Teniendo en cuenta esta
radical interpretación, los contenidos sobre los
que debe llevarse a cabo la elaboración de este
Proyecto parecen ser los siguientes: Blázquez, F. (1998). La autonomía escolar, una cultura a
desarrollar. Departamentos de Didáctica y Organización.
contextualización; misión institucional; perfil V Congreso Interuniversitario de Organización de Insti-
axiológico; estructura organizativa; principios tuciones Educativas. Madrid: autor. pp. 360 - 373.
metodológicos; y formación de personal. Borbonès, c. (1992). Sociedad y Educación. Revista de
Ciències de l´educació: Universitat de Barcelona, i-ii: 169 -179.
La concreción didáctico curricular se llevará Burru, P.; Brimley, V.; Garfield, R.. (1996). Financing education
a cabo en el Proyecto Curricular de Centro: éste in a climate of change. Boston: Simon and Schuster.
Consejo Escolar de Andalucía (1999). Décimos Encuen-
constituye un instrumento de planificación de la
tros de Consejos Escolares Autonómicos y del Estado.
acción educativa a desarrollar por la institución Granada: Junta de Andalucía.
educativa que corresponda, de acuerdo con el Darling-Hammnod, L. (1997). The right to learn. San
Fancisco: Jossey-Bass.
sentido de misión que asume, conectado con el Escudero, J. (1995). La innovación educativa en tiempos
Proyecto Educativo del Centro y para la mejor turbulentos. Cuadernos de Pedagogía, 240 (octubre).
atención a los alumnos que a ella acuden. Co- García, J. (1996). Diccionario Europeo de la Educación.
Madrid: Dykinson.
rresponde, por tanto, al ejercicio de la autono- Gento, S. (1994). Participación en la gestión educativa.
mía del centro, particularmente en el ámbito de Madrid : Santillana.
Gento, S. (1996). Instituciones educativas para la calidad
la acción didáctica. Bien es verdad, que tal Pro- total. Madrid: La Muralla.
yecto Curricular ha de estar, además conectado Gento, S. (1998). Implantación de la calidad total en institu-
con la oferta básica que se propone desde el ni- ciones educativas. Madrid: Uned.
Gento, S. (coord.) (1999) Componentes de calidad de una
vel más general del propio país y de la respecti- institución educativa. Identificadores de calidad. Buenos
va autoridad administrativa en el correspondiente Aires: Docencia.
Gimeno, J. (1994). La desrregulación del curriculum y la
territorio; pero queda, en todo caso, un margen autonomía de los centros escolares. Madrid: Signos, 13:
de ejercicio de la autonomía que corresponde al 4-20.
centro o institución educativa. Lowin, A. (1968). Participative decision making. Organiza-
tional Behaviour in Human Performance, 3, pp. 68-106.
El Diseño Curricular del Centro o Institución Mañu, J. (1999). Equipos directivos para centros educati-
Educativa ha de constituir una propuesta funda- vos de calidad. Madrid: Rialp.
Ministerio de Educación y Ciencia (1994). Centros educati-
mentada, acomodada a la situación y circuns-
vos y calidad de enseñanza. Madrid: Secretaría de Es-
tancias en las que ha de desarrollarse, y que ofrez- tado de Educación.
ca viabilidad en condiciones razonables de efi- O.C.D.E.. (1991). Escuelas y calidad de la enseñanza. Ma-
drid: Paidós - Ministerio de Educación y Ciencia.
cacia. Para responder a tales exigencias, debería Rosenholtz, s. (1989). Teachers´ workplace: the social
elaborarse teniendo en cuenta los supuestos se- organization of schools. white plains New York: Longman.
ñalados anteriormente. Snyders, G. (1978). Escuela, clase y lucha de clases. Ma-
drid: Alberto Corazón.
En relación con los elementos que debe in- Suárez, G. (1994): Los nuevos desafíos educativos. Es-
cluir, podemos agruparlos en los bloques siguien- cuela Española, 3187: 2.
Zichner, K. (1991). Contradictions and tensions in the profes-
tes: fundamentación del diseño (que incluirá las sionalization of teaching and the democratization of
bases ideológicas, la acomodación al contexto y schools. Teacher College Record, 4 (43), pp. 296 - 306.

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