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Resumen
Este artículo identifica y analiza algunos de los impactos que la violencia sociopolítica genera en
los ámbitos social y comunitario, a fin de dimensionar y orientar el trabajo profesional desde una
perspectiva consecuente con el mandato de aportar al bienestar, a la profesión y defensa de los
derechos humanos y a la construcción de sociedades equitativas y democráticas.
Abstract
This article identifies and analyzes some of the impacts of the sociopolitical violence over social
and community environments in order to measure and guide the professional work from a perspective
consistent with the demand to contribute to the well-being, the profession, the defense of the
human rights and the construction of fair and democratic societies.
Trabajo Social No. 7, (2005) páginas 9-20 © Revista del Departamento de Trabajo Social, Facultad de Ciencias Humanas,
Universidad Nacional de Colombia
Introducción
En Colombia afrontamos un conflicto armado in- ción a cometer atrocidades es una de las caracterís-
terno de más de cinco décadas, si bien sus orígenes ticas más estremecedoras de la guerra colombiana1.
han sido explicados por aspectos estructurales rela-
cionados particularmente, con la inequidad y la ex- El conflicto armado interno es un proceso dinámico y
clusión política, económica y cultural; las dinámicas cambiante, las estrategias de guerra, los intereses en dis-
internacionales y nacionales inscritas en los nuevos puta, los actores protagónicos e incluso los discursos
ordenamientos y ajustes demandados por los proce- para referirse a él, no permanecen inamovibles, por lo
sos de neoliberalización y de globalización, sumados que es preciso caracterizarlo constantemente.
al auge y proliferación de actividades ilícitas vincula-
das con el narcotráfico, dan como resultado un con- Este carácter dinámico se aprecia por ejemplo en el tipo
flicto complejo y degradado, que dista de las defini- de manejos y trámites que se dan desde el mismo Esta-
ciones de una guerra convencional. do. Hasta hace algunos años, el lenguaje, los documen-
tos y las políticas gubernamentales, daban cuenta de la
El conflicto armado colombiano ha configurado la vida existencia de un conflicto, incluso de la existencia de
política, social y económica del país, conllevando con- una guerra que permitió justificar desde ese diagnósti-
secuencias profundas a sus víctimas (individuos y co- co, el diseño de estrategias económicas, jurídicas y de
lectividades) y a la sociedad en su conjunto. Estas con- relaciones internacionales. En los últimos años, el con-
secuencias a su vez, construyen subjetividades y flicto ha empezado a ser negado e invisibilizado y los
realidades, que dan lugar a lenguajes y prácticas socia- términos empleados para referirse a él han sido trans-
les, las cuales a la postre, adquieren “dinámica” propia formados para “significarlo” como algo distinto.
y pasan a formar parte de las características del ámbito
social y comunitario en el cual se inscribe el quehacer El reconocimiento de la existencia del conflicto, llevó
profesional. a asumir a regañadientes las regulaciones consignadas
en tratados y protocolos internacionales, tales como
La relación violencia política – sociedad los tratados sobre el Derecho Internacional Humani-
tario. Asumir el conflicto, obligó a reconocer la exis-
Las violaciones del derecho internacional humani- tencia de grupos armados con el estatus de beligerancia
tario no son conceptos abstractos en Colombia, sino y la distinción entre civiles y combatientes.
la cruda realidad de la vida diaria. La guerra irrumpe
en las actividades cotidianas de una finca, una al- En este orden de ideas, desconocer el conflicto y aludir
dea, un autobús público o una escuela al ritmo de en cambio, a una “amenaza terrorista”, implica negar las
la llegada de combatientes armados por un sendero causas que le dieron lugar y en el mismo sentido, las
o en un vehículo todo terreno. A veces, los hombres
armados eligen con cuidado a sus víctimas en listas. 1
HUMAN RIGHTS WATCH. “Guerra sin cuartel. Colombia y el
Otras, asesinan sencillamente a los que tienen más derecho internacional humanitario”. New York: 1998. En http://
a mano, para sembrar terror. De hecho, la disposi- www.hrw.org/spanish/informes/1998/guerra.html#top
Estas contradicciones y tensiones se acentúan además, Es necesario reconocer que las características del con-
gracias al tipo de financiaciones de los proyectos de texto sociopolítico y económico, no son las únicas
atención a las comunidades y las personas afectadas por que determinan y definen el tipo de políticas, progra-
la violencia, los cuales se caracterizan por: mas y proyectos de atención, puesto que en la formu-
lación y ejecución se expresan diversas concepciones
• Recursos irrisorios para adelantar procesos que, relacionadas con aspectos tales como: las causas a las
según términos de referencia deben ser integrales, que se atribuye el conflicto, las maneras de afrontarlo,
participativos, con enfoque de género, generacional a quién se considera víctima y los procesos desarrollo y
y de derechos entre otros. de modernización, entre otros. Además de estas con-
• Períodos restringidos a tres, seis o doce meses, para cepciones, se expresan formas y maneras de entender la
incursionar en las comunidades y realizar proyectos identidad, la subjetividad, las relaciones individuo-co-
participativos y sostenibles. lectivo y la construcción de lo social, aspectos que por
• Ejecución a través de ONG operadoras, con visio- lo general son consecuentes con posturas políticas y
nes conceptuales y políticas heterogéneas y contra- definiciones metodológicas y técnicas.
dictorias, y en ocasiones, con cuestionable experien-
cia y conocimiento en los temas y comunidades de Desde estas consideraciones, no basta plantear que los
trabajo. proyectos buscan el bienestar, el restablecimiento, la
• Realización de procesos en contextos de alta pre- reconstrucción del tejido social, la participación, la
sión por parte de autoridades locales y de actores paz y el desarrollo; bien sabemos que estos términos
armados. cargan consigo significaciones diversas, ocultas o ma-
• Precaria institucionalidad local en muchos de los nifiestas, que obligan a escudriñar por sus sentidos e
lugares de ejecución, intencionalidades, y que exigen una permanente
explicitación, actualización y reconstrucción de sus sig-
Estas dificultades no son propias solamente del ámbi- nificados y de las prácticas que de ellos deben des-
to gubernamental o Estatal, pues también el quehacer prenderse.
de gran parte de las ONG (ámbito de desempeño de
muchos profesionales de trabajo social), que no se ins- Insistir en los preceptos de libertad y dignidad en el
criben como ejecutoras de la política gubernamental, ejercicio profesional, implica un continuo ejercicio por
sino más bien como alternativas a ésta, también se ve comprender la manera como estas nociones se concre-
condicionado y afectado por los criterios de las entida- tan en cada contexto, época y lugar. Si bien estas no-
des internacionales que las financian. En estos casos, es ciones abstractas y generales y por lo mismo, preten-
apreciable la presión para que los proyectos evidencien siones universales se reivindican con el liberalismo y se
amplias coberturas, impactos medibles, articulación a convirtieron en la posibilidad del establecimiento de
la institucionalidad local y nacional (aun en contextos los derechos humanos, con el transcurrir del tiempo, y
donde la institucionalidad esta comprometida en el en función de las dinámicas productivas y de configu-
conflicto), y posturas moderadas respecto a las críticas ración de los aparatos estatales, la libertad que ha “ga-