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1.

LITURGIA DE LA PALABRA

L/. Lectura del libro de la Sabiduría (3, 1-6.9)

“La vida de los justos está en manos de Dios y no los tocará el tormento. La gente insensata
pensaba que morían, consideraba su tránsito como una desgracia y su partida de entre
nosotros como una destrucción; pero ellos están en paz. La gente pensaba que cumplían
una pena, pero ellos tenían total esperanza en la inmortalidad; sufrieron pequeños
castigos, recibirán grandes favores, porque Dios los puso a prueba y los halló dignos de sí;
los probó como el oro en el crisol, los recibió como sacrificio de ofrenda. Los que confían
en Él comprenderán la verdad, los fieles a su amor seguirán a su lado; porque Dios ama a
sus devotos, se apiada de ellos y mira por sus elegidos”. Palabra de Dios.

L/. Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los romanos (14, 7-9. 10c-12) Hermanos:
“Ninguno de nosotros vive para sí mismo y ninguno muere para sí mismo. Si vivimos,
vivimos para el Señor; si morimos, morimos para el Señor; en la vida y en la muerte somos
del Señor. Para esto murió y resucitó Cristo: para ser Señor de vivos y muertos. Todos
compareceremos ante el tribunal de Dios, porque está escrito: “Por mi vida, dice el Señor,
ante mí se doblará toda rodilla, a mí me alabará toda lengua”. Por eso, cada uno dará
cuenta a Dios de sí mismo”. Palabra de Dios.

SALMO RESPONSORIAL

(Se canta o se recita el salmo 129 con la respuesta que se propone). R/. : Mi alma espera en
el señor, espera en su palabra.

1. Desde lo hondo a ti grito, Señor: Señor, escucha mi voz; estén tus oídos atentos a la
voz de mi súplica. R/.
2. Si llevas cuenta de los delitos, Señor, ¿quién podrá resistir? Pero de ti procede el
perdón, y así infundes respeto. R/.
3. Mi alma espera en el Señor, espera en su palabra; mi alma aguarda al Señor, Más
que el centinela a la aurora. R/.
4. Aguarde Israel al Señor, como el centinela a la aurora; porque del Señor viene la
misericordia, la redención copiosa; y él redimirá a Israel de todos sus delitos. R/.
5. 3.- PROFESIÓN DE FE
6. A/. Con la esperanza puesta en la resurrección y en la vida eterna que en Cristo nos
ha sido prometida, profesemos ahora nuestra fe, luz de nuestra vida cristiana.
7. T/. Creo en Dios, Padre todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra. Creo en
Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del
Espíritu Santo, nació de Santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio
Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos, al tercer día
resucitó de entre los muertos, subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios,
Padre todopoderoso. Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos. Creo en el
Espíritu Santo, la santa Iglesia católica, la comunión de los santos, el perdón de los
pecados, la resurrección de la carne y la vida eterna. Amén.
8. L/. Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los romanos (14, 7-9. 10c-12)
Hermanos: “Ninguno de nosotros vive para sí mismo y ninguno muere para sí
mismo. Si vivimos, vivimos para el Señor; si morimos, morimos para el Señor; en la
vida y en la muerte somos del Señor. Para esto murió y resucitó Cristo: para ser
Señor de vivos y muertos. Todos compareceremos ante el tribunal de Dios, porque
está escrito: “Por mi vida, dice el Señor, ante mí se doblará toda rodilla, a mí me
alabará toda lengua”. Por eso, cada uno dará cuenta a Dios de sí mismo”. Palabra de
Dios.

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