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SESIÓN -12.

ACTIVIDAD

I. LEE E IDENTIFICA QUÉ TIPO DE NARRADOR


ESTÁ PRESENTE EN LOS SIGUIETES TEXTOS.

Texto 1.

La mañana del 4 de octubre, Gregorio Olías se levantó más temprano de


lo habitual. Había pasado una noche confusa, y hacia el amanecer creyó
soñar que un mensajero con antorcha se asomaba a la puerta para
anunciarle que el día de la desgracia había llegado al fin.

Luis Landero, Juegos de la edad tardía


Texto 2.

Luego se habían metido poco a poco las dos y se iban riendo, conforme
el agua les subía por las piernas y el vientre y la cintura. Se detenían,
mirándose, y las risas les crecían y se les contagiaban como un
cosquilleo nervioso. Se salpicaron y se agarraron dando gritos, hasta
que ambas estuvieron del todo mojadas, jadeantes de risa.

Rafael Sánchez Ferlosio, El Jarama

Texto 3.

Me niego a corresponder, a representar el papel de esposa de alto status, que


esconde su cansancio tras una sonrisa, lleva la batuta en conversaciones sin
fuste, pasa bandejitas y se siente pagada de su trabajera con la típica frase:
Has estado maravillosa, querida.

Carmen Martín Gaite, Nubosidad variable

Texto 4.

Hace muchos años tuve un amigo que se llamaba Jim, y desde entonces
nunca he vuelto a ver a un norteamericano más triste. Desesperados he visto
muchos. Tristes como Jim, ninguno. Una vez se marchó a Perú, en un viaje
que debía durar más de seis meses, pero al cabo de poco tiempo volví a verlo.

Roberto Bolaño, Jim

Texto 5.

“Jorge estaba atrasado. Vio la hora en su celular y eran las 8:40, y las clases
en su universidad comenzaban a a las 9 am los lunes. Se ducho rápidamente,
no desayunó y tomó un taxi colectivo. Al llegar vio que estaba cerrado;
preguntó a un guardia a qué hora habrían, quien le respondió que era
Domingo”.

Roberto Bolaño, Jim

Texto 6.

“Ana ya estaba enferma cuando sobrecogió la catástrofe. Su enfermedad era


melancólica: sentía tristezas que no se explicaba. La pérdida de su padre la
asustó más que la afligió al principio. No lloraba; pasaba el día temblando de
frío en una somnolencia poblada de pensamientos disparatados”

La Regenta, Leopoldo Alas Clarín.

Texto 7.

Todo empezó la tarde en que un grupo de blanquiñosos jugábamos con una


pelota en la plaza Bolognesi. Era la época de las vacaciones escolares y los
muchachos que vivíamos en los chalets vecinos, hombres y mujeres, nos
reuníamos allí para hacer algo con esas interminables tardes de verano.
Roberto iba también a la plaza, a pesar de estudiar en un colegio fiscal y de
no vivir en chalet sino en el último callejón que quedaba en el barrio. Iba a ver
jugar a las muchachas y a ser saludado por algún blanquito que lo había visto
crecer en esas calles y sabía que era hijo de la lavandera.

Alienación, Julio R. Ribeyro.

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