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Materia:
Medidas y test
Sección:
200
Tema:
La discapacidad
Estudiante:
Walter Vivoni 2020 - 0986
Cristopher Martínez 2018 -1298
Profesor/a:
Claribel Penalo Cepeda
La inclusión en la escuela ordinaria de los niños discapacitados supone un reto tanto para estos
alumnos y sus familias como para el docente. Un reto y una gran satisfacción. La discapacidad
cognitiva puede presentarse de múltiples formas en el aula.
La escuela es el primer paso para que estos menores se conviertan en adultos lo más independientes
posible, una oportunidad para desarrollar sus potenciales y poder formar parte de la sociedad. Una
escuela flexible que cubra sus necesidades educativas es clave.
Las capacidades intelectuales afectadas en la discapacidad cognitiva son aquellas que intervienen en
la adquisición de conocimientos: la atención, percepción, memoria… Además, el alumno tiene
dificultades en tareas de razonamiento y de solución de problemas, problemas en el desarrollo de
habilidades sociales y comunicativas y es menos autónomo que un niño de su misma edad.
En ocasiones y con niños pequeños, la discapacidad cognitiva se puede confundir con otros
trastornos. Por ejemplo: un niño con retraso en la adquisición del habla podría llevarnos a pensar
que sufre una discapacidad intelectual, dado que también manifiesta claras dificultades en el habla y
la comprensión y, por lo tanto, en la adquisición de aprendizajes. Para evitar confusiones es
fundamental realizar una evaluación psicopedagógica profunda.
• Leve
En este nivel el retraso cognitivo es mínimo. Se suele detectar una vez que el niño comienza la
escuela y manifiesta claras dificultades en el aprendizaje de los contenidos académicos. También
destaca como un niño mucho más inmaduro o “infantil” en comparación con sus iguales.
• Moderado
• Grave
Las habilidades comunicativas son muy limitadas. El vocabulario es pobre y utiliza estructuras
gramaticales básicas, muy por debajo de su edad cronológica. Necesita ayuda para llevar a cabo
rutinas cotidianas, como el vestido, alimentación, higiene, guardar sus materiales escolares…
• Profundo
En este nivel de discapacidad cognitiva el alumno es codependiente para realizar cualquier tipo de
actividad, incluyendo su cuidado diario. Se comunica con sonidos y gestos, en lugar de palabras; y la
pronunciación de estas suele ser ininteligible.
Modelado e imitación
También se aconseja utilizar técnicas de modelado e imitación a la hora de enseñar nuevas tareas y
rutinas. Respecto a las actividades en clase, será necesario que el profesor las divida en procesos
más sencillos y vaya guiando paso a paso al alumno en la ejecución.
Entrenar la atención y la memoria
Tomar como prioridad en el trabajo diario del aula potenciar el desarrollo cognitivo del alumno y
todos los procesos que intervienen en el aprendizaje: preparar actividades y juegos para entrenar la
atención y memoria; estimular el desarrollo del juego simbólico, el aprendizaje de conceptos
abstractos… Es imprescindible que el maestro siga las orientaciones del equipo de psicopedagogos
que han evaluado al alumno y la adaptación del currículum a la programación del aula.
Proceso terapéutico
“Tránsito de la insolvencia a la capacitación emocional, instrumental y social, apoyada en la
construcción de una autocrítica que le permita al sujeto dejar de escapar compulsivamente y
defensivamente de los problemas que se le plantean, enfrentándolos resolutivamente. Dicho pasaje
posibilita el aumento de la solvencia emocional del consultante, permitiéndole tener un rol
protagónico en su vida”.
Curar significa:
− Transformar el modo de afrontar la vida cotidiana del consultante: su forma de vivir, su
forma de enfermar y de sentir el sufrimiento.
− Reconstruir el sentido de su vida, conduciéndolo a asumir un papel activo.
− Producir cambios significativos en la manera de interpretar la realidad y resolver sus
conflictos.
− Generar acciones alternativas que produzcan bien-estar.
Liderazgo Terapéutico
“No hay nada más difícil de emprender, ni más peligroso para dirigir, ni más incierto en cuanto al
éxito, que asumir el liderazgo en la introducción de un nuevo orden de cosas” (Maquiavelo).
El profesional, en su función de líder debe actuar como ente regulador y agente de cambio, capaz
de:
Resiliencia
“Capacidad humana universal para enfrentar, sobreponerse, e incluso ser fortalecido o transformado
por experiencias de adversidad. Es la expresión de la fluidez del aparato psíquico, en contraposición a
la cristalización, y posibilita el desarrollo de procesos terciarios entendidos como procesos
creadores”.
“Proceso dinámico que tiene como resultado la adaptación positiva en contextos de gran adversidad”
(Luthar y otros).
“Habilidad para surgir de la adversidad, adaptarse, recuperarse y acceder a una vida significativa y
productiva” (ICCB, 1994).
la noción de proceso, que supone la interacción dinámica entre factores de riesgo y factores
resilientes de toda índole: bioquímicos, emocionales, cognitivos, biográficos, socio-económicos y
socio-culturales.
Todo ser humano es una organización compleja formada por un entramado de factores biológicos,
psicológicos y sociales. El hombre se caracteriza por ser un sistema abierto en permanente
interacción con el medio, y su existencia y estructura dependen del mundo exterior. Es un sistema
autorregulado y auto creador, abierto a la construcción del conocimiento y a sucesivos procesos de
aprendizaje.
El sujeto, con sus capacidades y dificultades, construye el mundo, establece vínculos afectivos, y así
consolida su subjetividad. Esto también ocurre en el caso de las personas con Discapacidad, y para
poder rescatar a este sujeto especial, debemos modificar nuestra forma de pensarlo y abordarlo, lo
cual supone un cambio de paradigma: no debemos poner énfasis en sus funciones alteradas, sino
rescatar sus aspectos, privilegiando sus capacidades, potencialidades y particularidades.
Las herramientas teóricas sobre las que profundicé en este artículo, son imprescindibles para el
abordaje terapéutico de todo tipo de problemáticas, tengan o no relación con la discapacidad.
Quizás, lo que marca la diferencia es que, en los tratamientos de personas con discapacidad, los
terapeutas tenemos que desestructurarnos, sensibilizarnos y desarrollar creatividad, en un grado
mayor al que estamos acostumbrados. No podemos perder de vista que esa persona con
discapacidad que está frente a nosotros es una persona “muy especial”, que no sólo tiene
necesidades especiales sino también capacidades especiales, que tienen que ser desarrolladas.
Test de Raven
Las Matrices Progresivas de Raven son unas pruebas de gran tradición y utilizadas en más de
100 países, miden la capacidad para dar sentido a un material desorganizado o confuso, es
decir, constructos claramente no verbales que facilitan la captación de una estructura
compleja.
Para contextualizar el test de Raven tenemos que tener en cuenta que la inteligencia
general se define como la capacidad para gestionar y adaptarse al entorno, es decir, captar
la información que nos rodea, razonar, y generar alternativas y soluciones con el fin de
actuar de manera efectiva en las diferentes situaciones del día a día. La inteligencia influye
en todas las habilidades y procesos mentales.
Dependiendo de la aproximación podemos encontrar diferentes tipos de inteligencia. El test
de Matrices de Raven se basa en la aproximación propuesta por Charles Spearman donde
diferenció dos tipos de inteligencia: el factor “G”, como la capacidad general característica
de las habilidades cognitivas humanas; y el factor “S”, como la habilidad especial o
específica de cada individuo dependiente de la educación.
Algunos años más tarde, Raymond B. Cattell diferenció a través de análisis factoriales dos
tipos de inteligencia, denominadas fluida y cristalizada. La inteligencia fluida hace referencia
a la capacidad para adaptarse a contextos nuevos. Está fuertemente ligada a la herencia y es
cambiante con la edad. Los nuevos aprendizajes y la experiencia no influyen directamente
en ella.
Aunque a juicio del autor el test no suponga una medida del factor “G” propuesto por
Spearman, y tampoco considere la prueba como de inteligencia, sí asegura la evaluación del
componente analítico que subyace a esos constructos. Este es la capacidad de dar sentido a
una información desorganizada de manera lógica e inferir relaciones a partir de lo
desconocido.
Forma del test y tipos
El Test de Matrices Progresivas de Raven se compone de diferentes diseños geométricos, o
matrices, formados por elementos de carácter no verbal. Estos diseños están incompletos
en una de sus partes. Para solucionar cada una de las matrices se ofrecen diferentes
alternativas siendo solo una la que completa el diseño correctamente.
Las estrategias necesarias para solucionar el test se basan en la capacidad de abstracción y
de interpretación global de la situación. La capacidad de razonamiento analógico se hace
necesaria para poder interpretar cada una de las matrices y encontrar relaciones entre las
formas del diseño y ordenar, así, la información para hallar la solución correcta.
En un primer momento se elaboró y tipificó una escala general capaz de evaluar a todo tipo
de individuos. Años más tarde, la peculiaridad del ser humano hizo necesaria la creación de
otras escalas adaptadas a otros tipos de población. Así, podemos encontrar al menos tres
formas diferentes del test de Raven:
Standard Progressive Matrices (SPM): la primera escala general elaborada se puede utilizar
desde los 6 años hasta la edad adulta, incluyendo individuos con deficiencia intelectual o
una mayor capacidad de razonamiento. Consiste en 60 matrices agrupadas en cinco series
de doce matrices cada una (series A, B, C, D, E), aumentando la dificultada a lo largo de las
series.
Coloured Progressive Matrices (CPM): la escala de color se creó para la evaluación de niños
entre 4 y 10 años, y para aquellos adultos con una menor capacidad intelectual. Consiste en
36 matrices agrupadas en tres series de doce matrices cada una. Las principales diferencias
con la escala general son:
− Herencia y ambiente
La validez de esta prueba ha sufrido críticas debido a las bases en la interpretación de los
resultados. En muchos casos los datos podrían haber sido tanto infravalorados como
sobrevalorados. La actualización de los baremos y la consideración del contexto en el que se
administra la prueba parece esencial para elaborar unas conclusiones válidas y fiables.
− Desarrollo evolutivo
El desarrollo cognitivo y el desarrollo de la capacidad para organizar la información de
manera lógica se ha visto asociado al tipo de actividades que los niños realizan desde
edades tempranas. En muchos casos no se promueve el pensamiento crítico y autodirigido
en los niños de tal modo que la capacidad de deducción y extracción de información y
conclusiones va siendo mermada.
Más allá de las peculiaridades de los seres humanos, los autores propusieron una escala de
cinco grados de capacidad intelectual (Raven, y cols., 1996):
Se sabe que al practicar una actividad podemos mejorar la eficiencia y reducir el tiempo
necesario para ella. Al practicar el test de Raven sucedería igual, aunque no está del todo
claro si esta mejora se transfiera al resto de actividades y contextos en los que es necesaria
la capacidad de razonamiento lógico.
Los estudios experimentales respecto a la mejora del componente general de inteligencia
que evalúa el test de Raven presentan discrepancias. Por un lado, no se observan mejoras
tras programas de enriquecimiento cognitivo. Por otro lado, se ha visto que los niños que
realizan algunos programas específicos de intervención sí muestran mejoras posteriores en
el test de Raven.
Aun conociendo las discrepancias, podemos realizar algunas actividades cotidianas para
mejorar nuestra capacidad de razonamiento y, así, nuestra inteligencia:
Todos somos iguales, todos somos distintos. Cada persona es importante en su esencia,
independientemente de su estado físico o psíquico.
Resulta esencial que nos aceptemos y queramos para poder llevar a cabo una vida óptima y
feliz.
En esta labor, muchas veces se necesita ayuda del exterior, y es ahí donde los padres,
profesores y el entorno entran en juego para facilitar la llegada a la cumbre de la
autoestima.