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EL MEJOR PROGRAMA SOCIAL

Jorge Gómez Barata

EL PROBLEMA DE LA IZQUIERDA EN AMÉRICA LATINA YA NO ES CÓMO LLEGAR


AL PODER SINO QUÉ HACER CON ÉL. Se trata de formular programas viables y con
capacidad de convocatoria sobre las clases medias, la intelectualidad y los elementos
liberales avanzados. NINGUNAS METAS SON MÁS PERTINENTES QUE EL CRECIMIENTO
ECONÓMICO, EL PROGRESO Y EL DESARROLLO.

El progreso, el desarrollo y la lucha contra la pobreza no necesariamente poseen


un evidente carácter de clase ni una naturaleza ideológica, sino que son cometidos
sociales y nacionales en torno a los cuales es teóricamente posible promover amplios
consensos sociales. COLOREARLOS POLÍTICAMENTE NO DEBE SER UN COMETIDO DE
LA IZQUIERDA, SINO TODO LO CONTRARIO.

No obstante, tal vez por la fuerza de la tradición o por necesidad de dotarse de


una identidad más definida, algunos movimientos de izquierda se sienten tentados a
enarbolar las banderas de la revolución que, aun colocándole apellidos, sugiere una
confrontación de clases y un curso radical. ESE DISCURSO A VECES ES ACOMPAÑADO
CON UNA RETÓRICA ANTICAPITALISTA QUE, AUN CUANDO NO ES REAL, MÁS QUE
CONVOCAR, ASUSTA.

La izquierda cuyos proyectos políticos en América Latina necesariamente han de


afianzarse en una filosofía desarrollista, con punto de partida en el rescate de las
riquezas nacionales, que aunque de oficio no implica expropiación o nacionalización,
permite obtener recursos para financiar el desarrollo e implementar programas sociales.
UNA LÓGICA ASÍ EXIGE UN PACTO SOCIAL TÁCITO QUE INCLUYA A LAS CLASES
MEDIAS, EL EMPRESARIADO NACIONAL Y NO AHUYENTE LA INVERSIÓN EXTRANJERA.

Cuando por unas u otras razones los empresarios nacionales que manejan las
pequeñas, medianas e incluso algunas grandes empresas (urbanas y rurales), las clases
medias de la que forman parte los gerentes, profesionales y técnicos, así como los productores,
comerciantes e importadores, se separan y se oponen a los proyectos impulsados por la
izquierda, es difícil remontar el hándicap.

NO HAY MANERA DE CONVOCAR A LOS EMPRESARIOS CAPITALISTAS Y A LOS


PROFESIONALES E INTELECTUALES CON CREDOS Y ACTITUDES LIBERALES, A
LUCHAR CONTRA EL CAPITALISMO. AUNQUE SE COLME DE BUENAS INTENCIONES,
LOS PROYECTOS TÁCTICA Y ESTRATÉGICAMENTE ERRÓNEOS GENERAN
COMPLICACIONES INTERNACIONALES QUE, HASTA DONDE ES POSIBLE, DEBEN SER
EVITADAS.

Otro fenómeno es la urgencia que conduce a concebir ambiciosos y a veces


sobredimensionados programas sociales cuya justeza nadie niega pero que es preciso
financiar. EL LÍMITE DE TALES ACCIONES NO SON LOS DESEOS SINO LOS RECURSOS.
La experiencia enseña que la prisa y el idealismo al solventar viejas deudas sociales,
pueden hacer crecer desmesuradamente el gasto público y generar inflación, todo lo
cual conspira contra el proceso que se quiere impulsar.

NINGÚN PROGRAMA SOCIAL ES MÁS JUSTO, HUMANO, EFICAZ Y RACIONAL


QUE LA CREACIÓN DE EMPLEOS LO CUAL, JUNTO A LEGISLACIONES APROPIADAS
RESPECTO A SALARIOS MÍNIMOS JUSTOS, ES EL PRINCIPAL LOGRO PARA
CUALQUIER GOBIERNO. Pueden añadirse muchos más pero sin empleos nada es eficaz
ni hay opciones viables.

SI BIEN ES CIERTO QUE EN CUALQUIER PAÍS DE AMÉRICA LATINA LOS POBRES


Y EXCLUIDOS FORMAN LAS MAYORÍAS Y QUE SU VOTO ES DECISIVO PARA ALCANZAR
EL PODER, ELLO NO SIGNIFICA QUE PUEDAN IMPULSARSE PROYECTOS
AUTÉNTICAMENTE LIBERADORES Y DE ALCANCE NACIONAL SOLO CON Y PARA LOS
POBRES.

Tal vez, aquí y ahora LA IDEA DE LA EVOLUCIÓN GRADUAL E IRREVERSIBLE sea


más pertinente que proclamarse revolucionario y tratar de dar grandes saltos que
pueden terminar en saltos al vacío. Allá nos vemos.

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