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UNIVERSIDAD COLEGIO MAYOR DE CUNDINAMARCA

FACULTAD DE DERECHO

DERECHO PROCESAL CIVIL GENERAL

KAREN DAYANA LEIVA ACOSTA

GRUPO VI A

BOGOTÁ 2021
Para iniciar dicho análisis jurídico es importante partir de la definición de la
responsabilidad civil extracontractual, la cual, no tiene origen en ningún contrato, es
decir entre el causante del daño y la parte afectada, un claro ejemplo de ello son los
accidentes automovilísticos, pues si bien es cierto, en esos instantes se genera un
daño tanto en la propiedad como a la persona; en Colombia, esta responsabilidad
se encuentra contemplada en el Código Civil Colombiano desde el artículo 2341, a
su vez es de relevancia resaltar que este fenómeno jurídico genera indemnización
para realizar el resarcimiento respectivo al daño causado.

Cuando nace la obligación de indemnizar a la parte afectada, esta puede ser


solicitada por toda persona que haya sufrido un daño en su patrimonio o en un
derecho suyo, en efecto, la indemnización no solo le pertenece al dueño de la cosa
sino también a cualquiera que ejerza un derecho sobre ella, un claro ejemplo de ello
es un usufructuario.

Ahora bien, partiendo de lo anteriormente expuesto se puede identificar el problema


jurídico de la sentencia número SC2905-2021, el cual consta en identificar si los
daños estructurales que presenta la casa del señor Suarez, se debe a la
construcción del Edificio Village Elite, es específico un muro que no contaba con las
especificaciones que se tenían en la licencia de construcción y la altura necesaria
conforme a lo dispuesto por la Ley, o si dicho daño se debía a la vetustez de la
vivienda.

Una vez iniciado el proceso judicial el Juzgado Treinta y Dos Civil del Circuito de
Bogotá, el 28 de febrero de 2017, dictó sentencia estimatoria de la pretensión de
responsabilidad y únicamente condenó a las demandadas al pago de $41’095.663
por concepto de daño emergente, por último denegó el llamamiento en garantía
suplicado.

En segunda instancia el al resolver los recursos de apelación interpuestos por las


convocadas y el demandante, el 26 de julio de 2017 el Tribunal de Bogotá revocó el
fallo de primera instancia y, en su lugar, desestimó íntegramente lo pedido,
fundamentando en que no se evidenciaba existencia de un nexo causal entre en
deterioro que presentaba la vivienda y la construcción del Edificio, pues no se tenían
un material probatorio consistente donde se demostrara que la vivienda tuvo dichos
daños a causa de la construcción, pues si bien se tenían dictámenes periciales
estos tenían bastantes vacíos al momento de identificar como surgieron los mismos;
finalmente, antes de iniciar la construcción, la vivienda ya presentaba ciertos daños
en diversas partes.

Por otro la sala de casación, inicia dando sus consideraciones y estableciendo la


responsabilidad civil extracontractual que tenía el Edificio Village Elite con la casa
del señor Suarez, establece que la actividad realizada por el Edificio, es una
actividad peligrosa, fundamentando ello a partir del artículo 2356 del Código Civil, es
por ello, que se puede establecer que el daño padecido y la relación de causalidad
entre aquella y este; al paso que el demandado sólo puede exonerarse
demostrando que el perjuicio no fue producido por dicha operación, es decir, por
caso fortuito, fuerza mayor, la intervención de la víctima o la de un tercero, siendo
estas las únicas causales que pueden generar una ruptura del nexo causal.

En dicho punto se puede determinar que se hace un llamado de garantías a la


aseguradora, pues se pretendía que la póliza adquirida por parte de la constructora
subsanara los daños causados a la vivienda en caso de que salieran condenados,
dicha póliza tenía como fin cubrir los daños que se pudieran haber causado, sin
embargo, dicha seguranza no podía dar las garantías, pues si bien es cierto el
suceso ocurrió antes de que la misma entrara en vigencia.

Para culminar dicha sentencia, se toma como decisión la sentencia impugnada debe
ser casada y la Corte, en su lugar y en sede de instancia, confirmará la de primera
instancia que accedió a las pretensiones de la demanda. Pues si bien es cierto se
identificó que en las instancias anteriores hubo falencias en cuanto a la lectura de
las evidencias presentadas y en la existencia del nexo causal, pues si bien es cierto,
hubo bastantes factores que permitieron determinar el mismo y a su vez, el efecto y
daño causado por parte del Edificio a la casa del señor Suarez, pues si bien es
cierto, la constructora pasó por alto los permisos que le habían brindado;
secuencialmente, la forma en que los dueños del Edificio Elite pretendían subsanar
los daños no eran los más idóneos pues a ciencia cierta no había forma de
determinar si subsanarían de forma permanente.

Secuencialmente, la segunda providencia corresponde a la decisión de la


impugnación al fallo de tutela proferido por la Sala Civil del Tribunal Superior del
Distrito Judicial de Bogotá respecto de la acción social de responsabilidad contra los
actos de los administradores que Cortex Andino S.A.S inició en contra de Claudia
Patricia Esparzo Alvarado, llamando en garantía a Cortex- Dental Implants
Industries Ltd, quien es la accionante única y controlante de Cortex Andino S.A.S y
se encuentra domiciliada en Israel, dicha impugnación fue admitida por la
Superintendencia de Sociedades, dando como resultado la orden de traducción del
expediente por parte de la accionante, conforme a lo establecido con la Convención
de La Haya de 1965 y desconoció al apoderado de la llamada por cuanto el poder
no se otorgó por escritura pública.

Finalmente ante el recurso de reposición, la Superintendencia solicitó la traducción


de ciertas piezas procesales, pues si bien es cierto la señora Esparzo, alegó que no
contaba con la capacidad económica para realizar el pago de la suma establecida
para la traducción del expediente, a su vez el recurso de reposición estableció la
necesidad de proveer la notificación a la entidad llamada en garantía.

El problema jurídico se basa en determinar si la señora Esparzo es la persona


indicada para hacer el llamamiento de garantía, pues la accionante considera que la
imposición de dicha obligación solicitada por Cortex Andino, es injusta, ante dicha
insatisfacción generada el Tribunal estableció que la Superintendencia de
Sociedades actuó en el ejercicio de la autonomía e independencia que le otorgó la
Ley aplicable para dicho momento y actuó de manera acertada.

Finalmente en esta última sentencia no se ve una exposición clara de los hechos y


como tal de la procedencia del llamamiento de garantía, es decir, no se refleja de
manera clara las razones para llegar a la decisión final, sin embargo, es entendible
que el llamamiento en garantía es una figura procesal que tiene por objeto exigir a
un tercero la indemnización del perjuicio que llegare a sufrir el demandado, o el
reembolso total o parcial del pago que tuviere que hacer como resultado de la
sentencia.

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