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El documento discute la naturaleza y función de la pulsión de muerte según el psicoanálisis. Explica que la pulsión de muerte subyace a otras pulsiones como la supervivencia, el sexo y la defensa, y que busca satisfacción a través de la destrucción. También sugiere que la pulsión de muerte nos controla cuando perdemos el dominio consciente y que, aunque nacemos para morir, no está claro si los recién nacidos experimentan una pulsión instintiva hacia la muerte.
El documento discute la naturaleza y función de la pulsión de muerte según el psicoanálisis. Explica que la pulsión de muerte subyace a otras pulsiones como la supervivencia, el sexo y la defensa, y que busca satisfacción a través de la destrucción. También sugiere que la pulsión de muerte nos controla cuando perdemos el dominio consciente y que, aunque nacemos para morir, no está claro si los recién nacidos experimentan una pulsión instintiva hacia la muerte.
El documento discute la naturaleza y función de la pulsión de muerte según el psicoanálisis. Explica que la pulsión de muerte subyace a otras pulsiones como la supervivencia, el sexo y la defensa, y que busca satisfacción a través de la destrucción. También sugiere que la pulsión de muerte nos controla cuando perdemos el dominio consciente y que, aunque nacemos para morir, no está claro si los recién nacidos experimentan una pulsión instintiva hacia la muerte.
La pulsión de muerte- lo que los psicoanalistas no entienden (Carla)
La pulsión de muerte se vuelve como un tema polémico, ya que tiene una
sustracción en cuánto a su simple título, la pulsión se vuelve un enorme cuestionamiento desde el hecho de pensar que todos somos animales e incluso los no conscientes en ese momento lo son ya que sienten ese instinto, así como cuando nacen distintos seres vivos, eso se le llama instinto, como un animal al nacer, ejemplo un cocodrilo nace y corre con su madre, ¿Pero cómo sabe qué hacer? Es el nacimiento de ese impulso que se vuelve una pulsión de momento, en el que el cuerpo y mente saben qué hacer y cómo actuar, en el caso del ser humano es algo que aprendemos con cultura, porque de bebés llegamos a ser básicamente inútiles, como ser humano contamos con diferentes pulsiones, como la pulsión de supervivencia que nos ayuda a acoplarnos a los entornos que nos rodean, las pulsiones mentales que nos ayudan a reprimir, las pulsiones sexuales que nos ayudan a la reproducción y satisfacción sexual, la pulsión defensiva en la que podemos llegar a ser hasta las peores personas con tal de defender algo o alguien importante y amado. La pulsión nos puede llegar a derrotar, somos humanos, consumimos alimentos y bebidas, defecamos en el mundo, nos reproducimos como plaga, razonamos estupideces y genialidades, no nos detenemos por nada, y lo que queda es la pulsión de muerte que nos lleva a la destrucción, porque la pulsión siempre busca un objeto de satisfacción, la pulsión está incluso en el amor sobretodo, cuando siempre figuramos el amor como una cuestión de vida, llegamos a amar a veces más a otra persona antes que a uno mismo, la obsesión, los celos, etc, nos llevan a pulsiones y finalmente es la pulsión de muerte a la que llegamos desde que expandimos la vida misma que nos lleva ella, nuestra sobrepoblación, la vida desmedida, si alguien nos golpea de la nada y Carolina Padua Vivien Lortia Lorena Romero Carla Sánchez “explotamos” y queremos regresar el golpe aún más fuerte, esa actitud, ese sentir es simplemente la pulsión de muerte en dónde queremos “reventar” a la otra persona, es dónde no tenemos una dominancia consciente de ellos, la pulsión de muerte nos controla de manera marcada. La pulsión de muerte se regula a través de la cultura, nosotros ponemos los límites simplemente por el modo sublime de conocer la vida misma desde el momento que retiramos la necesidad de ser personas físicas al momento de querer tener el control, teniendo dobles o hasta triples reversiones de nuestro ser instintivamente lo iniciamos por supervivencia, así que la misma supervivencia nos lleva a la pulsión de muerte. Nacemos para morirnos, simplemente es eso...
¿Cómo sabemos si realmente cuándo nacemos no tenemos esa instintiva de
muerte? Es decir, lloramos al nacer porque salimos de una zona de confort en la que era lo mejor, al nacer llegamos a un lugar que por ende no nos agrada para nada, lloramos a lo desconocido por inconformidad. ¿O es una clase de miedo sin saber la cultura de lo que nos lleva al miedo mismo?.