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- Don Jacinto (esposo): ¡ay hija! Si el verano sigue así no tendremos cosecha, lo
que sembramos, se va a perder.
- Doña Estela (esposa): Alzando las manos ¡papá lindo danos tu bendición!
Los chiuchis (los hijos) no se daban cuenta del problema.
Luego de unos meses, llego el invierno al pueblo de Aramachay, todos los comuneros
de Aramachay, se pusieron felices por la llegada de la lluvia.
- Doña Estela :( llorando) ¡qué pasará con nuestro pueblo!!!, si sigue lloviendo,
desaparecerá, toda nuestra casa y nuestra siembra. ¡papá no nos dejes!
- Don Jacinto: Mujer tranquilízate, tenemos que confiar, seguro que nuestro Dios
no nos va a dejar, siempre nos cuida y, sobre todo, la madre tierra va querer, lo
mejor.
Paso una semana, paso el diluvio. Entonces todos los comuneros de Aramachay
bajaron al pueblo con sus animales y familia y sorprendidos: los pobladores se
agrupaban y expresaban,
- ¿Qué pasa Jacinto?, decía - Doña Estela y - Don Jacinto corriendo preguntaba a sus
hermanos comuneros - ¿Qué sucedió? – Jacinto ¡mira lo que el diluvio nos regaló!,
miraron cuatro puquios muy grandes y los comuneros se alegraron porque tenían mucha
agua, está en la actualidad, esos cuatro puquios y sirven para regar los sembradíos y así
los Aramachinos, tienen el privilegio de tener agua que brota del subsuelo y puedan
disfrutar de esa bendición , la fuente de vida el agua, para las personas, animales y
sobre todo para los sembríos , privilegio que cuidan con mucho celo, es por eso que
ahora le llaman campiña ecológica, viven felices y agradecidos y esto es para siempre.
MORALEJA:
Muchas veces, puede ser difícil, los momentos, pero siempre habrá, una razón divina,
para el bien de todos. ¡Gracias, Gracias por que la naturaleza nos da para vivir! Con el
agua.
Seudónimo: Karelin