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Carlos V

Los ideales del emperador y sus obstáculos para cumplirlos

Carlos V es uno de los gobernantes europeos más conocidos de la historia. Fue un hombre
religioso y con grandes planes y metas que ansiaba cumplir, pero estos planes se verían
obstaculizados por diversos factores que se verán a continuación.

Su ascenso como emperador

Carlos V era hijo de Juana “la loca” y Felipe “El hermoso”. Los territorios que gobernaba
abarcaban los actuales territorios de España, parte de Italia, Países Bajos, Austria y las
tierras americanas recién descubiertas.

Además, como miembro de la dinastía Habsburgo por línea paterna, era aspirante a la
Corona del Sacro Imperio, cuyo emperador era sujeto a elección, pero debía ser vinculado a
la dinastía Habsburgo. Los otros candidatos eran Francisco I de Francia y Enrique VIII de
Inglaterra, pero al final, el elegido fue Carlos, quien se convertiría en Carlos I de España y
V del Sacro Imperio Romano Germánico.

El contexto en Europa

En 1517, el mismo año que Carlos llegó a España, Martín Lutero clavaba sus 95 tesis en la
puerta de la iglesia de Wittenberg, marcando el inicio de la separación de la Iglesia Católica
en Europa.

El Imperio Otomano se adentraba cada vez más en Europa y Francia también estaba
entrando en conflicto con el emperador de la casa Habsburgo. Además, Europa estaba
teniendo grandes procesos de transformación y recuperaba las artes y letras de Grecia y
Roma clásicas.

Dos grandes poderes dominaban en el Viejo Continente: el papado y el Imperio. De ambos


poderes y de sus representantes, el Papa y el Emperador, respectivamente, se esperaba que
rigieran la cristiandad europea y el dominio de los territorios cristianos.

Los ideales de Carlos V


Los principales ideales del emperador se centraban en Europa, mientras que no prestó
mucha atención a las Indias de la Nueva España, para él, sus dominios en América solo
suministraban los recursos para cubrir los gastos de sus campañas militares en el continente
Europeo.

Carlos V se miraba a sí mismo como un defensor de la fe católica, como el hombre que


debía proteger los territorios cristianos de las amenazas cada vez más grandes hacia el
catolicismo romano, ya no solo de los musulmanes (que cada vez amenazaban más sus
dominios) sino de los problemas y cismas que se estaban gestando dentro de la misma
Iglesia.

Los enemigos de Carlos V

Francia

La gran rivalidad entre Francisco I de Francia y Carlos V marcó todo el reinado de Carlos,
dicha rivalidad continuaría con Enrique II, hijo de Francisco I. Francia estaba rodeada por
los territorios del emperador, por lo que se sentían amenazados. Pero las tensiones habían
comenzado desde que Fernando de Aragón tuvo disputas contra los franceses. Además de
la incorporación del reino de Navarra a la monarquía hispánica, siendo que este era
territorio francés.

Imperio Otomano

Los turcos eran musulmanes, por lo que eran considerados enemigos de la cristiandad, por
lo que la guerra contra ellos se justificaba en la idea de una nueva cruzada. La guerra
además era política, estratégica y económica, ambos imperios luchaban por el control del
mediterráneo y por los territorios del este de Europa.

Los príncipes alemanes protestantes


La Reforma de Lutero implicó no solo una ruptura y conflictos religiosos, sino también
conflictos políticos dentro del Sacro Imperio. Carlos V se enfrentó con el problema de que
varios de los príncipes alemanes se volvieron protestante, por lo que, como defensor de la
fe católico se enfrentó a ellos, en un principio a través de negociaciones diplomáticas, pero
al ver el fracaso de éstas, se enfrentaría a ellos militarmente.

El Papado

A pesar de ser el defensor de la fe católica, el emperador del Sacro Imperio tuvo como
enemigo al Papa, en especial cuando éste era Clemente VII, ya que los Estados Pontificios
se veían amenazados por la expansión y poder que estaba teniendo la monarquía española
hacia los territorios italianos.

El problema de la Reforma Protestante.

Como un hombre profundamente religioso y emperador del Sacro Imperio Romano


Germánico, Carlos V no se iba a quedar cruzado de brazos ante el problema que implicaban
las ideas de Lutero y el innegable cisma que se gestaba en la Iglesia Católica. Se vio aún
más obligado a actuar debido a que el problema se gestó en territorios bajo su dominio y
varios príncipes alemanes simpatizaban con las ideas de Lutero. Así que el emperador
decidió acudir a acciones diplomáticas para resolver el asunto. A continuación se enumeran
algunas:

1. La Dieta de Worms: fue una asamblea de príncipes alemanes presidida por el


mismo Carlos V en donde también estuvo presente Martín Lutero, amparado por un
salvoconducto, el plan era que el último se retractara, pero éste defendió su tesis,
por lo cual fue arrestado, pero estuvo bajo la protección de Federico III de Sajonia.
También se proclamó el Edicto de Worms, en donde se declara a Lutero como
hereje y se prohibía la lectura y posesión de sus escritos. Así se da la ruptura de las
tesis luteranas y la Iglesia Católica.
2. La Dieta de Espira de 1526: Esta asamblea tenía como propósito aplicar el Edicto de
Worms, sin embargo, los estamentos decían que cada Estado del Imperio debía
atenerse a su responsabilidad ante Dios y el emperador, esto daba bases jurídicas
para la constitución de Iglesias Evangélicas y que cada príncipe decidiera la religión
de su Estado.
3. Dieta de Espira de 1529: Después de problemas con Italia y el Papa, Carlos V
intenta de nuevo aplicar el Edicto de Worms y restablecer el catolicismo en el
Imperio, pero los príncipes protestantes no estaban de acuerdo.
4. La protesta de Espira: Lo anterior trajo consigo que se firmara un documento donde
los Estados alemanes luteranos protestaban contra la Dieta de Espira. A partir de
eso, a quienes no seguían el catolicismo se les conoció como protestantes. También
con esto se iniciaron las hostilidades militares.

Carlos V continuó tratando de arreglar la cuestión de manera diplomática, pero ni los


luteranos ni el Papa estaban interesados en negociar con otra asamblea, por lo cual, el
emperador trata de establecer de nuevo el Edicto de Worms.

Los protestantes presentaron al emperador la Confesión de Augsburgo en 1530, donde


exponían los principios de su postura religiosa, pero Carlos V rechazó el documento, aun
así, los protestantes mantuvieron sus tesis intactas.

Los príncipes alemanes protestantes formaron la Liga de Esmalcalda en 1531, su objetivo


era defender sus territorios y luchar contra el emperador. En 1532 Carlos V se vio obligado
a parar sus luchas contra los protestantes y firmar una Paz con la Liga de Esmalcalda
debido a la invasión turca en Austria.

La Declaración de Ratisbona

Tras una asamblea se llegó a una resolución: se garantizaba la seguridad de quienes habían
declarado la Confesión de Augsburgo y se aceptaba la secularización de propiedades
eclesiásticas, se les concedía el reformar monasterios a los príncipes protestantes y se
doblaba la influencia de estos en la Cámara Imperial. Pero el Papa Paulo II condenó tal
declaración.
Lucha contra la Liga de Esmalcalda

Aunque el Papa convocó a un concilio en la localidad de Trento, esto no trajo resultados


satisfactorios, por lo que los católicos optaron por la guerra contra la Liga de Esmalcalda de
los protestantes. Aunque los católicos y el emperador tuvieron varios triunfos en batallas,
no pudieron frenar la creciente influencia protestante en el Sacro Imperio. Por lo tanto, en
1548se publicó el Ínterim de Augsburgo en donde se preservaba la fe católica y la autoridad
del Papa, pero se les hacían concesiones a los luteranos en cuanto al culto, pero esto no
agradó a ninguna de las dos partes.

En 1552 se publica el Tratado de Passau, donde se reconocía al protestantismo en igualdad


de condiciones con el catolicismo, cosa que fue ratificada con la Paz de Augsburgo,
firmada entre Fernando de Austria (sucesor de Carlos V) y la Liga de Esmalcalda en 1555.

La sucesión

Carlos V fue sucedido en El Sacro Imperio Romano Germánico por su hermano Fernando
I, a pesar de que el primero quería que su hijo Felipe fuera su sucesor. Sin embargo, en
cuanto a la monarquía española, el sucesor de Carlos V si fue su hijo, Felipe II.

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