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Cusco – Perú
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o
1.-LA JUSTICIA COMO PRINCIPIO GENERAL DE LA DEONTOLOGIA JURIDICA......3
1.2.1. Justicia......................................................................................................................................4
a) Órgano judicial.......................................................................................................................8
b) Autoridades administrativas...................................................................................................8
c) Poderes político-económicos..................................................................................................8
d) Colegio Profesional................................................................................................................9
e) Clientes...................................................................................................................................9
1.10. Ética........................................................................................................................................10
La deontología es aquella parte de la filosofía que trata del origen, la naturaleza y el fin
del deber, en contraposición a la ontología, que trata de la naturaleza, el origen y el fin
del ser.
Por ello, los códigos deontológicos reglamentan de manera estricta los deberes de los
miembros de una misma profesión. En el caso concreto del ejercicio de la abogacía,
existe por parte de los Colegios Profesionales de abogados, reglamentación acerca del
proceder correcto de estos profesionales, donde se requiere su estricto cumplimiento de
lo preceptuado, de lo contrario, podría generar responsabilidad disciplinaria, civil y, en
algunos casos, penal.
La deontología profesional es el conjunto de las reglas y principios que rigen
determinadas conductas del profesional ya sea en abogados, médicos, ingenieros, etc.) de
carácter no técnico, ejercidas o vinculadas, de cualquier manera, al ejercicio de la
profesión y a la pertenencia al grupo profesional.[ CITATION Leg051 \l 10250 ]
A lo largo de la historia se ha entendido que el Derecho y el oficio del jurista, era estar al
servicio de la sociedad ya que en cualquier circunstancia. Es por ello, que el jurista trabaja
a favor de la justicia, en defensa de la paz que toda sociedad necesita para su armónico
desarrollo. Cada vez más se hace evidente la necesidad de profesionales del Derecho
íntegros y capaces de resistir a las presiones de cualquier tipo, que la sociedad de nuestro
siglo exige.
Es importante tener presente que las virtudes profesionales son tales si realmente
coindicen al fin de la profesión, si por medio de ellas no fuera posible lograr lo buscado,
no tendría importancia el poseerlas. Entre tales medios ocupa un lugar fundamental los
principios deontológicos y las virtudes profesionales.[ CITATION Uri211 \l 10250 ]
La Deontología se inspira en unos principios generales que permiten identificar sus líneas
de acción y brindan cohesión al conjunto. Estos principios resultan particulares cuando se
trata de la abogacía, por ello, el interés en identificar los mismos y conocer su contenido.
1.2. Principios Deontológicos de la Abogacía
La Deontología se inspira en unos principios generales que permiten identificar sus líneas
de acción y brindan cohesión al conjunto. Estos principios resultan particulares cuando se
trata de la abogacía, por ello, el interés en identificar los mismos y conocer su contenido.
1.2.1. Justicia
Couture en su exposición del mandamiento del abogado, recoge como 3ro el siguiente; “La
abogacía es una ardua fatiga puesta al servicio de la justicia”. Como vemos, efectivamente
el profesional en derecho debe dirigir su atención al fortalecimiento y aplicación de la
justicia, de lo contrario, estaría incumpliendo su misión de ayuda al derecho y la misma
sociedad.
Justicia como virtud es un principio operativo que nos dirige a ser justos. Pues cada uno de
nosotros llevamos, en forma consciente o latente, una idea primera de lo que es justo, todo
lo simple que se quiera, pero natural, incorruptible, aunque pueda estar sometida bajo
vicios, pasiones e intereses, y aunque muchas veces no se la quiera escuchar. Y el abogado
es y debe ser el sacerdote de esa idea, que hace posible la convivencia y la cooperación
social en un ambiente de orden fecundo.[ CITATION Mar811 \l 10250 ]
La idea de justicia lleva implícita una noción de reparto. El dar a cada uno lo suyo implica
un conocimiento previo de lo que es propio de cada cual, y una atribución a título personal
de lo que hemos individualizado como de su pertenencia. Esta perspectiva de la justicia
desde el ámbito de la proporcionalidad, tiene dos visiones diferentes, según hablemos de la
justicia conmutativa y justicia distributiva.[ CITATION Vas97 \l 10250 ]
La justicia es un elemento común de todas las ramas jurídicas, en mayor o menor medida.
Ulpiano destaco la importancia que existe entre Derecho y justicia, en sus palabras decía:
“conviene que el que ha de dedicarse al derecho conozca primeramente de donde deriva el
nombre ius (derecho). Es llamado así por derivar de justicia.
La corriente más conocida es el positivismo, que utiliza la técnica del Derecho de forma
cerrada e inconclusa. Se juzga tal como la ley lo dice. A pesar de ello, no todos los juristas
actúan de igual modo [ CITATION Uri211 \l 10250 ]
La visión de estos conceptos se remonta a varios siglos antes de Cristo, donde de a poco
se comenzó a diferenciar entre las exigencias naturales y convencionales planteadas a los
ciudadanos. Luego con los antiguos griegos, dichos conceptos fueron profundizándose,
entendiendo que lo “legal” remite a lo justo legal de acuerdo a la ley o la convención
humana. Así por ejemplo, para Aristóteles lo legal es lo justo de acuerdo con el derecho
positivo, siendo el “continente” de la justicia natural. El mismo equivale a la ley o a la
convención humana.
Hervada menciona que “es justo porque así lo establece la voluntad del hombre”. En
cambio, el derecho natural, no depende de las diversas opiniones de los ciudadanos; sus
principios no se basan en la posibilidad de opción o convención humana, si no en lo justo
por naturaleza.
La tercera idea que se deriva de Aristóteles, y se puede describir como: El derecho natural
(lo justo natural) y El derecho positivo, son verdaderos derechos, no se trata por tanto de
una idea abstracta o de un valor ideal, sino de una clase o tipo particular de justicia”.
El derecho se reconoce con carácter universal. No solo en el ámbito interno del Derecho
estatal, sino también intencionalmente con la intervención de la ONU. Estamos hablando
de derechos inalienables y no renunciables. [ CITATION Uri211 \l 10250 ]
El jurista tiene sus orígenes en esta idea, por la necesidad de un orden social y un experto
capaz de administrar la justicia; defender o declarar algo contrario a los derechos positivos
o naturales. Es importante resaltar que no es posible identificar el concepto de Justo con la
labor de un jurista, ya que en otras facetas no jurídicas puede no ser justo por la propia
naturaleza de las cosas. El jurista no puede perder nunca la importancia de la equidad. En
palabras de Aristóteles “lo equitativo es justo”. Los juristas son seres humanos no solo
conocedores del derecho, sino que convive en una realidad de hechos que le permite
realizar un análisis más equitativo, donde la discrecionalidad tiene una fuerte influencia.
Pues cada uno de nosotros llevamos, en forma consciente o latente, una idea primera de lo
que es justo, “todo lo simple que se quiera, pero natural, incorruptible, aunque pueda estar
soterrada bajo vicios, pasiones e intereses, y aunque muchas veces no se la quiera
escuchar. Y el abogado es debe ser el sacerdote de esa idea, que hace posible la
convivencia y la cooperación social en un ambiente de orden fecundo”.[ CITATION
Mar811 \l 10250 ]
En todo esto es interesante reconocer que el talento no es cualidad suficiente en una
profesión que se relaciona tan de cerca con la justicia. En este sentido, la independencia y
el desinterés constituyen las virtudes esenciales y especialmente meritorias del abogado.
La idea de justicia lleva implícita una noción de reparto. El dar a cada uno lo suyo implica
un conocimiento previo de lo que es propio de cada cual, y una atribución a título personal
de lo que hemos individualizado como de su pertenencia. Esta perspectiva de la justicia
desde el ámbito de la proporcionalidad, tiene dos visiones diferentes, según hablemos de la
justicia conmutativa y justicia distributiva.
Este principio tiene una relación directa con la abogacía, debido a que sus características
conducen a su identificación dentro del ámbito de la deontología jurídica. Para algunos,
como el caso de Carlo Lega, la independencia profesional no tiene solamente relieve
deontológico, sino que configura jurídicamente uno de los bienes materiales de que es
titular el ente profesional, que ha sido dotado del poder deber de salvaguardarla.
a) Órgano judicial
b) Autoridades administrativas
c) Poderes político-económicos
d) Colegio Profesional
e) Clientes.
La visión de estos conceptos se remonta a varios siglos antes de Cristo, donde de a poco se
comenzó a diferenciar entre las exigencias naturales y convencionales planteadas a los
ciudadanos. Luego con los antiguos griegos, dichos conceptos fueron profundizándose,
entendiendo que lo “legal” remite a lo justo legal de acuerdo a la ley o la convención
humana.
Hervada menciona que “es justo porque así lo establece la voluntad del hombre”. En
cambio, el derecho natural, no depende de las diversas opiniones de los ciudadanos de las
polis. Sus principios no se basan en la posibilidad de opción o convención humana, si no
en lo justo por naturaleza.[ CITATION Uri211 \l 10250 ]
La justicia está relacionada con dos valores claros: la libertad y la igualdad. En el contexto
del liberalismo, la justicia se plantea como una búsqueda del equilibrio entre estos dos
valores. Existen autores que en este equilibrio le dan más importancia a la libertad y son
los libertarios representados por Nozick o Hayek, entre otros. Otros, destacan el papel de
la igualdad sobre el de la libertad, son los que defienden el liberalismo igualitario como
Rawls, Dworkin o Sean. Según sigamos la concepción de unos u otros, encontraremos
distintas visiones sobre qué es la justicia material.
En cuanto a la igualdad, podemos destacar que todos los seres humanos somos iguales
como especie y que está prohibida la discriminación basada en nuestras diferencias como
seres humanos. Sin embargo, sí está permitida la discriminación inversa, que se supone
temporal y cuyo objetivo es igualar a las personas que de hecho están en situaciones de
desigualdad, al resto.[ CITATION Gal14 \l 10250 ]
Al versar una parte de nuestro trabajo sobre cuál debe ser la actuación de un profesional
jurídico ante una norma injusta, considero que es importante primero aclarar qué es lo que
entendemos por norma injusta. Para contestar a la cuestión planteada utilizaremos las
perspectivas de tres autores claves en la historia de la filosofía, como son Ronald
Dworkin, Hans Kelsen y Herbert L. A. Hart. Antes de analizar la postura del
iusnaturalismo deontológico o contemporáneo que defiende el primero de nuestros
autores, no podemos dejar de mencionar algunas claves del pensamiento filosófico del que
deriva dicha postura: el iusnaturalismo ontológico o clásico cuyo máximo exponente fue
Santo Tomás. Como ya sabemos, para los autores iusnaturalistas existe una unión
necesaria entre ética y derecho. Adelantándonos un poco a lo que más tarde analizaremos
cabe decir que para un defensor de esta corriente, la norma siempre será justa, pues
provendrá de un orden natural que determinará la condición de Derecho de esa norma.
La ética es ciencia por su carácter eminentemente racional. Por lo que se dice que la ética
no es producto de la emoción o del instinto, como tampoco es resultado de la intuición
del corazón, y mucho menos de la pasión. Además, la ética se identifica como una
ciencia práctica, porque está diseñada para realizarse en la vida práctica.
Por otra parte, la ética es considerada como una ciencia normativa, pues se dirige a
brindar normas para la vida, orienta la conducta práctica, dirige, encauza las decisiones
libres del hombre. Por ello, es rectora de la conducta humana.
Por una parte, y en el caso que nos ocupa, se parte de la relación que existe entre la ética
y la moral en el ejercicio profesional. Si tomamos como antecedentes los referentes
incuestionables de la deontología jurídica con el deber moral de los operadores jurídicos,
se puede observar que la ética se ocupa de analizar qué valores deben estar presentes y
las metas que se deben alcanzar en el ejercicio de su profesión. En la misma línea, la
ética profesional, está íntimamente relacionada con la moral personal y colectiva. Este
razonamiento parte de la consideración que defiende que el abogado debe tener presente
que es un servidor de la defensa legítima de los derechos de su cliente y por tanto, la
relación de confianza y de responsabilidad debe primar en todo caso, unido al respeto por
su dignidad personal. El objetivo de la ética no es otra que la de dotar de respuestas a los
actos asumidos por la moral del sujeto. Un análisis sobre el tema que nos ocupa, quedaría
abreviado en la reflexión que hace la profesora Carolina Orts cuando defiende que “la
ética a diferencia de la moral, tiene que ocuparse de lo moral en su especificidad, sin
limitarse a una moral determinada, tiene que dar razón del porqué de la moral”. O bien,
lo que otros autores como Gutiérrez, entiende cuando defiende que la ética “trata de
emitir juicios sobre la bondad o maldad moral de algo, pero dando siempre la causa o
razón de dicho juicio”.
Un ejemplo de ello, sería la protección por parte del Derecho Penal español con respecto
al secreto profesional y a su vez el reconocimiento que hace del mismo el Código
Deontológico de la Abogacía en España. De ahí, la importancia que asumen los Colegios
Profesionales cuando se convierten en corporaciones que tienen como objetivo prioritario
velar con eficacia por la salvaguarda de los deberes profesionales que se encuentran
reconocidos por el código de conducta o código deontológico.[ CITATION Gut05 \l
10250 ]
2. Según Juan Germán Prado: La ética es la disciplina filosófica que estudia la moral,
la conducta y las obligaciones del hombre ante sus semejantes.
4. Según Marx: La ética marxista, más que a desarrollar un código moral de derechos
y deberes, ha tenido a poner de relieve las injusticias económicas y sociales, y a
predicar la actividad revolucionaria para conseguir la igualdad social.
La moral se compone de dos aspectos o ámbitos; por un lado, es valorativa y, por otro, es
normativa. Se dice que es valorativa en cuanto establece criterios de distinción entre lo
bueno y lo malo; por su parte, es normativa en cuanto ordena hacer el bien y no hacer el
mal. No corresponde a la moral decidir qué es bueno, pues el bien tiene carácter
ontológico.
Por otra parte, la moral viene reconocida como las normas que sirven como principios
rectores del comportamiento humano y derivan directamente de la opción doctrinal que
representan. Por lo tanto, existirán tantas morales, como doctrinas filosóficas, religiosas,
políticas.[ CITATION Vas97 \l 10250 ]
1.12. DIFERENCIAS E IDENTIDADES ENTRE LA MORAL Y LA ÉTICA
Existen una serie de diferencias conceptuales y de contenido entre la moral y la ética; no
obstante, también hay campos de conexión entre ambas. Tanto la moral como la ética
orientan nuestras acciones. No obstante, la moral orienta nuestra conducta directamente,
por su parte, la ética no tiene por qué tener una incidencia inmediata en nuestra vida
cotidiana, puede servir de modo indirecto de orientación pues su objetivo es indicar qué
concepción moral es más razonable[ CITATION Tor00 \l 10250 ]
A pesar de mostrar sus diferencias, en la práctica, la ética y la moral comúnmente se
utilizan como sinónimos. Si revisamos la raíz etimológica de ambas palabras, podremos
escudriñar que significan algo semejante; modo de ser, carácter (ethos: morada; moris:
costumbre). Por ejemplo, se habla del comportamiento poco ético cuando queremos decir
que no se conforma a la moral vigente. En este sentido, podemos decir que no podemos
separar en forma absoluta la moral y la ética, lo vivido y lo reflexionado pues
reflexionamos en la vida, “nuestras razones nacen de nuestra concreta moral y los bienes
que buscamos son los bienes concretos de nuestra tradición. Nuestra racionalidad depende
de lo particular, del contexto, de nuestra historia y no podemos salir de esta finitud e
historicidad hacia principios abstractos y universales salvo en la ficción o el
sueño”[ CITATION Tor00 \l 10250 ]
CONCLUSIONES