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EN EL DERECHO
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PAStOR ORTIZ MÁTfOS
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EXCMA. CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA NACION
Sucre-BoUvíá
1992
INTRODUCCION
-7-
Hago propicia esta oportunidad para expresar mi reconocimiento al
Dr. Hugo Sanáoval Saavedra quien, como mi versado profesor de Derecho
civil, despertó mi inquietud en el estudio especializado de esta rama del
Derecho así como por haber ejercido las funciones de Presidente de las Co
misiones de Elaboración del Anteproyecto y de la de Redacción del Pro
yecto de Código civil, de las que formé parte; al Dr. Oscar Frerking Salas,
ilustre exprofesor mío y distinguido colega en la Comisión Redactara del
Proyecto de Código civil con quien, además, me correspondió trabajar en
tareas de revisión interna dentro de la Comisión y agradecerle por el bello
prólogo escrito a esta obra; a la memoria del Dr. Raúl Romero linares,
prestigioso intelectual y jurisconsulto que también desempeñó las funciones
de Presidente de la Comisión Redactara del Código civil y, por últiino, a
los Sres. Presidente y Decano de la Excma. Corte Suprema de Justicia,
Dres. Edgar Oblitas Fernández y Hugo Galindo Decker, respectivamente,
por haberme alentado a publicar el presente libro.
_9_
A
del Código alemán de 1900. del suizo de 1907 y sus modificaciones, y en especial
del italiano de 1942, y sus metodologías, como así también del nuestro y en par
ticular de países vecinos y otros, como el argentino, por ejemplo, que en varios
casos sirvieron antes defuente a algunas reformas ya incorporadas al abrogado
de nuestro país; y como es lógico y en repetidas situaciones, partiendo siempre
de la inexcusable realidad social nacional consultada, todo lo que ha servido así,
en su conjunto, a los redactores del Proyecto del Código, luego vigente, para es
tablecer las articulaciones respectivas (a cuya Comisión Redactara me cupo la
honra, con el autor, de pertenecer, presidida primero por el conocido civilista
Dr. Hugo ^andoval Saavedra y luego por el no menos mentado Dr. Raúl Romero
Linares -después Presidente de la Excma. Corte Supremo- e integrado posterior-
merite por el distinguido jurista é intelectiial cruceño Dr. Leonor Ribera Artea-
ga). Resalta, en consecuencia, que la Comisión Redactara en su núsión no se su
jetó a un único patrón jurídico, al contrario, pone relieve el que la Cottiisión tuvo
muy presente el proceso de desenvolvimiento o comportamiento de nuestro pro
pio Código, con sus diversas mutaciones, desde su origen y las normas de nuestra
Constitución, para identificar aquellas cuestiones legales, no pocas por cierto,
susceptibles de reformas o de reelaboración conceptual de sus normas regulado
ras o de rectificación o corrección o para incorporar nuevos institutos o. según
ya queda dicho, abandonar otros o no adoptarlos, o aun la proposición de algunos
cambios o reformas hasta de orden constitucional.
En el curso de su enfoque, explicación y objetivación analítica del conte
nido de los preceptos del actual Código, en la materia de estudio y examen, el
autor utiliza'y aprovecha su gran conocimiento del derecho románico, memora
ble precedente histórico de las raíces primordiales del derecho del mundo occi
dental, a cuya órbita jurídica corresponde en apreciables, porciones el nuestro,
versación románica proveniente de haber regentado también la cátedra de dere
cho romano, permitiéndole así ingresar con firmeza en los ámbitos del origen
histórico dé muchas normas del derecho y revalorar mejor el sentido logrado en
sus cambios, reformas o proyecciones.
Y. otras veces, ilustra, en relación con la aplicación de los preceptos, las
variantes o consagraciones al respecto otorgadas por la jurisprudencia nacional,
al día, de modo que da así al trabajo un carácter más aclttcAi.ua y funcional, <k
efectivo beneficio para el jurista, y. desde luego, para el juez o el estudiante, lo
cüal convierte ó convertirá el texto en un necesario auxiliar en la materia, de
ponderable interés.
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Los lemas abarcados, dentro de la unidad de la materia tratada,justifica'
ble. con cabalidad. del título de la obra, son por lo demás, de gran atracción y
hasta seductivos, en una de las instituciones fundamentales de la vida social y
aún mucho más en la época moderna y actual, donde la propiedad pública ha lle
gado también a asumir, en gran parte, una vastísima importancia, a través no sólo
de los bienes de dominio originario del Estado, sujetos a concesión, unos, y otros
de uso común (en su caso municipales) y de los propios del patrimonio privado
del Estado o Municipio: y más aún con la proliferación producida por la creación
de entes jurídicos estatales de actividad empresarial, como son las empresas
públicas, con diverso grado de autarquías, cuyos regímenes legales respecto a
bienes traza asimismo el autor, o de otras instituciones públicas, tópicos legales
sobre los cuales hace un penetrante estudio, análisis y discriminación, y también
sugerencias y aun abre, explícita o implícitamente, inquietantes cuestionamien-
tos en el amplio marco del primer tema "De los bienes", en el, que también, hace
resaltar la profunda trascendencia labrada por la incorporación de la "función
social" de la propiedad, desde la reforma constitucional de 1967 y sus efectos.
En este mismo 'Tema Primero", ingresa, asimismo, a examinar, por ej., y
presidiendo ¡a exposición como es lógico, las diferencias establecidas entre el
nuevo Código y el abrogado, respecto a la división o distinción entre bienes in
muebles y muebles, que se mantiene como sucede en otros, separándose, sin em
bargo, de losfundamentos dados por el abrogado, que daba preeminencia sólo a
la riqueza inmobiliaria y así llevaba a ciertasficciones jurídicas "por las que
convertía a ciertos muebles en inmuebles y a ciertos derechos en muebles o in
muebles", de donde el nuevo Código adopta la orientación de otros códigos
novísimos, como el italiano, en el que "el concepto jurídico de bien inmueble
corresponde casi siempre al concepto físico" y, en su caso, con propia
individualidad caracterizante, diferente al del otro bien sobre el cual pudiera
yacer en su caso. La división resulta, además, simplificada por el propio Código,
al agotar la indicación o caracterización de los bienes que naturalmente sean in
muebles, para en oposición establecer que todos los otros bienes son muebles,
distinción facilitada, para un evento, por la propia determinación formulada por
el Código, sobre lo que el autor contribuye a explicar sus alcances. Y, principal
mente, sobre los relativos a la nueva trascendencia lograda por los muebles, su
jetos en caso de alta o relativa importancia, a registro, o sea los "muebles sujetos
a registro", a los que ha prestado un merecido tratamiento legal la codificación
vigente, por representar, como representan, valores de cuantía apreciable, y
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propios de la vida económica contemporánea, como los automotores, las naves,
naves aéreas, etc., etc., acerca de lo cual anota el autor sugerencias de gran sig-
n^cación.
Y de igual manera hace resaltar la aplicación formulada, por el nuevo
Código, del régimen de los bienes a los derechos reales de contenido patrimonial,
de naturaleza ya inmobiliaria, ya mobitiaria. Así como también destaca la impor-
/OB/c adopción jurídica establecida por el Código hoy vigente, respecto al con
cepto legal de "pertenencias", bien relativas a muebles o bien a inmuebles, pero
constituyendo siempre bienes muebles, en que por mucho que estuviesen afecta
dos, por ej., a la ornamentación de un inmueble, no pierden su calidad de mue
bles, aunque sí, por razones económicas, los actos relativos a la cosa principal
comprenden también las pertenencias,pero pueden asimismo ser objeto de actos
jurídicos separados.
Del mismo modo, en el "Segundo Tema" de la obra, relativo a "La transfe
rencia contractual de la propiedad" el autor analiza, con gran versación, la cues
tión desde sus antecedentes. Ora en relación con el derecho romano y con el
derechofrancés o el sistema español antiguos, en que jugaba unafórmula esen
cial la "tradición" efectiva y luego simbólica, ora con la dogmática planteada por
el CódigoJrancés de 1804 y el Código civil boliviano de 1831, cuyas regulaciones
sustanciales en materia contractualfue adoptada sobre aquél, reproduciendo en
la materia, en el nuestro, las soluciones dadas antes en el preindicado. Y es así
que la transferenciafue normada sólo como "la obligación de entregar la cosa",
perfeccionada por el simple consentimiento, aunque no se haya hecho la tradi
ción. En este esencial aspecto, el autor anota, con colmadas razones que, contra
lo sostenido en algunos comentarios, ni el Códigofrancés de 1804 ni el nuestro de
1831 llegaron a establecer que la transferencia de la propiedad se operaba por el
simple efecto del contrato, respecto a lo cual ha incorporado una profunda modi
ficación conceptual el Código vigente. Evidentemente, enfatiza el autor, que en
el Código abrogado, si bien suprimió éste la necesidad de efectuar la tradición
real de la cosa, estimada por ejecutada al mismo tiempo, o "ipso jure", por la
voluntad presunta de los contratantes, era ello una consecuencia de la obligación
de dar. que en el campo de ¡a realidad, se produce;en cambio "fuera de toda ac
tividad del deudor y aun contra su voluntad", sobre los cuales antecedentes, se
ha atribuido a ciertos contratos efectos reales, independientes de toda idea de
obligación.Por esto la tran^erencia de la propiedad, como expone, o la constitu-
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ción de ciertos derechos reales, son ahora Rectos directos del contrato, como lo
ha normado el nuevo Código, por solo (fecto del consentimiento, con la salvedad
en cierta clase de contratos, de cumplir requisitos deforma, cual en la donación,
sobre lo que se explaya con clara penetración el autor.
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tro país y las reformas introducidas al Código anterior, como las numerosas in
corporadas, por ejemplo, por ley de 1882, ofrece o indica la orientación seguida
al respecto, conforme a las directrices de la Constitución y el Plan General de la
Comisión Redactara y destinando ésta un Libro a ello, con regulación indepen
diente. haciendo notar el expositor que su título o denominación responde a la
materia específica normada y, en enfoque esquemático, como corresponde al
carácter de la publicación, la sistemática adoptada y lasfuentes principales con
sultadas por la indicada Comisión Redactora del nuevo Código al respecto, como
ser los propios antecedentes nacionales, aun de nuestra Jurisprudencia nacional,
y los proyectos habidos al efecto, las de Códigos como elfrancés, el italiano, el
español, argentino y otros, manteniendo muchas de las instituciones ya regula
das, suprimiendo algunas como los coiUcilos o los comisarios testamentarios,
eliminando contradicciones e incorporando otras, como la declaración de
"indignidad", que puede "coexistir armónicamente" con lá desheredación, por ser
diferentes; o como el reconocimiento del derecho del cónyuge supérsíiíe o del
conviviente, a suceder, no sólo en los bienes propios, sino en los comunes del
causante, estableciendo a sü vez el porcentaje límite dentro del cual puede el
causante mejorar la situación de los hijos y descendientes y establecer liberali
dades. suprimiendo las mejoras del tercio y quinto.
Es en ese sentido que el autor muestra esquemáticamente las principales
innovaciones producidas en este ámbito, que no son pocas, destacando al efecto,
por ej., que la sucesión se abre con la muerte real o presunta del causante,
muerte presunta no regtdada a este efecto por el Código abrogado;o como excep
ciones a la prohibición de contratar sobre sucesiónfutura, la relativa a la por
ción disponible de su propia sucesión o la de preferencia entre cónyuges respec
to a la adquisición de ciertos bienes, como el negocio comercial o el equipo
profesional, etc., etc. Y entre esas innovaciones no es la de menor importancia,
la referente al beneficio de la separación de patrimonios de los del causante
respecto al de los herederos o. en cuanto a la sucesión testamentaria, la incor
poración de los testamentos "especiales" sin solemnidades en situaciones de ries
gos, en vanos eventos, o haber reglado mejor mediante una regulación coherente
y armónica, la cuestión de la división de la herencia, etc.. como bien lo analiza y
coordina el exponente.
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tos establecidos por el primer proyecto de 1963 (en el cual participó), y
posteriormente por. el Plan definitivo y las Bases para su redacción de 1973, in
corpora con esta denominación apropiada como medio de adquirir la propiedad o
ciertos derechos reales (o "prescripción adquisitiva" que se usaba y aún se usa
en varios Códigos, por reunir dos situaciones jurídicas algunos aspectos co
munes) regulada, enforma independiente de la "prescripción" liberatoria, reser
vada para la de acción, en el título respectivo. El autor desarrolla el tema desde
sus antecedentes románicos y de las "Instituías", reproducidas en las leyes de
Castilla y luego en el Códigofrancés, de donde los tomó el del país,sobre todo de
las Partidas como lo anota el expositor,por lo que entonces no se trató separada
mente a ambosfenómenos, lo cual analiza extensa y autorizadamente, con sus
consiguientes puntualizaciones, diferenciación quefue abriéndose paso y adop
tando en varios otros, en razón, que el autor examina con gran calidad, de que
una se refiere a la posesión (como medio de adquirir) y la otra a la inacción
(como medio de extinción de un derecho), aplicándose asimismo, no sólo a la pro
piedad inmueble, como antes, entonces de presencia o existencia predominante,
sino a los muebles, cuyos valores económicos han trascendido notablemente en
la época moderna, con los sistemas de autolocomoción y muchos otros, y
abreviando apreciablemente los términos de tiempo o plazo exigibles, tanto a la
usucapión de carácter ordinario como en la extraordinaria, con especial
cómputo para los muebles sujetos a registros, en todo lo cual y en oíros muchos
aspectos el autor guía con erudición y seguridad, respecto a esta notable institu
ción, Justificante del concepto expresado sobre ella por el exponente, sin extre
marlo, por su "elevada función", de garantía "de la paz social", que muy bien
puede asumir, en consecuencia, la de una de las palancas sostenedoras del
bienestar, con muy notables aplicaciones de orden social y nacional anotadas
por el autor, en cuanto a las vicisitudes de la propiedad inmobiliaria de carácter
agrario en el país. f
Por último, en el "Quinto Tema",intitulado: "Otros modos de adquirir la
propiedad", comprende el de la posesión de muebles por ciryo solo efecto se pro
duce la propiedad de los mismos y sus condiciones y excepciones, donde se desta
ca el relieve Jurídico de los precedentes históricos y de orden legal a que
responde y el que obra la buenafe al respecto, como su necesario acondiciona
miento para surtir esos efectos, en que la posesión vale por título y en su defecto
el requerimiento de determinados plazos para igual consecuencia legal; y otros
modos, como la ocupación, la accesión y sus respectivos componentesJurídicos y
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sus regulaciones en el Código, que sólo enunciamos, dejando a la documentada
palabra del autor el ingresar, como ingresa, a su analítico y sagaz desenvolvi
miento, completando así el tratamiento de la materia, que da nombre a la obra y
que culmina con magnífico acierto.
Esta es la producción bibliográfica que nos ofrece ahora el Dr.Pastor Or-
tiz Mattos en brillante estilo, con sencillez y claridad al par que versación y pro
fundidad, en que no es menos importante laforma atractiva y de interés en que
desarrolla los temas, que despierta y centra de inmediato la atención del lector
en su contenido, antecedentes y planteamientos, compuesto desde el recogimien
to del gabinete de trabajo, la meditación del estudioso, las exigencias de la activi
dadforense y la experiencia del jurista, entre la consulta de Códigos, Gacetas y
textos y el acucioso hojeo de expedientes, para solaz y provecho de los que se
inquietan, ocupan y preocupan por los temas del derecho. Gracias, Dr. Ortiz
Mattos.
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PRIMER TEMA
DE LOS BIENES
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PASTOR ORTIZ MATTOS
A.- Noción
Cosa (res) es una parte del mundo extemo que puede ser dominada por
el hombre para producirle una utilidad económica. Con la apropiación las co
sas se convierten en objetos de derechos subjetivos y toman el nombre de
"bienes". Por ello el art 74-1 de nuestro Código civil al dar la noción de bienes
dice que son las cosas materiales e inmateriales que pueden ser objeto de
derechos. Por lo dicho, todo bien siempre es al mismo tiempo una "cosa", por
lo que nuestro Código (arts. 78, 79, 80, 82-11 y III y 91) usa el término de
"cosa" indistintamente con el de "bien".
El Código civil vigente, no agota la noción de bien en las partes reales
y tangibles del mundo exterior, como los edificios o energías (cosas
materiales), sino que también comprende a las entidades ideales (cosas inma
teriales) que proporcionando una utilidad económica, constituyen también ob
jetos de derechos.
El art 74-11 del Código civil dispone que 'Todos los bienes son inmuebles
o muebles". Con esto el Código vigente mantiene, como fundamental, la di
visión (que también hizo el Código civil abrogado) de que los bienes son in
muebles o muebles.
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DE LOS BIENES Y D£ LOS MODOS DE ADQUnUR lA PROPIEDAD
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PASTOR ORTIZ MATTOS
El Derecho espafiol antiguo como cl actual (art. 334 inc. 8® del Código
civil vigente), ha considerado y considera a las aguas como cosas con carácter
jurídico propio distintas del fundo donde nacen o discurren aunqiie constituyan
un todo con él. La Ley sobre "Dominio, y aprovechamiento de aguas" de 28 de
noviembre de 1906 (que tiene antecedentes en la legislación española) adopta
la misma orientación por lo que el Código civil vigente incluye a los lagos, los
manantiales y a las corrientes de agua entre los bienes inmuebles máxime si
ésta es su condición natural e intrínseca.
Nuestro Código civil (Capítulo III, del Título V,Libro V)regula sobre el
Registro de Derechos Reales comprendiendo en la inscripción a las muta
ciones y gravámenes de los bienes inmuebles (igual que la Ley de 15 de no
viembre de 1887). La publicidad de los derechos reales inmobiliarios, para ser
oponibles ante terceros (arts. 1538 del Código civil), es posible por la fácil in
dividualización (derivada en su fijeza) de los bienes inmuebles.
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DE LOS BIENES Y DE LOS MODOS DE ADQUIRIR LA PROPIEDAD
Código civil vigente da expresamenlc una norma que así lo reconoce para evi-
lar inútiles controversias (aunque naturalmente estos bienes son muebles por
ser aislables, acumulables y susceptibles de ser pasados de un recipiente a
otro), para encarar,hechos derivados del desarrollo técnico y para dar funda
mento al Código penal en la tipificación de ciertos delitos (tal el del art. 330
sobre sustracción de energía).
Conviene destacar que el Código alude a energ^ naturales controladas
por el hombre (ya que sin tal control no habría bien ni objeto de derechos) con
lo que se excluye a las energías en estado natural. Se comprende en el artículo
a los gases que, desde el momento en que son apropiados y controlados por el
hombre, constituyen también objetos de derechos y de negocios (oxígeno,
anhídrido carbónico, etc., etc.).
2) Bienes muebles sujetos a registro,' Ya anotamos que los bienes in
muebles son de fácil identificación por lo que, desde fines del siglo pasado
(Ley de 15 de noviembre de 1887) se instituyó el Registro de Derechos Reales
(mantenido hoy en el vigente Código civil en el Capítulo m.Título V, Libro
V) en los que se inscriben la constitución, modificación o extinción de la pro
piedad inmueble o de otros derechos reales inmobiliarios.
Pero un régimen de publicidad no puede funcionar respecto a todos los
bienes muebles ya que por su número y por la rapidez de las transferencias se
hace casi imposible el establecer un registro mobiliario general. Sin embargo
existen ciertos bienes muebles de fácil individualización y de importancia'
económica que pueden ser objeto de registro. Justamente a ellos se refiere el
art 77 de nuestro Código civil cuando dispone que "Los bienes muebles sujetos
a registro se rigen por las disposiciones que les conciérnen y, en su defecto,por
las de los bienes muebles":'
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PASTOR OBTE MATTOS
Es innegable que la remisión del art. 77 del Código civil (igual que la
del ait. 1395) a las "disposiciones que les conciernen" si bien es práctica no re
sulta ser técnica ya que no responde a los principios do unidad y de exclusivi
dad que corresponde a todo Código.
Por ello consideramos que será útil la reforma parcial del Capítulo III,
Título V del Libro V de nuestro Código civil (relativo al "Registro de Derechos
Reales") en el que debe incluirse, por uña parte, la nómina de los bienes mue
bles sujetos a registro (partiendo de las leyes especiales existentes ahora como
ya lo hace el ait. 1395-1 del Código civil a propósito de hipoteca de muebles)
disponiendo el que se lleve en el Registro de Derechos Reales, libros sobre
propiedad y gravámenes de esta categoría de muebles (c! inc. 8 del art. 1540
del Código contiene, en esta materia, un antecedente cuando permite la
inscripción en el Registro de Derechos Reales la constitución, reducción o ex
tinción de la prenda agraria).
Por lo demás estos bienes, reiteramos, continúan siendo muebles por lo
que, en forma supletoria, se rigen por las disposiciones que regulan los bienes
muebles en general.
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D£ LOS BIENES Y DE LOS MODOS DE ADQUIRIR LA PROPIEDAD
explotación. Asimismo las minas, aguas y las fuerzas físicas de, aprovecha
miento (arts. 136 Constitución y 3® del Código de minería) pueden ser objeto
de concesión a los particulares. De tales concesiones resultan, para sus titu
lares, derechos con contenido patrimonial que pueden ser materia de distintos
contratos y de sucesión hereditaria.
El otorgamiento, registro y negociación de tales derechos que recaen so
bre bienes inmuebles, configuran, en el Código civil (art. 81) DERECHOS
REALES de naturaleza INMOBILIARIA.
F.- Pertenencias
1) Cosas simples y compuestas'y partes esenciales.- Son simples las co
sas que tienen individualidad unitaria, como un animal vivo o una piedra pre
ciosa y son compuestas las cosas constituidas por varias partes discemibles y
aun separables, como un edificio o un automóvil.
Las cosas compuestas se encuentran integradas por partes esenciales y
no esenciales.
Las partes esenciales son aquéllas que no pueden separarse sin que una
u otra sea destruida o cambie su esencia como el ascensor, las cañerías de los
servicios de agua, los tubos e implementos de los servicios sanitarios, las puer
tas, etc., etc., de un edificio; ellas no pueden ser objeto de"derechos separados
porque nuestro ordenamiento, qué incluye normas constitucionales (arts. 22 y
133), tiende a evitar,la' destrucción de valores ecoriÓmicosl Sin embargo, cuan
do el interés económico determina la cxcorporáción de partes constitutivas,
por ejemplo la demolición de un edificio, ellas dejan de ser integrantes esen
ciales y readquieren su primitiva'autonomía pudiendo ser objeto de derechos
separados. El Código no da una norma especial'sobre las partes integrantes
esenciales, por considerarla superflua y sobreentendida.-
2) Concepto de pertenencias.- El tódigo abrogado (art 273), siguiendo
al Código francés,, reconocía como a bienes inmuebles por su uso o destino a
ciertas cosas muebles que el propietario ponía en servicio de su fundo.
Esta categoría de inmuebles, considerada aún por los autores franceses
como la ".creación más inútil del derecho moderno"(Planiol y Ripert), desapa
rece en el Código vigente (art. 82) el que adopta el concepto de pertenencias
en reemplazo de la antigua norma, con.la ventaja de constituir una regla
general que comprende a las pertenencias relativas a muebles y pertenencias
relativas, a inmuebles.
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PASTOR CRTIZ MATTOS
Las pertenencias son siempre bienes muebles (por ejemplo las herra
mientas de un camión) pero por mucho que ellas estuviesen afectadas al fin
económico o destinadas a la ornamentación de un inmueble (animales de la
branza o maquinaria de un fundo agrícola) no pierden su calidad de muebles.
Pero por razones económicas el Código vigente establece que los nego
cios y actos jurídicos que se refieren a la cosa principal comprenden también a
las pertenencias. Sin embargo como ellas (las pertenencias) gozan de auto
nomía material pueden también ser objeto de negocios separados salvándose,
para este caso, los derechos que terceras personas (por ejemplo los de un
acreedor hipotecario) pudieron haber adquirido, sobre la cosa principal y sus
pertenencias, con anterioridad.
Al establecer esta regulación el-Código civil, a parte de adoptar la
orientación que dan los códigos modernos (como el alemán, arts. 97 y 98; sui
zo, arls. 644 y 645 e italiano, arts. 817, 818 y 819) concluye con el sistema ob
soleto del Código abrogado (art. 273) y la legislación nueva.
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DE LOS BIENES Y DE LOS MODOS DE ADQUIRIR LA PROPIEDAD
las personas particulares se rigen por las disposiciones del Código civil y las
que les son relativas (como el Código de comercio, por ejemplo).
La simplificación, de este Capítulo en nuestro Código, se justifica por
muchas razones de las que. se destacan; a) Respecto a los bienes de los
particulares se omite inútiles repeticiones ya que á las cosas sin dueño se las
trata al regularse la ocupación como modo de adquirir la propiedad (arts. 140,
144, 145 y 146) y ya no se legisla sobre las herencias vacantes toda vez que, a
falta de herederos forzosos o legales, ahora sucede el Estado (art. 1111).
b) Respecto a los bienes del Estado, municipios y de otras entidades públicas,
la legislación administrativa, que básicamente regula esta materia, es
cambiante. Sin embargo reconocemos que la simplificación puede ser excesi
va toda vez que se hace necesario regular sobre algunas categorías de bienes
como los de dominio público.
En el presente trabajo, en base a disposiciones contenidas en la Cons
titución, leyes administrativas y en nuestro Código civil nos referiremos, en
primer lugar, a los bienes del dominio originario del Estado y a los bienes de
dominio público, y luego nos ocuparemos de los bienes de los particulares y,
dentro de éstos, de los bienes patrimoniales del Estado, de las municipalidades
y de las entidades públicas así como a los bienes de la Iglesia Católica.
B.- Bienes del dominio originario del Estado y bienes del dominio público
Debemos referimos, en primer lugár, a estas categorías de bienes que se
encuentran excluidos de los que coj^esponden a,los particulares.
1) Bienes del dominio oríginario del Estado.' El art. 136 de la Constitu
ción Política del Estado dispone que son del dominio originario del Estado, a
parte de los que las leyes especiales dan esa calidad, el suelo y el subsuelo
con todas sus riquezas naturales; las aguas lacustres, fluviales y medicinales
así como los elementos y fuerzas físicas susceptibles de aprovechamiento.
a)Riquezás del subsuelo y m/nar.-'Dúrante el período colonial las minas
correspondían a la propiedad de la Corona-de Castilla, la misma que las otor
gaba a los particulares para que sean explotadas mediante' el pago de una
"regalía"; Este sistema se instituyó en España en el siglo XVI y a partir de las
Ordenanzas de Toledo (1574) se la declaró vigente en todo el Virreinato del
Perú.
Declarada la independencia de la República, en 1834 se puso en
vigencia el Código de minería Santa Cruz que no siguió el sistema regalista
sino que adoptó el de la accesión según el que las riquezas del subsuelo per
tenecían al propietario del suelo, sistema que tuvo escasa vigencia ya que en
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PASTOR ORTE MATTOS
1836 fue susliluido por las Ordenanzas españolas; que, como se tiene visto, es
tablecían el sistema regalisla el que, adoptado al sistema republicano, dispuso
que las minas eran del dominio originario del Estado que pasó a ser un regula
dor que otorgaba la propiedad de las minas a los particulares en base de la
prioridad de la petición.
La legislación minera boliviana se consolidó a! promulgarse el 11 de fe
brero de 1925 el Código de minería (llamado Saavcdra), el que reiteró que
pertenecen originariamente al Estado todas las sustancias útiles del reino
mineral, pero que puede concederlos a los particulares mediante un título
ejecutorial.
El Código de minería, promulgado en 7 de mayo de 1965, en su art. 1°,
pretendió atribuir al Estado el dominio directo de todas las minas cuando es
tableció que pertenecen al dominio del Estado todas las sustancias minerales,
lo que constituye la expresión de una corriente estatisla que ya se manifcsló al
dictarse los Decretos Supremos Nos. 03196 y 03223 de 2 y 31 de octubre de
1952 elevados a Ley en 29 de octubre de 1956 que apuntaban a otorgar al Es
tado el dominio directo de todas las minas.
La Constitución Política de 1967 (art 136) renovó el principio de que el
Estado sólo tiene el dominio originario sobre las minas, principio reafirmado
hoy por el art. 1" de la Ley N" 1234 de 11 de abril de 1991 que eleva a rango
de ley al Código de minería de 7 de mayo de 1965 con importantes supre
siones, modificaciones, sustituciones e incorporaciones, de las cuales una de
las más destacadas es la contenida en el citado art. 1°. Conviene señalar que
el Código de minería vigente (desde 1965) sustituye el concepto de propiedad
minera con el de simple concesión.
Por lo visto el concepto de dominio originario del Estado sobre las
minas se apoya en una larga tradición histórica que se remonta a la época co
lonial. El sistema regalista es también el que rige en otras legislaciones mine
ras modernas, en las que la dominialidad sobre las minas, es compatible con
los principios de un Estado democrático porque permite que el Estado, en su
función reguladora, aliente a los particulares al desarrollo de la producción
minera mediante una adecuada inversión de capitales.
b) Bosques y tierras forestales.- La Ley Forestal General de Bolivia N'
11686 de 17 de agosto de 1974 (complementada.por los Estatutos de los Cen
tros de Desarrollo Forestal Regionales, aprobados por D.S. N® 22763 do 28 de
marzo de 1991) establece que los bosques y las tierras forestales constituyen
patrimonio del Estado y bienes de utilidad pública, dándose normas sobre la
protección y producción forestal. Se otorga a los particulares autorizaciones
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1991) pretendió sentar una base para atribuir al Estado el dominio patrimonial
de toda la riqueza minera del país, actualmente rigen el art. 136 de la Consti
tución y la citada Ley 1234, según los que las minas pueden ser concedidas en
explotación a los particulares y, cuando tal cosa ocurre, dichas concesiones
mineras se integran en el patrimonio de dichas personas particulares.
Pero, además del dominio originario, el Estado (como persona colectiva
de derecho privado que es) puede ser también titular de intereses mineros.
- Para cumplir ese cometido, se creó la Corporación Minera de Solivia
(COMIBOL) mediante D.S. N° 03196 de 2 de octubre de 1953, el que dispone
que dicha Corporación queda encargada de explorar, explotar y beneficiar los
yacimientos mineros de la Nación. Inmediatamente de constituida la
COMIBOL, mediante un nuevo D.S. el N® 03223 de 31 de octubre de 1952, se
expropió (nacionalizó) las minas y bienes de las empresas que formaban los
grupos Patiño, Hochshild y Aramayo (minas que fueron determinadas en dicho
Decreto Supremo). Ambos Decretos Supremos fueron, luego, elevados a Ley
en 29 de octubre de 1956. La operación de las minas nacionalizadas se enco
mendó a la COMIBOL.
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DE LOS BIENES Y DE LOS MODOS DE ADQUIRIR LA PROPIEDAD
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PASTOR ORTE MATTOS
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DE LOS BIENES Y DE LOS MODOS DE ADQUIIUR LA PROPIEDAD
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PASTOB QBTIZ MAITOS
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I '
SEGUNDO TEMA
I.- Antecedentes. A.- Derecho romano. B.- Derecho francés y español anti
guos. C.- Códigos dvil francés de 1604 y dvil boliviano de 1831.
II.- La solución dada en e! Código dvíl vigente. A.- Contratos con efectos
reales. B.- La obligación de entregar. C.- La transferencia y entrega com
prende a ias pertenencias. D.- Efectos de la transferenda 'Inter partes* y
en reladón a terceros.
DE LA TRANSFERENCIA CONTRACTUAL
DE LA PROPIEDAD
I.- ANTECEDENTES
(1) Tsxte«cerauKados:l)*CurudeDsrechoRomano'deCaftosUaynz,T.l.páss.66d-730ys>gu9riles.Barc9lonal909;2]
•Manual elementaire de Droh Romatn* de Faul Federé Girarf. Pág. 282. Parta. 1911:3) Tratado elemental de Derecho
Romano* de Eugene Petit, pág.203, Madrid 1920.4)"Curso de Derecho Romano* dictado en la Universidad de Chuqueaca en
1950,págs.166y170.
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PASTOR ORTE MATTQS
(2) Tartos consultados: 1}Tratado Práctico de Derecho Civfl* de MarcelPlanbIyJorgeRpetl.T. II pág 534 y sgtes. La Ha
bana. 1940;2)*Curso elememal de Derecho Civf de Ambros» Coíny Heruy Capítani. T. II, volumen It pág. 1015 y sgtes.
Madrid, 1942.
(3) TJixionaiio Razonado de Legislación y Jurisprudencia' de Joaquín Escriche, ver entrega, t.redíción y título: págs. 631,157B.
1576.
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DE LOS BIENES Y DE LOS MODOS DE ADQUIRIR LA PROPIEDAD
' -39-
'n
PASTOR ORTE MATTOS
Esta solución fuera de resultar de los claros textos de los Códigos fran
cés (arts. 711, 1136 a 1141, 1582, etc.) y boliviano de 1831 (arls. 437, 727 a
734, 1003, etc.) ha sido aceptada por casi todos los tratadistas franceses y bo
livianos.
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DE LOS BIENES Y DE LOS MODOS DE ADQUIRIR LA I90PIEDAD
(7) Nota y comentario al art. "Ejecución forzosa de la obígaciSn do entregar* que corresponde al actual art. 1467 v se aplica
♦amWAn al art.
también al art C^i
521. / ^
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DE LOS UENES Y DE LOS MODOS DE ADQUIRIR LA PROPIEDAD
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PASTOR ORTIZ MATTOS
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DE LOS BIENES Y DE LOS MODOS DE ADQUIRIR LA PROPIEDAD
ducir la indemnización cuando se haya convenido que todas las cuotas antici
padas queden en favor del vendedor. Es que se ha querido evitar que la institu
ción se convierta en un instrumento de usura.
b) La venta de cosa o de derecho futuro (arL 594), igual que el caso an
terior, no estuvo prohibida en el Código abrogado como no lo está actualmente
en el francés; algo más, la norma general contenida en el arL 721 del Código
abrogado (como del art. 1130 del Código Napoleónico) dispone que pueden ser
objeto de obligaciones las cosas futuras por lo que la institución estuvo
implícitamente autorizada.
El nuevo Código hace explícita su aceptación concretando que la adqui
sición tiene lugar cuando la cosa o derecho llegan a tener existencia.
La venta de cosa futura adopta las dos formas tradicionales: venta de
cosa esperada: "venditir rei speratae" caso en el que si la cosa no llega a exis
tir, la venta es nula; o venta de esperanza: "emptio spei", caso en el que el
comprador asume el riesgo de la operación aleatoria y debe pagar siempre el
precio, aunque la cosa no llegue a existir.
c) La venta de_cosa_ ajena. El nuevo Código establece que cuando.se
vende una cosa ajena, el vendedor quedajDbligado a procurar la adquisición de
dicha cosa en favor del comprador, quien se convierte en propietario en el mo
mento en que el vendedor adquiere la cosa del titular (art. 595).
Tanto en el Derecho romano como en los antiguos Derechos francés y
español era lícita la venta de cosa ajena.
Los Códigos francés (art. 1559) y el nuestro abrogado (arL 1018) esta
blecen que la venta de cosa ajena es nula. Este sistema lo mantienen algunos
códigos modernos como el mexicano (arL 2270).
Pese al rigor de la norma dada en los Códigos francés y boliviano abro
gado, la jurisprudencia y doctrina hicieron flexibles la aplicación del principio
señalando que la nulidad sólo puede hacerla valer el comprador, no así el ven
dedor ni el verdadero dueño ya.que.éste último tiene.reservada.la acción rei
vindicatoría.
Sin embargo, ni el propio comprador puede demandar si la venta fue
confirmada por el verdadero dueño y si se ganó la propiedad por usucapión
(Planiol, obra citada T.X., págs. 38 a 47).
El Código italiano (art. 1478) recogiendo la crítica hecha al Código
francés (y a todos los que en él se inspiraron) aprovechando las soluciones de
la jurisprudencia y con un criterio de mayor equidad da a la venta de cosa aje
na carácter obligatorio: el vendedor se obliga a procurar la adquisición en fa
vor del comprador.
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PASTOR ORTIZ MATTOS
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DE LOS BIENES Y DE LOS MODOS DE ADQUIRIR LA PROPIEDAD
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TERCER TEMA
L- INTRODUCCION
A.- Antecedentes
(1) Comeiófl de ñelorma del Cdtfigo cmI:'Bases y General Provisional del Códgo cnT. pág.32. Sucre 1963.
Pastor OiTiz 'Informe sobre el Código ctviT, comerúdo en la'Revista de EstixSos Jurídicos, Políticos y Sociales* de Sucre,
N°28.pá8S.l28yl34.
(2) Comisión de Reforma del Código crvil *B3ses y Plan General Provsional para h Refonna del Código Civi BcGviano'. pág.32.
Sucre 1963.
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PASTOR CRUZ MATTOS
Redactora del Proyecto del Código civil (años 1973 y 1974), al elaborar las
Bases y Plan General para la Redacción del Proyecto del Código clvlK^), ad
virtieron que el Título 1®, Libro 3® del Código civil de I831f''>que legisla sobro
los testamentos y sucesiones, tenía un contenido asistemáiico, anticuado e in
completo.
La Comisión Redactora, a tiempo de elaborar el Proyecto del L. IV del
actual Código civil, advirtió, con mayor rigor, que el Código civil de 1831, en
esta parte, era la que adolecía de mayores fallas; pues había tomado como
fuentes a legislaciones que respondían a sistemas opuestos a los que no llegó a
fundirlos sino a yuxtaponerlos creando graves dificultades de interpretación. Es
por ello que, consideramos necesario el referimos, en forma somera, tanto al
desarrollo legislativo del Derecho sucesorio en Solivia cuanto a los distintos
sistemas sucesorios sobre cuya base se han estructurado y se estructuran las
legislaciones anteriores como las actuales, entre ellas, la nuestra.
(3) Comsjn Redaeiora del Proyeclo de Código civil'Bases y Plan General para la Redacción de!Proyecto de Códijo civir Su-
^ ero 1973. ^
t®''riér«Jor»s a la Compaación Terrazas anrübada por la RS de 20 de mayo de
(5) Citados por José CastánT. en"La dogmática de la herencia* pág. 15. Madrid, 1960.
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DE LOS BIENES Y DE LOS MODOS DE AD^iUIRlR LA PROPIEDAD
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PASTOR ORTE MATTOS
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DE LOS BIENES Y DE LOS MODOS DE ADQUIRIA LA PROPIEDAD
para los nobles y las reglas que buscaban a la estabilización perpetua de los
bienes, eran contrarios a la naciente democracia, por lo que en la Asamblea
de 1791, se pidió su supresión, lo que se logró sólo parcialmente. En 1794 se
dictó la ley que establece la unidad legislativa sucesoria con gran influencia
del sistema romano ya que establece la unidad de patrimonio, unidad de suce
sión, supresión de las reglas de sucesión particular y otras.
Sobre estos antecedentes se dictó el Código civil de 1804 cuyos rasgos
centrales son los siguientes: establece la unidad en la sucesión rechazando, en
esta materia, la distinción entre bienes gananciales y propios. Mantiene el
principio de la igualdad sucesoria aunque el "de cujus" puede asignar, la pane
de libre disposición, en favor de uno de sus hijos; sin embargo el hijo natural
sucede en menor proporción. Aunque al tratar, a la sucesión como un medio de
adquirir la propiedad parecería señalar que ésta fuese una manifestación del
derecho propietario, la regulación del Código cede a los intereses familiares al
establecer la legítima en favor de ciertos herederos llamados forzosos. No se
concedió sucesión al cónyuge supérstite.
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PASTOR ORTE MATTOS
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DE LOS BIENES Y DE LOS MODOS DE ADQUIKIB LA PROPIEDAD
A.- Advertencias
1') Todo Código debe ser elaborado partiendo de bases y principios su
periores que establezca el ordenamiento constitucional de un país. La Co
misión Redactora del Código civil, reconociendo el valor dogmático de la
Constitución Política del 1967, estableció, como directrices de la reforma, los
principios de personalidad del ser humano, de propiedad privada, de autonomía
negocial y de trasmisión patrimonial por causa de muerte. Sobre estas bases se
reguló jas relaciones de las instituciones privadas, sin darles, empero, la im
pronta privatisia que caracterizó al Código de 1831 sino que se tuvo en cuenta
consideraciones de solidaridad económica y social, consagrados también por
la Constitución, de manera que se reguló los derechos y deberes de las perso
nas pn armonía con los intereses de la colectividad, haciendo que coexistan
los intereses individuales con los sociales.
Obviamente la regulación del Libro IV se la hizo dentro de esta orienta
ción.
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PASTOR CRTE MATTOS
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DE U)S BIENES Y DE LOS MODOS DE ADQUIRIR LA PROPIEDAD
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PASTOR CRTE MATTOS
abrirse la sucesión. Sin embargo el parágrafo III del ari. 1008 iniroduce una
innovación a! disponer que los hijos, no concebidos todavía, de una determina
da persona que vive al morir el testador, pueden ser instituidos suce.sores. Esta
regla constituye una excepción al principio y encuentra sus precedentes en el
Proyecto Toro de Bolivia como en otras legislaciones, tal cl Código italiano
(art. 462). La institución como heredero de una persona por nacer, encuentra
amplio justificativo doctrinal y la mayoría de los autores considera que se trata
de hipótesis sometida a "conditio juris suspensiva". Cuando siga a la concep
ción cl nacimiento, la institución se hace eficaz retroactivamente.
3) El Código de 1831, acusando en esta parte la fuerte influencia del
Derecho español antiguo contenido en las Partidas, se limitó a regular sobre
exheredación. Ignoró en absoluto la indignidad sucesoria instituida por la
mayor parte de los códigos modernos como cl francés de 1804.
-La Comisión, teniendo en cuenta los precedentes de nuestra jurispruden
cia (A.S. de 20 de julio de 1945 que reconoció al uxoricidio como motivo de
indignidad sucesoria a pesar de no estar prevista expresamente en la ley), la
doctrina y legislación contemporáneas, estableció la indignidad como motivo
de exclusión legal de la sucesión por fallas graves del indigno contra el de cu-
jus o contra su esposa o ciertos parientes consanguíneos o cuando se dan su
puestos que afectan a la moral. Dichas causas se encuentran taxativamente
señaladas en el Código (art. 1009).
Se dan reglas sobre la acción de impugnación, cl efecto retroactivo de
la sentencia, la restitución de bienes y frutos recibidos y percibidos por el in
digno desde el día en que se abrió la sucesión y los casos en que tiene lugar la
rehabilitación del indigno.
El huevo Código, siguiendo la sistemática de los códigos alemán y ar
gentino, no'obstante regular la indignidad, legisla también sobre la exhereda
ción o desheredación. Ambas instituciones pueden coexistir armónicamente.
La indignidad es común a la sucesión legal y testamentaria. La desheredación
sólo puede hacerse por testamento contra los herederos forzosos que incurran
en una causa también taxativamente señalada por cl Código (arts 1173 al
1176).
4) El Código abrogado no disponía que la herencia se adquiere por
ministerio de la ley, pero así lo entendieron algunos casos de jurisprudencia
bajo el influjo de la doctrina española. El nuevo Código explicita este princi
pio en su art. 1007 y además establece que los herederos continúan en la pose ' N
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DE LOS BIENTS Y DE LOS MODOS DE ADQUIRIR LA PROPIEDAD
Por ello el nuevo Código, igual que el anterior, da al heredero, una vez
abierta la sucesión, tres opciones: aceptar pura y simplemente, aceptar bajo
beneficio de inventario o renunciar la herencia. El Capítulo IV del T.I. Libro IV
trata este tema en forma amplia complementando y modificando muchas dis
posiciones del Código abrogado.
Debe destacarse de ellas lo relativo a términos. La legislación abrogada
(ait. 551 Código civil) establecía los plazos de tres meses, seis meses y un
año para aceptar o renunciar la herencia en la vía interdicta según el heredero
viva en el lugar en que se abrió la sucesión, en otro lugar dentro de la
República o fuera de ella y el de treinta años (art. 18 L. de 27 de diciembre de
1882, incorporado como art. 552 del Código anterior) para perder el derecho a
la herencia, cuando no la aceptó.
El nuevo Código (art. 1023) dispone que cualquier interesado puede
pedir al juez fije un plazo razonable, que no exceda de un mes, para que el
heredero o los herederos acepten o renuncien la herencia o que se acoja a los
procedimientos y plazos de la aceptación bajo beneficio de inventario. Venci
do el plazo se tendrá por aceptada la herencia, en forma pura y simple.
Quien pretenda aceptar la herencia bajo beneficio de inventario, debe
hacerlo precisamente dentro del término de seis meses (art. 1032).
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PASTOR ORTE MA1TOS
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DE LOS BIENES Y DE LOS MODOS DE ADQUISIR LA PROPIEDAD
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DE LOS BIENES Y DE LOS MODOS DE ADQUIRIR LA PROPIEDAD
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PASTOR ORTE MATTOS
las que otorgó. Por último se regula el testamento otorgado por los campesinos
que viven en lugares distantes.
Asimismo se da reglas sobre los testamentos de los extranjeros y sobre
los celebrados en el exterior para que tengan efectos en Bolivia. Ellos se con
forman a tratados bilaterales celebrados por nuestro país y subsidiariamente a
las reglas de Derecho Internacional Privado.
Adecuando a las normas de la nueva legislación y modernizando el con
tenido del Código antiguo se regula sobre los testigos testamentarios y la aper
tura, comprobación y publicación de los testamentos.
4.- En fin, en sendos capítulos, se legisla sobre la institución de herede
ro, la sustitución de heredero, de la desheredación, los legados, la nulidad, re
vocación y caducidad de los testamentos y los albaccas o ejecutores testamén
tanos, en todo lo que se introduce innovaciones importantes; se rcordena
completamente al Código abrogado dándoselo unidad y congruencia.
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DE LOS BIENES Y DE LOS MODOS DE ADQUIRIR LA PROPIEDAD
generales. 2°) De la colación. 3°) Del pago de deudas. 4®) De los electos de la
división y 5") De la nulidad, anulabilidad y de la rescisión de la división.
Comentaremos las reformas e innovaciones más destacadas.
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PASTOR ORTE MATTOS
B.- De la colación
Bien se sabe que la colación tiene por fin mantener la igualdad de trato
o proporcionalidad entre los herederos.
£1 Código abrogado, reproduciendo a la antigua legislación española
contenida en las Leyes de Toro y las Partidas, señaló que debía traerse a cola
ción por los hijos "las doíes'\ donaciones "proter nuplias" y el perculio profeti-
cio (arts. 636, 638). Este era el estado de nuestra legislación, en esta materia,
cuando se emprendió la labor de reforma.
Sin dificultad puede advertirse que la Comisión tuvo que eliminar
prácticamente casi toda la regulación precedente por cuanto, desde algún
tiempo atrás, dichas normas, aún no estando expresamente abrogadas, habían
quedado en desuso por su arcaísmo y por ser contrarias a la realidad nacional.
En esta materia el vigente Código regula la colación, con arreglo a las
Bases y Principios establecidos y en coordinación con las disposiciones del
Código de familia, dando normas prácticas y útiles, compatibles con los tiem
pos actuales.
Así se pane del principio de que toda donación, directa o indirecta, que
se haga a un heredero forzoso que luego concurra a la sucesión del donante,
importa anticipación de su porción hereditaria (arts. 1254 y 1255). Adviértase
que en el nuevo Código, la colación la deben todos los herederos forzosos
(descendientes, ascendientes y cónyuges) y no sólo los hijos como lo esta
blecía el Código abrogado lo que a veces hacía ilusorio al instituto.
No sólo la donación directa y formal (art. 1255) es colacionable, sino
también las donaciones indirectas hechas sin formalidad, como una remisión
de una deuda o el que el precio de un bien vendido se haya autorizado a co
brar a uno de los herederos.
Las colaciones pueden ser hechas en especie (arts. 1258-1 y 1073) o por
imputación (arts. 1258-III y 1260). Pero el dinero colacionable puede ser rea
justado equitativamente por la autoridad judicial, según las circunstancias (art.
1261); esta última regla contiene una previsión justa ya que impide el enrique
cimiento ilegítimo de uno de los herederos que podria derivar de un eventual
proceso inflacionario.
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PASTOR ORTE MATTOS
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CUARTO TEMA
DE LA USUCAPION
DE LA USUCAPION
A.- Terminología
A un mismo fenómeno jurídico: el de la adquisición de la propiedad so
bre bienes corporales y de ciertos derechos reales, en virtud de la posesión por
un tiempo; se dio en el Código civil abrogado (an. 1512) y se da en el vigente
(arts. 134, 138, 149) denominaciones distintas. En el primero (que rigió desde
el 2 de abril de 1831 al 2 de abril de 1976) se lo llamó PRESCRIPCION AD-
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PASTOR ORTK MATTOS
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DE LOS BIENES Y DE LOS MODOS DE ADQUlRIfi LA PKOPIEDAD
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PASTOR ORTE MATTOS
cho romano rigió en Francia hasta la promulgación del Código civil de 1804;
en Italia, hasta la unifícación de los estados italianos (1866) y en Alemania,
hasta la dictación del Código civil de 1871.
Y es así que, en los países europeos y entre ellos Espafla, se reguló la
prescripción con arreglo a la legislación de Justiniano, contenida en las
"Institutos" (Instituciones) en las que se estableció la prescripción no sólo
como un modo de adquirir la propiedad de los bienes sino también como un
medio de extinción de las obligaciones.
3) Legislación vigente en la Colonia.- Se conoce sobradamente que, en
la época colonial rigió, en el Alto Perú, la legislación de Castilla (contenida
en los Fuero Juzgo y Real, Ordenanza de Alcalá, las Siete Partidas y la Nueva
y la Novísima Recopilación) aparte de las leyes especiales dictadas para las
colonias de América.
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DE LOS BIENES Y DE LOS MODOS DE ADQUIRIR LA PROPIEDAD
vieron como fuente directa los textos del Derecho español antiguo. Justamente
el Título 21 del Libro III del Código de 1831, que regula la prescripción, se en
cuentra redactado sustancialmente en base de las Partidas estableciendo,
como ella, que para adquirir,la propiedad de los inmuebles, por prescripción,
se exigen los mismos requisitos señalados por la ley castellana (justo título,
buena fe, que la cosa no tenga impedimento para prescribir, la posesión con
tinuada y el tiempo señalado por ley). Asimismo estableció términos mayores
para adquirir por los particulares, por prescripción los bienes de la Iglesia.
Sin embargo no debe perderse de vista que la regulación de la prescrip
ción del Código francés no difiere mucho al de la legislación castellana toda
vez que, ambas, tuvieron la misma fuente: las "Instituías" de Jusliniano, no
obstante que el Código francés fue más depurado y técnico y nuestro legislador
de 1831 optó por continuar la regulación castellana, aunque no dejó de tomar
también como fuente directa muchas disposiciones, sobre prescripción, de di
cho Código civil francés.
El Código civil abrogado se separó de las fuentes francesa y castellana
al no regular sobre la prescripción extraordinaria treintañal. Sencillamente la
ignoró, con lo que se creó un evidente vacío. Fue el art..19 de la Ley de 27 de
diciembre de 1882 (incorporado en la Compilación Terrazas como art. 1565
del Código) el que en términos generales dispuso que "las acciones reales que,
por otras disposiciones no están limitadas a menor tiempo,se prescriben en trein
ta años". Adviértase que no se estableció directamente la adquisición de la
propiedad mediante la prescripción. Sin embargo la jurisprudencia (A.S. N® 112
de 14 de julio de 1980; "L. Judiciales 1980" pág. 150) entendió que el dueño,
que en treinm años no ejercía la acción real de reivindicación, perdía su pro
piedad con lo que indirectamente el poseedor adquiría la propiedad aun sin
título ni buena fe.
El Código de 1831 (art. 1559) dispuso que los bienes muebles se prescri
ben por tres años y que en esta materia, la posesión vale por título (antinomia
a la que nos referirernos en el Quinto Tema).
En el lapso que media entre la vigencia del Código de 1831 y del de
1976 se dictaron pocas leyes sobre prescripción adquisitiva. Entre ellas pode
mos citar a la Ley de 15 de noviembre de 1887 sobre Registro de Derechos
Reales que dispone que deben inscribirse en el Registro las sentencias que de
claren la prescripción adquisitiva y los actos que interrumpan la prescripción;
las Leyes de 3 de diciembre de .1883 y de 12 de mayo de 1941 sobre
consolidación de propiedad en favor de los sitlajeros y la Ley de 20 de diciem
bre de 1956 sobre consolidación de terrenos en favor de poseedores de la ciu
dad de Santa Cruz.
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PASTOR ORTE MATTOS
2.- Nuestro Código civil, con arreglo a las bases establecidas, ha evita
do en lo posible las definiciones (salvo aquéllas que tengan un valor normati
vo). Por ello no ha definido la usucapión, lo que se abandonó a la enseñanza y
a la doctrina.
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PASTOR ORTE MATTOS
propiedad de los bienes corporales sino también de los otros derechos reales,
especialmente inmobiliarios; tales el usufructo, el uso y la habitación (arts.
216-11 y 254 del Código civil) y las servidumbres aparentes (arts. 259 y 279 del
Código civil). Sin embargo advertimos que el presente estudio se lo hace
básicamente de la usucapión como medio de adquirir la propiedad de los
bienes corporales.
3.- De la conjunción del tiempo con la posesión se hace derivar la ad
quisición de la propiedad de un bien corporal o de ouo derecho real. La usuca
pión es indudablemente uno de los efectos rhás importantes de la POSESION.
A pesar de ello nuestro Código, regula la POSESION como un hecho Jurídico
autónomo (en el Título II del Libro II) y no como parle de la usucapión (como
lo hizo el Código civil abrogado). Es que si bien el efecto más importante de
la posesión es la usucapión, en cambio no es el único, ya que se dan otros
(como la adquisición de frutos por el poseedor).
C.- Importancia
A través de la usucapión la ley admite que quien posee una cosa ajena
por cierto tiempo se convierte en propietario de la misma purgando así los vi
cios o defectos de su adquisición. Parecería que aquí la ley se apartaría de las
reglas de la equidad; empero la paz social exige una solución semejante en la
que ordinariamente el poseedor es de buena fe y sólo, por excepción, en la
usucapión extraordinaria, puede no tenerla.
Pero, en la práctica, la función esencial que cumple la usucapión, espe
cialmente la inmobiliaria, es que constituye" un medio de prueba de la propie
dad; pues aun el poseedor propietario para demostrar su derecho debe probar
que él y/o sus causantes poseyeron el bien por cierto tiempo. Por ello la usuca
pión sirve a todo poseedor (propietario o no propietario) para probar su derecho
de propiedad, con lo que desaparecen las dificultades que entrañarían a todo
propietario el demostrar los títulos de sus causantes desde tiempo inmemorial
"prueba diabólica". En Bolivia además, como veremos luego, la usucapión
debe jugar un papel importante en la consolidación de la propiedad agraria.
Por ello, sin extremar, la importancia do la usucapión (a la que algunos
autores la llamaron la "patrona del género humano") podemos afirmar que, en
las legislaciones como la nuestra, de origen franco-romano o hispano-romano,
la usucapión continúa cumpliendo una elevada función que asegura la paz so
cial a través de la consolidación y fijeza" de las situaciones por el transcurso
del tiempo; por lo que se afirma que la usucapión está establecida también en
interés de la sociedad. Empero en otras legislaciones contemporáneas, como la
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DE LOS BIENES Y DE LOS MODOS DE ADQUIRIR LA PROPIEDAD
propietario puede demostrar los títulos inscritos de sus causantes, desde diez
años atrás.
Teniendo, el actual Código civil, más de quince años de vigencia, esa
doble regulación va perdiendo importancia aunque, reiteramos que, en ei cam
po de los hechos, la mantiene especialmente en las prescripciones
(usucapiones) indicadas antes del 2 de abril de 1976 sin título por el poseedor;
casos en los que el verdadero dueño aún puede instaurar su acción reivindica
toría.
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DE LOS BIENES Y DE LOS MODOS DE ADQUIRIR LA PROPIEDAD
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PASTOR ORTIZ MATTOS
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DK LOS UIEKKS Y DK LOS MODOS DE ADQUIRIS LA PROPIEDAD
a) El ait. 91 del Código civil dispone que la posesión de las cosas fuera
del comercio, no produce ningún efecio. Consiguicniemenie no pueden adqui
rirse por usucapión las cosas que se encuentran fuera del comercio de los hom
bres, tales son los bienes que. pcncnccen al dominio público, es decir los desti
nados al uso común de todos. En el primer tema {"De los bienes") señalamos
que la Constitución (art. 59 inc. 7) y algunas leyes actuales, como el Regla
mento de Aguas y la de Reforma Agraria, incurren en graves confusiones al
reunir, en un mismo concepto, los bienes patrimoniales con los de dominio
público.
En lo relativo al señalamiento de bienes del dominio público hechos por
las leyes de aguas, de Reforma Agraria y de municipalidades; de nuestra
pane, reiteramos que sólo consideramos como a bienes de dominio público
aquéllos que se encuentran destinados al uso común de todos como las plazas,
calles, parques, caminos, obras destinadas a la defensa nacional; bienes tute
lados por las autoridades competentes (Estado o Municipalidad) y que no
pueden ser adquiridos por los particulares por usucapión, aunque los posean por
tiempo inmemorial, salvo que hayan sido desafectados y hubiesen pasado
antes de la posesión al dominio patrimonial del Estado o del Municipio
correspondiente.
Tampoco pueden adquirirse por usucapión (ni por ningún otro medio)
por los particulares los grupos mineros nacionalizados ni los yacimientos de
hidrocarburos que pertenecen al dominio indisponible del Estado. Los arts. 138
y 139 de la Constitución señalan que estos bienes son inalienables e
imprescriptibles, es decir, no susceptibles de ser adquiridos por usucapión.
b) En los bienes sujetos a copropiedad (arts. 158 al 160 del Código
civil) así como en los que comprenden la herencia indivisa (que también con
figuran un caso de copropiedad) se manifiesta la coposesión de los
condóminos o coherederos. Dicha coposesión puede ser conjunta o separada;
en esté segundo caso, cuando se distribuyen provisionalmente los bienes, todos
poseen parte de ellos por sí y por los copropietarios o coherederos (pro cuota)
y puede pedirse por los copropietarios o coherederos la división (arts. 167 y
1233 del Cód. civil). Pero puede ocurrir que un copropietario o un coheredero
posea bienes comunes o hereditarios a título propietario único (pro suo) du
rante el tiempo para adquirir por usucapión; en tal caso ya no puede pedirse la
división y el copropietario o coheredero adquiere la propiedad por usucapión.
Esta innovación ha establecido el nuevo Código (art. 1234 y 171 del Código
civil) respecto al derogado; por lo que ya no se establece que los bienes de la
herencia indivisa estuviesen excluidos de la usucapión.
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PASTOR ORTE MATTOS
ser modificadas sino por la auloridad judicial. Por ello se establecen las
acciones dirigidas a recuperar o a conservar la posesión, las que deben instau
rarse dentro del aflo del despojo o de la perturbación posesoria.
Una persona puede poseer la cosa por sí misma o por medio de otra que
tiene la detentación (art. 87-11 del Código civil). Así el arrendatario posee la
cosa por el arrendador. Consiguientemente el simple detentador (arrendatario,
depositario, acreedor prendario, etc.) son meros detentadores no poseedores por
lo que no pueden adquirir la propiedad por usucapión. El detentador, por propia
voluntad, no puede transformarse en poseedor y si comenzó poseyendo por otro
continuará como detentador en forma indefinida. Sin embargo puede conver
tirse en poseedor en virtud de acto que emane de la persona para quien posee
(venta por el poseedor al arrendatario "traditio brevi manus'\ o de un tercero o
del Estado (como ocumó con el art, 78 de la Ley de Reforma Agraria que con
virtió en poseedores a ü'tulo propietario a ciertos arrendatarios). Desde el mo
mento de la transformación (art. 89 del Código civil) el exdetentador puede
iniciar la posesión y adquirir la propiedad por usucapión,
b)Posesión pública y pacífica.- La posesión, para producir la adquisición
de la propiedad, debe ser pública y pacífica. A este propósito el art. 135 de
nuestro Código civil dispone "la posesión violenta o clandestina nofunda la usu
capión sino desde el día en que cesa la violencia o clandestinidad".
Cuando se inicia y/o conserva la posesión mediante la violencia, ella
no funda usucapión sino desde el día en que cesó dicha violencia. Por otra
parte la posesión debe ser ejercida públicamente sin ocultarla ante el propieta
rio; este vicio se lo concibe fácilmente respecto a los muebles y sólo en pocas
hipótesis en el caso de los inmuebles; pero en la usucapión ordinaria de in
muebles y en la de los muebles sujetos a registro, la clandestinidad también se
manifiesta por la no inscripción del título.
En el Derecho romano cuando se iniciaba la posesión en forma violenta
o clandestina era siempre inútil; empero nuestro Código civil (igual que casi
todos los actuales) da una solución más práctica al disponer que la posesión se
hace útil desde el día en que cesa la violencia o clandestinidad. Ambos vicios
son relativos y sólo son oponibles por quienes hayan sido víctimas de la vio
lencia o de la clandestinidad.
c) Posesión continuada por el tiempo señalado por ley.- c-I) Para que la
posesión funde la usucapión es necesario que ella sea continuada e ininterrum
pida por el tíempo fijado por la ley la misma que señala distintos términos
según se trate de la usucapión inmobiliaria (ordinaria o extraordinaria) y mo-
biliaria como se expone después. El tiempo, a los efectos del vencimiento del
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QUINTO TEMA
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de un capital. El art. 84 de nuestro Código civil dispone que "Los intereses del
capital, el canon de arrendamiento y otras rentas análogas sonfrutos civiles". En
el concepto de "rentas análogas" se comprenden muchos rendimientos, como
por ejemplo, a los dividendos de las acciones sociales.
3) Adquisición de los frutos.- El tercer parágrafo del art. 83 de nuestro
Código civil, respecto a los frutos, dispone que ellos "pertenecen al propietario
de la cosa que los produce, excepto cuando su propiedad se atribuye a otras per
sonas, caso en el cual se los adquiere por percepción". Corresponde aclarar:
Los frutos naturales pertenecen ordinariamente al propietario de la cosa
que los produce y son adquiridos por dicho propietario aun antes de ser separa
dos de ella, por lo que puede disponerse de ellos como cosas futuras (art. 83-11
del Código civil). Pero los frutos naturales no siempre pertenecen al propieta
rio sino también a otra persona que tenga un derecho real limitado sobre la
cosa fructífera, tal el usufructuario quien, con arreglo al art. 221 de nuestro
Código civil, tiene derecho al uso y goce de la cosa; ese derecho es fuente y
ü'tulo de adquisición de los frutos. En este caso los frutos se adquieren por
PERCEPCION o separación (art. 83-111), de manera que si, por ejemplo, con
cluye el usufructo sobre un fundo agrícola antes de que se levante la cosecha,
gozará de los frutos el propietario.
Los frutos civiles no se adquieren por separación, sino día por día, en re
lación a la duración del derecho (art. 84 del Código civil). Por ello no hay
razón de distinguir si quien adquirió los frutos civiles es c! propietario o el titu
lar de otro derecho real limitado.
4) Poseedor de buena fe.- Como consecuencia de las reglas señaladas
anteriormente se tiene que si alguno ha hecho propios los frutos que no le
corresponden (por no ser propietario o titular de un derecho real limitado que
le autorice a ganarlos) debe restituir los que aún existen y el valor de los con
sumidos.
II.- LA OCUPACION
A. Generalidades
Por lo dicho está fuera de toda duda que en nuestro derecho no es con
cebible la adquisición de un inmueble por ocupación. Esto es que la OCUPA-
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B,- La ocupación como modo de adquirir ciertos bienes muebles que no per
tenecen a nadie
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de la accesión. El Código civil vigente (an. 143 citado) con mayor propiedad
lo regula como un caso de ocupación.
Las palomas, conejos y peces pueden encontrarse en estado de libertad
(silvestre) o ser domésticos. En el primer caso pueden ser objeto de ocupación
a través de la caza o pesca. Cuando las palomas, peces o conejos se encuen-
ü^an en palomares, estanques o conejeras construidos por el hombre, han sido
objeto ya de apropiación y pertenecen a su dueño. Empero si estos animales,
llevados por su impulso natural, abandonaron su criadero y readquieren su esta
do de libertad devienen en "res nulUus", por lo que pueden ser adquiridos por
ocupación por el propietario del palomar, conejar o estanque al que pasaron. El
propietario anterior no puede reclamarlos porque los animales en cuestión eran
de su propiedad sólo mientras vivían en su palomar, conejar o estanque.
Este modo de adquisición tiene lugar sólo si la migración ha sido natu
ral, pues si los animales son atraídos con fraude o artifício por el propietario
del criadero vecino pueden ser reclamados en especie (de ser posible la identi
ficación) o en equivalente en caso contrario.
4) Cosas perdidas o abandonadas.- Los derechos pueden perderse para
su titular por renuncia. La renuncia al derecho de propiedad puede tener lugar
(como el de todo derecho real) a través del abandono de la cosa (mueble o in
mueble). Cuando el abandono es de un inmueble o de un mueble sujeto a
registro, quien abandona para liberarse de las cargas y gravámenes de la pro
piedad, debe inscribir su renuncia en el registro correspondiente. El inmueble
abandonado deviene en terreno baldío y la propiedad pasa al Estado si es rural
o a la Municipalidad respectiva, si es urbano (art. 4® de la Ley Agraria de 29
de octubre de 1956; art. 58 de la Ley de Municipalidades de 10 de enero de
1985); consiguientemente los inmuebles abandonados "ipso jure" desde el mo
mento de dicho abandono pasan a formar parte del patrimonio del Estado o de
la Municipalidad, por lo que no pueden ser adquiridos por ocupación por los
particulares, lo que explica la regulación hecha por nuestro Código civil.
La pérdida sólo tiene lugar respecto a los muebles. En este caso el pro
pietario mantiene su derecho y su facultad de reivindicar la cosa.
Nuestro Código civil, sobre cosas perdidas o abandonadas, da dos dis
posiciones que respectivamente regulan sobre: a) Cosas enconüadas y b) co
sas perdidas o abandonadas en vehículos de transporte, aduanas y correos.
a) Cosas encontradas.- El aru 144 de nuestro Código civil dispone que;
Quien encuentra una cosa mueble debe restituirla a su dueño y, si no lo co
noce, debe entregarla a la autoridad municipal del lugar, la cual comunicará el
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PASTOR 0RT12 MATTOS
hallazgo mediante anuncio público. Si pasados tres meses nadie reclama, la cosa
encontrada se venderá en pública subasta, podiendo anticiparse la venta si la
cosafuera corruptible o de conservación costosa.
II.- El propietario que antes de los tres meses señalados recupere la cosa
debe pagar el quinto de su valor a título de premio al que la encontró. Vencido el
plazo, el dueño pierde su derecho, y el precio de la subasta se adjudica a la mu
nicipalidad del lugar, deduciendo previamente el premio que en este caso se
amplía a la cuarta parte".
En el antiguo Derecho español se regulaba de manera distinta la
situación de quien encontraba una cosa abandonada o perdida. Si alguien en
contraba una cosa mueble ABANDONADA la hacía suya por OCUPACION ya
que el dueño anterior, mediante el abandono, la había perdido y los "res dere-
rictae" eran objeto de ocupación (Leyes 49 y 50, Tít. 28, Partida 5). En cam
bio las cosas perdidas, cuyo dueño se ignora, debían manifestarse por quien las
hallare ante el subdelegado de bienes mostrencos y vacantes o al alcalde el
pueblo el que debía hacer pregonar por un lapso determinado y de no aparecer
el propietario se las mandaba a vender aplicándose su producto a la
conservación de caminos (Leyes 2, 4, 5 y 6, Til. 22, Libro 40 de la Nov. Reco
pilación).
Esta doble regulación aparejaba la dificultad de conocer si la cosa en
contrada había sido abandonada o perdida. Frente a ello nuestro Código civil
(art. 144) presume siempre el exü-avío lo que explica el contenido del anículo
transcrito el mismo que, además, se ajusta a los antecedentes de la legislación
nacional (arts. 439 del Cód. Civ. y 655 de la Compilación de las Leyes del
Procedimiento Civil, hoy abrogados). La disposición del art. 144 concuerda
(aunque con variantes en el uso de los términos) con los arts. 704 y 705 del
Cód. Pdto. Civ. La Ley Orgánica de Municipalidades anterior; de 2 de diciem
bre de 1942 (art. 35 caso 2°) incluía dentro de los bienes municipales a las co
sas muebles y semovientes perdidos o abandonados.- La actual Ley (de 10 de
enero de 1985) no contiene una disposición semejante aunque el art. 65 in
cluye en el patrimonio municipal a los bienes que le asignan las disposiciones
legales (entre ellas el art. 144 que comentamos).
Por los antecedentes expuestos se advierte que si bien anteriormente
ciertas cosas encontradas podían ser objeto de ocupación, ahora ya no lo son,
solución que dan también algunos códigos modernos (como el argentino, art.
2535 y brasileño, arts. 603 y 604).
b) Cosas abandonadas en vehículos de transporte, correos y aduanas.- El
ait. 145 de nuestro Código civil dispone que "Los derechos sobre cosas perdi-
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^ DE LOS BIENES Y DE LOS MODOS DE ADQUmUtLA PROPIEDAD
cés (ait. 716). Empero, bajo la influencia de la Recopilación de las Leyes del
Reino de Indias (Ley 2, Tít. 12, Libro 8) en ambos casos, se dio participación
en un sexto al Estado (lo que no ocurría en el Código francés).
La Ley de 8 de octubre de 1903 reformó las disposiciones anteriores
desde el mismo concepto de tesoro señalando que éste era un depósito antiguo
de bienes muebles valiosos. Atribuía la propiedad de la totalidad del tesoro a
quien lo dcscubna en terrenos baldíos, de dominio público o propio. Si quien
lo descubría, por casualidad o siguiendo derroteros, era un dcieniador (arren
datario por ejemplo) lo hacía suyo en sus tres cuartas parles quedando, en fa
vor del propietario, una cuarta parte restante.
La Ley de 1903 no era equitativa y se apartaba de los principios univer-
salmente admitidos en esta materia por lo que el nuevo Código civil se aparta
de ella.
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DE LOS BIENES Y DE LOS MODOS DE ADQUIRIR LA PROPIEDAD
m.- LA ACCESION
A. Generalidades
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PASTOR ORTE MATTOS
129) y de obras hechas por un tercero con materiales ajenos (ari. 130). Segui
damente examinaremos estos tres casos.
b) Obras hechas en suelo propio con material ajeno.- El an. 128 de nues
tro Código civil dispone: 7.- El dueño que en su suelo hace construcciones,
plantaciones u otras obras con materiales ajenos, adquiere la propiedad de éstos
con el cargo de pagar su valor; y si obró de malafe resarcirá además los daños
causados. El propietario de los materiales puede pedir que sean retirados sólo
cuando no se cause menoscabo grave a la obra construida o perezcan las planta
ciones.
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DE LOS BIENES Y DE LOS MODOS DE ADQUIRIR LA PROPIEDAD
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c) Otros casos. Remisión a leyes especiales.- El art. 133 del Código civil
remite a las leyes especiales la regulación del cambio de las aguas, la forma
ción de islas y otros hechos similares.
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DE LOS BIENES Y DE LOS MODOS DE ADQUIRIR LA PROPIEDAD
posible sin causar deierioro. Pero cuando la separación no es posible sin cau
sar grave daño a la cosa o cuando no puede establecerse cuál de las cosas es
la principal, la propiedad del todo se hace común en proporción al valor de las
cosas correspondientes a cada propietario.
Siempre dentro de la hipótesis de no ser posible la separación, cuando
una de las cosas pueda considerarse principal respecto a la otra u otras, el pro
pietario de aquélla (principal) adquiere la propiedad del todo pagando su
respectivo valor a los propietarios de las cosas unidas o mezcladas (art. 147-
II). Determinar, en estos casos, si se da una cosa como principal es una cues
tión de hecho que se reserva a los jueces de fondo quienes para ello deben to
mar en cuenta la naturaleza de la cosa, su valor, su destino económico, etc.
Cuando la unión se hace por obra del dueño de lo accesorio, el propietario de
lo principal debe limitarse a pagar la suma menor entre el aumento de valor
aportado a la cosa principal y el valor de lo accesorio.
3) Especificación,' a) Concepto y antecedentes.- Consiste en la forma
ción de una especie nueva con materia ajena. A quién pertenece la especie
nueva?. Al dueño del material o al autor de la obra?. Desde el Derecho roma
no se ha dado, en este caso, respuestas distintas considerándose, unas veces,
cosa principal al material y otras a la obra. Es conocida, al respecto, la dispu
ta doctrinal que tuvieron en Roma las Escuela Proculeyana y Sabiniana así
como la solución salomónica que dio Justiniano. Nuestro Código civil abroga
do (arts. 312, 313 y 314) otorgaba la propiedad del objeto creado tomando en
cuenta el mayor valor del material o del trabajo y otorgando al otro la indem
nización respectiva.
b) La regulación en nuestro Código civil.- Antes de señalar cuál es la
solución dada por el Código civil vigente, nos cumple anotar que en el texto
del art. 148 (que regula la especificación) contenido en la edición oficial, así
como en las ediciones autorizadas (como las de Servando Serrano Torricos,
pág. 48, Cochabamba 1976 y de Carlos Morales Guillén, obra citada, pág.
243), se incurre en una transposición de palabras que hace variar el concepto
real de la norma. En las citadas ediciones se dice: "Quien con materia ajena y
pagando su precio hace una cosa nueva, adquiere la propiedad de ésta". Si así
fuera no habría especificación sino que el autor de la obra sería propietario de
ella porque usó su propio material. El texto contenido en el art. 149 del Ante
proyecto ("Anteproyecto del Código civil boliviano" de la Comisión de Refor
ma del Código civil, pág. 29, La Paz 1964) como en el 148 del Proyecto Ofi
cial elaborado por la Comisión Redactora, dice: "El que con materia ajena
forma una cosa nueva, adquiere¡a propiedad de ésta pagando el precio de la ma-
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PASTOR ORTE MATTOS
teria" que es como debe entenderse el ciiádo art. 148 (el error debe salvarse al
aprobarse el Código civil en el Congreso).
Consiguientemente, en principio, la cosa nueva (pueda o no pueda read-
quirir su forma original) corresponde a quien la elaboró, con cargo de pagar, al
propietario de la materia, su valor. Sin embargo si cl precio de la materia
sobrepasa notablemente al valor del trabajo, cl dueño de aquélla puede hacer
suya la cosa pagando la mano de obra. En el primer caso se da la adquisición
de la propiedad por efecto de la especificación; en el segundo se produce la
permanencia de la materia en manos de su propietario (no hay adquisición de
la propiedad) sino se opera una simple modificación objetiva de la cosa.
éúi ,v -
F -
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I,"
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INDICE
Página
Introducción 7
A manera de Prólogo g
PRIMER TEMA
II.- La solución dada en el Código civil vigente. A.- Contratos con efectos reales.
B.- La obligación de entregar. G.- La transferencia y entrega comprende a las
pertenencias. D.- Efectos de la transferencia "Inter partes" y en relación a
terceros. 37
-119-
PASTOR OBTE MATTOS
TERCER TEMA
CUARTO TEMA
DE LA USUCAPION
-120- f
T.
DE LOS DIENES Y DE LOS MODOSDE ADQUIRIR LA PROPIEDAD
QUINTO TEMA
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